La huida desde el dólar estadounidense

Muchos países están cansados del arreglo financiero que desde 1971, año en que se rompieron los acuerdos de Bretton Woods, ha permitido a Estados Unidos controlar buena parte de la suerte económica de casi todos los países. Este país es el emisor de la moneda utilizada para la mayoría de las transacciones comerciales a nivel mundial y de reserva global. Esta posición privilegiada, también le ha permitido sancionar a las naciones que considera hostiles y hacerse de buena parte de la riqueza global, en la forma como lo expliqué en la entrega de la semana pasada.

Richard Nixon, presidente de EEUU de 1969 a 1974

Pero las cosas poco a poco han venido cambiando y desde hace algún tiempo muchos países huyen del dólar. Esto no sólo se debe a que el dólar ha perdido el 85% de su valor entre 1971 y la actualidad (debido a la emisión imparable de billones de dólares sin ningún respaldo, como el que se tenía antes con el patrón oro), sino porque además muchas naciones están cansadas de un sistema financiero injusto que permite a una nación obtener una enorme ventaja sobre las demás y hacerse de sus riquezas de manera fácil. Para ponerlo de una manera sencilla, Estados Unidos es un jugador de Monopoly, pero al mismo tiempo controla el banco, extiende créditos a los otros jugadores, por los que cobra sustanciales intereses, y jamás se le acaba el efectivo para comprar todas las propiedades y bienes que quiera a los demás jugadores.

En este sentido, en un artículo de Ted Snider, publicado el 9 de mayo en el portal de AntiWar.com, y titulado “La huida desde el dólar estadounidense”, se hace un recuento de cómo una enorme cantidad de países, enemigos y aliados de Estados Unidos por igual, realizan esfuerzos por alejarse del uso del dólar estadounidense en el comercio internacional.

El artículo comienza con un recuento de que el 20 de marzo, el presidente chino, Xi Jinping, se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú. En su artículo publicado en los medios de comunicación rusos antes de la reunión, XI dijo con entusiasmo que “el comercio entre China y Rusia superó los 190 mil millones de dólares estadounidenses el año pasado, un 116% más que hace diez años”. Aunque ha alcanzado el equivalente a 190 mil millones de dólares estadounidenses, ya no se negocia en dólares estadounidenses. En su artículo en los medios chinos, Putin dijo que “la proporción de liquidaciones en monedas nacionales” de todo ese comercio “está creciendo”. El 65% de ese comercio masivo entre China y Rusia ahora se realiza en sus monedas rusa y china.

Aunque EE.UU. ve a Rusia y China como las mayores amenazas a su posición en el mundo, no son solo los enemigos de EE.UU. los que huyen del dólar. Sus amigos más cercanos también lo han insinuado y hecho. Después de sus reuniones con XI en China, el presidente francés, Emmanuel Macron, probablemente sorprendió y enfureció a los EE.UU. al pedir a Europa que reduzca su dependencia de la “extraterritorialidad del dólar estadounidense”.

Xi Jinping y Vladimir Putin, presidentes de China y Rusia respectivamente

Estos llamados a una huida del dólar estadounidense no son meramente económicos, son también geopolíticos. Son llamados a reformar el orden financiero mundial desafiando la hegemonía estadounidense y abogando por la multipolaridad. El monopolio del dólar no solo ha asegurado la riqueza estadounidense: ha asegurado el poder estadounidense. Estados Unidos es el único país del mundo que paga su deuda externa en su propia moneda, además de que la mayor parte del comercio internacional se realiza en dólares y la mayor parte de las reservas de divisas de los países también se mantienen en dólares. Ese dominio del dólar a menudo ha permitido a los EE.UU. dictar la alineación ideológica o imponer ajustes estructurales económicos y políticos en otros países. También ha permitido que EE.UU. se convierta en el único país del mundo que puede sancionar efectivamente a sus oponentes. La emancipación de la hegemonía del dólar es la liberación de la hegemonía estadounidense. La huida del dólar estadounidense es un mecanismo para reemplazar el mundo unipolar liderado por Estados Unidos por un mundo multipolar.

