La epidemia del COVID-19 ha dejado en México una secuela de destrucción. Al momento de escribir estas líneas el número de contagiados y de fallecidos, de los que se tiene registro, es de más de 252 mil y más de 30 mil respectivamente. Este sólo hecho supone un gigantesco costo para el país, pero desafortunadamente no es el único, ya que además hay que sumar los costos sociales y emocionales ocasionados por el cierre de las actividades económicas y que se ven reflejados en un severo deterioro de la calidad del empleo en nuestra nación.

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Para ilustrar los severos problemas en materia laboral que se vive en nuestro país, a continuación se presentan los principales resultados de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) correspondiente a mayo, misma que fue elaborada por el INEGI:

1. La Tasa de Participación Económica fue de 47.4% respecto a la población de 15 años y más, cifra similar al 47.5% observado en el mes de abril de 2020. Esto implica que se mantiene la cifra de 12 millones de personas que dejaron de ser económicamente activas. Para darnos una idea de la disminución, tenemos que en el pasado mes de marzo la tasa de participación económica fue de 59.8%, pero debido a la suspensión laboral temporal ocasionada por las medidas de distanciamiento social, esta participación disminuyó dramáticamente. Es importante subrayar que se trata de una suspensión laboral sin percepción de ingresos de por medio y sin certeza de si se mantiene el vínculo laboral o de retorno al trabajo.

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2. La encuesta arroja que en el quinto mes del año, la tasa de subocupación fue del 29.9% de la población ocupada, cifra superior en 4.5 puntos porcentuales a la registrada en el pasado mes de abril, cuando ésta fue de 25.4% (en mayo de 2019 era de apenas 7.2%). Este aumento representa un incremento de otras 2 millones de personas, para llegar a un total de 13 millones de personas subempleadas (que trabajan menos de 35 horas a la semana y quisieran laborar más horas).

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3. La población ocupada que no estaba yendo a trabajar, pero que mantiene el vínculo laboral disminuyó en 3.1 millones entre abril y mayo de 2020.

4. La ocupación informal en mayo de 2020 ascendió a 22.6 millones, por lo que la Tasa de Informalidad Laboral 1 (TIL1) se situó en 51.8%, cifra mayor en 4.1 puntos porcentuales comparada con la del mes previo cuando había 20.7 millones de personas en la informalidad.

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4. Dado de que cualquier persona de más de 15 años que trabaje al menos una hora a la semana (aunque sea lavando carros) no es considerada desempleada, es que en el mes de mayo la población desocupada se mantuvo sin cambios significativos con respecto a abril de 2020. Cabe señalar que en abril, se estimó que la población desocupada fue de 2.1 millones de personas, que equivalen a 4.7% de la Población Económicamente Activa (PEA), tasa superior en 1.7 puntos porcentuales respecto al mes inmediato anterior y en 1.2 puntos porcentuales mayor a la de abril del año pasado. Como se puede ver, las personas que se retiraron de la PEA no son consideradas como desempleadas (porque no están buscando trabajo), ya que de otra manera los desocupados serían unos 14.1 millones de personas al mes de mayo.

5. Derivado de lo anterior, la Población No Económicamente Activa (PNEA) disponible para trabajar, es decir, población que no buscó trabajo pero que aceptaría uno si se lo ofrecieran, fue de 19.4 millones en mayo, lo que representa el 38.4% de la población no económicamente activa.

En la ETOE no se hace mención de los niveles de ingreso de la población que mantiene su empleo, pero como se puede ver, hay un enorme deterioro laboral por la enorme cantidad de gente que salió de la población económicamente activa y los millones que mantuvieron su ocupación, pero están en una condición de subempleados. Los datos también sugieren que ni la economía informal sirvió de escape para el desempleo ya que las personas que trabajan en la informalidad de hecho pasaron de 30.9 millones de en mayo de 2019 a 22.6 millones en el mismo mes de 2020.

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¿Qué podemos esperar para los próximos meses? La realidad es que el proceso de recuperación de empleos será extremadamente tardado. Mis estimaciones son en el sentido de que con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 10.5%, como lo estima el Fondo Monetario Internacional, al cierre del año se habrán perdido más de un millón de empleos formales y que eventualmente veremos el indicador de tasa de desempleo aumentar mes con mes, posiblemente a niveles cercanos al 10%, conforme las personas buscan reingresar a la población económicamente activa y no encuentren una fuente de empleo más que en la forma de autoempleo o en la informalidad. Desde luego que es de esperarse que la subocupación se mantenga alta.

El problema del desempleo y la crisis económica que estamos viviendo han ocasionado y exacerbarán los problemas de delincuencia en nuestro país. Diario vemos notas de cómo se han disparado los asaltos, los robos a casa habitación y negocios, así como todo tipo de actos criminales. Este es un fenómeno que desde mediados del mes pasado ya había sido advertido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNOCD, por sus siglas en inglés) emitió su reporte “COVID-19 y la cadena de suministros de drogas: de la producción y el tráfico al consumo”, en el que advierte que la crisis económica y el desempleo ocasionada por la pandemia de COVID-19 provocarán que más personas se enlisten en el crimen organizado y que un mayor número de campesinos se dediquen a la siembra de cultivos ilícitos, como marihuana y amapola. La agencia de la ONU aseguró que a México le espera una reducción de 6.5% de su PIB, la pérdida de hasta 14% de los empleos formales y pobreza extrema.

Además, advirtió de un mayor consumo de drogas en el mundo, debido a una sobreoferta a menor precio: “Por una reducción en la demanda, traficantes y distribuidores están acumulando grandes cantidades de droga (incluyendo en la frontera entre México y Estados Unidos), lo cual podría generar una sobreoferta (menor precio y más riesgo de sobredosis) una vez que se levanten las restricciones…Se espera que la crisis económica propicie un mayor uso de sustancias ilegales para acoplarse a las dificultades. Asimismo, se prevé un incremento en el uso de drogas más económicas”.

La UNOCD afirmó que durante el distanciamiento social aumentó la demanda de productos cannábicos y se registró una importante baja en la demanda de drogas de uso recreativo, concretamente las sintéticas y cocaína, debido al cierre de centros nocturnos y conciertos.

Concluye que ante un panorama en el que se ha visto afectado el traslado de drogas entre países (sobre todo a través de mulas humanas), las organizaciones criminales se diversificaron hacía otras actividades como el cibercrimen y el tráfico de medicinas falsificadas, además, “han llenado vacíos del Estado al proveer comida y servicios a la población vulnerable durante el confinamiento, ganando terreno en territorios y poblaciones en disputa”. Tal y como lo hemos visto en México en donde varios cárteles han entregado despensas a la población vulnerable.

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¿Qué hacer ante este complicado panorama? Es imperativo reactivar la economía, pero la falta de políticas públicas que estimulen la economía (por el lado de la oferta y de la demanda) hará que el proceso sea aún más largo y si a esto le sumamos el severo deterioro en el clima para invertir, pues el panorama se complica aun más. Por su parte, la inacción para frenar las importaciones subvaluadas es más que evidente ya que erróneamente se piensa que dejando entrar productos subvaluados, los consumidores tendrán productos más baratos, pero eso es totalmente falso ya que la subvaluación lo único que genera es ahorros para los importadores defraudando a un fisco que les acaban engordando la cartera. Todo parece indicar que la apuesta de los empresarios que puedan irá enfocada a la exportación a los Estados Unidos, lo cual tampoco será sencillo. Ojala que nuestros vecinos tengan una rápida recuperación.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomez

3 comentarios

  1. Alejandro, un muy crudo pero certero e importante análisis. Te has centrado en la cantidad, más todavía hay que analizar la calidad de los empleos. Por la misma oferta y demanda, seguramente los nuevos empleos o incluso los antiguos, sean de menor calidad que los que había en marzo o hace un año.

    Además está el problema de desviación de tendencia, donde no solo la pandemia, sino la presente administración federal, han incentivado mucho más la economía informal, en aras del clientelismo electoral. Esto también genera ocupaciones de menor calidad.

    También he pensado que depende mucho del sector económico. Es mi impresión que los empleos en el sector manufacturero son mucho más especializados en promedio que en los sectores primario y terciario. Por lo cual las empresas del sector manufacturero, en la medida de lo posible, han buscado mantener su planta laboral con más empeño que los demás sectores. Las importaciones sustituyen a los sectores primario y secundario locales, y en el sector terciario tienen un efecto en ambos sentidos, por un lado pueden fortalecer al comercio, pero a los demás servicios los debilitan.

    Como hemos mencionado, y la mayoría de los analistas, y gente común pero que se informa y/o vive la realidad, la estrategia de la presente administración federal deja mucho que desear en lo que respecta a la incentivación de la economía. Esto es muy desalentador, y espero algunos de los duros golpes presentes ayuden a enderezar un poco el rumbo. Pero independientemente de eso, también es mi impresión que nuestro país, nuestra economía es afortunadamente mucho más fuerte y resiliente que lo que a veces pensamos. Si empresarios y gente con grandes activos acumulados invierten parte de ellos en la reactivación de sus empresas o activos nacionales, estarán contribuyendo al despertar económico, y lo que observo es que si lo harán. Y por otro lado la flexibilidad y resiliencia de nuestro emprendedores, en toda su gama, desde la parte informal a la formal, y desde los emprendedores únicos, microempresas, pequeñas hasta las medianas, es un activo muy importante que pocas veces se valúa y aprecia adecuadamente.

    También, si bien hemos visto una tendencia del partido en el poder de crear un ambiente estructural más acorde a sus intereses, que en muchos casos son retrocesos a nuestro marco institucional, también se ha visto una resistencia de los diferentes poderes y entes institucionales que han impedido se reviertan parte de esos avances. Es mi esperanza y deseo que alcancen a frenar lo suficiente como para no retroceder tanto.

    En conclusión, considero que nuestro rol es por un lado como parte del sector empresarial aprovechar la coyuntura para mejorar en forma disruptiva algunas de las múltiples oportunidades que tenemos, y por otro lado como ciudadanos mantenernos informados, e informar a los demás en la medida de lo posible (como en tus artículos) para que todos tomemos mejores decisiones a nivel específico de participación electoral, y en general de participación ciudadana. Juntos somos más, y la razón nos asiste.

  2. Maestros. Analizar las estadísticas del desempleo en México a partir de la pandemia es una situación que requiere de estrategias, no solo gubernamentales sino también desde la perspectiva de los centros educativos, la respecto, me viene a la mente el gran número de profesionistas egresados que se insertan cada año en el mercado laboral y que deben enfrentar estos desafíos que ustedes han referido en el blog. Por lo anterior considero vital incentivar el emprendimiento con un sentido social y solidario.
    Espero y agradezco sus comentarios al respecto.
    Mtra. Ma. del Carmen Rodríguez

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