La semana pasada será recordada por sentar precedentes económicos y financieros. La sorpresiva decisión del Banco de México de reducir la tasa de interés interbancaria en medio de una inflación en aumento y un deterioro de las expectativas inflacionarias ha generado inquietud. El impacto de esta medida sobre la inflación y la economía es incierto, lo que genera dudas sobre las decisiones y la autonomía del banco central.