Como Estados Unidos ha demostrado a lo largo de la historia con Cuba, Venezuela, Afganistán, Irán y Rusia, el monopolio del dólar permite convertirlo en un arma muy poderosa rápidamente. Las reservas internacionales y los fondos de los países pueden ser rehenes, y los países pueden verse coaccionados y obligados a acatar las sanciones estadounidenses para evitar pasar hambre. Las demostraciones recientes de ese poder han despertado a muchos países a que se den cuenta de su vulnerabilidad en el sentido de que EE.UU. en cualquier momento los puede sancionar si no están alineados a sus intereses.

La secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, dijo recientemente (a raíz de las sanciones impuestas a Rusia por su invasión a Ucrania) que “existe un riesgo cuando usamos sanciones financieras que están vinculadas al papel del dólar que, con el tiempo, podría socavar la hegemonía del dólar”. Explicó que “por supuesto, crea un deseo por parte de China, Rusia e Irán de encontrar una alternativa”.

Janet Yellen, Secretaria del Departamento del Tesoro

Y eso es justo lo que se ha hecho. Pero en su diagnóstico a Yellen aún le falta considerar el efecto mayor de la guerra del dólar estadounidense. No son solo China, Rusia e Irán los que ahora buscan escapar de la presión. Los enemigos de Estados Unidos, pero también sus amigos y todo los que están en medio, están considerando huir del dólar.

China y Rusia lo están haciendo. El aliado de la OTAN, Francia, lo pide para Europa. Los países no alineados también están hablando de ello o ya lo están haciendo.

India es una potencia económica en crecimiento. Y, al igual que China, India ha aumentado enormemente su comercio con Rusia. India y Rusia ahora han comenzado las discusiones sobre un acuerdo de libre comercio entre India y la Comisión Económica Euroasiática dirigida por Rusia. Los dos países están ahora comprometidos en “negociaciones avanzadas” para un nuevo tratado bilateral de inversión. Rusia ha expresado interés en utilizar “monedas nacionales y monedas de países amigos” para el comercio. India también “ha estado interesada en” avanzar hacia dejar atrás el dólar al “aumentar el uso de su moneda rupia para el comercio con Rusia”. Y la India ha comenzado recientemente a comprar algo de petróleo ruso en rublos rusos.

La hegemonía del dólar estadounidense también se ha visto amenazada en el patio trasero de Estados Unidos. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha propuesto escapar del control del dólar “creando una moneda latinoamericana”. Mientras estaba en China para reunirse con XI, Lula preguntó: “¿Quién decidió que el dólar sería la moneda [del mundo]?” Luego respondió a su propia pregunta. En marzo, Brasil y China escaparon del dólar estadounidense al asignar cada uno de sus bancos para realizar su comercio bilateral en el real brasileño y el yuan chino.

El presidente de Brasil, Lula da Silva y Xi Jinping

Pakistán ahora también comercia con China en su propia moneda. Irán y Rusia han huido del dólar y ahora están negociando en riales y rublos. Recientemente anunciaron que eludieron el sistema financiero de EE.UU. al vincular sus sistemas bancarios como una alternativa al SWIFT para operar entre ellos. Arabia Saudita ha dicho que no ve “problemas” en el comercio de petróleo en monedas distintas al dólar estadounidense. Robert Rabil, profesor de ciencias políticas en Florida Atlantic University, dice que los Emiratos Árabes Unidos, Egipto e Israel también se han alejado del dólar estadounidense.

La Unión Económica Euroasiática ha acordado “una transición por etapas” de la liquidación del comercio en “moneda extranjera” a “liquidaciones en rublos”.

Quizás lo más sorprendente para EE.UU. fue la decisión de la reunión del 30 y 31 de marzo de los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) de reducir la dependencia del dólar estadounidense. ASEAN está compuesta por Indonesia, Tailandia, Filipinas, Singapur, Vietnam, Camboya, Laos, Malasia, Myanmar y Brunei. La reunión produjo una declaración conjunta para “reforzar la resiliencia financiera… mediante el uso de la moneda local”. Pero lo que debe haber sido más inquietante para EE. UU. fue la explicación que dio el presidente de Indonesia, Joko Widodo, sobre la decisión. Widodo dijo que la medida es necesaria para protegerse de “posibles repercusiones geopolíticas”. ¿Qué quiso decir con eso? “Ten mucho cuidado”, explicó. “Debemos recordar las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia”.

