El regreso del super peso

Al momento de escribir estas líneas, el tipo de cambio se encuentra en un nivel de 17.97 pesos por dólar, su nivel más bajo desde el 26 de septiembre de 2017. En el comparativo del último año, no cabe duda de que el peso mexicano es una de las monedas más fuertes frente al dólar estadounidense, dentro del grupo de las diez monedas globales más intercambiadas. En el comparativo del promedio de los días que llevamos de marzo de 2023 respecto de marzo de 2022, tenemos que el dólar estadounidense está 1.83% más caro frente al dólar canadiense, está 6.33% más caro frente al euro, 22.62% más elevado frente al yen japonés, 9.83% más alto frente a la libra esterlina, 6.07% más barato respecto del franco suizo, 4.99% más caro frente al dólar australiano, 9.74% más caro respecto del dólar neozelandés, 15.29% más caro frente al won coreano y 5.90% más bajo respecto del peso mexicano. Queda claro pues, que en el último año, sólo el franco suizo y el peso mexicano se han apreciado frente al dólar estadounidense.

Si analizamos un periodo de tiempo más amplio, como del promedio de marzo de 2019 al promedio de marzo de 2023, vemos que sólo el peso mexicano se ha apreciado frente al dólar estadounidense, mismo que lo hizo en un 11.89%, tal y como se muestra en la siguiente tabla:

En teoría, el hecho de tener un super peso en este momento es una buena noticia para los consumidores mexicanos, quienes ahora podrán comprar productos importados más baratos. Claro, siempre y cuando los importadores trasladen un tipo de cambio más bajo a los precios de venta para el consumidor final, lo cual está supeditado a que haya la suficiente competencia en el mercado y consumidores informados, de lo contrario, la baja en el tipo de cambio que no se traduzca en disminución  de precios de productos importados, sólo servirá para ampliar los márgenes de utilidad de los importadores y comercializadores.

Donde si hay un impacto negativo innegable por tener un dólar por debajo de los 18 pesos, es en el sector exportador y en algunas ramas de la planta productiva nacional. Para los exportadores, sus precios de venta en dólares se han elevado, lo que merma su competitividad. Para ilustrar esto, pongamos un ejemplo sencillo. Si un par de zapatos costaba producirlos 400 pesos hace un año, eso significa que con un tipo de cambio de 20.545 pesos por dólar, su costo en dólares era de 19.47 dólares por par. Ahora, dada la inflación que hemos sufrido, el costo de producción en pesos es de 440 pesos por par, y a un tipo de cambio de 18.10 pesos por dólar, entonces el costo en dólares se ha elevado a 24.31 dólares por par. Es decir, por el efecto de la inflación interna y un menor tipo de cambio, el costo en dólares subió 24.84% en el último año, lo que sin duda es un duro golpe a la competitividad exportadora.

Es verdad que la baja del tipo de cambio puede ayudar a algunos fabricantes con la importación de ciertos insumos o bienes intermedios más baratos , aunque volvemos a lo mismo, es posible que los fabricantes de insumos nacionales se vean desplazados por fabricantes extranjeros.

Para el que fabrica bienes finales puede haber una afectación importante en la medida en que las grandes cadenas comerciales utilizan esta baja como argumento para exigirle a los fabricantes nacionales que bajen sus precios o serán reemplazados por proveedores extranjeros. Un producto que en marzo de 2022 costaba 20 dólares, tenía un costo en pesos de 410.90 pesos, si asumimos una inflación del 8%, ese producto ahora cuesta 21.60 dólares, pero al tipo de cambio actual son solo 391.00 pesos, por lo que el producto importado se volvió 4.84% más barato en el último año, a pesar de la inflación  internacional. De esta manera, un comercializador que vende productos importados y hechos en México, podría decirle a su proveedor nacional, que pese a la inflación del año pasado en México, necesita que le baje el precio 5% o de lo contrario le dejará de comprar.

Desde luego que también hay una afectación  para el turismo internacional, ya que con un dólar barato o un peso caro, para el turista nacional que puede, se vuelve más atractivo viajar al exterior, mientras que para el turista extranjero, México se ha vuelto caro por lo que tal vez será mejor ir a Europa, donde su moneda se ha debilitado frente al dólar, como vimos al principio de esta entrega.

Entonces queda claro que un dólar barato no es una buena noticia en todos los sentidos como nos lo quieren hacer creer.

Ahora, la pregunta más importante que muchos se hacen es ¿por qué se ha dado el fortalecimiento del peso estos últimos meses? ¿Hubo algún cambio en los fundamentales de la economía mexicana que justifique tal apreciación? La respuesta es no. Lo que explica buena parte de la fortaleza del peso mexicano es la importante alza en las tasas de interés y un cambio en la percepción de riesgo hacía nuestro país que ha provocado que los capitales golondrinos y especulativos hayan decidido regresar a México.

Las cifras oficiales dan cuenta de que no se debe a que nuestra economía esté en una posición de gran solidez de crecimiento económico, ya que en el cuarto trimestre de 2022 apenas recuperamos el nivel de PIB prepandemia, y pues tampoco se debe a que tengamos un superávit de cuenta corriente en la balanza de pagos.

Como ya lo mencioné, el peso ha estado fuerte básicamente por lo elevadas que están las tasas de interés en nuestro país. Y es que de las economías más importantes del mundo, la de México es la que paga las mayores tasas de interés, siendo la tasa objetivo del Banco de México de 11.00%. En la actualidad la tasa de interés de la zona euro es de 2.5%, en Malasia de 2.75%, en Suecia de 3.00%, en Australia de 3.35%, en Corea del Sur de 3.5%, en China de 3.65%, en Reino Unido de 4.00%, en Canadá de 4.5%, en Estados Unidos de 4.63%, en Arabia Saudita de 5.25%, en Indonesia de 5.75%, en Filipinas de 6.00%. en India de 6.5%, en Polonia de 6.75%, en Rusia de 7.5%, en Perú de 7.75% y en Turquía de 8.5%.

Queda claro que México es una buena alternativa para invertir, en bonos gubernamentales de corto plazo, un Cete a 28 días paga más del doble de lo que paga un bono del Tesoro de Estados Unidos a plazo de un mes (11.05% vs 4.75%). ¿Cómo no van a fluir los capitales hacía México con estos super rendimientos que estamos pagando, cuando la inflación en México es de 7.8% y en Estados Unidos de 6.5%?  Y más aún suma a la fortaleza del peso la expectativa de que las tasas de interés se mantendrán elevadas por mucho más tiempo.

En este contexto, la tasa de interés implícita anualizada que calculamos en GAEAP para los Cetes a 28 días está en un nivel de 11.67% para dentro de 91 días, de 12.10% para dentro de 175 días y de 11.39% para dentro de 693 días.  Esto implica que el mercado anticipa que el rendimiento de los Cetes a plazo de 28 días estará 1.05 puntos porcentuales más alto dentro de 6 meses y disminuirá paulatinamente sólo 0.70 puntos porcentuales hasta llegar a 11.39% en febrero de 2025.   

Si usted fuera un inversionista internacional y dados estos valores de tasa de interés ¿a usted en qué país le gustaría invertir? Desde luego que México es una alternativa atractiva, ya que aún conserva su calificación de deuda soberana en la categoría de “grado de inversión”. En una entrega anterior había explicado que aunque usted tuviera temor a un evento catastrófico en México, cualquier riesgo de la inversión por motivo de la depreciación del peso se puede cubrir comprando coberturas cambiarias, por lo que nuestro país sigue representando una magnifica alternativa para los inversionistas internacionales (claro a costa de los bolsillos de los mexicanos como veremos a continuación).

Estas elevadas tasas de interés, si bien ayudan a que baje el tipo de cambio porque son el imán que atrae capitales golondrinos, son también en parte causa de la perspectiva de desaceleración económica del país ya que afectan la inversión productiva. La contracción del sector construcción, la caída en la venta de automóviles y la disminución en la adquisición de maquinaria y equipo por parte de empresas, en buena medida es ocasionada por las fuertes alzas en la tasa de interés por parte del Banco de México, organismo que llevó su tasa de interés objetivo de 4.0% en la pandemia hasta el actual 11.00%. Y de igual manera, el hecho de que ahora familias, empresas y gobiernos en México paguen mucho más por sus créditos, es producto de la lucha contra la inflación.

Aunado a lo anteriormente mencionado, también se deben mencionar como factores que suman a la fortaleza del peso, el record histórico de recepción de remesas, mismas que sumaron 58.497 miles de millones de dólares en 2022. Y también ayuda mucho el que se haya concretado la atracción de la inversión de la planta automotriz de Tesla, ya que se genera una percepción más clara de que el gobierno federal es amigable con la inversión extranjera y que es capaz de asumir compromisos con este tipo de empresas. Con la decisión anunciada por Elon Musk, es verdad que muchas empresas van a voltear hacia México y con ello se pueden capitalizar más inversiones en este momento de nearshoring.

Un último punto para destacar es el relacionado a cuál debería ser el nivel de tipo de cambio idóneo o que tanto más podría baja el dólar. En este sentido, en GAEAP hicimos un sencillo ejercicio para calcular el tipo de cambio teórico de acuerdo a los diferenciales de inflación acumulados entre México y Estados Unidos de 1997 a la fecha. El tipo de cambio teórico en enero de 2023 resultó ser de 17.0391 pesos por dólar.

Fuente: Elaborado por GAEAP con datos de Pacific Exchange Rate Service, INEGI y Department of Labour Economics

Considero que las probabilidades de que veamos un dólar en ese precio son muy bajas, pero bueno, de alguna forma nos ilustra para saber que ese es el valor que “debería” tener un dólar.

A manera de conclusión podemos mencionar que un dólar tan barato seguro causará problemas para la industria nacional al dificultar las exportaciones y generar mayores importaciones, aunque habría que analizar caso por caso ya que no se descarta que haya industrias que podrían salir ganando de esta situación. Donde se ven las ganancias más claras es en el mercado de bienes de consumo que si podrían registrar una baja de precio siempre y cuando existan condiciones de competencia.

Sin embargo, debemos tener en claro que el regreso del super peso se debe principalmente a lo elevadas que están las tasa de interés en México, por lo que esta baja del tipo de cambio pudiera ser un episodio temporal en lo que se regulariza la política monetaria de la mayoría de países y regresamos a niveles de tasas más bajos. Finalmente, en los próximos meses en México estaremos adentrándonos más en temas políticos, veremos cual será el impacto que eso tiene en el tipo de cambio.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaedap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Complicaciones en la recuperación de la manufactura nacional

Se ha comentado ampliamente que la industria manufacturera mundial atraviesa por momentos complicados. En un reporte del Foro Económico Mundial publicado el 11 de noviembre se menciona que el COVID-19 mostró que las cadenas de suministro modernas son como un castillo de naipes, que colapsan en el momento en que se ven sometidas a cualquier tipo de presión sostenida. Muchas empresas que sufrieron los bloqueos y cierres globales se han dado cuenta de que la velocidad de la recuperación económica en países como Estados Unidos ha probado ser un proceso igualmente complejo e incierto. La obstrucción de puertos y la escasez generalizada de insumos y componentes han provocado una acumulación récord de pedidos pendientes de atender en las diferentes cadenas de suministro.

La crisis en la capacidad de contenedores podría durar hasta el cuarto trimestre de 2022, según la firma de investigación marítima Drewry. La escasez de componentes clave, incluidos los semiconductores, podría tardar aún más en resolverse. ¿La respuesta es seguir impulsando los pedidos con la esperanza de que estos problemas se resuelvan por sí solos? Dos años después de la pandemia, hay fuertes indicios de que las empresas globales están comenzando a darse cuenta de que las cadenas de suministro realmente necesitan una reforma radical.

Desde luego que la planta manufacturera de México no se ha salvado de los problemas y diversas ramas de actividad han presentado una evolución un tanto volátil en lo que va de este año. En esta entrega analizamos el comportamiento del valor de la producción de la industria manufacturera de México en dos periodos: primero, en el comparativo del tercer trimestre de 2021 respecto del mismo trimestre de 2020; y segundo, en el comparativo del acumulado de los primeros nueve meses de 2021 respecto de los mismos meses de 2020. Veremos cuales son los sectores de mayor y menor dinamismo, y analizamos la importancia relativa de cada actividad en el valor total de la industria manufacturera nacional en 2021.

El análisis aquí presentado se realiza con los datos de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) de INEGI, de la cual vale la pena destacar que no es un censo, es una encuesta, por lo que el valor de producción de ciertas industrias pudiera estar subestimado. No obstante lo anterior, la información presentada es por demás útil para comprender el desempeño económico de las actividades en los últimos dos años.

Datos del tercer trimestre de 2021

De acuerdo con la información de la EMIM, el valor de la producción manufacturera de México en el tercer trimestre de 2019 fue de 2.081 billones de pesos, en el mismo trimestre de 2020 fue de 2.092 billones y en igual trimestre de 2021 sumó 2.247 billones de pesos. Esto implica que en términos nominales (sin tomar en cuenta la inflación), el valor de la producción creció 7.4% entre 2020 y 2021, y aumentó 8.0% entre 2019 y 2021. Estas se ven como cifras muy positivas, pero al tomar en cuenta la inflación del periodo, el panorama se aprecia diferente, ya que el valor de la producción solamente aumentó 1.51% en términos reales entre 2020 y 2021, y se encuentra 1.78% por debajo en el comparativo de 2019 a 2021 (tomando en consideración los datos del tercer trimestre de cada año).

Ahora, si queremos analizar con mayor detalle la evolución del valor de la producción en términos reales en el comparativo del tercer trimestre de 2019 al mismo trimestre de 2021, tenemos que hay un grupo de 12 ramas de actividad que muestran un incremento, mientras que las restantes 9 ramas de actividad presentan un retroceso, indicativo de que aun no recuperan el valor de producción que tenían antes de la pandemia del COVID-19.

A continuación se presentan las diversas ramas de actividad, ordenadas de mayor a menor crecimiento durante el periodo del tercer trimestre de 2019 al mismo trimestre de 2021 (en paréntesis se indica la tasa de crecimiento en términos reales, ordenados de mayor a menor crecimiento): Industrias metálicas básicas (36.51%); Fabricación de productos metálicos (33.51%); Industria de la madera (26.59%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (26.36%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (12.12%); Industria química (7.78%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (7.73%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (6.09%); Industria del plástico y del hule (5.03%); Industria alimentaria (4.57%); Industria del papel (3.52%); e Industria de las bebidas y del tabaco (2.54%). Podemos decir que estas ramas de actividad ya superaron la parte más complicada de la crisis y que en promedio se han recuperado.

En seguida se presentan las ramas de actividad que en el tercer trimestre de 2021 se encuentran con un valor de producción  inferior al observado en el tercer trimestre de 2019 (en paréntesis se indica el porcentaje de disminución en términos reales, ordenados de menor a mayor caída): Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (-0.54%); Otras industrias manufactureras (-1.28%); Fabricación de maquinaria y equipo (-2.90%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-7.21%); Impresión e industrias conexas (-12.17%); Fabricación de prendas de vestir (-19.20%); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-19.70%); Fabricación de equipo de transporte (-21.99%); y Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-27.80%).

De los datos presentados llama la atención  la fuerte caída en el valor de la producción de la rama de Fabricación  de equipo de transporte, en la que entra la fabricación de automóviles. Vemos un retroceso de –21.99% en términos reales entre 2019 y 2021, mientras que la caída de 2020 a 2021 es de -22.17%. Como se ha venido comentando, la rama de fabricación de equipo de transporte se ha visto impactada por la escasez de semiconductores y otros insumos para la producción. De igual forma, vemos que los sectores del vestido y del calzado y marroquinería siguen muy golpeados con niveles de producción  19.2% y 19.7% por debajo de lo observado en el tercer trimestre de 2019. En la entrega de la semana pasada comentábamos como el consumo nacional privado de bienes semiduraderos continúa deprimido, lo que explica la desfavorable evolución de estas dos ramas de actividad. De igual manera, preocupa cómo se ha afectado a la rama de Fabricación de equipo de computación, comunicación y medición, ya que presenta una caída de -27.80%, producto de la escasez de chips, componentes e insumos indispensables para la elaboración de sus productos.

Datos de los primeros nueve meses de 2021

Ahora analizamos la evolución  de la industria manufacturera nacional en el acumulado de los primeros nueve meses de 2021. De acuerdo con la información de la EMIM, el valor de la producción de la industria manufacturera fue de 6.180 billones de pesos en los primeros nueve meses de 2019 y cayó a 5.528 billones en los mismos meses de 2020. En el 2021 hemos estado en un proceso de recuperación por lo que éste subió a 6.641 billones de pesos en los primeros nueve meses de 2021. Esto significa que en términos nominales el valor de la producción manufacturera en 2021 está 20.1% arriba del observado en 2020 y 7.5% por encima del registrado en 2019. El panorama es un poco diferente cuando tomamos en cuenta la inflación  del periodo, ya que se aprecia que entre 2020 y 2021 el crecimiento real del valor de la producción fue de 14.24%, mientras que en el comparativo de 2019 a 2021 éste muestra un retroceso de -1.22%, lo que indica que en lo que va del año no se ha logrado alcanzar el valor de producción manufacturera precrisis COVID-19.

Al analizar la evolución a nivel de rama de actividad, vemos que en el comparativo de los primeros nueve meses de 2021 respecto de los mismos meses de 2019, hay 12 ramas de actividad que muestran crecimiento, mientras que las restantes 9 ramas de actividad presentan disminución, por lo que aún no recuperan su valor de producción  que tenían previo a las crisis ocasionada por el COVID-19.

A continuación se presentan las diversas ramas de actividad, ordenadas de mayor a menor crecimiento durante el periodo de los primeros nueve meses de 2019 a los mismos meses de 2021 (en paréntesis se indica la tasa de crecimiento en términos reales, ordenados de mayor a menor crecimiento): Industrias metálicas básicas (26.97%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (22.11%); Fabricación de productos metálicos (20.05%); Industria de la madera (18.95%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (9.29%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (5.33%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (4.55%); Industria alimentaria (4.37%); Industria del plástico y del hule (2.32%); Industria de las bebidas y del tabaco (1.71%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (1.23%); y Otras industrias manufactureras (0.72%).

En seguida se presentan las ramas de actividad que en el acumulado de los primeros nueve meses de 2021 se encuentran con un valor de producción  inferior al observado en los primeros nueve meses de 2019 (en paréntesis se indica el porcentaje de disminución en términos reales, ordenados de menor a mayor caída): Industria del papel (-2.10%); Industria química (-2.15%); Impresión e industrias conexas (-7.15%); Fabricación de maquinaria y equipo (-7.33%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-10.13%); Fabricación de equipo de transporte (-13.52%); Fabricación de prendas de vestir (-21.86%); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-21.97%); y Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-26.43%). De esta información, pues destaca lo mismo que señalábamos en el análisis del tercer trimestre con fuertes caídas en la rama de equipo de transporte, en los sectores vestido y calzado, así como en el de computo y equipo de medición.

Para entender cómo es que la caída en términos reales del valor de la producción de 9 ramas de actividad arrastra hacía abajo el valor total de la producción de la industria manufacturera, debemos analizar la participación relativa de cada una de las ramas de actividad en el total del valor de producción.

Con los datos de la EMIM podemos calcular la distribución porcentual de ésta en los primeros nueve meses de 2021 (en paréntesis se indica la participación porcentual): Fabricación de equipo de transporte (30.7%); Industria alimentaria (16.2%); Industria química (9.3%); Industrias metálicas básicas (9.2%); Industria de las bebidas y del tabaco (6.3%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (4.0%); Industria del plástico y del hule (4.0%); Fabricación de productos metálicos (4.0%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (3.7%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (3.3%); Industria del papel (3.1%); Fabricación de maquinaria y equipo (2.2%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (0.7%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (0.7%); Otras industrias manufactureras (0.5%); Fabricación de prendas de vestir (0.5%); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (0.4%); Impresión e industrias conexas (0.4%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (0.4%);  Industria de la madera (0.3%); y Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (0.2%).

Resulta evidente que la rama de fabricación de equipo de transporte, al representar casi una tercera parte del valor de la producción manufacturera (30.7%), y con una caída de su valor de producción de -13.52%, pues genera un arrastre hacía abajo de 4.15 puntos porcentuales en el valor total de producción de la industria manufacturera.

Conclusiones

Los datos del INEGI muestran que el valor de producción de la industria manufacturera nacional se encuentra por debajo del nivel que tenía en 2019 y esto se debe a que hay nueve ramas de actividad que presentan problemas serios, como es el caso de la fabricación de equipo de transporte, vestido, calzado y fabricación de equipo de cómputo. Veremos como es que a nivel global se resuelven los problemas de escasez de chips y semiconductores, así como la manera cómo México puede sumarse a resolver estos importantes retos. En el caso de vestido y calzado, su recuperación será paulatina en la medida en que se siga recuperando el mercado interno.

Es así que no se puede negar que las dificultades en la industria manufacturera continuaron en el tercer trimestre de 2021; sin embargo, el panorama económico general para el cierre de este año es favorable. Esto porque en los Estados Unidos las ventas el menudeo continúan fuertes (subieron 1.7% en octubre), además de que los recientes indicadores de la marcha económica en México, por parte del INEGI, denotan una mejoría.

El INEGI recién publicó que su Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) estima una variación positiva del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de 1.9% en octubre de 2021 respecto al mismo mes del año anterior.  Para los principales Grandes Sectores de Actividad del IGAE, se tiene que para las actividades Secundarias se calcula un incremento anual de 1.3% en octubre pasado y para el sector Terciario el aumento anual es de 2 por ciento.

Obvio que los retos para la industria manufacturera persistirán, pero en la medida en que se resuelvan los problemas logísticos y de escasez de componentes, otras ramas de actividad se seguirán recuperando. El gran riesgo que ahora se ve en el horizonte es el impacto que tendrá en el proceso de recuperación económica, los apretones monetarios por parte del Banco de México (los que ya se dieron más los que faltan para este año y 2022), pero ese tema será abordado en otra entrega.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com.  

En Twitter: @alejandrogomezt

El comercio exterior es el principal motor de crecimiento económico

Mucho se ha dicho respecto de que el principal motor de crecimiento económico, desde el segundo semestre de 2020 y a lo largo de 2021, ha sido el sector externo, concretamente las exportaciones. En las pasadas entregas hemos comentado que de los componentes de la demanda agregada, en el comparativo del primer semestre de 2021 respecto del mismo semestre de 2020, el consumo privado de bienes y servicios nacionales muestra un aumento de 5.8%; mientras que la inversión fija bruta total presenta un incremento de 11.1%. No obstante estos aumentos, el consumo privado de bienes y servicios nacionales se encuentra 5.9% por debajo del nivel del primer semestre de 2019, mientras que la inversión fija bruta está 12.2% por debajo de lo observado en el primer semestre de 2019. Respecto del gasto neto del sector público presupuestario, las estadísticas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) muestran que en términos reales, entre el primer semestre de 2020 y el mismo semestre de 2021, éste creció 9.3% y que se encuentra 15.0% por encima del nivel del primer semestre de 2019. Pero no nos vayamos con la finta de datos preliminares del primer semestre, ya que al tomar en cuanta años completos vemos que entre 2019 y 2020 este gasto neto del sector público creció apenas 0.1% en términos reales.

