¿Dónde estamos parados con el TLCAN?

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Las conversaciones respecto al TLCAN se han reiniciado a nivel ministerial con buenas intenciones y optimismo. ¿Lograrán destrabar los temas “escabrosos” cuando la semana que viene inicien las discusiones técnicas?

La semana que recién concluyó fue una en la que vimos que las cosas con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) comenzaron nuevamente a moverse, y en un tono por demás optimista. ¿Pero realmente hay algo nuevo? En realidad no. Lo que vimos fue una semana de felices charlas respecto a acelerar las cosas por parte de los tres países miembros del tratado, pero sin ninguna evidencia clara de que alguna de las partes esté dispuesto a ceder en sus exigencias respecto a la negociación.

El tono optimista respecto al futuro del TLCAN lo observamos por parte de funcionarios mexicanos, y también cuando el Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR por sus siglas en inglés), Robert Lighthizer, dijo el jueves 26 de julio, en un testimonio ante el Congreso que es posible que los socios del TLCAN alcancen un acuerdo tentativo de revisión del acuerdo en agosto.

Por su parte, Kevin Hassert, presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, dijo que los Estados Unidos están teniendo un avance “absolutamente asombroso” respecto a la renegociación del TLCAN y el acuerdo podría cerrarse este otoño. Advirtió que él no es un negociador que participe en las pláticas con Canadá y México, pero que sus colegas que están involucrados en le renegociación le han dicho que las cosas van bien.

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El tema de la modificación a la regla de origen automotriz subsiste como uno de los puntos más complicados de la renegociación.

De acuerdo con el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, los equipos negociadores han cerrado 9 de los 30 capítulos del acuerdo, y hay otros 10 cerca de concluirse en la negociación. Por su parte, subsisten las grandes diferencias en los temas sensibles, algunos de los cuales menciono a continuación:

  1. Cláusula de extinción o “sunset”, la cual implica que el tratado expirará en automático cada cinco años a menos de que las partes acuerden extenderlo. Esto se ha ganado duras críticas dado que se considera que cinco años no son nada para los horizontes de planeación de inversiones de las grandes empresas, y que una cláusula de este tipo atenta contra la certidumbre económica que se requiere para que la inversión productiva fluya entre los países.
  2. En cuanto al sector automotriz, se ha mantenido la propuesta de aumentar el requerimiento de contenido norteamericano para camiones, automóviles y motores grandes desde el actual 62.5% a 85%. Además, el gobierno de Estados Unidos pide que 50% del contenido de los estos vehículos y motores debe ser fabricado en su país. Se ha dicho que de materializarse esta propuesta, se romperían las cadenas productivas en la región dado que actualmente sólo el 24% del valor de un automóvil promedio es de partes originarias de Estados Unidos y Canadá. Este tema es especialmente importante ya que aproximadamente una cuarta parte de todo el comercio en la región lo realiza el sector automotriz.
  3. Procesos antidumping exprés contra importaciones de hortalizas estableciendo restricciones a productos mexicanos como el tomate y las “berries” en función de los ciclos agrícolas de Estados Unidos. Esto, además de ser violatorio de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es inequitativo porque es una medida que Estados Unidos no acepta que le imponga México en los productos que ellos exportan como maíz, trigo, sorgo, cebada, y demás granos.
  4. En materia de compras de gobierno también hay inconformidad dado que Estados Unidos propone un esquema de “dólar por dólar”. Esto es, que las compras de las empresas mexicanas y canadienses de contratos del gobierno estadounidense, estén topadas al monto de contratos que las empresas estadounidenses obtienen de los gobiernos de México y Canadá.
  5. En materia textil se ha propuesto que desaparezcan los cupos con trato arancelario preferencial a las exportaciones mexicanas de ciertos tipos de tela fabricados con insumos que no se producen en la región. Esto con el fin de desarrollar la proveeduría en la región de Norteamérica. De acuerdo con diversas asociaciones textiles de Estados Unidos, este es un mercado de unos 750 millones de dólares al año.
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Jesús Seade, del equipo de AMLO, se ha sumado al equipo negociador del TLCAN. 

La lista de temas ríspidos para la negociación es mucho más amplia, pero este listado de cinco puntos nos recuerda las enormes complicaciones subyacentes en las negociaciones. Lo que hemos escuchado desde la semana pasada no son más que buenas intenciones respecto a acelerar el proceso de negociación, pero no hay compromisos concretos respecto a que los países ahora asumirán posturas más flexibles, en especial por parte de Estados Unidos. De esta manera, a menos de que alguien esté dispuesto a ceder, le podemos aplicar una rebaja al optimismo cuidadoso que se ha expresado recientemente en el sentido de que se podría lograr cerrar la negociación antes de las elecciones intermedias en los Estados Unidos y antes de que tome posesión el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, el 1 de diciembre.

A este respecto lo que ha dicho el Secretario Guajardo es que se han puesto de acuerdo en el método para ir avanzando en los temas pendientes y se hará partiendo de los temas más sencillos moviéndose hacía los más complejos.

Para la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, el presionar para un cierre rápido de la negociación, es una manera del gobierno estadounidense para asegurar algunas concesiones importantes, en especial por parte de México, que parece el más interesado en cerrar la negociación con el fin de mitigar la incertidumbre y la volatilidad que lo ha azotado estos últimos meses.

Otro tema que ha cobrado impulso en los últimos días es la idea del presidente Donald Trump de desaparecer el TLCAN y en su lugar celebrar tratados bilaterales entre Estados Unidos y México, y otro entre Estados Unidos y Canadá. En principio, tanto Canadá como México han rechazado esta alternativa, pero la realidad es que no se descarta que esta opción sea aceptada si es lo que se requiere para que Estados Unidos renuncie a varias de las demandas inaceptables que ha planteado.

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No se descarta que el TLCAN desaparezca y sea sustituido por acuerdos bilaterales. 

¿Entonces ya reiniciaron las negociaciones del TLCAN? La realidad es que no. Sólo los principales jugadores políticos han comenzado a reunirse nuevamente después de la pausa derivada de la elección presidencial en México. La semana que concluye, tanto Canadá como los Estados Unidos celebraron reuniones con las administraciones entrante y saliente de México. Ministros canadienses clave estuvieron en México en miércoles 25, y los funcionarios fueron a Washington el jueves y viernes.

Se ha anunciado que en la semana que inicia el 30 de julio comenzarán a trabajar los grupos negociadores técnicos, para realizar propuestas y contrapropuestas, algo que no sucedía desde el pasado mes de mayo. Habrá que estar atentos porque es en estos espacios donde podremos ver si se logra cierto progreso o si las declaraciones de los funcionarios de los tres países solo fueron buenas intenciones.

Este es, de manera general, el estado que guarda el tema TLCAN. Hay elementos para sentirnos optimistas, y eso sin duda es un factor que ha fortalecido la paridad cambiaria, la cual bajó hasta los 18.55 pesos por dólar. Es muy importante que el equipo negociador de México, al cual ya se ha incorporado el equipo de transición del presidente electo López Obrador, cuide los intereses de México y no se deje chantajear por parte de Estados Unidos en el sentido de que la única forma de lograr una renegociación concluida para agosto de este año, será a costa de que se acepten sus propuestas inaceptables o que sea a costa de matar el TLCAN, para entonces negociar acuerdos bilaterales.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Por un mayor consumo de productos hechos en México

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En el periodo de 2012 a 2018 el crecimiento del consumo interno de bienes importados ha duplicado el de los bienes nacionales 

Durante el actual sexenio uno de los motores del crecimiento económico fue la evolución del mercado interno, el cual se vio favorecido principalmente por la incorporación de una mayor cantidad de personas a la fuerza laboral. De acuerdo a un análisis elaborado por GAEAP con información de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM), la población ocupada total en México pasó de 47.726 millones de personas en el primer trimestre de 2012 a 52.876 millones de personas en el mismo trimestre de 2018, lo que representa un aumento de 5.150 millones en 5 años. Cabe señalar que de este total no todos fueron empleos formales (registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social -IMSS-), ya que el empleo registrado ante dicho instituto aumentó en sólo 4.091 millones en el periodo de marzo de 2012 al mismo mes de 2018.

Con cifras de la EMIM y cálculos propios podemos ver que entre el primer trimestre de 2012 y el mismo trimestre de 2018, el salario promedio nominal diario por persona ocupada en México pasó de 149.61 pesos a 190.00 pesos, lo que implica un incremento de 27.0%; sin embargo, al tomar en consideración que la inflación en el mismo periodo fue de 21.9%, esto nos indica que en los últimos seis años el ingreso promedio real diario por persona ocupada en México aumentó apenas 4.2%, lo que a su vez equivale a un incremento real de apenas 0.69% por año.

Vemos pues que el ingreso real de los ingresos por persona ocupada en México crecieron de manera ínfima en los últimos seis años, sin embargo, debido a la enorme cantidad de personas que se incorporaron al mercado laboral, es que México ha observado un dinamismo importante en su nivel de consumo agregado, tal como veremos a continuación:

De acuerdo con el INEGI, el Indicador mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior aumentó 17.3% real en el comparativo de los primeros cuatro meses de 2018 respecto a los mismos meses de 2012, lo que representa una tasa de incremento promedio anual de 2.7%. Esta cifra sin duda es una buena noticia, pero lo que no resulta tan positivo es que es producto de un incremento promedio anual de 2.5% en el consumo de bienes y servicios de origen nacional y de una tasa de crecimiento promedio anual de 5.0% en el consumo de bienes importados. Es decir, los mexicanos hemos aumentado nuestro consumo de bienes de origen extranjero a una tasa del doble de lo que se ha incrementado el consumo de bienes y servicios hechos en México.

Haciendo un análisis más profundo de la evolución del consumo de bienes y servicios nacionales, vemos que la tasa de crecimiento promedio anual de los últimos seis años es de apenas 1.3% para el total de bienes y este incremento es producto de una tasa de crecimiento promedio anual de 5.6% en los bienes duraderos, de 3.2% en los bienes semiduraderos y de 0.5% en los no duraderos. Por su parte, el consumo de servicios creció a una tasa de 3.6% promedio anual. Todas estas cifras son las que generan el incremento de 2.5% mencionado en el párrafo anterior.

Por su parte, la tasa de crecimiento de 5.0% promedio anual en el consumo de bienes importados, es producto de un aumento de 7.3% en el consumo de bienes duraderos, de 5.8% en los bienes semiduraderos y de 2.7% en los bienes no duraderos.

Consumno internoEsto es importante porque vemos entonces que la tasa de crecimiento en el consumo de bienes duraderos de origen importado es 1.30 veces la tasa de aumento en el consumo de bienes duraderos de origen nacional; para los bienes semiduraderos, la tasa de crecimiento en el consumo de los bienes importados 1.65 veces la tasa de crecimiento del consumo del producto nacional; y para el caso de los bienes no duraderos, vemos que la tasa de crecimiento del consumo del producto importado es 5.4 veces el nivel de tasa de crecimiento del producto nacional. Vemos pues que en todas las categorías de bienes de producto, crece más rápido el consumo de bienes importados que el de bienes nacionales.

¿Por qué se da esta situación en la que los bienes de consumo importados cada vez tienen una mayor participación en el mercado nacional, no obstante la fuerte depreciación del peso mexicano frente al dólar? Desde luego que hay muchas razones y en este espacio pretendo mencionar cuatro de ellas, las cuales generalmente no son las que las leemos en los análisis de los grandes despechos de consultoría. Y es que para muchos, la explicación de este fenómeno se da por precios y competitividad, pero no necesariamente es así, a continuación explico porque:

  1. El problema persistente de subvaluación y contrabando técnico en las aduanas del país hace que de manera “legal”, ante los ojos de la autoridad, se importen miles de millones de dólares de mercancías que después terminan en tianguis, establecimientos comerciales y hasta en las grandes cadenas comerciales. Estos productos, en muchas ocasiones, son producidos en países en los cuales no existen los mismos estándares laborales que en México, se pagan sueldos inclusive más bajos de los que se pagan en México, y además no pagan los correspondientes impuestos a la importación y el IVA. Estos productos llegan a ser vendidos con precios más bajos que los ofrecidos por los productores nacionales, lo que desplaza a la producción nacional en favor de los productos extranjeros, en especial los originarios de Asia.
  2. Tengo conocimiento de que algunos compradores de grandes cadenas minoristas nacionales tienen como consigna incrementar su margen de rentabilidad, y para ellos, la única manera de lograr esto es abasteciéndose de las grandes fábricas ubicadas en China, las cuales pueden producir los productos que demandan aprovechando las grandes económicas a escala que sus plantas les permiten. Esto debido a que abastecen a comercializadores de todo el mundo y tienen gigantescos volúmenes de producción. Desafortunadamente, estas economías a escala no las tienen muchas fábricas de México por lo que les resulta imposible competir en precio con sus pares extranjeras.
  3. Relacionado con los dos puntos anteriores, está el problema por la obsesión de las cadenas comerciales por comprar lo más barato posible, y no necesariamente para vender los productos a precios más bajos, sino para incrementar sus márgenes de rentabilidad. Esta obsesión por los precios bajos, que de hecho es un fenómeno que se observa en todo el mundo, es causante de que los sueldos no puedan aumentar para millones de trabajadores en Asia, y México no es la excepción.
  4. Esta finalmente el tema de las normas oficiales mexicanas, muchas de las cuales no están actualizadas. Tenemos por ejemplo que en el caso del sector calzado no existe una norma de inocuidad que impida que en México se comercialicen zapatos que contienen sustancias tóxicas como plomo, mercurio, ftalatos, cromo, entre otros. Esto es un problema porque luego México es inundado de productos importados de baja calidad provenientes de naciones asiáticas. Y es que en México los chinos pueden vender productos que ni en su propio país los fabricantes podrían vender.
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Debe implementarse una política que incentive el consumo de productos hechos en México procurando que haya piso parejo para competir

Desde luego que existen más razones que explican porque el consumo de bienes importados crece a tasas muy por encima del consumo de bienes hechos en México. Y si, es verdad que los fabricantes nacionales deben invertir en sus empresas para ser más productivos y competitivos en un mundo cada vez más globalizado; pero también es cierto que se debe romper el círculo vicioso en el que estamos, por lo que se deben generar condiciones de “piso parejo” para competir. Muchos industriales no quieren invertir en bienes de capital para sus empresas porque precisamente ven que sus ventas van en caída a costa de mayor presencia de productos importados.

Es importante pues, que en la generación de la nueva política económica que regirá al país en los próximos seis años se tomen en cuenta estos elementos y se busque que se aproveche el dinamismo en el consumo que ha observado México, que como ya se mencionó, no es producto de una mejora en los niveles de vida de la población, pero si es producto de una mayor cantidad de gente trabajando. Si no se toman medidas para modificar esta tendencia, veremos que el consumo interno también se estancará dado que no se pueden crear empleos bien remunerados cuando la mayor parte de lo que se vende es de origen extranjero.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Contrabando y subvaluación, retos mayúsculos para AMLO

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El problema de contrabando y subvaluación en todos los sectores ha ido en aumento

Uno de los retos más grandes que enfrentará la próxima administración del gobierno federal, la cual será encabezada por Andrés Manuel López Obrador, será el combate al contrabando y las demás prácticas ilegales de comercio internacional. Estas actividades, que se derivan de un marco legal anticuado y por los problemas de corrupción en las Aduanas del país, son sumamente perjudiciales para la planta productiva nacional y afectan la cantidad y calidad del empleo en México.

El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, parece entenderlo ya que en su pasada reunión del 9 de julio con las cámaras industriales que conforman la Concamin, se comprometió a luchar contra las diversas formas de ilegalidad, habló de la importancia de erradicar la venta de facturas e inclusive mencionó que la persona que esté al frente del Servicio de Administración Tributaria (SAT) durante su administración debe ser como “un santo”. Este pronunciamiento arrancó los aplausos de los empresarios presentes en la reunión.

Desafortunadamente al día de hoy, la evidencia apunta a que en México el problema de ilegalidad va en aumento desde hace ya varios años. Los casos de importaciones introducidas en condiciones de ilegalidad son una constante, lo que ocasiona graves problemas para las empresas formalmente establecidas, más conflictos con las autoridades federales y más confusión para el consumidor. Los datos muestra que las Aduanas permanecerán porosas a pesar de las “buenas intenciones” gubernamentales por sellarlas; lo que nos lleva a la pregunta de cómo debemos entonces combatir el contrabando o comercio ilegal.

Desde tiempos del presidente Calderón, México ha suscrito diversos acuerdos y planes aduaneros con varios países para fortalecer la cooperación y coordinación entre sus aduanas. Se han implementado diversas iniciativas específicas que abarcan temas tales como la cooperación para fortalecer la integridad del personal aduanero; la automatización de todos los procesos de despacho aduanero; la coordinación de las operaciones diarias y proyectos de infraestructura en la frontera común con Estados Unidos; el fortalecimiento de las acciones en materia de aplicación de las leyes para combatir con mayor efectividad el contrabando, el fraude aduanero y delitos relacionados; el aumento de la cooperación en materia de seguridad, especialmente en el caso de cargamentos de mercancías que por su naturaleza requieren controles especiales, entre otros. Sin embargo, nada de esto ha funcionado para combatir la ilegalidad y vemos como en sectores como el calzado cerca del 40% de lo que se importa “legalmente” al país lo hace con precios por debajo de su costo de materia prima.  En los sectores textil y del vestido, al igual que en muchos otros, las estadísticas son igualmente preocupantes.

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Mucho del calzado y ropa que entra de contrabando al país acaba en tianguis y negocios poco fiscalizados

En México la forma en que se lleva a cabo el contrabando ha cambiado. Ya no estamos hablando de los grandes cargamentos de zapatos, textiles, perfumes, electrodomésticos y aparatos electrónicos ocultos en maletas, en cajas de cartón y a bordo de vehículos de doble cajuela que cruzan por ciudades fronterizas o en embarcaciones por puertos como el de Panamá y que terminan en la distribución y venta en mercados de los tianguis del país.

Actualmente, las mercancías de contrabando entran por la puerta grande; pasan las aduanas en grandes contenedores y sobre ellas está la mirada de los agentes aduanales; sin embargo, se trata de  embarques ilegales facturados en un país distinto al lugar real de su origen, triangulado con el fin de evadir impuestos. Otra modalidad es el declarar un valor de la mercancía inferior al real con el fin de evadir las correspondientes contribuciones.  Estos dos casos son ejemplos del denominado “contrabando técnico”.

Cuando en México la autoridad ha firmado algún acuerdo en materia aduanera, en principio todo suena muy bien, pero el problema es que están ausentes las medidas o acciones concretas para combatir el “contrabando técnico”.  Por su parte, la situación se agrava por la ausencia de percepción de riesgo entre los importadores subvaluadores y esto se debe a que en lo que va del actual sexenio ningún empresario a pisado la cárcel por este delito, no obstante que hay órdenes de aprehensión giradas en su contra. Además de que el gobierno mexicano no se ha preocupado por firmar acuerdos internacionales para que se sancione a empresarios extranjeros que coadyuven en la falsificación de una factura o un pedimento aduanal.

En este contexto, vale la pena recordar lo señalado en el libro de 2005 de Moisés Naím, titulado “Ilícito: cómo traficantes, contrabandistas y piratas están cambiando el mundo”. En su obra, Naim hace un análisis impactante acerca del problema global del contrabando de bienes, drogas, armas de todo tipo y tamaño, dinero lavado, propiedad intelectual, recursos naturales y hasta gente y sus órganos.

Naím asegura que el tráfico ilegal es lo suficientemente penetrante como para amenazar la estabilidad mundial y juega un papel primordial en la lista de problemas nacionales e internacionales. En su libro el autor menciona que México, junto con Colombia, Rusia, Afganistán y muchas partes de Asia y Africa, son ubicaciones  donde “los traficantes de bienes ilegales, que están conectados a redes globales, tienen un papel definitorio en los asuntos económicos, políticos y militares”. Y agrega que ”En estos países las redes de comercio ilícito pueden ‘capturar’ fácilmente organismos públicos: aduanas, tribunales, bancos, puertos, policía… Además, raramente se olvidan de reclutar periodistas, políticos y líderes empresariales”.

El problema del contrabando a nivel global es realmente preocupante. Si el monto del lavado de dinero puede ser utilizado como una aproximación para la actividad de contrabando global, entonces tenemos que éste ha crecido en 10 veces desde su nivel de 1990, a poco más de un billón de dólares ahora en día – equivalente al 10 por ciento del comercio legítimo. La mayor parte de esto es narcotráfico, que suma aproximadamente 900 mil millones de dólares al año. Las ventas ilegales de armas suman 10 mil millones de dólares al año; la descarga ilegal de basura toxica entre fronteras suma 12 mil millones de dólares; el contrabando de personas (incluidas mujeres y niños para explotación sexual) suma 7 mil millones de dólares; la piratería de películas 3 mil millones; arte robado 3 mil millones (todas estas son estimaciones generales de fuentes oficiales y asociaciones comerciales.)

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Sin combate al contrabando y subvaluación no podrá mejorar la calidad de los empleos en México

Así pues, la conclusión que se obtiene de todo estos es que entre menos esté preparado un país para hacer frente al problema del contrabando (por falta de tecnología, infraestructura o simplemente por corrupción), más apetitoso se vuelve para las grandes bandas internacionales.

Habiendo dicho todo lo anterior, es urgente centrar nuestra atención en modificar el marco legal para que las autoridades tengan más elementos para desechar valor en la Aduana cuando se pretenda importar una mercancía claramente subvaluada, además de que se deben endurecer las penas y aplicar sanciones más severas para quienes incurren en contrabando técnico. En este respecto se debe señalar que cuando varios de los sectores productivos han hecho propuestas de cambios, los funcionarios del SAT generalmente las desechan, dicen que son de difícil implementación o cualquier otro pretexto para que las cosas sigan igual; tal parece que no tienen mayor interés en modificar el marco legal que les ayude a hacer mejor su trabajo.

Para combatir el contrabando, también es importante aumentar las revisiones físicas que se realicen a los contenedores que entran al país. Las autoridades de Aduanas han implementado un sistema en el cual las revisiones físicas se han disminuido dramáticamente argumentando una simplificación aduanera, pero la realidad es que este tipo de medidas también disminuyen la percepción de riesgo, y los importadores tienen el incentivo para realizar una incorrecta clasificación arancelaria (clasificar la mercancía erróneamente en alguna fracción que pague una menor tasa arancelaria) o declarar falsamente la cantidad de mercancías que se van a importar. Esto es algo a lo que se arriesgan porque lo más probable es que no los van a descubrir, y si los descubren sin ningún problema pueden decir que fue un error, corregir, pagar la multa, y se acabó el problema.

Este es un problema muy importante que afecta a las empresas y a los cientos de miles de familias en México que viven de la industria del calzado y el cuero, así como de la industria textil y del vestido, y éstas se están viendo seriamente afectadas por el cierre de empresas y pérdida de empleos.

A manera de conclusión no basta más que decir que se requieren modificaciones al marco legal para que se defienda la economía de esas familias y la de todos los mexicanos. De igual forma, se debe erradicar la corrupción en las Aduanas y se deben ejecutar las órdenes de aprehensión en contra de importadores subvaluadores que descansan en algún cajón de la Procuraduría General de la República. La entrada del  nuevo gobierno representa una magnífica oportunidad de cambiar lo que evidentemente no funciona bien, confiamos en que así sea.

Alejandro Gómez Tamez*

* Director general GAEAP

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

La realidad de la industria manufacturera mexicana

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La industria manufacturera mexicana es una de contrastes con sectores creciendo a tasas promedio anual superiores al 8%, mientras que otros presentan caídas ininterrumpidas

De acuerdo con cifras del INEGI, en el periodo del primer trimestre de 2013 al mismo trimestre de 2018, la economía de México (medida a través de su Producto Interno Bruto –PIB-) registró una tasa real de crecimiento promedio anual de 2.73%, mientras que la industria manufacturera observó una de 2.70%. Este ritmo de crecimiento sin duda es enviadiable para muchas otras naciones, como los Estados Unidos y buena parte de la zona Euro, que han visto menores tasas de crecimiento. No obstante lo anterior, queda claro que este crecimiento en México fue insuficiente para abatir la pobreza y mejorar el nivel de vida de la mayoría de la población ocupada.

Esto se debe a que estas cifras agregadas, al igual que la mayoría de los análisis que se hacen en base a promedios, ocultan la realidad de muchas industrias manufactureras, las cuales han observado dificultades durante los últimos años.

Para ilustrar este punto, a continuación presento la tasa de crecimiento real promedio anual para el periodo del primer trimestre de 2013 al mismo trimestre de 2018 para cada una de las ramas de actividad de la industria manufacturera: Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (8.50%); Fabricación de equipo de transporte (5.96%); Fabricación de maquinaria y equipo (4.40%); Industria de las bebidas y del tabaco (3.90%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía  eléctrica (3.25%); Fabricación de productos metálicos (3.10%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (2.87%); Otras industrias manufactureras (2.77%); Industria del papel (2.68%); Industria del plástico y del hule (2.51%); Fabricación de prendas de vestir (1.76%); Industria alimentaria (1.69%); Industrias metálicas básicas (1.42%); Industria de la madera (1.40%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (1.35%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (1.08%); Impresión e industrias conexas (0.70%);  Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (0.24%); Industria química (-1.29%); y Curtido y acabado de cuero y piel, fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-1.96%); y Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-12.44%).

Como puede apreciarse, en nuestro país hay sectores que durante el actual sexenio registraron un desempeño formidable, hay otros con tasas promedio mediocres de crecimiento de su valor agregado, mientras que hay tres sectores que inclusive presentan tasas de crecimiento reales negativas.

Para complementar el análisis, es importante también mencionar que en México durante el primer trimestre de 2018, de las 21 ramas de actividad que compone el PIB manufacturero, sólo 5 sectores representan el 66.8% de éste. A continuación se presentan los sectores con mayor contribución al PIB manufacturero (en paréntesis se especifica su contribución porcentual): Industria alimentaria (23.2%); Fabricación de equipo de transporte (19.8%); Industria química (8.6%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (8.6%); e Industrias metálicas básicas (6.6%). De esta manera tenemos que si a  estos 5 sectores les va bien, se da la apariencia de que a la industria manufacturera de México le está yendo bien, siendo que no necesariamente ese es el caso, como se explicó líneas arriba.

Esto es especialmente importante porque de acuerdo con cifras de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) del INEGI, estos cinco sectores manuactureros le dan empleo al 56.38% del total de población ocupada en la manufactura en México. Esto implica que estos cinco sectores básicamente mueven el PIB manufacturero de México, pero sólo dan empleo a poco más de la mitad de las personas que laboran en la industria de la transformación a nivel nacional.

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Cinco sectores manufactureros representan más de dos terceras partes del PIB manufacturero en México, pero sólo emplean al 56% de la fuerza laboral de la industria de la transformación.

El hecho de que existan sectores manufactureros a los que nos les esté yendo bien, indica que la estrategia del actual gobierno federal de elegir sectores “estrella” o ganadores, a través de estudios académicos de escritorio ha tenido importantes costos en varios sectores productivos; y por lo tanto estos resultados deben motivar a que las nuevas autoridades del gobierno federal, las cuales entrarán en funciones a partir del primero de diciembre de este año, replanteen la política industrial de nuestro país hacía una que genere un crecimiento más equilibrado de la manufactura en México. Esto es fundamental y le debe quedar totalmente claro al equipo que entrará a la Secretaría de Economía.

Para fundamentar lo anterior, e ilustrar la importancia de tener un sector manufacturero fuerte para tener una economía sana, quiero referirme a Jon Rynn, autor del libro “Manufacturando Prosperidad Verde; El Poder para reconstruir la clase media estadounidense”. Rynn apunta que la manufactura es importante por diversos motivos, entre los que destacan:

1. La manufactura ha sido el sendero hacía el desarrollo. El crear un sector manufacturero de alta calidad para poder desarrollar riqueza nacional y poder, ha sido el logro estratégico de las naciones ricas durante varios cientos de años. Tal como lo señala Erik Reinert en su libro “Porque los países ricos se hicieron ricos…y los pobres se quedaron pobres”, desde el surgimiento de Inglaterra en el siglo XIX, pasando por el surgimiento de los Estados Unidos, Alemania, Japón, y la Unión Soviética en el siglo XX, hasta la experiencia de los nuevos países industrializados como Corea, Taiwan y China, la manufactura ha sido la clave para la prosperidad.

2. La manufactura es el cimiento para un “Gran poder” global. Las naciones más poderosas del mundo – los “Grandes Poderes”- son aquellas que controlan la mayor parte de la producción global de tecnología manufacturera. Esto significa que no es suficiente simplemente con tener fábricas que produzcan más bienes, sino que preferentemente se debe saber cómo construir las máquinas que producen los bienes. Así pues, la clave para el poder económico es tener la capacidad de crear los medios para la producción (bienes de capital).

3. La manufactura es la causa más importante para el crecimiento económico. El crecimiento de la producción de maquinaria para la manufactura, así como las mejoras tecnológicas en dicha maquinaria, son las principales fuerzas para el crecimiento económico. Si no hay industrias de maquinaria en un país no habrá crecimiento económico sostenido en el largo plazo.

A este respecto quisiera comentar que en el caso de México, el PIB de la fabricación de maquinaria y equipo muestra una tasa de crecimiento promedio anual de 4.40% en el periodo del año 2013 al 2018, lo cual es muy positivo; sin embargo, el problema es que la contribución de esta actividad en el PIB manufacturero es de tan sólo 4.50 por ciento.

4. El comercio internacional está basado en bienes, no en servicios. Un país no puede intercambiar servicios para obtener todos los bienes que requiere. De acuerdo con la Organización Mundial de Comercio (OMC), el 80% del comercio mundial es de mercancías y solo el 20% es de servicios. Estados Unidos ha aprendido de una forma ruda lo que sucede cuando se desmantelan las fábricas y se mudan los procesos productivos a otras naciones, y lo podemos ver con un abultado déficit comercial de 795 mil millones de dólares en 2017, lo que presiona para que los salarios en promedio se mantengan bajos y la mayoría de los empleos que genera sean en comercio y servicios.

5. Los servicios dependen de los bienes manufacturados. Los servicios son básicamente el acto de usar bienes manufacturados. No se puede exportar la experiencia de usar algo. El sector comercio al mayoreo y menudeo, que en el caso de México representa el 17.03% del PIB mexicano en el primer trimestre de 2018 (en Estados Unidos es de aproximadamente 11%), no es más que el acto de comprar y vender bienes manufacturados, lo que indica que si no hay manufactura no hay comercio.

6. La manufactura crea empleos. La mayoría de los trabajos, de manera directa o indirecta, dependen de la manufactura, por lo que tener un sector manufacturero fuerte puede generar millones de empleos adicionales. En los Estados Unidos se han hecho estudios por parte del Economic Policy Institute y se ha encontrado que cada empleo en la manufactura es el soporte de otros tres empleos, lo cual hace sentido considerando los cinco puntos antes mencionados. Por otra parte, se estima que si Estados Unidos lograra tener la misma participación que Alemania de la manufactura en su PIB, podría crear 10 millones de empleos adicionales.

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Sectores como el calzado han sufrido por la entrada de millones de pares de zapatos cada año en condiciones de contrabando y subvaluación.

En el caso de México, es importante que se creen más puestos de trabajo en la industria manufacturera ya que de acuerdo con las cifras de Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) más recientes, los sueldos en la industria de la transformación son 5.3% más altos que el promedio de otras actividades, pero son 18.2% más altos que en el sector comercio.

Dado todo lo anterior, es indispensable que el nuevo gobierno federal establezca políticas públicas tendientes a fortalecer todas las ramas de actividad de la industria manufacturera, y no sólo el sector automotriz, que si bien es fuente de una enorme riqueza y divisas, no es la única actividad que impulsa el desarrollo de México.

También es muy importante que se redoblen los esfuerzos de combate a la subvaluación y contrabando de mercancías en las aduanas mexicanas; además de que se debe brindar incentivos fiscales para la adquisición de equipo para la manufactura. Y más importante es aun que actividades como la fabricación de maquinaria y equipo tuvieran un tratamiento fiscal diferente al resto de los demás sectores de la economía con el fin de impulsar decididamente esta actividad.

Si se implementa una verdadera política industrial en favor de la planta manufacturera nacional seremos un país más fuerte, como lo son las economías asiáticas en este momento. Si dejamos que las cosas sigan sucediendo en base a la tendencia, pues seguiremos siendo un país con un desempeño económico mediocre y no seremos un importante jugador económico global.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.mx

En Twitter: @alejandrogomezt

¿Por qué está tan enojado el pueblo de México?

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Gane quien gane la elección presidencial, deberá emprender una transformación a fondo de México

El 1 de julio se elige al Nuevo presidente de México, y gane quien gane éste se enfrentara una enorme cantidad de importantes retos, muchos de los cuales explican porque muchos mexicanos han estado enojados con el gobierno estos últimos años. Es por esto que a partir de esta fecha México, su gobierno y población, deberá cambiar si se quiere ahora aspirar a ser un país desarrollado. Entre los asuntos que el próximo gobierno deberá atender prioritariamente, y que inclusive han sido ampliamente documentados por el diario Financial Times, tenemos:

Corrupción  y violencia

México es percibido como el sexto país más corrupto del continente americano, y ocupa la posición  135 de 180 naciones en el índice de corrupción del Foro Económico Mundial. La percepción de corrupción no sólo ha continuado a lo largo del tiempo, sino que ha empeorado, y ahora es considerado el problema más grande del país para las empresas extranjeras que se quieren instalar en nuestro país.

El segundo mayor problema que presiona a esas empresas que quieren operar en México es la delincuencia. Después de haber disminuido ligeramente durante tres años en el periodo de 2012 a 2014, la violencia y delincuencia en México han ido en aumento en los años recientes. El número de homicidios en los primeros cinco meses de 2018 es 42% mayor al observado en los mismos meses de 2015. Además, México tiene el nada honroso primer lugar en tasa de homicidios entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y es la nación  con el porcentaje más bajo de población que se siente segura al caminar sola por la calle durante la noche.

El Foro Económico Mundial califica a México entre los países de peor desempeño en términos de costo para hacer negocios por el crimen y la violencia, la presencia del crimen organizado y la escaza confiabilidad en los servicios policiacos o de las fuerzas de seguridad pública. “Los crecientes niveles de violencia han destruido la confianza en todos los estratos de la sociedad y han minado al ya de por si deteriorado estado de derecho” dijo recientemente Talia Hagerty del Instituto Henry J. Leir, un centro de estudios especializado en la materia.

Los dos Méxicos

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En México, amplios sectores de la población viven en condiciones de pobreza extrema 

El qué tan mal te sientas respecto a la situación del país depende de dónde vives. Mientras que menos de una de cada tres personas se sienten inseguros en el estado de Yucatán, esta proporción más que se duplica en los estados más empobrecidos como Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

La violencia va de la mano de la ausencia de crecimiento económico, el tamaño de la economía informal y la pobreza. El crecimiento económico acumulado en los estados de mejor desempeño en México alcanzó 32% en el periodo de 2007 a 2016, cerca del doble del promedio del crecimiento de los países de América Latina, pero es cerca de cuatro veces más alto que la tasa de crecimiento promedio de los estados de peor desempeño. Más alarmante aún es el hecho de que el producto promedio por habitante muestra el mismo patrón divergente.

“Las ambiciosas reformas estructurales y las sólidas políticas macroeconómicas han asegurado la resistencia de una economía mexicana muy abierta”, escribió la OCDE en su encuesta más reciente. Sin embargo, “el crecimiento no ha sido lo suficientemente inclusivo para alcanzar mejores niveles de vida para muchas familias mexicanas”. Esto se debe en gran medida a las crecientes disparidades entre “la economía moderna, altamente productiva, del norte y el centro, respecto a la economía menos productiva y tradicional del sur”.

Un reporte del despacho de consultoría McKinsey menciona las disparidades de los “dos Méxicos que se mueven en direcciones opuestas”. Por su parte, la publicación Geopolitical Futures, especializada en la realización de pronósticos, explicó en una nota que mientras que el norte tiene trabajadores mejor educados con  salarios más elevados y más empleo formal, los “estados del sur tienen acceso limitado a la educación, frecuentemente la población ocupada se emplea en el sector informal y se les pagan salarios más bajos, empleados generalmente en manufactura de bajo valor agregado y agricultura de subsistencia.”

El crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) al final del año pasado varió de una expansión de 14% en el estado de Baja California, el cual contrasta con la caída de -8% en el estado de Campeche, ampliamente dependiente del petróleo, y con las contracciones menores en los estados de Oaxaca y Chiapas. Es ampliamente sabido que en estos estados hay un problema por la falta de acceso a las necesidades básicas de la población.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), cerca del 70% de la población de Oaxaca y Chiapas vive en condiciones de pobreza y entre el 23 y 28% vive en pobreza extrema. El trabajo es mayoritariamente en el sector informal en ambos estados, y muestra de ello es que aproximadamente el 80% de los trabajadores en estas entidades no tienen acceso a la seguridad social. Por su parte, cerca del 20% de su población vive en casas sin agua, el 40% vive por debajo de la línea de pobreza y la mitad de su población reporta falta de seguridad alimenticia.

Aunado a lo anterior, de acuerdo a un estudio de evaluación internacional de la OCDE, los estudiantes en las áreas más pobres tienen un desempeño menor al promedio nacional.

La convergencia con los Estados Unidos se ha detenido

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El vagón mexicano ha dejado de estar enganchado a la locomotora estadounidense

La economía de México se ha expandido a un ritmo sólido y consistente (de 2.4% en lo que va del presente sexenio), pero no a una tasa suficiente para mantener la convergencia con los Estados Unidos observada hasta la década de los noventas y años anteriores. La economía de México más que se duplicó hasta alcanzar el 16% del producto estadounidense a mediados de la década de los ochentas, pero desde entonces ha disminuido hasta representar el 12%.

Esto se debe en parte al hecho de que ahora en día el producto por trabajador, en relación al de los Estados Unidos, está en su nivel más bajo observado desde 1950. Esto a pesar de que México pasó de ser una economía dependiente del petróleo a principios de la década de los noventas para convertirse en un creciente centro mundial de fabricación manufacturera después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

A este respecto, la OCDE ha advertido que los altos niveles de pobreza, una economía informal extendida, el escaso nivel educativo y los persistentes niveles de corrupción e inseguridad y corrupción, limitan el potencial económico de México.

Estos tres puntos son una pequeña muestra de los retos que el nuevo presidente de México deberá atender con eficiencia y premura a partir del 1 de diciembre. México está en deuda con millones de sus habitantes, a los cuales les ha privado de bienestar y seguridad. El gobierno federal que resulte electo no le puede fallar a los mexicanos más pobres, y en ese sentido será fundamental implementar una política industrial moderna, conservar la poca estabilidad macroeconómica que nos queda respetando la autonomía del Banco de México, además de mantener finanzas públicas equilibradas, algo que no hizo el gobierno de Enrique Peña Nieto. Vamos pues por un cambio, veremos que tipo de cambio queremos para nuestro país.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt