Si bien hay aspectos positivos que se desprenden de la negociación bilateral de México y Estados Unidos en el TLCAN; a continuación expongo algunos puntos de la “renegociación” del TLCAN que me preocupan:
- Afectación al sector textil mexicano por eliminación de TPLs, los que permiten importar insumos de fuera de la región, transformarlos y gozar de preferencia arancelaria.
- En automotriz, se impondrán aranceles de 25% a las exportaciones de vehículos mexicanos por encima de 2.4 millones anuales y a las autopartes que excedan un valor de 90 mil millones de dólares. Para todos fines prácticos es un cupo. Se estima que de acuerdo al ritmo de crecimiento actual, dicho cupo podría alcanzarse en 6 años.
- El alza en la franquicia libre de arancel para importaciones vía empresas de mensajería y paquetería (de minimis) de $50 a $100 dólares incentivará la “importación hormiga” de mercancías sensibles.
- México cedió ante Estados Unidos en el Capítulo 19 de resolución de controversias.
- En propiedad intelectual hay temas de marcas y patentes que pueden afectar a empresas mexicanas, así como en el aspecto farmacéutico.
- Afectación al sector transporte mexicano de carga y pasaje. De igual forma hay preocupación por parte del sector acero y farmaceúticos.
- No está Canadá, lo que nos resta capacidad de negociación. En caso de que Canadá no regrese a mesa de negociación, en los EE.UU. entrarán en un debate respecto a la facultad que tuvo el gobierno de dicho país de negociar un tratado bilateral con México, cuando la autorización era de negociar un acuerdo trilateral.
- Lo acordado hasta ahora sólo ha sido de manera verbal, no hay textos que se puedan revisar. Falta la redacción de los detalles, lo cual puede ser sumamente tardado y complicado.
- No obstante el acuerdo en el TLCAN, los aranceles al acero y aluminio por parte de EE.UU. en contra de México se mantendrán.
Alejandro Gómez Tamez*