Con lo anterior en mente, en esta entrega analizamos lo que está pasando con el sector externo y como contribuye a la recuperación económica nacional. Comenzamos haciendo un repaso de lo que sucedió en el periodo de 2019 a 2020, utilizando información de años completos; y posteriormente hacemos un análisis de lo sucedido en los primeros siete meses de 2021 respecto de los mismos meses de 2020. Este análisis se presenta primero para el volumen total de comercio (exportaciones, importaciones y saldo de la balanza comercial), y posteriormente se presenta la evolución de las diferentes actividades que conforman la industria manufacturera.

Comercio total de México 2019 – 2020

En el 2020 México realizó exportaciones totales de 416.999 miles de millones de dólares (mmdd), cifra que representó una disminución de -9.47% respecto de los 460.603 mmdd exportados en 2019. Por su parte, en cuanto a las importaciones totales, éstas sumaron 382.985 mmdd en 2020, cifra inferior en -15.87% a los 455.241 mmdd observados en 2019.  De esta manera, pasamos de tener un superávit en la balanza comercial de 5.362 mmdd en 2019 a uno de 34.013 mmdd en 2020, lo que implica un aumento del superávit de 534.34 por ciento.

El volumen de comercio exterior de México es enorme cuando lo relacionamos al tamaño de nuestra economía. En 2019 las exportaciones mexicanas sumaron el equivalente a 8.868 billones de pesos, mientras que las importaciones fueron de 8.765 billones de pesos. Es así que la suma de exportaciones e importaciones fue de 17.633 billones de pesos. Si tomamos en cuenta que el PIB nominal de México en 2019 sumó 24.453 billones de pesos, queda claro que en ese año las exportaciones representaron el 36.3% del PIB, las importaciones el 35.8%, mientras que la suma del comercio exterior fue de 72.1% del PIB. En el 2020 las exportaciones mexicanas tuvieron un valor equivalente a 8.882 billones de pesos, mientras que las importaciones sumaron 8.164 billones, por lo que la suma del comercio exterior fue de 17.047 billones de pesos. Si tomamos en consideración que el PIB nominal en 2020 fue de 23.073 billones de pesos, queda claro que en dicho año las exportaciones fueron equivalentes a 38.5% del PIB, las importaciones al 35.4% del PIB y la suma del comercio exterior fue de 72.1% del PIB.

Comercio total de México primeros siete meses de cada año 2019 – 2021

En el acumulado de los primeros siete meses de 2021 vemos que las exportaciones totales de México sumaron 276.994 mmdd, cifra que representa un incremento de 26.9% respecto de los mismos meses de 2020 y que también está 3.9% por encima de lo exportado en los primeros siete meses de 2019.  En materia de importaciones, la dinámica ha sido mayor, ya que éstas sumaron 279.962 mmdd en los primeros siete meses de 2021, cifra 33.2% superior a la observada en los primeros siete meses de 2020 y superior en 5.8% a la observada en los primeros siete meses de 2019.

Es así que derivado de la crisis económica de 2020 y la posterior recuperación de importaciones en 2021, es que pasamos de tener un superávit comercial de 1.945 mmdd en los primeros siete meses de 2019 a un superávit de 8.045 mmdd en los primeros siete meses de 2020 a tener un déficit de -2.968 mmdd en los primeros siete meses de 2021. Este importante aumento de importaciones puede tener dos componentes: 1. Varias de las importaciones son de insumos para la producción de exportaciones, por lo que serían positivas para la economía nacional; y 2. Si son importaciones que desplazan producción nacional, como muchas importaciones de bienes de consumo final, pues estas perjudican a la planta productiva nacional.

Ahora, para ilustrar el peso de las exportaciones e importaciones en el PIB de México en los primeros siete meses de 2021, tenemos que las exportaciones sumaron el equivalente a 5.582 billones de pesos, mientras que las importaciones fueron de 5.642 billones de pesos y la suma del comercio exterior de México de enero a julio de 2021 es de 11.225 billones de pesos. Si tomamos en consideración que el PIB nominal anual en el primer semestre del 2021 fue de 25.419 billones de pesos, tenemos que las exportaciones representan el 22.0% del PIB, las importaciones el 22.2% del PIB y la suma del comercio exterior es equivalente al 44.2% del PIB. Estos porcentajes evidentemente son más bajos que los  presentados líneas arriba, pero hay que tener en mente que corresponden únicamente a los primeros siete meses de 2021, por lo que la expectativa es de que al cierre de 2021 la suma de exportaciones e importaciones de México represente cerca del 75.0% del PIB mexicano.

Comercio manufacturas de México 2019 – 2020

En cuanto al comercio exterior de manufacturas, por pare de México, vemos que en 2020 las exportaciones sumaron 373.823 mmdd, cifra 9.0% inferior a la observada en 2019, cuando éstas sumaron 410.789 mmdd. Por su parte, las importaciones manufactureras sumaron 336.489 mmdd en 2020, cifra 14.3% más baja respecto de los 392.640 mmdd observados en 2019.  De esta manera, México pasó de tener un superávit manufacturero de 18.149 mmdd en 2019 a uno de 37.335 mmdd en 2020, lo que representó un incremento de 105.7%.

En 2020, las actividades manufactureras que más contribuyeron a generar el enorme superávit comercial fueron las siguientes (en paréntesis se indica el monto del superávit generado): Productos metálicos, maquinaria y equipo (78.400 mmdd); Alimentos, bebidas y tabaco (6.941 mmdd); Minerometalurgia (2.326 mmdd); y Fabricación de otros productos minerales no metálicos (1.247 mmdd). Ahora, a continuación se presentan las actividades manufactureras que registraron déficit en su balanza comercial en 2020 (en paréntesis se indica el monto de dicho déficit): Química (-16.444 mmdd); Productos plásticos y de caucho (-12.715 mmdd); Siderurgia (-8.478 mmdd); Otras industrias manufactureras (-5.611 mmdd); Papel, imprentas e industria editorial (-4.415 mmdd); Textiles, artículos de vestir e industria del cuero (-3.505 mmdd) e Industria de la madera (-0.412 mmdd)     

Comercio manufacturas  de México primeros siete meses de cada año 2019 – 2021

En cuanto al comercio exterior de manufacturas, por pare de México, vemos que en los primeros siete meses de 2021 las exportaciones sumaron 243.916 mmdd, cifra 26.0% superior a la observada en los primeros siete meses de 2020, cuando éstas sumaron 193.639 mmdd. Por su parte, las importaciones manufactureras sumaron 238.387 mmdd en 2021, cifra 29.8% más alta respecto de los 183.634 mmdd observados en los primeros siete meses de 2020.  De esta manera, México pasó de tener un superávit manufacturero de 10.005 mmdd en los primeros siete meses de 2020 a uno de 5.529 mmdd en los primeros siete meses de 2021, lo que representó un decremento de -44.7% en el valor del seuperavit comercial manufacturero.

En los primeros siete meses de 2021, las actividades manufactureras que más contribuyeron a generar el superávit comercial antes mencionado, fueron las siguientes (en paréntesis se indica el monto del superávit generado): Total productos metálicos, maquinaria y equipo (41.969 mmdd); Alimentos, bebidas y tabaco (3.787 mmdd); y Fabricación de otros productos minerales no metálicos (0.658 mmdd). Ahora, a continuación se presentan las actividades manufactureras que registraron déficit en su balanza comercial en el acumulado de los primeros siete meses de 2021 (en paréntesis se indica el monto de dicho déficit): Química (-12.614 mmdd); Productos plásticos y de caucho (-9.626 mmdd); Siderurgia (-8.268 mmdd); Otras industrias manufactureras (-4.461 mmdd); Papel, imprentas e industria editorial (-3.133 mmdd); Textiles, artículos de vestir e industria del cuero (-2.170 mmdd); Industria de la madera (-0.406 mmdd); y Minerometalurgia (-0.207 mmdd).

Conclusiones

Resulta evidente la dinámica exportadora de México es el principal motor de crecimiento económico de nuestro país. El hecho de que en los primeros siete meses de 2021 las exportaciones totales estén 26.9% por encima de lo observado en los primeros siete meses de 2020 y 3.9% superior a lo registrado en los primeros siete meses de 2019, aunado al enorme peso que tienen las exportaciones en el PIB, deja claro que esta actividad incide positivamente en el desempeño económico nacional. Sin embargo, no dejan de preocupar las importaciones que llegan al país y desplazan producción nacional. Como lo hemos señalado en otras entregas, la recuperación de la economía nacional debe ser en beneficio del empleo y producción mexicanos. Es importante que se cuide a la industria nacional de las prácticas de dumping que realizan diversos países, así como de las prácticas ilegales de comercio como el contrabando y la subvaluación de mercancías. El sector externo puede seguir siendo el principal motor de crecimiento del país, pero sin duda, se debe cuidar que las industrias nacionales sensibles no vayan a ser depredadas por las prácticas comerciales desleales e ilegales.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

El estancamiento de la productividad manufacturera en México

La teoría económica sugiere que para que puedan incrementarse los niveles de ingreso de la población ocupada sin que esto cause presiones inflacionarias, es fundamental que aumente la productividad de la fuerza laboral. Esto conlleva a que ocurra una de tres cosas: 1. Que se produzca más con la misma cantidad de recursos, 2. Que la producción crezca a una tasa superior de lo que crecen los recursos empleados; o 3. Que la producción caiga menos de lo que disminuya la utilización de recursos. Sea como sea, la receta de incremento de productividad conlleva que el factor producción/trabajadores suba al paso del tiempo.

Los datos del INEGI sugieren que México la productividad laboral de la economía ha estado estancada desde el año 2005, ya que el índice de productividad laboral en base a la población ocupada (base 2013 = 100) pasó de 97.6 en el primer trimestre de 2005 a 101.4 en el primer trimestre de 2019, lo que implica un aumento de apenas 3.9%. Si tomamos en consideración que dicho índice se encontraba en un valor de 98.9 en el primer trimestre de 2021, pues queda claro que apenas si hemos avanzado en 16 años.

En cuanto a la productividad en las actividades secundarias (industria), la situación  es aún peor. Las cifras oficiales muestran que el índice de productividad laboral en base a la población ocupada (base 2013 = 100) pasó de 100.1 en el primer trimestre de 2005 a 88.6 en el primer trimestre de 2019, lo que implica una caída de -11.5%. El valor de dicho índice en el primer trimestre de 2021 es de 84.6, por lo que queda claro el fuerte retroceso en este indicador.

Esta situación es lo que explica buena parte del estancamiento salarial de México y confirma que una de las mayores asignaturas pendientes que tiene el sector privado es la de elevar la productividad de su fuerza laboral. Si no se logra esto, será imposible tener incrementos salariales permanentes cada año sin generar presiones inflacionarias.

Con esto en mente, en esta entrega quiero presentar un ejercicio que realizamos en GAEAP respecto al valor de producción por trabajador en las diferentes actividades manufactureras, así como la evolución que se ha dado de este indicador en el periodo de 2019 a 2021.  

Es así que conforme a los cálculos de GAEAP, con cifras de la Encuesta Mensual de la Industria manufacturera (EMIM) de INEGI, tenemos que en el acumulado de los primeros cinco meses de 2021, el valor nominal promedio mensual de la producción por trabajador fue de 168,448 pesos para la totalidad de actividades del sector manufacturero. Esto implica un incremento nominal de 27.3% respecto de los 132,359 pesos promedio mensual de 2020 y un incremento nominal de 7.8% en relación a los 156,243 pesos de 2019. Si tomamos en cuenta la inflación del periodo, entonces el valor promedio de la producción por persona ocupada creció 21.5% entre los primeros cinco meses de 2020 y los primeros cinco meses de 2021, mientras que con respecto a 2019, ésta muestra una caída real de -0.2%. Estos hallazgos coinciden con lo expresado en la parte introductoria de esta entrega. 

Cabe precisar que esta evolución en términos nominales del valor promedio de la producción por persona ocupada se debe a que en el promedio de los primeros cinco meses de 2020 a los primeros cinco meses de 2021, el personal ocupado aumentó 1.5%, mientras que el valor de producción lo hizo en un 28.9%. Por su parte, entre los primeros cinco meses de 2019 y los mismos cinco meses de 2021, el personal ocupado promedio disminuyó -1.3%, mientras que el valor de la producción creció 6.4% en términos nominales. 

Ahora, si queremos ver cuál es el nivel de valor de la producción por persona ocupada para cada una de las actividades productivas en los primeros cinco meses de 2021, tenemos que éste se encuentra de la siguiente manera (en paréntesis se indica dicho valor en pesos mexicanos, las actividades se encuentran ordenadas de mayor a menor): Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón ($1,216,037); Industrias metálicas básicas ($683,648); Industria química ($384,448); Industria de las bebidas y del tabaco ($288,284); Industria del papel ($244,252); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos ($233,706); Fabricación de equipo de transporte ($229,721); Industria alimentaria ($144,621); Fabricación de maquinaria y equipo ($128,052); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica ($112,813); Industria del plástico y del hule ($114,862); Industria de la madera ($108,141); Fabricación de productos metálicos ($97,155); Impresión e industrias conexas ($77,410); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles ($87,607); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir ($58,988); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos ($49,381); Fabricación de muebles, colchones y persianas ($42,472); Fabricación de prendas de vestir ($29,450); Otras industrias manufactureras ($17,170); y Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos ($15,775). Estos datos son impresionantes en el sentido de que la diferencia de la actividad que genera el mayor valor de producción por persona ocupada es 77 veces más alta respecto de la actividad que genera el menor valor por persona ocupada.

Ahora, en cuanto a la evolución nominal del valor de la producción por persona ocupada en el periodo de los primeros cinco meses de 2019 a los mismos cinco meses de 2021, como se mencionó líneas arriba, para la totalidad de las industrias manufactureras éste creció 7.8% en términos nominales, pero al tomar en cuenta la inflación del periodo, se aprecia una disminución de -0.2%. En relación a la evolución de cada actividad manufacturera, tenemos lo siguiente (en paréntesis se muestra el porcentaje de cambio nominal y los datos están ordenados de mejor a peor desempeño): Industria de la madera (26.8%); Fabricación de productos metálicos (21.2%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (17.4%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (11.7%); Impresión e industrias conexas (9.3%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (8.5%); Industria del plástico y del hule (7.1%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (6.5%); Fabricación de prendas de vestir (2.9%); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-0.6%); Fabricación de maquinaria y equipo (-3.3%); Otras industrias manufactureras (-6.8%); y Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-9.4%).

Si tomamos en consideración que la inflación de precios al consumidor en el periodo del promedio de los primeros cinco meses de 2019 al promedio de los mismos meses de 2021 fue de 7.96%, pues queda claro entonces que solamente 10 actividades manufactureras muestran un incremento en términos reales de su índice de valor de la producción por trabajador. En todo caso, son estas actividades las más proclives a incrementar los niveles salariales sin ocasionar un incremento de precios o disminuir la rentabilidad del negocio.

A manera de conclusión podemos señalar que para tener un mercado interno verdaderamente fuerte, que nos ayude a depender menos de las exportaciones como motor de crecimiento, es fundamental que los niveles salariales de la población aumenten. Para lograr esto sin ocasionar problemas inflacionarios es fundamental que haya aumentos en la productividad de los trabajadores, lo cual sólo puede darse mediante la capacitación de éstos o dotándolos de más y mejores bienes de capital (herramienta, maquinaria, equipo, entre otros).

Es por ello que se requieren cambios legales que permitan la deducción inmediata y al 100% de las compras de capital por parte de todas las empresas; además de que se debe permitir la deducibilidad al 100% de las prestaciones laborales (entre ellas la capacitación), ya que cómo está el esquema actual se tiene un serio obstáculo para el incremento de la productividad.

Los tres órdenes de gobierno, así como los dueños de las empresas, deben tener como la máxima prioridad el que se logren aumentos sostenidos de la productividad de los trabajadores. Esperemos en este sentido que a lo largo de este complicado año escuchemos algún anuncio con medidas tendientes a este fin, sobre todo en beneficio de las microempresas, las cuales son las mayores creadoras de empleos en México.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

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Una recuperación industrial heterogénea en 2021

Mucho se ha dicho en el sentido de que la recuperación económica nacional está en marcha. En la última encuesta de expectativas económicas del Banco de México los analistas pronostican un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano de 5.80%, que de materializarse nos  ubicaría al cierre de este año en un nivel 3.0% por debajo del PIB registrado en 2019. En esta entrega analizamos la evolución de la industria nacional en los primeros cinco meses de 2021 comparado con el nivel de actividad observado en los mismos meses de 2020 y de 2019. Lo que sucede con la industria nacional es relevante, ya que ésta es la principal fuente de divisas para el país, al mes de junio de 2021 contaba con 7.465 millones de personas trabajando registradas en el IMSS, además de que en el primer trimestre de 2021, representó el 31.6% del PIB de México.

Para analizar el comportamiento de la industria nacional tenemos que el INEGI acaba de dar a conocer  los datos del Índice de Volumen Físico de la Actividad Industrial (IVFAI) al mes de mayo, por lo que ya podemos hacer una valoración más precisa del grado de recuperación que ha tenido la industria nacional respecto de los meses más complicados de la crisis de 2020, además de darnos cuenta de cuáles son las actividades en las que ya inclusive se recuperaron los niveles de actividad observados en 2019, previo a la pandemia.

Es así que en cuanto al IVFAI total, con cifras originales vemos que éste muestra un aumento de 9.9% en el comparativo de los primeros cinco meses de 2021 respecto de los mismos meses de 2020. Si bien esta es una magnífica noticia, se debe señalar que dicho índice se encuentra 4.7% por debajo del nivel que tenía en los primeros cinco meses de 2019.

A continuación se presenta la evolución de las cuatro actividades que componen la industria nacional:

Minería

La Minería representa el 5.0% del PIB total de México en el primer trimestre de 2021 y respecto de esta actividad, tenemos que en los primeros cinco meses de 2021 su índice de producción está 0.9% por encima del nivel observado en los primeros cinco meses de 2020; y destaca que el nivel de 2021 es 2.5% superior al registrado en los primeros cinco meses de 2019. Es así que esta actividad industrial, aparentemente es la única que se ha recuperado de la crisis económica vivida en 2020.

Respecto de las tres ramas de actividad que actividad que conforman la industria minera, tenemos que todas presentan niveles de producción más altos en los primeros cinco meses de 2021 respecto de los observados en los primeros cinco meses de 2019. En este sentido tenemos que los Servicios relacionados con la minería están 5.9% arriba del nivel de 2019, mientras que la Minería de minerales metálicos y no metálicos excepto petróleo y gas está 2.4% por encima, y la extracción de petróleo y gas se encuentra 2.0% por encima del nivel de los primeros cinco meses de 2019.

Electricidad, gas y agua

En cuanto a la actividad denominada “Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de  agua y de gas por ductos al consumidor final”, ésta representa el 1.9% del PIB total de México en el primer trimestre de 2021. Respecto a su evolución tenemos que ésta no se ha podido recuperar a sus niveles de producción observados en 2019 y de hecho se encuentra aún por debajo de lo observado en 2020. De acuerdo con el INEGI, el IVFAI de electricidad, gas y agua se encuentra en los primeros cinco meses de 2021 en un nivel 2.5% por debajo del de los primeros cinco meses de 2020 y está 5.6% por debajo del nivel observado en los primeros cinco meses de 2019.

De las dos ramas de actividad que componen la actividad de electricidad, gas y agua, tenemos que la de Suministro de agua y suministro de gas por ductos al consumidor final se encuentra 1.8% por encima del nivel observado en los primeros cinco meses de 2020, pero está 1.3% por debajo del nivel observado en los primeros cinco meses de 2019. En cuanto a la actividad de Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica es preocupante que ésta se encuentre 3.8% por debajo del nivel observado en los primeros cinco meses de 2020 y sea 6.8% inferior al nivel observado en los primeros cinco meses de 2019.

Construcción

La Construcción representa el 6.9% del PIB total de México en el primer trimestre de 2021. Este porcentaje ha disminuido derivado de que el sector industrial más afectado ha sido el de la Construcción, ya que como es bien sabido, a lo largo de lo que lleva esta administración federal, se ha desanimado la inversión física y productiva. Es así que si bien la industria de la construcción se encuentra 8.5% por encima del nivel observado en los primeros cinco meses de 2020, aún está 12.8% por debajo del nivel observado en los primeros cinco meses de 2019.

Respecto a las tres ramas de actividad que componen a la industria de la construcción, vemos una gran variedad en el desempeño de éstas. Vemos que los Trabajos especializados para la construcción se encuentran 16.7% por encima del nivel registrado en los primeros cinco meses de 2020, pero están 2.0% por debajo del nivel de los primeros cinco meses de 2019. En cuanto a la Edificación, ésta se encuentra 8.9% por encima del nivel registrado en los primeros cinco meses de 2020, pero ésta 13.6% por debajo del nivel de los primeros cinco meses de 2019. Finalmente, en cuanto a la Construcción de obras de ingeniería civil ésta se encuentra 1.6% por debajo del nivel observado en los primeros cinco meses de 2019 y se encuentra 19.2% por debajo del nivel de los primeros cinco meses de 2019.

Industrias manufactureras

Las industrias manufactureras representan el 17.9% del PIB total de México en el primer trimestre de 2021 y respecto de estas actividades, vemos que éstas han tenido una favorable evolución en 2021, aunque aún no recuperan su nivel de 2019. Concretamente tenemos que en los primeros cinco meses de 2021 éstas presentan un crecimiento de 15.0% en el volumen de producción respecto a 2020, pero todavía se encuentran 3.2% por debajo del nivel observado en 2019.

En cuanto al desempeño de cada una de las ramas de actividad manufacturera, tenemos que de las 21 ramas de actividad, 20 presentan incremento respecto del nivel observado en los primeros cinco meses de 2020; aunque con respecto a los primeros cinco meses de 2019, sólo 8 presentan un nivel superior en el nivel real de producción. Esto significa que 8 de 21 ramas de actividad se han recuperado plenamente de la crisis de 2020.

A continuación se presenta el desempeño de las ramas de actividad que presentan un nivel de producción superior en 2021 respecto de 2020. Esto para el comparativo de los primeros cinco meses de 2021 respecto de los primeros cinco meses de 2019, ordenadas de mejor a peor desempeño (en paréntesis se indica el porcentaje de variación): Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía  eléctrica (17.3%); Fabricación de productos derivados del petróleo y carbón (12.6%); Industria del plástico y del hule (3.3%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (2.9%); Fabricación de equipo de computación, comunicación,  medición  y de  otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (2.2%); Fabricación de productos metálicos (2.2%); Industria alimentaria (0.7%); e Industria del papel (0.3%);

Ahora se presentan las ramas de actividad que en los primeros cinco meses de 2021 se encuentran por debajo de su nivel de 2019, ordenadas de mejor a peor desempeño (en paréntesis se incida el porcentaje de variación): Industrias metálicas básicas (-0.6%); Industria de las bebidas y del tabaco (-1.4%); Fabricación de muebles, colchones  y persianas (-2.9%);  Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-4.4%); Otras industrias manufactureras (-4.9%); Impresión e industrias conexas (-5.7%); Industria química (      -6.5%); Fabricación de maquinaria y equipo (-7.8%); Industria de la madera (-8.0%); Fabricación de equipo de transporte (-12.1%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-14.6%); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-23.8%); Fabricación de prendas de vestir (-23.9%).

Como puede apreciarse, las ramas de actividad más afectadas son las de textiles, vestido, calzado y marroquinería. Un gran apoyo para reactivar estas actividades es el combatir frontalmente las importaciones en condiciones de contrabando y subvaluación, algo que ha sido una asignatura pendiente por parte del gobierno federal desde hace varios años.

En este sentido, preocupan dos cosas: 1. Que el pasado 14 de julio se publicó en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación el “DECRETO por el que se crea la Agencia Nacional de Aduanas de México como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”, el cual crea el órgano administrativo desconcentrado denominado Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM); y 2. La intención del Gobierno Federal de crear los Tianguis del Bienestar para comercializar en ellos los productos de importación decomisados y embargados que se encuentran en bodegas.     

Respecto a la ANAM, el Decreto adolece de vicios serios de inconstitucionalidad que pueden derivar en diversas demandas de amparo, además de que ésta estará a cargo de las fuerzas armadas. En cuanto a los Tianguis del Bienestar, pues es una locura querer legalizar lo que de origen es ilegal ya que es producto pirata o que no cumple con normas de seguridad o salud. Es un atentado en contra de los que menos tienen y es otro golpe al estado de derecho en nuestro país. De estos dos temas se puede escribir un editorial completo.

A manera de conclusión se puede señalar que la industria nacional se va recuperando, aunque ésta es desigual ya que hay actividades que ya están operando en niveles superiores a los de 2019, mientras que otros aun se encuentran muy por debajo. Esto requiere de acciones concretas por parte de la Secretaría de Economía, así como de la recién creada ANAM. Por parte de los empresarios, aquellos que sean capaces de incursionar exitosa y rápidamente en los mercados de exportación tendrán un mejor desempeño respecto de los que se queden a abastecer el mercado interno.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

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Con falta de confianza empresarial, la manufactura se recupera lentamente

En un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado el pasado 16 de septiembre y titulado “Generar confianza es crucial en medio de una recuperación económica incierta” se menciona que la pandemia de COVID-19 sigue amenazando los puestos de trabajo, empresas y la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo. Esto en un contexto de  incertidumbre excepcional, por lo que generar confianza es fundamental para garantizar que las economías se recuperen y se adapten.

En México el gobierno federal destruye la confianza empresarial casi todos los días, y esta es parte de la razón por la cual la OCDE publicó la expectativa de que el Producto Interno Bruto (PIB) de México caerá -10.2% en 2020, tasa similar a la de la contracción que tendrá la India y solo superado por Italia, que caerá -10.5%. Contrariamente, el PIB de Estados Unidos se contraerá apenas -3.8%, el PIB mundial -4.5%, mientras que el de los países que conforman la Zona Euro disminuirá -7.9%. Pero lo malo no se limita a la pronunciada caída del PIB mexicano este año, sino a la lenta recuperación que se anticipa. Mientras que la OCDE espera que el PIB de Italia crezca 5.4% en 2021, para el caso de México la expectativa es de un incremento de apenas 3.0%. Para el caso de India, la OCDE estima que en 2021 su PIB crecerá 10.7% y para Estados Unidos se espera un rebote de 4.0%. Nosotros somos de los pocos países que no tendrán una recuperación en forma de V, sino que será una U muy profunda, como lo hemos señalado en anteriores entregas.

El gobierno federal no ha querido entender que si no hay confianza empresarial, no habrá inversión, y si no hay nuevas inversiones, las capacidades futuras de producir bienes y servicios se ven limitadas. Esto es parte de lo que nos hace pensar que la recuperación del PIB de México a los niveles que se observaron en 2019, tardará al menos de aquí al 2023 si somos muy optimistas, y hasta el 2024 o 2025 si somos realistas.

La afirmación que hago de que el gobierno federal destruye la confianza empresarial se constata al ver los resultados del Indicador de Confianza Empresarial (ICE) Manufacturero, de la Construcción y del Comercio elaborados por el INEGI. Tenemos que en el caso del ICE manufacturero éste se encontraba en agosto de este año en un nivel de 38.1 puntos, lo que implica -0.4 puntos respecto al mes inmediato anterior y -11.3 puntos por debajo del nivel de agosto de 2019. De esta manera, el ICE manufacturero suma 10 meses consecutivos con un valor por debajo del umbral de los 50 puntos (cualquier cifra por debajo de 50 puntos implica desconfianza empresarial). En el caso del ICE de la construcción, éste tuvo un valor de 40.1 puntos en agosto de 2020, cifra 0.7 puntos por debajo del valor de julio y 8.2 puntos por debajo del dato de agosto de 2019. Es así que el ICE de la construcción acumula 22 meses consecutivos con un valor por debajo de los 50 puntos. Finalmente, el ICE del comercio registró un valor de 41.5 puntos en agosto, cifra 0.3 puntos por debajo del valor del mes inmediato anterior y 9.3 puntos por debajo del observado en agosto de 2019. Es así que el ICE del Comercio acumula 10 meses con un valor por debajo del umbral de los 50 puntos.

En este contexto de incertidumbre y pobres expectativas de recuperación, es que el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) durante agosto de 2020. A continuación se presentan los resultados en relación a la evolución del valor nominal de la producción para la industria manufacturera en su conjunto y para cada una de las 21 ramas de actividad manufacturera. Se presentan comparativos de tres periodos: 1. Julio de 2020 respecto del mismo mes de 2019, 2. Julio de 2020 respecto del mes inmediato anterior, y 3. Comparativo del acumulado de los primeros siete meses de 2020 respecto de los mismos meses de 2019.

1. Comparativo Julio 2020 vs Julio 2019.

En cuanto a la evolución del valor de la producción de la industria manufacturera en el periodo de julio de 2019 al mismo mes de 2020, tenemos que ésta pasó de 688.9 miles de millones de pesos (mmdp) a 677.5 mmdp, lo que implica una caída nominal de -1.7%. Esto implica una importante recuperación, ya que la caída anualizada en junio había sido de -12.7%, mientras que en mayo fue de -45.1%. Esto es, el valor de la producción manufacturera se sigue contrayendo respecto a hace un año, pero la caída es cada vez menor.

Ahora, en cuanto a la evolución de cada rama de actividad en el comparativo de julio de 2020 respecto del mismo mes de 2019, tenemos lo siguiente (en paréntesis se indica el porcentaje de variación): 1. Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (+7.0%); 2. Fabricación de equipo de transporte (+6.0%); 3. Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (+5.8%); 4. Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (+5.5%); 5. Industria alimentaria (+4.6%); 6. Industria de las bebidas y del tabaco (+3.5%); 7. Fabricación de productos metálicos (-3.4%); 8. Industria del plástico y del hule (-5.4%); 9. Industria del papel (-5.5%); 10. Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-5.5%); 11. Industria de la madera (-7.0%); 12. Industria química (-7.5%); 13. Otras industrias manufactureras (-8.9%); 14. Industrias metálicas básicas (-11.6%); 15. Fabricación de maquinaria y equipo (-13.5%); 16. Fabricación de muebles, colchones y persianas (-13.5%); 17. Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-27.0%); 18. Impresión e industrias conexas (-29.3%); 19. Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-31.3%); 20. Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-44.7%); y 21. Fabricación de prendas de vestir (-45.4%).

Como se puede apreciar, en el séptimo mes de 2020, ya hubo seis ramas de actividad manufacturera que presentaron un incremento nominal en el valor de su producción en el comparativo del séptimo mes de 2020 respecto de igual mes de 2019. Cabe señalar que en el mes de junio solamente la industria alimentaria presentaba incremento anualizado respecto a junio de 2019. Esto nos lleva a la conclusión de que la recuperación se va consolidando conforme se le permite trabajar a más actividades manufactureras.

2. Comparativo Junio 2020 – Julio 2020

Con cifras originales (no desestacionalizadas, es decir, no incorpora variaciones estacionales), tenemos que el valor de la producción de la industria manufacturera pasó de 602.3 mmdp en junio de 2020 a 677.5 mmdp en julio del mismo año, lo que implica un sólido incremento de 12.5% en términos nominales.

Ahora, en cuanto a la evolución a nivel de rama de actividad, tenemos la siguiente evolución (en paréntesis se indica el porcentaje de variación nominal): 1. Fabricación de prendas de vestir (52.6%); 2. Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (47.8%); 3. Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (28.4%); 4. Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (24.7%); 5. Fabricación de productos metálicos (24.3%); 6. Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (23.7%); 7. Fabricación de equipo de transporte (22.0%); 8. Fabricación de muebles, colchones y persianas (21.3%); 9. Industria de la madera (16.7%); 10. Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (13.6%); 11. Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (13.6%); 12. Otras industrias manufactureras (12.6%); 13. Industria de las bebidas y del tabaco (12.2%); 14. Industria del plástico y del hule (12.2%); 15. Impresión e industrias conexas (12.1%); 16. Industrias metálicas básicas (10.1%); 17. Industria del papel (7.7%); 18. Industria química (3.1%); 19. Industria alimentaria (1.1%); 20. Fabricación de maquinaria y equipo (-2.7%); y 21. Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-15.3%).

Como se puede apreciar, en el comparativo de junio y julio de este año, 19 de las 21 ramas de actividad mostraron un incremento en términos nominales. Con independencia de que no utilizamos cifras desestacionalizadas, es innegable que hubo una enorme mejoría en el desempeño de la industria manufacturera en dicho periodo.

3. Comparativo Enero – Julio 2020 vs Enero – Julio 2019.

En el comparativo del acumulado de los primeros siete meses de 2020 respecto de los mismos meses de 2019, tenemos que el valor de la producción de la industria manufacturera cayó -15.1% en términos nominales al haber pasado de 4.793 billones a 4.067 billones de pesos.

En cuanto al desempeño de cada una de las 21 ramas manufactureras, tenemos lo siguiente (en paréntesis se indica el porcentaje de variación): 1. Industria alimentaria (+4.6%); 2. Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (-4.3%); 3. Industria del papel (-6.3%); 4. Industria de las bebidas y del tabaco (-6.5%); 5. Industria química (-8.6%); 6. Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-8.7%); 7. Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (-9.4%); 8. Otras industrias manufactureras (    -11.6%); 9. Industria de la madera (-11.7%); 10. Industrias metálicas básicas (-12.6%); 11. Fabricación de productos metálicos (-15.1%); 12. Industria del plástico y del hule (-16.9%); 13. Fabricación de maquinaria y equipo (-17.4%); 14. Impresión e industrias conexas (-18.1%); 15. Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-20.3%); 16. Fabricación de muebles, colchones y persianas (-25.7%); 17. Fabricación de equipo de transporte (-26.9%); 18. Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-30.5%); 19. Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-32.8%); 20. Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-38.5%); y 21. Fabricación de prendas de vestir (-40.5%).

Como se puede apreciar, solamente una rama de actividad manufacturera presenta un aumento nominal en el comparativo de los primeros siete meses de 2020 respecto de los mismos meses de 2019.

Derivado de lo anterior, las ramas de actividad de la industria manufacturera nacional sufrieron una importante transformación en términos de su importancia relativa. Entre los cambios más importantes están el hecho de que la Industria alimentaria pasó de representar el 15.6% del valor total de la producción manufacturera en los primeros siete meses de 2019 a representar el 19.2%, lo que implica un incremento de 3.63 puntos porcentuales. Otra rama que ganó importancia relativa es la Industria química, misma que pasó de representar el 9.4% a ser el 10.2% del total, un aumento de 0.73 puntos porcentuales. De igual forma, tenemos a la Industria de las bebidas y del tabaco, la cual pasó de representar el 6.0% del valor de producción en los primeros siete meses de 2019 a ser el 6.6% del total en los mismos meses de 2020, lo que representa un aumento de 0.61 puntos porcentuales. Ahora, en cuanto a las ramas de actividad que más participación perdieron, están la Fabricación de prendas de vestir, la cual pasó de ser el 0.6% a representar el 0.5%, una caída de -0.19 puntos porcentuales. En el mismo sentido está el caso de la Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón, la cual pasó de representar el 3.5% del total a ser el 2.9%, lo que implica una caída de -0.64 puntos porcentuales. La rama de actividad que más participación en el valor de la producción registró fue la Fabricación de equipo de transporte, misma que pasó de representar el 34.8% del valor en los primeros siete meses de 2019 a ser el 30.0% del total en los primeros siete meses de 2020, lo que implica una caída de 4.84 puntos porcentuales.

Conclusiones.

Los datos del valor de la producción manufacturera de julio sin duda son positivos cuando se les compara con el mes inmediato anterior, pero es indiscutible que el nivel de actividad económica aún se encuentra muy por debajo del observado en 2019, y como se señaló líneas arriba, la recuperación al nivel de actividad que se tenía en 2019 tardará varios años.

La falta de confianza empresarial complica mucho más las cosas, ya que no se trata de un tema de falta de demanda agregada que reactive la actividad productiva, sino que se mantiene el shock de oferta con empresarios que dudan de si es el momento adecuado para invertir, ven con profunda preocupación la situación económica del país, así como la de su empresa.

La falta de políticas públicas por parte del gobierno federal para apoyar a los empleadores a lo largo de este año, sumado a lo plasmado en el Paquete Económico 2021, auguran tiempos muy difíciles para la mayoría de micro y pequeñas empresas, así como para quienes laboran en ellas. En el 2021 muchos países recuperarán lo perdido en 2020, México tardará años en salir de este bache.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Comienza la recuperación económica, aunque ésta será muy larga

Estamos transitando por la peor crisis económica en casi un siglo y la caída de la actividad económica ha generado enormes costos para prácticamente todos los mexicanos. El INEGI recién informó respecto de la evolución del Índice de Volumen Físico de la Actividad Industrial (IVFAI)  durante mayo de este año y si bien el desempeño económico siguió deteriorándose, y es terriblemente malo, hubo algunas actividades manufactureras que presentaron cierta mejoría. En esta entrega presento un análisis de la actividad industrial en México, con cifras del IVFAI, mediante tres comparaciones temporales: a. De abril a mayo de 2020, b. De mayo de 2019 a mayo de 2020, y c. Los primeros cinco meses de 2020 respecto de los mismos meses de 2019.

El análisis es relevante porque la actividad industrial es muy importante para México ya que ésta representó el 30.44% del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2019, y a través de la industria manufacturera, generó exportaciones por 410.833 miles de millones de dólares en 2019, lo que la convierte en la principal fuente de divisas para el país. Por su parte, en términos de empleos formales, al cierre de diciembre de 2019, tenemos que la industria nacional tenía 7.299 millones de empleos registrados en el IMSS, lo que representó el 35.74% del total. Con esto en mente, pasemos a analizar cómo le fue en el mes de mayo de este año:

Actividad industrial total

Abril a Mayo de 2020

Si el mes de abril había sido muy malo para la industria nacional, de hecho el peor mes desde que se tienes registros formales, en el mes de mayo la industria cayó todavía un poco más. De acuerdo con los datos del INEGI, con cifras desestacionalizadas, el total de la industria se contrajo -1.8%, producto de que la minería retrocedió -3.0%; las actividades de electricidad, gas y agua disminuyeron otro -10.2%; la construcción cayó -1.3%; mientras que la industria manufacturera retrocedió -0.3%.

Mayo 2020 vs Mayo 2019

Al comparar los datos del IVFAI de mayo de este año respecto del mismo mes de 2019 vemos un panorama aun peor del que registramos en el pasado mes de abril. Con cifras originales, vemos que la totalidad de la industria nacional presenta una caída de -30.7%, producto de que la minería se contrajo -5.9%; las actividades de electricidad, gas y agua cayó -13.1%; la construcción se colapsó -36.3%; mientras que las manufacturas fueron las más afectadas al retroceder -37.1%.

Primeros 5 meses de 2020 vs primeros 5 meses de 2019

Finalmente, al comparar la evolución acumulada del IVFAI durante los primeros cinco meses de 2020 respecto de los mismos meses de 2019, tenemos que con cifras originales la industria nacional muestra una caída de -13.7%. Esto es producto de un incremento de apenas 0.7% en la minería, caída de -19.4% en las actividades de electricidad, gas y agua; disminución de -19.4% en la construcción; y retroceso de -16.3% en las industrias manufactureras.

El resumen de lo hasta ahora presentado es que en los dos meses de mayor suspensión de actividades (abril y mayo) el golpe a la actividad industrial fue terrible, siendo la caída de mayo peor que la de abril. Sin embargo, el hecho de que las tasas de decremento entre abril y mayo hayan sido relativamente pequeñas, y aunado al hecho de que varios estados retomaron algunas actividades productivas (a una mínima capacidad) a partir de junio, es de esperarse que ya hayamos iniciado el lento y largo camino hacía la recuperación de la industria nacional.

IVFAI Mayo20

Actividad de la industria manufacturera

Abril a Mayo de 2020

No obstante que el IVFAI de la industria manufacturera en su conjunto cayó -0.3% entre abril y mayo de este año, la buena noticia es que hubo algunas ramas de actividad que presentaron cierto nivel de recuperación en dicho periodo con cifras desestacionalizadas. A continuación se presenta la evolución de las diferentes actividades y se indica entre paréntesis el porcentaje de incremento o disminución (ordenado de mejor a peor desempeño): Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (60.2%); Fabricación de equipo de transporte (42.6%); Impresión e industrias conexas (33.2%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (8.9%); Otras industrias manufactureras (6.2%); Fabricación de prendas de vestir (5.0%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (4.6%); Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (3.8%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (2.8%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (2.6%); Industrias metálicas básicas (2.0%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-0.3%); Industria alimentaria (-1.6%); Industria de las bebidas y del tabaco (-2.1%); Fabricación de maquinaria y equipo (-4.6%); Industria química (-6.5%); Industria del papel (-8.9%); Fabricación de productos metálicos (-9.0%); Industria de la madera (-10.1%); Industria del plástico y del hule (-11.4%); y Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (-13.5%).

Vemos que en el mes de mayo 11 actividades presentaron una mejoría respecto al mes de abril, mientras que otras 10 actividades cayeron. Por otra parte, es pertinente aclarar que no debemos dejarnos sorprender por algunos elevados porcentajes de incremento en la actividad manufacturera, ya que éstos se aprecian grandes porque parten de una base muy pequeña. Por ejemplo, en el caso de la actividad de Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir, la cual creció 60.2%, para ésta su índice pasó de 34.7 en abril a 55.6 en mayo, lo cual es indicativo de una mejora, pero implica que está 50.4% por debajo del nivel que registró en mayo de 2019.

Mayo 2020 vs Mayo 2019

Ahora, en cuanto a la evolución del IVFAI para la industria manufacturera en el periodo de mayo de 2019 a mayo de 2020, tenemos que éste cayó -37.1%. Al analizar la evolución de cada una de las ramas de actividad vemos cifras muy preocupantes. A continuación se presenta la evolución de cada una de las actividades y en paréntesis se indica el porcentaje de decremento (las actividades están ordenadas de mejor a peor desempeño): Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-3.0%); Industria alimentaria (-3.7%); Industria química (-15.5%); Industria del papel (-21.6%); Industrias metálicas básicas (-23.7%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (-23.9%); Otras industrias manufactureras (-27.7%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-28.0%); Impresión e industrias conexas (-32.9%);  Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (-32.9%); Industria de las bebidas y del tabaco (-39.2%); Industria del plástico y del hule (-43.2%); Industria de la madera (-45.3%); Fabricación de productos metálicos (-47.0%); Fabricación de maquinaria y equipo (-47.7%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-50.4%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (-64.1%); Fabricación de prendas de vestir (-76.7%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-76.9%); Fabricación de equipo de transporte (-80.7%); y Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-86.9%).

Como se puede apreciar, en el comparativo anualizado de mayo de 2020, las 21 ramas de actividad manufacturera muestran retrocesos en cuanto a su volumen físico de producción.

Primeros 5 meses de 2020 vs primeros 5 meses de 2019

Finalmente, en relación al comparativo del acumulado de los primeros cinco meses de 2020 respecto de los mismos meses de 2019, se aprecia un panorama complejo porque la totalidad de la actividad manufacturera presenta una contracción de -16.3%. Al analizar cada una de las ramas de actividad vemos que sólo una presenta incremento y 20 muestran caídas. A continuación se presenta la evolución de cada una de las actividades y en paréntesis se indica el porcentaje de decremento (las actividades están ordenadas de mejor a peor desempeño): Industria alimentaria (1.2%); Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (-4.0%); Industria química (-4.6%); Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (-5.4%); Industria del papel (-7.9%); Industrias metálicas básicas (-11.5%); Otras industrias manufactureras (-13.3%); Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (-14.1%); Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-14.1%); Industria de las bebidas y del tabaco (-16.4%); Impresión e industrias conexas (-17.5%); Industria del plástico y del hule (-18.1%); Industria de la madera (-20.4%); Fabricación de productos metálicos (-20.8%); Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-23.5%); Fabricación de maquinaria y equipo (-24.7%); Fabricación de muebles, colchones y persianas (-29.5%); Fabricación de prendas de vestir (-35.8%); Fabricación de equipo de transporte (-38.3%); Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (-39.4%); y Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-41.7%).

IVFA Mayo 20-2

Empleo en el IMSS

Los porcentajes de caídas en la actividad industrial se dicen fácil, pero no podemos dejar de considerar que detrás de ellos hay miles de personas que laboran en la industria. Los datos del empleo formal que nos ofrece el IMSS reflejan una terrible situación en materia laboral. Tenemos que entre febrero y junio de este año el número total de trabajadores registrados en el IMSS disminuyó en 1.113 millones de personas, al haber pasado de 20.613 millones a 19.499 millones. Esta disminución implica la pérdida del 5.4% del total del empleo formal en el país.

Ahora, en cuanto a la industria, tenemos que en el mismo periodo el número de trabajos formales perdidos en las industrias extractivas fue de 7.9 miles; mientras que en las industrias de la transformación se perdieron 245.0 miles; en la industria de la construcción la caída fue de 164.3 miles; mientras que en las industrias eléctrica, captación y suministro de agua potable se perdieron 380 empleos. Entre estas cuatro actividades, que conforman la industria nacional, suman 417.5 miles de empleos perdidos, mismos que representan el 45.7% de la totalidad de empleos formales perdidos entre febrero y junio de este año.

IMSS JUn20

Conclusiones

Queda claro que la industria nacional tuvo un muy mal desempeño en el mes de mayo y que inclusive fue peor que abril, sin embargo, para algunos sectores de actividad manufacturera comenzó a darse una ligera recuperación respecto al mes inmediato anterior. Sin embargo, el principal problema que veremos en los próximos meses es que en la medida en que la recuperación avanza lentamente, más negocios se verán en la necesidad de despedir a más personal o cerrar definitivamente. Muchas fábricas están trabajando al 30% de su capacidad (otras tantas en un porcentaje inferior), y pues con ese nivel de operación no hay manera de mantener los costos fijos de las empresas. Vemos que ya se perdieron 1.113 millones de empleos formales registrados en el IMSS, siendo que la expectativa es  que se perderán cerca de dos millones antes de que concluya el presente año.

Dado lo anterior, es fundamental fortalecer el ambiente en el que trabajan las empresas, combatiendo el contrabando y subvaluación de mercancías en las aduanas del país; activar un mayor número de créditos con fondos de garantía de Nafin, para que la tasa de interés que cobran los bancos no sea demasiado alta; entre otras medidas que he mencionado en anteriores entregas.

Finalmente, es fundamental que la gente use el cubrebocas para limitar la cantidad de contagios nuevos y minimizar el riesgo de que se vuelva a cerrar la actividad económica. Esto sin duda reforzaría la confianza de la gente para salir a comprar, lo que sin duda reactivará más rápidamente la actividad económica.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Cómo llegaron los estados de México a enfrentar al COVID-19

En la semana que recién concluye el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en base a su estimación oportuna y con cifras originales, durante el primer trimestre de 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) de México cayó -1.58%, producto de un incremento de 1.50% en las actividades primarias, disminución de -3.19% en las actividades secundarias y retroceso de -0.86% en las actividades terciarias. Con este dato se ratifica que México está en recesión ya que se acumularon 4 trimestres consecutivos con disminuciones anualizadas en este indicador (-0.95% en II/19, -0.25% en III/19, -0.49% en IV/19 y -1.58% en I/20).

La caída del PIB de -1.58% en el primer trimestre de 2019 resulta por demás moderada respecto al apocalipsis económico que hemos vivido en el segundo trimestre de 2020, periodo en el cual se estima que el PIB de México podría haberse hundido hasta un 40%, según estimaciones del banco estadounidense JP Morgan, de manera que el retroceso de todo el año 2020 podría ser de un -8.4%, porcentaje peor al -8.0% estimado por GAEAP hace dos semanas.

Como hemos venido diciendo, el año 2020 sin duda registrará la peor crisis económica para México desde 1932, año en el cual el PIB cayó -14.83%, producto de la desmonetización del oro y las secuelas de la Gran Depresión de los Estados Unidos.

En este contexto, y en seguimiento a mi editorial de la semana pasada en el que hice un recuento de cómo llegó la economía nacional a enfrentar el COVID-19, en esta entrega analizo en qué condiciones llegan las diferentes entidades federativas del país a enfrentar la pandemia. A continuación se presenta el desempeño de cada estado en 2019 en tres variables clave: Indicador Trimestral de la Actividad Económica (ITAEE), valor de la producción de las empresas constructoras y valor de la producción de las empresas manufactureras.

Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE)

Respecto al ITAEE, la semana que recién concluye el INEGI dio a conocer las cifras al cuarto trimestre de 2019, por lo que ahora resulta posible hacer una valoración del desempeño en 2019 realizando un promedio simple de la variación de cada uno de los cuatro trimestres de dicho año. A continuación se presentan los resultados (en paréntesis se indica la tasa de crecimiento o de caída): 1. Tlaxcala (6.69%), 2. Colima (4.29%), 3. Chihuahua (2.14%), 4. Baja California (1.97%), 5. Nuevo León (1.90%), 6. Yucatán (1.68%), 7. Tamaulipas (1.61%), 8. Durango (1.26%), 9. Sinaloa (1.14%), 10. Coahuila (1.08%), 11.  Jalisco (0.63%), 12. Veracruz (0.42%), 13. Querétaro (0.31%), 14. Michoacán (0.30%), 15. Quintana Roo (0.03%), 16. Nayarit (-0.02%), 17. Ciudad de México (-0.18%), 18. Guanajuato (-0.20%), 19. Puebla (-0.32%), 20. Aguascalientes (-0.49%), 21. Sonora (-0.64%), 22. Hidalgo (-0.97%), 23. San Luis Potosí (-1.08%), 24. Guerrero (-1.23%), 25. Morelos (-1.89%), 26. Chiapas (-2.07%), 27. Campeche (-2.09%), 28. México (-2.10%), 29. Zacatecas (-3.01%), 30. Oaxaca (-3.14%), 31. Tabasco (-5.23%), y Baja California Sur (-7.31%).

En 2019 el PIB de México retrocedió -0.13%, por lo que queda claro que 16 entidades federativas tuvieron un mejor desempeño que la totalidad de la economía, mientras que otros 16 estados tuvieron un desempeño peor. Destacan los casos de Guerrero, Chiapas, Campeche, Oaxaca y Tabasco, ya que son estados del sur del país que se siguen rezagando. Mientras que la mayoría de los estados de norte como Chihuahua, Baja California, Nuevo León, Tamaulipas, Durango y Coahuila mostraron tasas de crecimiento aceptables no obstante las dificultades de la economía en su conjunto.

ITAEE 2019

Empresas constructoras

Para valorar el desempeño de la industria de la construcción en los diferentes estados del país tomamos los datos de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC) de INEGI. Vemos que el valor de la producción generado por las empresas constructoras a nivel nacional cayó -8.1% en términos reales en el comparativo de 2019 respecto de 2018. Al analizar la evolución de este indicador por entidad federativa, tenemos lo siguiente (en paréntesis se menciona el porcentaje de variación en términos reales ordenado de mayor crecimiento a mayor caída): 1. Colima (65.6%), 2. México (32.0%), 3. Tamaulipas (28.4%), 4. Durango (21.4%), 5. Chihuahua (16.9%), 6. Veracruz (12.0%), 7. Puebla (4.0%), 8. Quintana Roo (3.3%), 9. Campeche (3.0%), 10. Guanajuato (-1.2%), 11. Yucatán (-2.8%), 12. Nuevo León (-4.1%), 13. Baja California (-5.9%), 14. Jalisco (-8.1%), 15. Tlaxcala (-8.2%), 16. Sonora (-11.6%), 17. Ciudad de México (-15.4%), 18. San Luis Potosí (-16.1%), 19. Hidalgo (-16.8%), 20. Michoacán (-17.3%), 21. Coahuila (-19.8%), 22. Querétaro (-23.9%), 23. Aguascalientes (-24.2%), 24. Zacatecas (-30.0%), 25. Sinaloa (-33.4%), 26. Tabasco (-35.3%), 27. Guerrero (-35.9%), 28. Chiapas (-41.4%), 29. Oaxaca (-42.6%), 30. Morelos (-45.3%), 31. Nayarit (-48.2%) y 32. Baja California Sur (-68.8%). Como se puede apreciar, 9 estados del país tuvieron un sector construcción en crecimiento, mientras que 23 estados observaron caídas.

Empresas constructoras

Ahora, en cuanto al desempeño del valor de la construcción en el comparativo del primer bimestre de 2020 respecto del mismo bimestre de 2019, vemos que la situación de varios estados se agravó considerablemente, como se muestra a continuación: 1. México (82.7%), 2. Tlaxcala (58.5%), 3. Nayarit (42.1%), 4. Nuevo León (31.4%), 5. Chihuahua (25.1%), 6. Hidalgo (11.6%), 7. San Luis Potosí (5.6%), 8. Sonora (4.5%), 9. Veracruz (4.0%), 10. Tamaulipas (0.2%), 11. Quintana Roo (-1.8%), 12. Durango (-14.9%), 13. Oaxaca (-22.7%), 14. Yucatán (-23.9%), 15. Campeche (-25.1%), 16. Jalisco (-27.0%), 17. Sinaloa (-28.3%), 18. Baja California (-30.2%), 19. Morelos (    -31.1%), 20. Ciudad de México (-31.9%), 21. Chiapas (-32.3%), 22. Coahuila de Zaragoza (-32.7%), 23. Puebla (-35.1%), 24. Querétaro (-35.2%), 25. Guanajuato (-36.0%), 26. Tabasco (-37.6%), 27. Colima (-43.6%), 28. Zacatecas (-46.2%), 29. Aguascalientes (-53.3%), 30. Guerrero (-55.5%), 31. Michoacán (-70.5%) y 32. Baja California Sur (-75.7%).

Llama fuertemente la atención el deterioro a inicios de este año que observan estados como Jalisco, que pasó de caer -8.1% a contraerse -27.0% en el primer bimestre de 2020, Querétaro que cayó -23.9% en 2019 y ahora cae -35.2%, Guanajuato que cayó -1.2% en 2019 y en los primeros dos meses de 2020 se contrajo -36.0%, o Puebla que creció 4.0% en 2019 y ahora registra una disminución de -35.1%. Debe destacarse que estas fuertes caídas en el valor de la construcción se dieron antes de que llegara la epidemia del COVID-19 con su consecuente cancelación de actividades económicas.

Empresas manufactureras

Finalmente, en cuanto a la actividad manufacturera tenemos los datos de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) de INEGI. En ella vemos la evolución del valor nominal de la producción manufacturera por entidad federativa, y tenemos lo siguiente (en paréntesis se muestra la variación porcentual en términos nominales): 1. Baja California (13.7%), 2. Nayarit (7.3%), 3. Coahuila (7.3%), 4. Aguascalientes (6.5%), 5. Jalisco (5.0%), 6. Puebla (4.5%), 7. Yucatán (4.1%), 8. Chihuahua (3.5%), 9. Sinaloa (3.3%), 10. Baja California Sur (2.8%), 11. Querétaro (2.4%), 12. Tamaulipas (2.3%), 13. Sonora (2.0%), 14. Guanajuato (1.8%), 15. Michoacán (0.9%), 16. Nuevo León (0.5%), 17. Durango (-0.1%), 18. Ciudad de México (-0.1%), 19. Veracruz (-0.7%), 20. Tlaxcala (-1.5%), 21. Zacatecas (-3.2%), 22. México (-3.6%), 23. Guerrero (-4.2%), 24. Colima (-5.0%), 25. Hidalgo (-5.2%), 26. Campeche (-7.0%), 27. San Luis Potosí (-7.0%), 28. Morelos (-7.5%), 29. Tabasco (-13.8%), 30. Quintana Roo (-14.5%), 31. Chiapas (-17.1%) y 32. Oaxaca (-20.3%). Si tomamos en consideración que la inflación anualizada promedio de 2019 fue de 3.6%, entonces queda claro que el valor de la producción manufacturera en 2019 aumentó en términos reales en solamente 7 estados del país, mientras que registró una contracción en términos reales en los restantes 25 estados.

Empresas manufactureras

Ahora, en cuanto a la evolución del valor de la producción manufacturera en términos nominales en el comparativo del primer bimestre de 2020 respecto del mismo bimestre de 2019, tenemos lo siguiente: 1. Aguascalientes (44.2%), 2. Guanajuato (13.5%), 3. Sonora (8.8%), 4. Campeche (5.7%), 5. Chihuahua (5.3%), 6. Zacatecas (4.7%), 7. Coahuila (4.6%), 8. Durango (4.1%), 9. Puebla (4.0%), 10. Sinaloa (3.3%), 11. Colima (3.3%), 12. Guerrero (2.9%), 13. Ciudad de México (1.6%), 14. San Luis Potosí (1.1%), 15. Baja California Sur (0.7%), 16. Yucatán  (0.5%), 17. Hidalgo (0.3%), 18. Querétaro (-0.1%), 19. Tamaulipas (-0.5%), 20. Jalisco (-2.4%), 21. Baja California (-2.4%), 22. Nayarit (-2.6%), 23. México (-4.4%), 24. Michoacán (-4.4%), 25. Tabasco (-4.6%), 26. Tlaxcala (-6.6%), 27. Nuevo León (-7.6%), 28. Veracruz (-10.0%), 29. Oaxaca (-12.0%), 30. Chiapas (-16.8%), 31. Morelos (-19.2%) y 32. Quintana Roo (-21.1%). Si tomamos en cuenta que la inflación anualizada promedio en el primer bimestre de 2020 fue de 3.5%, entonces queda claro que en el arranque de 2020 hubo 9 estados que registraron crecimiento en términos reales del valor de su producción, mientras que 23 llegaron con caídas.

Conclusiones

A manera de conclusión podemos señalar que desafortunadamente, la mayoría de los estados del país llegaron a enfrentar la epidemia del COVID-19 con una economía débil, lo que se constata al ver el desempeño del ITAEE, el valor de construcción de las empresas constructoras y el valor de la actividad manufacturera. Las empresas y sus trabajadores están siendo sometidas a un enorme dolor y costo por el haber suspendido las actividades de los sectores no esenciales. La pérdida de empleos es descomunal y el empobrecimiento de la población es alarmante. El costo económico de las medidas de confinamiento será gigantesco cuando por fin se nos autorice a regresar a laborar, pero esto no debiera ser así si se nos permite regresar a trabajar el 17 de mayo y no hasta el 1 de junio.

El Dr. Shiva Ayyadurai en los Estados Unidos envió una carta abierta al presidente Donald Trump aconsejándole como restablecer la salud pública y económica de dicho país, y de la cual creo que podemos aprender bastante.  En la carta critica las recetas de contención de la enfermedad que se han seguido hasta ahora porque datan de la década de los 50s. Comenta que no se debe aplicar el mismo remedio para todos (one size fits all) y menciona que no hay necesidad de apagar al país completo con un confinamiento obligatorio para todos. El Dr. Shiva propone que se divida a la población en cuatro grupos: 1. Los que han dado positivo al COVID-19, 2. Los hospitalizados y en condición crítica, 3. Los que tienen problemas inmunológicos y no han dado positivo a COVID-19, y 4. Los individuos saludables que no han dado positivo al COVID-19.

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Sólo mencionaré lo que dice el Dr. Shiva para el cuarto grupo: Estos individuos deben tomar 10,000 IU de palmitato de vitamina A al día, 5,000 IU de vitamina D3 al día, 1,000 miligramos de vitamina C al día, y 6 gotas de yodo en una bebida una vez al día. Estas personas bien vitaminadas y saludables deben regresar a trabajar inmediatamente para restaurar la economía del país.

Considero que eso mismo deberíamos hacer en México. En aras de regresar a trabajar, los empresarios podemos invertir en darle complementos vitamínicos a nuestros trabajadores y mantener estrictos protocolos de seguridad e higiene. Lo más importante es la salud de las personas, pero también la de las empresas. Si no hacemos algo urgente para restablecer la actividad productiva, la mitad de las empresas estará quebrada a finales del mes de mayo y la pobreza se disparará. Es urgente que el gobierno federal entienda esto y nos permita trabajar de una vez.

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Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Tiempos complicados para la industria manufacturera nacional

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La industria manufacturera nacional cerró el 2018 con una fuerte desaceleración.

El pasado 20 de febrero, el grupo financiero Citibanamex dio a conocer los resultados de su encuesta de expectativas económicas, y en ella se reiteró que se espera que el crecimiento económico para este año es de apenas 1.7% y para el 2020 de 1.9%. Estas raquíticas tasas esperadas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) son menores al promedio de 2.44% observado durante el sexenio anterior, por lo que difícilmente veremos una mejoría económica reflejada en mejores perspectivas de empleo. La mejora para muchos podría llegar en la forma de apoyos económicos por parte del gobierno federal, por lo que es de esperarse que haya un fortalecimiento de los sectores comercio y servicios, a la par de una considerable desaceleración en la industria manufacturera.

El pesimismo respecto a lo que le espera a la industria manufacturera en 2019 se basa en varios factores de índole nacional e internacional: 1. La marcada tendencia a la baja en esta industria en México al cierre de 2018; 2. La incertidumbre ante la falta de acuerdos entre los Estados Unidos y China para resolver su guerra comercial; 3. Varios países europeos están en el umbral de ser declarados en recesión, entre ellos Alemania; 4. La menor tasa de crecimiento económico en China, la cual se espera que sea de 6.2% en 2019; 5. El desvanecimiento del impulso fiscal ganado por los Estados Unidos en 2018; entre otros.

Para complicar las cosas aún más para la economía de México, tenemos que en el Reporte de Manufactura Barata 2019 (Cheap Manufacturing in 2019) elaborado por el US News & World Report, no se encuentra México en las primeras 10 posiciones a nivel global. Mientras que China nuevamente se ubica como el mejor país del mundo en este indicador, aunque se percibe que aunque dicha potencia asiática ha sido considerada como el mejor lugar del mundo en cuanto a manufactura de bajo costo, los expertos ahora están hablando de India como la siguiente gran fábrica del mundo.

El reporte fue llevado a cabo con la ayuda de más de 20 mil encuestados a los que se les pidió calificar a 80 países en diversos atributos. El sistema califica a todos los países en función de diversas variables clave así como beneficios intangibles tales como libertad y seguridad.

A continuación se presentan los 10 principales países en cuanto a manufactura barata en 2019 y se menciona la posición que ubican en general en todos los demás indicadores: 10. Myanmar, posición 61 en la clasificación mundial; 9. Sri Lanka, posición 45 en la clasificación mundial; 8. Pakistán (República Islámica de), posición 75 en la clasificación mundial; 7. Malasia, posición 38 en la clasificación mundial; 6. Filipinas, posición 50 en la clasificación mundial; 5. Indonesia, posición 43 en la clasificación mundial; 4. Tailandia, posición 26 en la clasificación mundial; 3.  Vietnam, posición 39 en la clasificación mundial; 2. India, posición 27 en la clasificación mundial; y 1. China, posición 16 en la clasificación mundial.  Respecto a México, el ranking le da a México una calificación de 7.3 en manufactura barata, considerablemente por debajo de la calificación de 10.0 obtenida por China o del 9.9 obtenido por Vietnam.

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China ocupa la primera posición en el ranking de “manufactura barata” con una calificación de 10.0, México sacó 7.3

Llama poderosamente la atención que en esta clasificación están dentro de los primeros cinco lugares China, Vietnam e Indonesia, naciones de las cuales provienen más del 90% de los zapatos que México importa anualmente. Queda claro que tienen mano de obra productiva y barata, lo que combinado con la reciente baja de aranceles es la receta perfecta para un desastre manufacturero. Cabe señalar que el mismo problema sufren las industrias textil y del vestido, las cuales también se vieron afectadas con la reciente baja arancelaria, la cual básicamente beneficia a los 10 países señalados líneas arriba ya que con ninguno tenemos tratado de libre comercio (salvo con Vietnam en el marco del Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico, el cual apenas entró en vigor el 14 de enero de este año).

Para complicar las cosas aún más para la manufactura en México, tenemos que ahora no es su momento de mayor fortaleza. De acuerdo con la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) de INEGI, en el 2018 el valor de las ventas de los productos elaborados aumentó 2.0% en términos reales. Dicho aumento fue producto de la siguiente evolución trimestral anualizada: -3.5% en el primer trimestre, 5.4% en el segundo, 5.4% en el tercero y 0.8% en el cuarto. Como puede apreciarse, preocupa la fuerte desaceleración observada en el último trimestre del año que recién concluyó.

Ahora, en cuanto a la evolución de cada una de las ramas de actividad, tenemos que en el cuarto trimestre de 2018, se registró el siguiente comportamiento en el valor de las ventas en términos reales (entre paréntesis se presenta el porcentaje de crecimiento anualizado): 1. Fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (8.1%); 2. Fabricación de muebles, colchones y persianas (4.7%); 3. Industrias metálicas básicas (4.1%); 4. Industria del plástico y del hule (3.6%); 5. Industria del papel (3.5%); 6. Fabricación de productos metálicos (3.1%);  7. Fabricación de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (2.5%); 8. Impresión e industrias conexas (2.4%); 9. Industria de la madera (2.3%); 10. Fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (2.2%); 11. Industria de las bebidas y del tabaco (1.7%); 12. Industria química (1.6%); 13. Fabricación de prendas de vestir (0.4%); 14. Fabricación de equipo de transporte (-0.1%); 15. Otras industrias manufactureras (-0.2%); 16. Fabricación de maquinaria y equipo (-0.8%); 17. Fabricación de productos textiles, excepto prendas de vestir (-1.4%); 18. Industria alimentaria (-1.9%); 19. Fabricación de productos a base de minerales no metálicos (-2.0%); 20. Curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (-2.1%); y 21. Fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos (-4.7%).

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De 21 ramas de actividad manufacturera, 16 presentaron desaceleración en el cuarto trimestre de 2018.

Vemos que de 21 ramas de actividad, siete registraron una disminución del valor de sus ventas en términos reales durante el cuarto trimestre de 2018. Pero lo más grave es que de las 21 ramas de actividad, 16 registraron una desaceleración en su tasa de crecimiento en comparación del trimestre inmediato anterior. De esta manera, del total de ramas manufactureras, sólo tres registraron crecimiento anualizado positivo superior a la del trimestre inmediato anterior: Fabricación de prendas de vestir, Impresión e industrias conexas, e Industria del plástico y del hule.

Todo este complejo panorama debe movernos a la acción e implementación de políticas públicas tendientes a crear un ambiente macroeconómico propicio para la inversión y el crecimiento económico. El recientemente creado Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, encabezado por el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Ing. Alfonso Romo Garza, podría iniciar formalmente sus actividades estableciendo una mesa que rápidamente determine las políticas públicas que se deben implementar para el fortalecimiento de la industria nacional.

De igual forma, debe haber un compromiso por parte de los industriales del país, para hacer frente a los problemas que enfrenta la industria. Deben desarrollar la capacidad de ajustarse y adaptarse a las nuevas realidades, lo que implica pensar fuera de la caja, buscar la automatización de procesos, capacitar y formar el capital humano de sus empresas, mejorar sus sistemas de procesamiento de datos, y lo más importante, deben ser capaces de innovar en el desarrollo de nuevos productos y en la forma que fabrican dichos productos.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt