¿Qué tan lejos estamos de regresar a la economía que teníamos en 2019?

Mucho se ha especulado respecto a cuándo México podría volver a registrar los niveles de actividad económica que teníamos antes de la crisis ocasionada por los cierres de actividad económica por el Covid-19. Para tratar de responder a esta interrogante, tenemos que el INEGI acaba de dar a conocer los datos de la estimación del Producto Interno Bruto (PIB) en México durante el segundo trimestre del año. Tenemos que el PIB nominal (medido en pesos corrientes) sumó 25.931 billones de pesos, y de este total 1.022 billones fueron generados por el sector primario, 8.109 billones por el sector secundario y 15.242 billones por el terciario. Si tomamos en consideración que el tipo de cambio promedio fue de 20.0137 pesos por dólar, entonces el PIB de México sumó 1.295 billones de dólares. Estas cifras globales pudieran denotar que hemos superado o estamos cerca de superar, los niveles de actividad económica que se registraban antes de la pandemia.

Para evitar generalizaciones, en esta entrega hacemos un análisis de cómo se encuentra el PIB de las diferentes actividades económicas en el segundo trimestre de 2021, en comparación con el mismo trimestre de 2019 y 2020. Veremos que algunas actividades ya se han recuperado, mientras que otras se mantienen con bastantes complicaciones y operando muy por debajo de cómo lo hacían hace dos años. Para algunas actividades esto es producto de los problemas estructurales a nivel global, fallas en las cadenas de suministro de insumos, disminución del poder adquisitivo del promedio de la población o por las erróneas políticas publicas implementadas por el gobierno federal.

PIB Total

En la Tabla 1 podemos ver que, con cifras originales, en el segundo trimestre de 2021 el PIB total en términos reales (ajustado por inflación) creció a una tasa impresionante de 19.56%, pero también vemos que el PIB actual aún se encuentra en un nivel 2.82% por debajo del que tenía en el segundo trimestre de 2019.  Esto significa que si el PIB real creciera a una tasa anualizada de 2.91% en el segundo trimestre de 2022, apenas regresaremos al nivel de PIB prepandemia. Esto es pues, por dónde se le quiera ver, una pérdida de tres años en nuestro proceso de desarrollo económico.

Ahora, si queremos analizar cómo va la economía nacional en el primer semestre del año, tenemos que el nivel de PIB real total se encuentra 6.93% por encima del nivel que tenía en el primer semestre de 2020, pero está 3.83% por debajo del monto de PIB real registrado en el primer semestre de 2019.

En cuanto a las actividades primarias, tenemos que éstas crecieron 6.75% en el comparativo del segundo trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2020; y de hecho se encuentran 2.60% por encima del nivel registrado en el segundo trimestre de 2019. Es así que las actividades primarias son la única gran rama de actividad que ya se encuentra en un nivel superior al prepandemia.

Las actividades secundarias tuvieron un gran desempeño en el segundo trimestre de 2021, ya que crecieron 27.85% a tasa anual con respecto al segundo trimestre de 2020; sin embargo, aún están 4.62% por debajo del nivel observado en el segundo trimestre de 2019. Es así que para regresar al nivel de PIB observado antes de la crisis del Covid-19, las actividades secundarias deberán crecer 4.85% en el comparativo del segundo trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2022. ¿Es posible que la industria nacional crezca a esa tasa el año que viene? Es complicado, pero pudiera darse si continúa el dinamismo de las exportaciones.

Las actividades terciarias también registraron un crecimiento importante en el segundo trimestre de 2021, ya que su PIB real aumentó 17.07%; sin embargo, éste se encuentra 1.99% por debajo del nivel del segundo trimestre de 2019. Es así que el PIB de las actividades terciarias debe crecer 2.04% entre el segundo trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2022 para regresar a los niveles de actividad observados previo a la pandemia del Covid-19. En el caso de las actividades terciarias, si se ve factible que en 2022 se recupere el nivel de PIB observado en 2019.   

A continuación se presenta el análisis particular de las actividades secundarias y terciarias.

Actividades secundarias

Como ya se señaló, las actividades secundarias crecieron 27.85% anualizado en el segundo trimestre de 2021, pero su nivel de PIB aún se encuentra 4.62% por debajo del observado en igual trimestre de 2019. En la Tabla 2 vemos que el crecimiento observado entre abril y junio de 2021 en las actividades secundarias es producto de que la Minería creció 6.43%; la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de  agua y de gas por ductos al consumidor final subió 4.19%; la Construcción aumentó 33.76%; mientras que las Industrias manufactureras subieron 36.71%. No obstante lo anterior, vemos que sólo la Minería reporta un nivel de actividad superior al observado en el segundo trimestre de 2019. Vemos que la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de  agua y de gas por ductos al consumidor final se encuentra todavía 5.64% por debajo de su nivel del segundo trimestre de 2019; mientras que la Construcción y las Industrias Manufactureras están 11.85% y 3.37% por debajo del nivel de 2019, respectivamente. 

¿Es posible que el PIB de la construcción crezca en el segundo trimestre de 2022 a una tasa de 13.45% para regresar al nivel que tenía en 2019? Lamentablemente, con las condiciones de incertidumbre y política de nulos incentivos a la inversión, por parte del gobierno federal se ve casi imposible que eso ocurra. Respecto a la industria manufacturera, ¿es posible que ésta crezca a una tasa de 3.49% en el segundo trimestre de 2022 para regresar a los niveles prepandemia? Es probable que si en la medida en que las exportaciones sigan aumentando y se vayan resolviendo los problemas estructurales que limitan la producción y el comercio a nivel mundial.  

De las actividades secundarias, la de mayor importancia, por su contribución al PIB son las industrias manufactureras. En el segundo trimestre de 2021, el PIB total fue de 25.931 billones de pesos, y de este total, 8.109 billones fueron de las actividades secundarias, y de esta última cifra, 4.589 billones de pesos fueron generados por las industrias manufactureras. A continuación se presenta la evolución de estas últimas:  

Manufacturas

En cuanto a las industrias manufactureras, a continuación se presenta la evolución de cada una de ellas en el periodo del segundo trimestre de 2020 al mismo trimestre de 2021 (en paréntesis se indica el porcentaje de variación y las actividades están ordenadas de mejor a peor desempeño): Curtido y acabado de cuero y piel,  y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (205.58%); Fabricación de prendas de vestir (173.01%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (172.06%); Fabricación de equipo de transporte (139.74%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (98.96%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (66.70%);  Fabricación de productos metálicos (60.10%); Industria del plástico y del hule (54.53%); Impresión e industrias conexas (51.11%); Fabricación de maquinaria y equipo (50.66%); Industria de la madera (49.89%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (44.39%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía  eléctrica (42.54%); Industria de las bebidas y del tabaco (40.70%); Otras industrias manufactureras (34.11%); Industrias metálicas básicas (28.56%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (25.71%); Industria del papel (24.20%); Industria alimentaria (3.87%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (3.74%); e Industria química (3.37%).

No obstante muchas de las espectaculares tasas de crecimiento del PIB de diversas actividades manufactureras, muchas de ellas aún se encuentran en un nivel considerablemente por debajo del observado en 2019, aunque es verdad que algunas ya están en un nivel por arriba (a continuación se presenta la evolución de cada una de estas actividades en el periodo del segundo trimestre de 2019 al mismo trimestre de 2021, ordenadas de mejor a peor desempeño): Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía  eléctrica (18.73%); Industria del papel (6.73%); Industria del plástico y del hule (5.25%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (2.05%); Industrias metálicas básicas  (2.04%); Industria alimentaria (1.62%); Fabricación de productos metálicos (0.66%); Otras industrias manufactureras (0.55%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-1.33%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (-2.16%); Industria de las bebidas y del tabaco (-3.01%); Impresión e industrias conexas (-3.34%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-3.45%); Industria de la madera (-4.14%); Fabricación de maquinaria y equipo (-5.31%);  Industria química (-6.64%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-7.68%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-10.39%); Fabricación de equipo de transporte (-13.85%); Fabricación de prendas de vestir (-19.22%); y Curtido y acabado de cuero y piel,  y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-23.73%).

De esta información llaman la atención varios puntos: 1. De las 21 actividades manufactureras, solamente 8 reportan un nivel de PIB superior al observado en el segundo trimestre de 2020; 2. Que hay sectores que si bien registran importantes tasas de crecimiento entre el 2020 y 2021, aún se encuentran muy por debajo de su nivel de 2019, como es el caso de los sectores automotriz, vestido y calzado; y 3. Los sectores más golpeados son aquellos que dependen más del mercado interno o dependen de las cadenas globales de suministro para varios de sus insumos.

A continuación se presenta la evolución del PIB de las diversas ramas que componen a las actividades terciarias:

Actividades terciarias

Es verdad que en este espacio le dedicamos poco a analizar a las actividades terciarias, mismas que son muy importantes, como vimos en los párrafos introductorios de esta entrega. A continuación se presenta la evolución del PIB de cada rama de actividad en el periodo del segundo trimestre de 2020 al mismo trimestre de 2021 (en paréntesis se indica el porcentaje de variación y las ramas están ordenadas de mejor a peor desempeño): Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos (168.94%); Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (160.58%); Transportes, correos y almacenamiento (54.52%); Comercio al por menor (39.36%); Comercio al por mayor (24.84%); Servicios de salud y de asistencia social (16.45%); Otros servicios excepto actividades gubernamentales (10.28%); Servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación (8.31%); Servicios profesionales, científicos y técnicos (7.23%);  Información en medios masivos (4.85%); Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (4.29%); Corporativos (3.20%); Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales (2.38%); Servicios educativos (1.51%); y  Servicios financieros y de seguros (-1.98%). Los datos muestran que de las 15 actividades que componen a las actividades terciarias, 14 muestran una recuperación en el segundo trimestre de 2021.

Ahora, en cuanto a la evolución de las ramas de actividad que componen a las actividades terciarias durante el periodo del segundo trimestre de 2019 al mismo trimestre de 2021, tenemos lo siguiente (en paréntesis se menciona el porcentaje de variación y las actividades están ordenadas de mejor a peor desempeño): Servicios de salud y de asistencia social (17.08%); Información en medios masivos (4.77%); Actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales (3.26%); Servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación (3.19%); Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (2.74%); Servicios profesionales, científicos y técnicos (-0.38%); Comercio al por menor (-1.14%); Comercio al por mayor (-2.15%); Servicios educativos (-3.70%); Servicios financieros y de seguros (-5.39%); Transportes, correos y almacenamiento (-7.03%); Corporativos (-14.08%); Otros servicios excepto actividades gubernamentales (-18.47%); Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (-23.63%); y Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos (-42.76%). La información muestra que de 15 actividades solamente 5 muestran un nivel de PIB superior al del segundo trimestre de 2019. Vemos que entre los servicios más afectados se encuentran aquellos relacionados al turismo y muchas de las actividades recreativas.

Conclusión

Las cifras agregadas que indican que en el segundo trimestre de 2021 el PIB total creció 19.56% y que estamos sólo 2.82% por debajo del nivel del segundo trimestre de 2019 esconden la realidad que siguen enfrentando varios sectores de actividad como lo son los siguientes (en paréntesis se indica el porcentaje de variación del segundo trimestre de 2019 al mismo trimestre de 2021): Construcción (-11.85%); la Fabricación de equipo de transporte (-13.85%); Corporativos (-14.08%); Fabricación de prendas de vestir (-19.22%); Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas  (-23.63%); Curtido y acabado de cuero y piel,  y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-23.73%); y Servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos (-42.76%). Todas estas actividades que aún se encuentran en niveles muy por debajo de los observados en 2019, requieren de una estrategia para reactivarlas porque el futuro no será fácil.

Prácticamente todos los analistas serios coinciden en que la actividad económica tendrá una fuerte desaceleración en la segunda mitad de este año, debido al temor que causa en los consumidores la variable Delta del virus que causa la Covid-19, porque es posible que continúen las disrupciones en las cadenas de valor a nivel mundial, porque en Estados Unidos se está perdiendo el impulso que se había logrado por los estímulos económicos que ha estado dando el gobierno federal, por el endurecimiento de la política monetaria en México, entre otros temas. Es por ello que se hace aún más importante el encontrar estrategias para apoyar el crecimiento del PIB nacional, porque el crecimiento inercial se ha comprobado que nos ha empobrecido.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Los bancos centrales están ahora “en el final del juego”

Desde hace varios años es común leer artículos, escritos por amateurs y por verdaderos profesionales, que anticipan el colapso del dólar estadounidense derivado del impresionante ritmo de crecimiento de la oferta monetaria en el vecino del norte, la cual no tiene absolutamente ningún respaldo. La aparición de este tipo de opiniones se aceleró después de la crisis financiera de 2018 y ahora es materia de análisis prácticamente todos los días, tras el incremento de la cantidad de dólares en circulación derivado de la crisis económica causada por las decisiones que se tomaron ante la pandemia del Covid-19.

Para ilustrar lo anterior, tenemos que de acuerdo con el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el agregado monetario M2 era de 1.591 billones de dólares en noviembre de 1980 y llegó hasta 8.004 billones en octubre de 2008, el dato más reciente es que M2 fue de 20.39 billones de dólares en junio de 2021.  Esto demuestra que tuvieron que pasar 28 años para que M2 aumentara en 6.413 billones de dólares, pero sólo tuvieron que transcurrir poco menos de 13 años para que M2 aumentara en 12.385 billones de dólares. Llama particularmente la atención ver que entre marzo de 2020 y junio de 2021 M2 en EEUU creció en 4.561 billones de dólares. ¿Qué es lo que ampara el incremento indiscriminado de dólares (M2 son los billetes, monedas y depósitos a la vista y a plazo)? Absolutamente nada, más la creencia de las personas de que esos billetes verdes sirven para comprar bienes y servicios.

Con esto en mente, me gustaría hacer mención de un artículo de Egon von Greyerz que leí la semana que termina. Dicha entrega fue publicada por el portal GoldSwitzerland.com y se titula “Los bancos centrales están ahora en el final del juego”. En él se hace una advertencia respecto de a dónde se dirige el sistema monetario actual, de acuerdo a la forma cómo se han comportado los bancos centrales de los países desarrollados después de la crisis financiera de 2008 y la crisis económica ocasionada por el Covid-19.

El autor menciona que los banqueros centrales recibieron la maldición del Rey Midas hace medio siglo. Midas convertía todo lo que tocaba en oro, incluso su propia comida. Hace exactamente 50 años (el 15 de agosto de 1971) los banqueros centrales recibieron una maldición por parte del presidente Richard  Nixon, al dar por concluido el sistema del Patrón Oro que fue implementado después de la Segunda Guerra Mundial.  Pero los banqueros centrales, en lugar de convertir todo en oro, recibieron la maldición de convertir todos los activos reales, incluido el oro, en papeles sin valor, creando así la semilla para este final del sistema que se espera para el sistema implementado por los bancos centrales.

Nixon, por supuesto, no había estudiado historia económica. Porque si lo hubiera hecho, habría entendido que su decisión financiera con repercusiones a nivel global era $100 billones de dólares peor que las mentiras que dijo respecto del escándalo de Watergate.

Egon von Greyerz menciona que para todos fines prácticos, el dólar ha perdido un 98% de su valor en términos reales (respecto al oro) desde 1971, ya que una onza de oro pasó de costar 35 dólares en 1971 a costar 1,780 dólares en la actualidad).  Una lección de historia de una hora le habría enseñado a Nixon que ninguna moneda ha sobrevivido en la historia a un proceso de desapego a una referencia metálica, ya que todos los líderes desde tiempos del Imperio Romano, que han hecho lo que hizo el presidente Richard Nixon, sin excepción han fracasado.

Todas las monedas a lo largo de la historia se han degradado hasta que ha llegado a un valor de cero.

Parece incomprensible que los presidentes y los banqueros centrales no se hayan enterado de que todos desempeñarán el mismo papel que tienen sus predecesores en el proceso de destrucción del valor de  la moneda nacional con la impresión indiscriminada de dinero sin sustento. Con su arrogancia, es obvio que todos los líderes esperan poder heredar el problema a su sucesor para que el desenlace no suceda durante su mandato. Y debido a que la mayoría de los líderes tienen un periodo relativamente corto en relación con la vida útil de una moneda, a menudo escapan de la responsabilidad, aunque sean culpables de degradar el valor de la moneda.

Nixon, por ejemplo, creyó que estaba haciendo una buena acción y de hecho estabilizó el dólar durante un tiempo. Si él está mirando desde el Cielo, ahora, 50 años después del término del Acuerdo de  Bretton Woods, verá que sus acciones ocasionaron la caída del 98% del valor del dólar hasta ahora.

¡Así que Nixon salvó el dólar muy brevemente en el corto plazo, pero lo sentenció a matarlo en el largo plazo!

Una economía global disfuncional

Haciendo un recuento de la historia, podemos decir que el período posterior al final de la Segunda Guerra Mundial fue seguido por un largo capítulo en el que imperaban la ley y el orden en Occidente. Esto no era solo en la sociedad en general, sino que también había orden y disciplina, así como cortesía en las escuelas y en las familias. Ahora, en muchos países no hay respeto por los profesores, los padres, mucho menos para la policía. Todas las eras pasan por ciclos y la peor parte del ciclo es lo que estamos experimentando ahora.

Los valores morales y éticos se han ido menguando y el crimen está desenfrenado. Esto no es nuevo en la historia y ocurre regularmente al final de épocas o ciclos importantes. Esto sucedió, por ejemplo, al final del Imperio Romano cuando Roma se desintegró económica y moralmente. La decadencia era desenfrenada entonces como lo es hoy. También lo eran las deudas y los déficits gubernamentales.

El emperador Cómodo comenzó la caída y se puede decir que fue el antiguo Nixon. El emperador Galieno lo terminó, por lo que podemos decir que es la versión romana de Biden. El hecho de que Estados Unidos, por ejemplo, haya aumentado su deuda federal todos los años desde 1960 (con cuatro excepciones menores) es un signo de enfermedad crónica y disfunción total.

El autor menciona que si el gobierno de los Estados Unidos durante más de 60 años se ha vuelto cada vez más decadente, tanto económica como moralmente, ¿cómo se puede esperar que la gente se comporte de manera diferente?

A muchos países del mundo les ha ido de manera similar o peor, pero debido al tamaño de la economía estadounidense y al estado general de la principal moneda de reserva a nivel mundial (el dólar), las consecuencias de lo que sucede en EEUU son considerablemente más importantes.

Ahora estamos en el juego final de los bancos centrales

Ahora en día, en los Estados Unidos se registran las mayores burbujas de precios de activos de la historia. La razón de esas burbujas es evidente al mirar cómo crecen de manera desenfrenada los balances de los bancos centrales, que ahora está siendo exponencial, como lo mencioné en el segundo párrafo de esta entrega. Desde antes de que comenzara la Gran Crisis Financiera, en 2006, los balances de los cuatro mayores bancos centrales a nivel mundial se han multiplicado por seis. Dado que la crisis se aceleró en 2019, ¡el crecimiento ahora es EXPLOSIVO!

Pero no son solo los bancos centrales los que provocan burbujas. Porque el mundo entero se ha convertido en una burbuja: Se necesitaron 2000 años para alcanzar una deuda global de $100 billones de dólares y la mayor parte se ha acumulado desde 1971. Luego, 50 años después, la deuda global se triplicó a $300 billones de dólares.

Egon von Greyerz proyecta $2 trillones o más de deuda en los próximos 4-9 años. Suena enorme y sensacional, pero las matemáticas son simples. Si sumamos el saldo actual de deuda, más los pasivos no financiados de al menos $200 billones a nivel mundial, más el saldo de instrumentos financieros derivados totales de al menos $1.5 trillones, eso nos lleva a $2 trillones de dólares de deuda a nivel global.

A medida que la burbuja de los instrumentos financieros derivados explote, o más bien implosione, en los próximos años, cuando lleguemos al final de los tiempos en el concepto de banco central como ahora lo conocemos, todo ese dinero tendrá que ser impreso por los bancos centrales en un intento final e inútil de salvar el sistema financiero.

Así pues, el 15 de agosto de 1971 fue el comienzo del fin de la era económica y el sistema monetario actuales. La Gran Crisis Financiera de 2008 fue el comienzo del Fin del Fin.

En agosto de 2019, cuando los bancos centrales entraron en pánico y declararon que harían lo que fuera necesario para salvar el sistema, comenzó la etapa final del fin del final. De acuerdo al autor esta etapa final y el final del juego de nuestro sistema monetario actual terminará entre 2025 y 2030. Sin embargo, es verdad que el final de una era económica importante es, por supuesto, imposible de pronosticar. Normalmente las cosas tardan más de lo esperado. Pero una vez que inicia el final del banco central con problemas hiperinflacionarios (seguido de una implosión deprimente), las cosas normalmente suceden muy rápido. Los períodos hiperinflacionarios suelen ser de 2 a 4 años.

Veremos qué sucede, por alguna razón este tema lo vemos cada vez más en las columnas de análisis económico..

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandroparaleonndrogomezt

Una recuperación económica muy complicada

El proceso de recuperación económica de México ha sufrido dos reveses en los últimos días. Por una parte, el aumento exponencial en los casos de Covid-19 ha provocado que más personas sean más cautelosas en sus actividades, lo que implica salir menos a de compras, a restaurantes, entre otros. Por otro lado, está la persistente inflación, que ha motivado a un endurecimiento de las condiciones monetarias en el país.

Respecto a este último asunto, tenemos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) recién informó que en julio de 2021 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró una inflación de 0.59% respecto al mes inmediato anterior. Con este resultado la inflación general anual se ubicó en 5.81% y se acumulan 5 meses consecutivos en los que la inflación ha estado por encima del límite máximo establecido por el Banco de México de un 4 por ciento.  

En este contexto, el Banco de México llevó a cabo su reunión de Junta de Gobierno del pasado 12 de agosto y en ella decidió incrementar nuevamente su tasa de interés objetivo en un cuarto de punto porcentual a 4.50%. La votación fue dividida y los “halcones” ganaron a las “palomas” con marcador de 3 votos a 2.  El instituto central justificó la decisión en función de que las expectativas de inflación general y subyacente en 2021 han estado aumentando. De hecho, en su comunicado de prensa, el Banxico deja en claro que ve los riesgos inflacionarios al alza en función  de lo siguiente: i) presiones inflacionarias externas; ii) presiones de costos; iii) persistencia en la inflación subyacente; iv) depreciación cambiaria; y v) aumentos en los precios agropecuarios. Sin embargo, también concede que hay algunos elementos favorables que pueden ayudar en la lucha contra la inflación: i) por los efectos de la brecha negativa del producto; ii) mayor distanciamiento social; y iii) apreciación cambiaria.

Esta decisión de incrementar la tasa de interés, es un balde de agua fría para los esfuerzos de recuperación económica nacional, en un contexto de renovado temor por el Covid-19.  Para ilustrar este punto, a continuación presento lo que sucede con la industria nacional y con el consumo privado de bienes y servicios.

Industria nacional

De acuerdo con el INEGI, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) (con cifras desestacionalizadas) disminuyó -0.5% en términos reales en el sexto mes de 2021 respecto al mes previo. Por componentes, la Construcción descendió -2%; la Minería -0.8%; la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final -0.5%, mientras que las Industrias manufactureras retrocedieron -0.1 por ciento.

Ahora, en cuanto a su comparación anual de junio de 2021 respecto del mismo mes de 2020, es verdad que se siguen viendo tasas de aumento impresionantes. Tenemos que la Producción Industrial se incrementó 13.6% en términos reales. Por sectores de actividad económica, las Industrias manufactureras crecieron 16.3%; la Construcción 15.5%; la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final 7.2%, mientras que la Minería aumentó 5.2%. Reitero que estas cifras se ven muy bien, pero no debemos dejar de lado que parten de niveles de comparación muy bajos tras la enorme caída que sufrieron muchas de ellas durante el 2020.

Dado lo anterior, es que a continuación volvemos a analizar la evolución de la industria en el primer semestre del año respecto del 2020, pero más importante, comparada con el nivel prepandemia observado en los primeros seis meses de 2019.

En la Tabla 1 podemos ver que en el nivel de actividad industrial del primer semestre de 2021 es 10.5% superior al observado en el primer semestre de 2020, pero ésta se encuentra 4.7% por debajo del nivel que se tenía en el primer semestre de 2019.  En el caso de la Minería, las cifras del primer semestre de 2021 indican que el nivel de actividad de este sector está 1.6% por encima de lo observado en el primer semestre de 2020 y 2.1% arriba de lo registrado en los primeros seis meses de 2019.

Con relación a la actividad de electricidad, gas y agua, vemos que el índice del primer semestre de 2021 se encuentra 0.9% por debajo de 2020 y está en un nivel 5.7% inferior al registrado en el primer semestre de 2019. Es muy preocupante lo que ocurre con la construcción, misma que en el primer semestre de 2021 se encuentra 9.5% arriba del nivel de 2020, pero sigue estando 13.1% por debajo de lo observado en 2019. Finalmente, en cuanto a las Manufacturas, vemos que en el primer semestre de 2021 éstas se encuentran 15.2% por arriba de 2020, pero están aun 3.1% por debajo del nivel de 2019.

Queda claro, pues, que salvo por la minería, la industria nacional se encuentra operando en niveles por debajo de los que se tenían en 2019; y no debemos olvidar que el 2019 fue cuando comenzaron los problemas recesivos de México porque ese año el PIB cayó -0.15%.

Consumo nacional

En los primeros cinco meses del 2021, el indicador mensual del consumo privado en el mercado interior muestra un incremento de 5.82% respecto de los mismos meses de 2020, pero aún se encuentra 4.96% por debajo del nivel que tenía en los primeros cinco meses de 2019. No obstante lo anterior, lo que más preocupa y es un riesgo para la recuperación económica nacional, es que el consumo de bienes y servicios nacionales muestra un aumento de 3.91% respecto a 2020, pero está 6.10% por debajo del nivel de 2019. Por su parte, el consumo de bienes importados muestra un aumento de 24.05% respecto a 2020 y ya se encuentra 5.20% por encima del valor observado en los primeros cinco meses de 2019.

En otras palabras, lo que estamos viendo es que no obstante que el nivel de consumo total todavía está por debajo del nivel de 2019, el consumo de productos importados ya registra niveles superiores a los observados en 2019. Esto significa que la incipiente recuperación del consumo en México ha beneficiado más a los productos extranjeros que a los nacionales, en perjuicio de la planta productiva nacional.

Para complicar aún más las cosas, tenemos que las alzas en la tasa de interés objetivo por parte del Banco de México, fortalecerán más al tipo de cambio (que al escribir estas líneas se encuentra en 19.87 pesos por dólar). Entonces en el contexto actual, lo que se logrará es abaratar el producto importado respecto del hecho en México y así seguiremos viendo que la recuperación económica se traducirá en mayores tasas de crecimiento de las importaciones comparado con el consumo de productos nacionales. Lo peor que puede pasar, y de hecho está pasando, es que en diversos mercados la recuperación del mercado interno sea para los extranjeros.

Conclusión

México enfrenta tiempos muy complicados por el crecimiento exponencial de los contagios de Covid-19, lo que hace probable que la expectativa de crecimiento de un 6.0% no se cumpla. En este contexto, hay un problema estructural de inflación a nivel global, y en México el problema es aún más grave, pero la autoridad del Banco Central cree que subiendo la tasa de interés logrará disminuirla (tal vez lo haga bajando el precio del dólar y así con importaciones baratas incida en el INPC). Lo que el Banxico no quiere entender es que subiendo la tasa de interés en México no resolverá los problemas de los precios de las gasolinas o lo que pasa con los contenedores atorados en casi todos los puertos del mundo. Pero el Banxico ya tomó una decisión y eso afectará la economía nacional, la cual ya privilegia el consumo de bienes importados.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt   

No se erradicará el Covid, aprendamos a vivir con eso

Al momento de escribir estas líneas, oficialmente se han registrado 201 millones de casos de Covid-19 en el mundo, y de ese total, han fallecido 4.27 millones de personas. En el caso de México, los casos oficiales son 2.964 millones, mientras que las personas que han perdido la vida son 248 mil (El INEGI estima 35.3% más muertes por Covid-19 que las reportadas por el gobierno en el 2020). Desde luego que la cantidad real de casos y muertes a nivel global es considerablemente mayor a lo que indican las cifras oficiales. Ahora, la expectativa con la tercera ola de contagios, impulsada por la variante Delta, es que aún nos falta por ver muchas cosas terribles en materia de salud. En este contexto se abre un debate en cada nación respecto a qué hacer para enfrentar esta nueva ola. Se destaca la importancia de aumentar la vacunación, se refuerza el mensaje de que es indispensable usar cubrebocas y mantener la higiene de manos. Sin embargo, acecha la amenaza de que volvamos a enfrentar cierres de actividad económica y limitaciones a la movilidad, en caso de que el número de casos siga creciendo exponencialmente y que esto ocasione una saturación en el sistema de salud pública y privado.

Esta semana tuve la oportunidad de leer un artículo editorial respecto a la estrategia que deben seguir los gobiernos nacionales para enfrentar la enfermedad del Covid-19 causada por el virus SARS-CoV-2. El artículo se titula “La erradicación del Covid es una fantasía peligrosa y cara” y fue escrito por el Dr. Jay Bhattacharya y Donald J. Boudreaux. Fue publicado por el Wall Street Journal el 4 de agosto. En él se dan argumentos sólidos para pensar que los intentos de erradicar el Covid-19 de la faz de la tierra están destinados al fracaso, que el cierre de la actividad económica es un ejercicio perverso e inútil, y que los esfuerzos deben estar puestos en mantener buenos hábitos de higiene, así como de aumentar las tasas de vacunación. El virus que causa el Covid-19 no se va a ir jamás.

Cabe señalar que el Dr. Bhattacharya es profesor de medicina en Stanford e investigador asociado en la Oficina Nacional de Investigación Económica. El Sr. Boudreaux es profesor de economía en la Universidad George Mason.

El artículo argumenta que gran parte de la patología subyacente a la política gubernamental en contra del Covid surge de la fantasía de que es posible erradicar el virus. Aprovechando el pánico pandémico, los gobiernos de muchas naciones y los medios de comunicación “obedientes” han utilizado la atractiva idea de que es posible llegar a tener cero casos de Covid, y para ello se induce a una obediencia ciega respecto de las duras políticas que limitan la actividad económica, mismas que han sido arbitrarias, además de que en muchos países se han violentado las libertades civiles.

De entre todos los países, Nueva Zelanda, Australia y especialmente China, han adoptado con más celo la política de llegar a cero casos de Covid. El cierre inicial de China en Wuhan fue el más tiránico. Encerró infamemente a las personas en sus hogares, obligó a los pacientes a tomar medicamentos no probados e impuso cuarentenas de 40 días a punta de pistola.

Por su parte, el 24 de marzo de 2020, Nueva Zelanda impuso uno de los bloqueos a la actividad económica más onerosos del mundo libre, con fuertes restricciones a los viajes internacionales, cierres de negocios, prohibición a las personas de salir a la calle y un fomento oficial para que los ciudadanos denunciaran a sus vecinos. En mayo de 2020, después de haber alcanzado cero casos de Covid,  Nueva Zelanda levantó la mayoría de las restricciones a la actividad económica, excepto las cuarentenas para viajeros internacionales y los registros domiciliarios sin orden judicial, para hacer cumplir el bloqueo de actividades y movilidad.

Australia también implementó políticas para llegar a cero casos de Covid. Si bien los pasos iniciales se enfocaron en prohibir los viajes internacionales, los cierres de actividad allá también involucraron a las escuelas, separación ocasional de madres de recién nacidos prematuros, represión brutal de protestas y arrestos por deambular a más de 5 kilómetros de su hogar.

Los medios de comunicación y las revistas científicas acogieron con fanfarria el logro temporal de Nueva Zelanda y Australia cuando alcanzaron los cero casos de Covid, así como del éxito autodeclarado por parte de China. La respuesta autoritaria de China pareció tan exitosa, a pesar del historial del país de mentir sobre el virus, que los gobiernos democráticos de todo el mundo, en estado de pánico, copiaron la estrategia con resultados brutales para sus economías.

Es así que Australia, Nueva Zelanda y China levantaron sus cierres de actividad y celebraron; pero luego, cuando el Covid regresó a esas tres naciones, también lo volvieron a hacer los cierres de la actividad económica. Los bloqueos actuales de Australia en Sídney ahora son aplicados por patrullas militares junto con advertencias estrictas de los funcionarios de salud advirtiendo de los riesgos de algo tan simple como hablar con los vecinos. Después de que el primer ministro Boris Johnson anunció que el Reino Unido debe “aprender a vivir con” el virus”, el ministro encargado de atender el Covid-19 de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, respondió imperiosamente: “Eso no es algo que hayamos estado dispuestos a aceptar en Nueva Zelanda”.

El historial poco impresionante de la humanidad de erradicar deliberadamente enfermedades contagiosas nos advierte que las medidas de cierre de la economía, por más draconianas que sean, no pueden funcionar. Hasta ahora, el número de enfermedades de ese tipo eliminadas es de dos, y una de ellas, la peste bovina, afectó solo a los ungulados con un número par de dedos. La única enfermedad infecciosa humana que hemos erradicado deliberadamente es la viruela. Por su parte, la bacteria responsable de la peste negra, el brote de peste bubónica del siglo XIV, todavía está con nosotros, causando infecciones incluso en los EE.UU.

El Dr. Jay Bhattacharya y Donald J. Boudreaux agregan que si bien la erradicación de la viruela, un virus 100 veces más mortal que Covid, fue una hazaña impresionante, no debería usarse como un precedente para la lucha contra el Covid. Por un lado, a diferencia de la viruela, que era transportada solo por humanos, el SARS-CoV-2 también es transportado por animales, lo que, según algunas hipótesis, puede transmitir la enfermedad a los humanos. Necesitaríamos deshacernos de perros, gatos, visones, murciélagos y más para llegar a cero casos de Covid.

Por otro lado, la vacuna contra la viruela es increíblemente eficaz para prevenir infecciones y enfermedades graves, incluso después de la exposición a la enfermedad, con una protección que dura de cinco a 10 años. Recientemente ha quedado más que claro que las vacunas Covid son mucho menos efectivas para prevenir la propagación del virus.

Y la erradicación de la viruela requirió un esfuerzo global concertado que duró décadas y una cooperación sin precedentes entre las naciones. Nada como esto es posible hoy, especialmente si requiere un cierre perpetuo a la actividad en todos los países del mundo. Eso es simplemente pedir demasiado, especialmente a los países pobres, donde los cierres de la actividad económica han demostrado ser devastadoramente dañinos para sus esfuerzos de desarrollo (De acuerdo a la Coneval., en México la pobreza creció y ahora alcanza a 44% de la población). Es de esta manera que si incluso un reservorio no humano o un solo país o región no adopta el programa de erradicación del Covid, la estrategia de llegar a cero casos a nivel mundial fallaría.

Los costos de cualquier programa de erradicación del Covid-19 son inmensos y deben justificarse antes de que los gobiernos persigan tal objetivo. Estos costos incluyen el sacrificio de bienes y servicios no relacionados con la salud, así como otras prioridades de salud, prevención y tratamientos a los que se tendría que renunciar. El fracaso constante de los funcionarios del gobierno para reconocer los daños de los cierres económicos, a menudo poniendo como pretexto el principio de prevención, descalifica al Covid como candidato para su erradicación.

La única ruta práctica es aprender a vivir con el virus de la misma manera que hemos aprendido a vivir durante milenios con otros innumerables patógenos. Una política de protección bien focalizada puede ayudarnos a enfrentar el riesgo. Hay una diferencia mil veces mayor en el riesgo de mortalidad y hospitalización que representa el virus para los ancianos en relación con los jóvenes. Ahora tenemos buenas vacunas que han ayudado a proteger a las personas vulnerables de los estragos del Covid. La solución prioritaria es ofrecer la vacuna a los grupos más vulnerables en todas partes del mundo. Se debe abandonar la idea de los cierres de actividad económica, así como las  restricciones a la movilidad, ya que esto ha probado ser una estrategia fallida.

El Dr. Jay Bhattacharya y Donald J. Boudreaux concluyen mencionando que vivimos con innumerables peligros, cada uno de los cuales podríamos elegir sensatamente no erradicar. Las muertes de accidentes de automóviles podrían erradicarse prohibiendo los vehículos de motor. El ahogamiento podría erradicarse prohibiendo la natación y el baño en albercas. La electrocución podría erradicarse prohibiendo la electricidad. Vivimos con estos riesgos no porque seamos indiferentes al sufrimiento, sino porque entendemos que los costos de cero ahogamiento o cero electrocución serían demasiado altos. Lo mismo ocurre con la estrategia de llegar a cero casos de Covid.

 Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

La pobreza creada en los hogares mexicanos en 2020

Mucho se ha dicho respecto de la crisis económica causada por el Covid-19, aunque la realidad es que la crisis no fue originada por dicho virus, sino por los gobiernos que tomaron la decisión de cerrar la economía prematuramente cuando el problema apenas comenzaba. Como ya sabemos, después de cerrar las actividades económicas “no esenciales”, los gobiernos posteriormente decidieron cuales actividades podrían ir regresando paulatinamente a operar, aunque el daño a la producción, al empleo y los ingresos de millones de personas ya estaba hecho. En países como Estados Unidos, en el que el gobierno federal y el banco central aportaron billones de dólares en estímulos, la población no sufrió tanto en lo económico. Pero, en países, como México, en el que no hubo apoyos significativos por parte del gobierno federal, ni de la banca de desarrollo, ni del banco central (que apenas se limitó a bajar su tasa de interés objetivo de un 7.00% que tenía en febrero de 2020 a 4.00% en febrero de 2021), pues el nivel de creación de pobreza y destrucción del capital ha sido gigantesco.

En este espacio hemos dado cuenta del enorme costo social de haber cerrado la economía, mismo que se ha manifestado en mayor desempleo y subempleo, así como menores niveles de ingreso para la mayoría de la población. En este sentido, la semana que recién concluye, el INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020, misma que da enormes detalles de cómo la crisis económica del año pasado afectó a los hogares mexicanos. En esta entrega presento sólo los principales hallazgos de dicha encuesta.

Ingresos de los hogares

En la ENIGH 2020, el promedio del ingreso total trimestral por hogar es de 53,798 pesos, el cual está compuesto del ingreso corriente total de 50,309 pesos y de las percepciones financieras y de capital con 3,489 pesos. Cabe señalar que la ENIGH 2018 reportó que el ingreso promedio total trimestral del hogar fue de 57,065 pesos, el cual estaba conformado de 53,418 pesos de ingreso corriente total y 3,647 pesos de percepciones financieras y de capital. Esto implica que el ingreso total promedio de las familias mexicanas disminuyó -5.7% real, derivado de que el ingreso corriente promedio cayó -5.8%, mientras que las percepciones financieras y de capital se contrajeron -4.3%.

Cabe señalar que del ingreso corriente total, en el 2020 la principal fuente de ingreso es por trabajo que representa 63.8% de éste, seguida por las transferencias (regalos en efectivo o especie) que representó el 17.6% del total, la estimación del alquiler de la vivienda (si tienes casa propia el INEGI estima como ingreso lo que pagarías de renta si no fuera tu vivienda) es de 13.1%, los ingresos por renta de propiedades es el 5.4%, mientras que otros ingresos corrientes fueron el 0.1% restante de los ingresos de los mexicanos promedio. Por su parte, de acuerdo a la ENIGH 2018 las distribuciones de dichas fuentes de ingreso se encontraron conformadas por 67.3% para ingreso por trabajo, 15.3% para transferencias, 11.4% para la estimación del alquiler de la vivienda, 5.9% para renta de la propiedad y 0.1% para otros ingresos corrientes.

Uno de los mayores problemas de México es la desigualdad en materia de ingresos. En este sentido, la ENIGH 2020 muestra la división de los hogares por deciles de ingreso corriente total. Vemos que en el  primer decil (el 10% de los hogares más pobres de México) tuvo un ingreso promedio trimestral de apenas 9,938 pesos; es decir 110 pesos diarios por hogar. En la edición 2018 dicho decil registró un ingreso promedio trimestral de 9,807 pesos, lo que significa un aumento nominal de 1.3%. Por su parte, en los  hogares del décimo decil (el 10% de hogares más ricos), el ingreso corriente promedio trimestral fue de 163,282 pesos; es decir, 1,814 pesos diarios por hogar. En dicho decil, la ENIGH 2018 registró un ingreso de 179 863 pesos; es decir, se registró una disminución de 9.2 por ciento. Estos datos muestran que en 2020 el 10% de los hogares más ricos de México tienen ingresos en promedio 16.5 veces más altos que el 10% de los hogares más pobres, en la ENIGH 2018 la diferencia era de 18 a 1.  Este fenómeno persiste no obstante los “apoyos” que el gobierno federal da a los adultos mayores y a las familias de menores ingresos.  

Gastos de los hogares

Para la ENIGH 2020, el gasto corriente total promedio de los hogares en México es de 39,411 pesos; y de este total, el gasto corriente monetario promedio trimestral por hogar fue de 29,910 pesos, mientras que el  gasto corriente no monetario fue de 9,501 pesos. En la ENIGH 2018 se reportó que el gasto corriente total promedio de los hogares fue de 43,664 pesos, de los cuales 34,329 fue gasto monetario y 9,335 pesos fue gasto no monetario. Esto implica que entre 2018 y 2020 el gasto total de los hogares disminuyó -9.7%, el gasto monetario se contrajo -12.9% real, mientras que el gasto no monetario creció 1.8 por ciento.

Dentro del gasto corriente monetario trimestral el rubro de alimentos, bebidas y tabaco representó la mayor categoría, tanto en la edición 2020, como en 2018, alcanzando 11,380 pesos y 12,090 pesos, respectivamente, lo que representa una disminución de -5.9%. En contraste, el rubro de vestido y calzado alcanzó solamente los 893 pesos para la ENIGH 2020, mientras que para la edición 2018 fue de 1 539 pesos, lo que representa una disminución de 42% en términos reales.

Dentro del rubro de alimentos y bebidas consumidos dentro del hogar, el mayor gasto corriente monetario promedio al trimestre, para ambas ediciones, se encuentra en la carne con 2,243 pesos, en el caso de la ENIGH 2020 y de 2,131 pesos para la ENIGH 2018, lo que representa un incremento de 5.2%; le siguen los cereales con 1,650 pesos en 2020 y 1,648 pesos en 2018, es decir, un incremento de 0.1%; otros alimentos diversos con 1,349 pesos para  2020 y 1,114 pesos en 2018, es decir, un incremento de 21.1%; y por último el gasto en las verduras con un incremento de 7.6%, siendo de 1,162 pesos en 2020 y de 1,080 en 2018.

Los tres primeros lugares de gasto corriente monetario promedio trimestral en los hogares corresponden, en la ENIGH 2020, al gasto en carne con 2,243 pesos, cuidados personales con 1,816 pesos y educación con 1,789 pesos, en tanto que para la ENIGH 2018 el primer lugar correspondió a educación con 2,947 pesos, el segundo a alimentos fuera del hogar con 2,759 pesos y el tercero a combustibles para vehículos con 2,148 pesos. Esto deja claro cómo la contingencia sanitaria vino a modificar sustancialmente los patrones de consumo de los hogares mexicanos.

Ingresos y gastos de los hogares por entidad federativa

En la ENIGH 2020, Nuevo León y Baja California obtuvieron el mayor ingreso corriente promedio trimestral por hogar al presentar valores de 72,931 pesos y 67,821 pesos, respectivamente. En la ENIGH 2018, para dichas entidades, los ingresos fueron de 73,894 pesos y 63,415 pesos respectivamente. En contraste, en ambas ediciones los estados con el menor ingreso corriente promedio trimestral por hogar fueron Guerrero y Chiapas con 32,516 y 29,168 pesos, respectivamente, para el caso de la edición 2020, y con 31,434 y 28,407 pesos, respectivamente, para la edición 2018.

En relación con el gasto corriente monetario promedio trimestral por hogar, en la edición 2020 la Ciudad de México y Baja California presentaron el mayor gasto con 37,771 y 37,058 pesos, respectivamente. En la edición 2018 la Ciudad de México y Baja California ocuparon los sitios con mayor gasto con 49,996 y 41,296 pesos, respectivamente. En el extremo opuesto, Oaxaca y Chiapas reportaron los gastos más bajos en ambas ediciones, siendo de 21,684 y 19,452 pesos, respectivamente, para el caso de la ENIGH 2020 y de 21,406 y 20,345 pesos, respectivamente, para la ENIGH 2018.

Conclusiones

Los resultados de la ENIGH 2020 evidencian un claro deterioro en los ingresos y gastos de los hogares mexicanos en el periodo de 2018 a 2020. Si bien estamos en un periodo de recuperación económica a nivel macroeconómico, tardaremos al menos dos años más en recuperar los niveles de ingresos y gastos per cápita que se tenían en 2018. Las políticas públicas impulsadas por el gobierno federal, que desalientan la inversión productiva y no hacen mucho para frenar las importaciones ilegales, harán que el proceso de recuperación sea complicado.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

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