México se enfrenta a un riesgo significativo debido a cambios legislativos que podrían resultar en la eliminación de contrapesos políticos y la pérdida de independencia judicial. Esta situación preocupa a calificadoras y bancos, que ven un impacto negativo en las inversiones y el crecimiento económico. El país también enfrenta desafíos externos, como la retórica anti-México en la campaña presidencial de EE. UU.