Yellen tenía razón cuando dejó entre ver que las sanciones a Rusia habían mermado la confianza en el dólar como moneda de reserva. Widodo dijo que las sanciones de EE.UU. a Rusia expusieron cuán vulnerables son los países si dependen de los dólares estadounidenses y de los sistemas de pago extranjeros de EE.UU. Dijo que el uso del sistema de transacciones en moneda local de la ASEAN para comerciar en monedas locales ayudaría a abordar la necesidad de que Indonesia se prepare para la posibilidad de que Estados Unidos pueda sancionarlo de manera similar.

Estas naciones no son las únicas organizaciones que mapean su huida del dólar estadounidense. También lo están haciendo los países que conforman BRICS, una organización internacional enorme cuyo objetivo principal es equilibrar la hegemonía estadounidense en un nuevo mundo multipolar. Compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, representa el 41% de la población mundial. BRICS también está hablando de realizar operaciones comerciales en las monedas de sus miembros o incluso en una nueva moneda de BRICS.

Lula sugirió recientemente que “el banco BRICS tenga una moneda para financiar el comercio entre Brasil y China, entre Brasil y otros países BRICS” para que los países no se vean obligados “a perseguir dólares para exportar, cuando podrían exportar en sus propias monedas.”  El vicepresidente de la Duma estatal rusa, Alexander Babakov, también dijo recientemente que los BRICS están trabajando para crear su propia moneda.

Una moneda BRICS podría desafiar al dólar más allá de las fronteras de BRICS. “Debido a que cada miembro de la agrupación BRICS es un peso pesado económico en su propia región, los países de todo el mundo probablemente estarían dispuestos a hacer negocios” en la moneda, sugirió un informe en el Financial Post.

Una de esas regiones es África. En julio se celebrará en San Petersburgo la cumbre Rusia-África. Olayinka Ajala, profesora titular de Política y Relaciones Internacionales en la Universidad de Leeds Beckett y autor de “The Case for Neutrality: Understanding African Stances on the Russia-Ukraine Conflict”, dijo que “un enfoque principal de Rusia y China en este momento es lograr que los países africanos apoyen la moneda BRICS propuesta”. Él dice que “este será un tema importante en la próxima conferencia”. Ajala explica que “África es un continente consumidor, lo que significa que importan muchos bienes y servicios”. Dice que “con una población de más de 1.2 miles de millones, si Rusia y China son capaces de convencer a los países africanos de la necesidad de deshacerse del dólar, será un duro golpe para Estados Unidos”.

El artículo de Ted Snider concluye mencionando que desde África hasta el Sudeste Asiático y América Latina, desde Rusia y China hasta India, Irán y Arabia Saudita, los países están trazando su curso para alejarse del dólar estadounidense. Como mecanismo de transición de la hegemonía estadounidense a un mundo multipolar, los efectos económicos serían grandes, pero los efectos geopolíticos podrían ser aún mayores.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Lo que va a acabar con el mundo

En un nuevo artículo de Egon Von Greyerz, titulado “¿La guerra nuclear, el colapso de la deuda o el agotamiento de la energía acabarán con el mundo?”, publicado el sábado 18 de febrero en GoldSwitzerland.com, este controvertido autor hace un análisis de algunos grandes riesgos y retos para la humanidad en la actualidad. Con independencia de que podamos o no estar de acuerdo con su visión, me parece una lectura interesante e ilustrativa de lo que está sucediendo y que en ocasiones no nos enteramos por los medios de comunicación tradicionales.

El artículo de Von Greyerz, a quien ya he citado en entregas anteriores,  comienza señalando que hay tres palabras clave en el mundo en la actualidad: Guerra, Deuda y Energía. Hay una cuarta palabra que, de acuerdo con el autor, salvará financieramente a aquellos que entiendan su significado y también desempeñará un papel importante en el futuro sistema monetario mundial. Esa cuarta palabra es obviamente ORO. A medida que el mundo pasa de un frágil sistema occidental basado en la deuda o dinero fiat, hacía un sistema basado en productos básicos (commodities) y energía proveniente de Oriente y el Sur, el oro asumirá un papel estratégico en el nuevo  sistema monetario.

Egon von Greyerz

Guerra – Tercera Guerra Mundial

La guerra es una amenaza potencialmente catastrófica, ya que la mera existencia del mundo y de la humanidad se encuentra ahora en riesgo máximo. Las guerras son horribles, con independencia de quien las inicie. Desde el comienzo de la humanidad probablemente ha habido más de 100 mil guerras y conflictos importantes.

La mayoría de las guerras terminan con muertes y heridos importantes y un enorme costo humano y financiero. Y al final de la guerra, la situación es a menudo peor que cuando comenzó, como por ejemplo en Afganistán, Vietnam, Irak y Libia, países que Estados Unidos invadió sin provocación. Probablemente será lo mismo en el caso en Ucrania.

Von Greyerz menciona que siempre hay dos bandos en una guerra y que hace muchos años aprendió que antes de juzgar a alguien, debemos ponernos en sus zapatos. Así que primero nos pondremos en los zapatos de Vladimir Putin.

Todo Occidente odia a Rusia y la ha personalizado en Putin. Pocos se dan cuenta de que muchas de las personas que están detrás de Putin son de línea dura extrema y mucho más peligrosas. Históricamente, Ucrania (como muchos países europeos) ha tenido una existencia heterogénea. Desde finales de 1700 hasta 1991, Ucrania fue parte de Rusia/Unión Soviética con una breve interrupción después de la revolución bolchevique en 1917.

Después de la revolución de Maidan en Ucrania en 2014, el acuerdo de Minsk negociado por Alemania y Francia estipuló que partes de la región de Donbas deberían tener autogobierno. También debería haber un alto el fuego y la retirada de las armas pesadas por parte de los ucranianos. Von Greyerz menciona que el acuerdo de Minsk nunca se cumplió y Ucrania siguió matando a más de 20 mil rusos en la región y bombardeando el Donbas. A medida que el bombardeo se intensificó a principios de febrero de 2022 (supuestamente por insistencia de los EE.UU.), Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022.

Entonces, lo anterior es cómo Rusia y Putin ven la situación de Ucrania.

Ahora veamos la situación con los zapatos de Estados Unidos. Los neoconservadores estadounidenses están extremadamente preocupados por perder la hegemonía estadounidense. Desde la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. básicamente ha fracasado en todas las guerras en las que ha estado involucrado. Pero, en su opinión, si fracasan en el conflicto actual, ese será el fin del dominio de EE.UU. tanto política como financieramente.

Ucrania es claramente solo un peón en un juego mucho más grande entre los dos titanes: Estados Unidos y Rusia.

Pero las guerras siempre se tratan de CONSECUENCIAS. Está claro en este punto que Occidente tristemente está ignorando las posibles consecuencias de esta guerra mientras siguen enviando dinero y armas pero no pacificadores de la ONU. Estados Unidos no tiene ningún deseo de paz en este momento y Europa simplemente sigue ciegamente cualquier iniciativa de Estados Unidos sin pensar en las consecuencias que, tanto económica como militarmente, son mucho más graves para Europa.

Zelensky ha pedido tanques y los está consiguiendo. Ahora pide aviones que también están considerando los países de la OTAN. Todavía no hay tropas de la OTAN oficialmente en Ucrania, pero está claro que hay muchos soldados de la OTAN allí sin los uniformes oficiales. Un coronel austríaco confirma que si un soldado de la OTAN se quita el uniforme es un mercenario y así parece que la OTAN envía tropas a Ucrania extraoficialmente. También el grupo de Mozart dirigido por un coronel retirado del Cuerpo de Marines de los EE.UU. actúa en Ucrania como mercenario.

Entonces, lo que está claro es que no solo hay armas de la OTAN en Ucrania, sino también soldados. Esto, por definición, es lo más cercano a la Tercera Guerra Mundial que el mundo puede estar.

Parece muy poco probable que Rusia pierda esta guerra con su superioridad militar. Incluso con una importante ayuda adicional de la OTAN, es poco probable que Ucrania tenga una oportunidad.

Si la OTAN decide intensificar la guerra con tropas y equipos importantes, no solo Rusia responderá con fuerza, sino posiblemente también China y tal vez India y Corea.

Pero claramente solo hay perdedores en una guerra nuclear.

Si eso sucede, la mayor parte del mundo y la población desaparecerán y no tendremos que preocuparnos por los déficits y las deudas o las acciones y el oro.

Esperemos que los líderes mundiales y los que manejan sus hilos entren en razón.

Burbuja de deuda

Von Greyerz comienza este apartado mencionando que según el Génesis de la Biblia, Nimrod (nieto de Noé) construyó la Torre de Babel. El deseo de los babilonios era hacerlo “con su cúspide en los cielos”. Pero Dios los castigó por este hecho, detuvo la construcción y dispersó a la gente por todo el mundo. Antes de ese momento hablaban el mismo idioma, pero a partir de entonces todos hablaron idiomas diferentes, por lo que no podían entenderse entre sí.

Desde entonces, los banqueros centrales se han construido torres o estructuras que no han llegado del todo al cielo, pero tanto sus aspiraciones como el dinero que han impreso probablemente lo hayan hecho.

Lo que derribará estos edificios probablemente no será la ira de Dios, sino la ira de la gente al darse cuenta de que estos monumentos son una señal de la arrogancia de los banqueros basada en dinero falso. Y este dinero falso no solo ha construido edificios grandiosos como la torre del Banco de Pagos Internacionales (BIS) en Babel Basilea o el edificio Eccles que alberga la FED en Washington.

No, el dinero falso también ha generado una riqueza asombrosa para el porcentaje más alto de personas ricas y ha empobrecido al resto.

La Revolución Francesa a fines del siglo XVIII o la Revolución Rusa en 1917 fueron causadas por diferencias significativamente menores entre ricos y pobres que en la actualidad.

La pobreza y el hambre que muchas personas en el mundo ya están experimentando en los próximos años/décadas probablemente causen malestar social y revoluciones a gran escala. En el último trimestre, aumentaron los disturbios civiles en más de 100 países y más de 30 países están actualmente en guerra. Un colapso del sistema financiero que sea menos estable que un castillo de naipes obviamente exacerbará la situación y fácilmente podría causar grandes trastornos en muchas partes del mundo.

La burbuja de deuda global de 2.3 trillones de dólares

Un trillón  de dólares son mil billones, así de grande es el número. Von Greyerz ha señalado en muchos artículos que estas torres mencionadas anteriormente han sido fundamentales para crear una burbuja de deuda global de $300 billones de dólares más los contratos de instrumentos derivados y pasivos no financiados de alrededor de $2 trillones, la mayoría de los cuales se convertirán en deuda en la próxima década o menos.

Entonces, incluso si el mundo puede evitar una gran guerra nuclear, es probable que sufra repercusiones masivas de la calamidad financiera que se avecina.

Como dijo Ghandi:

“HAY SUFICIENCIA EN EL MUNDO PARA LAS NECESIDADES DEL HOMBRE PERO NO PARA SU CODICIA.”

Crear $2.3 trillones de dólares de pasivos globales no tiene nada que ver con la necesidad del hombre sino con la codicia de unos pocos a expensas de la humanidad.

Cuando la burbuja financiera nuclear estalle en los próximos años, veremos una implosión de los precios de los activos en términos reales en un 75-90%, como Von Greyerz lo ha señalado en muchos artículos. En su artículo “AL FINAL, EL $ SE VA A CERO Y LOS ESTADOS UNIDOS INCUMPLEN SU DEUDA”, explica que “no hay forma de evitar el colapso final de un auge provocado por la expansión del crédito”, como dijo von Mises.

Entonces, incluso si el mundo sobrevive a la amenaza de una guerra nuclear, el colapso del sistema financiero es absolutamente inevitable. La codicia y la adoración al becerro de oro que han practicado algunas partes del mundo en los últimos 50 años, no quedará impune.

Esta gran transformación que se avecina será como un evento nuclear financiero. Después de una transición difícil, el mundo no solo saldrá de ella con una base mucho más sólida, sino también basado en valores humanos mucho mejores que los actuales.

Petróleo – Energía

Von Greyerz menciona que a medida que el mundo pasa de un sistema monetario falso y basado en la deuda a uno mucho más sólido, basado en valores reales, especialmente energía y otros productos básicos, el equilibrio de poder cambiará continuamente de Occidente a Oriente y al Sur. Ha escrito sobre el declive de Occidente y el ascenso de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la Organización de Cooperación de Shanghái y la Unión Económica de Eurasia.

Es probable que el movimiento final a la baja del dólar implique un incumplimiento de los EE.UU. aunque su arrogancia les impedirá usar esa palabra. En cambio, se llamará reinicio, pero todo el mundo sabrá que este reinicio desordenado implicará que la moneda estadounidense haya perdido su valor.

Von Greyerz  agrega que el banco de la Reserva Federal obviamente inventará una nueva moneda digital que el resto del mundo no debería tocar. Nos recuerda que el dólar, como la mayoría de las monedas, producto de la inflación, ya ha perdido un 98% de su valor desde 1971. Pero la caída final del 2% representa una caída del 100% a partir de hoy.

A lo largo de la historia ha ocurrido la misma destrucción total con todas las monedas. Los gobiernos arrogantes y los banqueros centrales claramente merecen este castigo. Pero, lamentablemente, siempre son las personas que no lo merecen las que más sufrirán.

Energía

Otra gran crisis económica para el mundo es la contracción del sistema energético.

La economía mundial está impulsada por la energía. Sin suficiente energía, el nivel de vida disminuiría drásticamente. Actualmente los combustibles fósiles representan el 83% de la energía mundial. Es poco probable que la fuerte dependencia de los combustibles fósiles cambie en las próximas décadas.

La energía derivada de los combustibles fósiles ha disminuido en los últimos años. Esta tendencia se acelerará en los próximos 20 años o más a medida que disminuya la disponibilidad de combustibles fósiles y aumente el costo. El costo económico de producir energía se ha quintuplicado desde 1980.

Lo que muy poca gente se da cuenta es que la prosperidad del mundo no mejora con más deuda sino con más energía y más barata.

Pero lamentablemente, algunas proyecciones muestran que la producción de energía disminuirá durante al menos 20 años. Menos energía significa menor prosperidad para el mundo. Y recuerde que esto se suma a una importante disminución de la prosperidad debido a la implosión del sistema financiero y los valores de los activos.

La energía procedente de combustibles fósiles disminuirá un 18% entre 2021 y 2040. Pero aunque la eólica y solar aumentarán proporcionalmente, de ninguna manera compensará la caída de los combustibles fósiles. Para que la energía renovable compense la diferencia, tendría que aumentar en un 900% con una inversión superior a los 100 billones de dólares. Esto es muy poco probable ya que la producción de energía eólica y solar depende en gran medida de los combustibles fósiles.

Otro problema importante es que no existe un método eficiente para almacenar energía renovable.

Tomemos el ejemplo de obtener suficiente energía de las baterías. La fábrica de baterías más grande del mundo es la fábrica Tesla Giga. La producción total anual de esta fábrica produciría 3 minutos de la demanda anual de electricidad de EE.UU. Incluso con 1000 años de producción de baterías, las baterías de esta fábrica producirían solo 2 días de la demanda de electricidad de EE.UU.

Por lo tanto, lo más probable es que las baterías no sean una fuente viable de energía durante décadas, especialmente porque necesitan combustibles fósiles para ser producidas y cargadas.

La energía nuclear es la mejor opción disponible en la actualidad. Pero el tiempo y el costo de producir energía nuclear significa que no será una alternativa viable durante décadas. Además, muchos países han detenido la energía nuclear por razones políticas. Se espera que la energía nuclear y la hidroeléctrica solo aumentarán muy marginalmente en los próximos 20 años.

Por supuesto que el mundo quiere lograr una energía más limpia y eficiente. Pero hoy no tenemos los medios para producir esta energía en cantidad a partir de nada más que combustibles fósiles.

Por lo tanto, detener o reducir la producción de combustibles fósiles, que es el deseo de muchos políticos y activistas climáticos, seguramente exacerbará sustancialmente el declive de la economía mundial.

Von Greyerz  dice que podríamos obtener un aire más limpio, pero muchos tendrían que disfrutarlo en cuevas con poca comida u otras necesidades y comodidades que tenemos hoy.

Entonces, lo que está claro es que el mundo no está preparado ni siquiera para el mejor escenario energético que implica una gran disminución en el nivel de vida en los próximos 20 a 30 años por lo menos.

Oro

Las monedas digitales son el medio perfecto para controlar a las personas en un mundo totalitario. Le da al Gran Hermano poder total en relación con el dinero de la gente. Pueden ser gravados, multados o dirigidos por cualquier capricho del gobierno. Esto incluiría la imposición arbitraria o la confiscación.

Por lo tanto, las CBDC (Monedas Digitales del Banco Central por sus siglas en inglés) son un desastre total en relación con la libertad personal. Pero en muchos países los siervos ya han sido entrenados para esto. Tomemos como ejemplo a Suecia, donde el efectivo apenas existe y las tarjetas de crédito se utilizan para todos los gastos, incluso para comprar un periódico o una barra de pan. La mayoría de las tiendas ni siquiera aceptan efectivo.

Así, los plácidos suecos entregarían felizmente el control de su dinero al gobierno, totalmente ajenos a las consecuencias.

Como amante de la libertad, Von Greyerz  dice que odiaría vivir en tales circunstancias a pesar de que nació en Suecia.  Menciona que con la próxima caída del dólar y muchas otras monedas, así como el fin del petrodólar, es probable que el oro desempeñe un papel importante en el sistema monetario dominado por el Oriente y el Sur.

Con el gasto público fuera de control en la mayoría de los países, el oro es la única moneda en la que puede confiar tal como lo ha sido durante miles de años.

Es probable que los BRICS, con China, Rusia e India como principales países auríferos, hagan del oro una parte importante del futuro sistema monetario.

El oro no es para inversión o especulación.

El oro es seguro y preserva la riqueza.

El oro es ahorro y supervivencia financiera.

Es probable que 2023 sea el año del oro. Tanto fundamental como técnicamente, parece que el oro hará grandes movimientos alcistas este año. Cualquier corrección debe utilizarse para acumular.

Termina recomendando que sólo debemos comprar oro físico y guardarlo en una jurisdicción segura lejos de los gobiernos cleptocráticos.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Los mayores riesgos globales para el 2023

En cada arranque de año confiamos en que vendrán cosas buenas para nosotros y nuestros seres queridos. Igual sabemos que es inevitable que algunos eventos negativos sucederán, y para ellos debemos estar preparados. En esta entrega quiero abordar algunos de los riesgos globales que enfrentaremos este año y que de materializarse podrían tener un impacto en nosotros.

El Grupo Eurasia recién publicó su listado de principales riesgos globales para el 2023. Top Risks es el nombre del documento en el que plasman los pronósticos anuales de Eurasia Group respecto de los riesgos globales que es más probable que se desarrollen en el transcurso del año. El informe de este año se publicó el 3 de enero de 2023, y a continuación presento los aspectos más relevantes del mismo:

Visión general

Top Risks 2023 comienza mencionando que hemos superado (en su mayor parte) la pandemia del Covid-19, Rusia no tiene forma de ganar en Ucrania, la Unión Europea es más fuerte que nunca, la OTAN redescubrió su razón de ser, El G7 se fortalece, las energías renovables se están volviendo muy baratas, el poder militar estadounidense no tiene rival, las elecciones intermedias en los Estados Unidos fueron decididamente normales… y muchos de los candidatos que representaban la mayor amenaza para la democracia (especialmente aquellos que habrían tenido autoridad sobre los resultados electorales, como gobernadores y secretarios de estado) perdieron en sus respectivas elecciones. Mientras tanto, Donald Trump está en la posición más débil desde que salió de la presidencia de Estados Unidos, con una gran cantidad de republicanos preparándose para enfrentarlo en la nominación presidencial para el 2024.

Tiene que haber una trampa

Hemos visto que un pequeño grupo de personas ha acumulado una cantidad extraordinaria de poder, tomando decisiones de profundas consecuencias geopolíticas. Desde la óptica del espectro de la geopolítica vemos que las bondades de la globalización están en un extremo, pero estos desarrollos están en el otro extremo y generan una cantidad desproporcionada de incertidumbre en el mundo de hoy.

Los principales riesgos este año están sesgados hacia estos actores y su impacto: Rusia malvada, Maximum Xi, Armas de disrupción masiva, e Irán arrinconado, todos son riesgos que provienen de actores internacionales que enfrentan severos desafíos estructurales y una fuerte oposición (interna y/o externa) para lograr sus objetivos deseados, sin supervisión local, ni contrapesos, controles y equilibrios que pongan freno a sus acciones.

Algunas dictaduras tropiezan mientras que otras se consolidan. La Rusia de Vladimir Putin está demasiado aislada para que su líder asista a la cumbre del G20, y enfrenta un grave declive económico y militar… mientras que la OTAN nunca se ha visto más fuerte. Irán, el aliado militar más importante de Rusia, se enfrenta a un entorno geopolítico profundamente hostil viviendo los mayores disturbios internos desde la revolución de 1979 que llevó al poder a la República Islámica. Por su parte, China no estaba completamente preparada para lidiar con sus problemas ocasionados por la política de cero Covid (el riesgo número 1 del año pasado), lo que provocó manifestaciones populares sin precedentes… y un cambio repentino en la política del presidente Xi Jinping, que puso fin a las restricciones dos años después que los estadounidenses y los europeos.

En términos más generales, hemos visto que el progreso en el desarrollo humano ha sido revertido por una pandemia global, una guerra terrestre en Europa, un shock inflacionario masivo y una catástrofe climática creciente. Después de décadas de globalización que impulsaron un crecimiento global sin precedentes y el surgimiento de una sólida clase media global, ahora vemos que a la mayoría de los 8 mil millones de personas del mundo les va peor, no mejor, en niveles de educación, esperanza de vida, bienestar económico y seguridad. Desafortunadamente, los obstáculos para el desarrollo humano aumentarán en 2023.

El liderazgo estadounidense es una espada de doble filo. Un año después de la guerra fallida de Rusia, Estados Unidos ha ganado la posición de único líder militar global del mundo. Los principales aliados reconocen claramente su dependencia de Estados Unidos para la seguridad nacional, en un sentido amplio. El poder económico comparativo de Estados Unidos es más fuerte después de la pandemia y de la guerra de Rusia respecto de lo que era después de la crisis financiera mundial de 2008. Se ha vuelto más fuerte el susurro en Europa de que la posición global de Estados Unidos se está beneficiando de la guerra, mientras que los europeos y Japón enfrentan la desindustrialización y el fin permanente del dividendo de la paz. China también enfrenta desafíos económicos masivos, mucho mayores que otros países importantes. Todavía se espera que su economía supere a la de Estados Unidos en PIB para 2030, pero existe una posibilidad cada vez mayor de que nunca lo haga. Y si lo hace, esto no presagia que vayamos a presenciar un siglo de influencia china conforme su población se reduce a la mitad para el año 2100. Si algún país importante de ingresos medios tiene la perspectiva de superar al resto de naciones en las próximas décadas, es la próxima tercera economía más grande del mundo (y la democracia más grande): India.

Pero en términos de liderar con el ejemplo, es una historia radicalmente diferente para Estados Unidos. En 1989, Estados Unidos era el principal exportador mundial de democracia. Hoy en día, es el principal exportador de herramientas que socavan la democracia, el resultado de algoritmos y plataformas de redes sociales que han desgarrado el tejido de la sociedad civil mientras maximizan las ganancias de sus creadores. Esto ha creado división política, disrupción y disfunción social sin precedentes. Esa tendencia se está acelerando rápidamente, no impulsada por los gobiernos sino por un pequeño grupo de personas con poca comprensión del impacto social y político de sus acciones.

¿Son los dueños de las plataformas tecnológicas una mayor amenaza para la inestabilidad global que Putin o Xi? No está claro, pero es una pregunta correcta para hacerse, dado el desafío crítico para las democracias del mundo, la vulnerabilidad de las instituciones políticas representativas y el creciente atractivo de control y la vigilancia por parte de los gobiernos. Como se demostró en 2006, las sociedades abiertas eran las más estables, en parte porque la tecnología las fortalecía y debilitaba los regímenes autoritarios. En 2023, menos de dos décadas después, ocurre lo contrario.

No es el fin de la democracia (ni de la OTAN ni de Occidente). Pero seguimos en las profundidades de una recesión geopolítica, con los riesgos de este año como los más peligrosos que hemos encontrado en los 25 años desde que comenzamos Eurasia Group.

Y ahora, se presentan algunos rasgos de los principales riesgos detectados por parte de Eurasia Group.

1. Rusia malvada

Una Rusia humillada pasará de ser un actor global a convertirse en el estado canalla más peligroso del mundo, lo que representa una grave amenaza para la seguridad de Europa, Estados Unidos y más allá.

Rusia es una nación que ha sido derrotada en el campo de batalla en Ucrania, está cada vez más golpeada por las sanciones económicas, carece de influencia sobre la Unión Europea o los Estados Unidos, tiene poco que perder y vive en un mayor aislamiento con las represalias occidentales, además de que enfrenta una intensa presión interna para mostrar su fuerza. Es por ello que Rusia recurrirá a la guerra asimétrica contra Occidente para infligir daño y debilitar la unidad de la OTAN, en lugar de emplear una agresión abierta que depende del poder militar y/o económico que Rusia ya no tiene.

El ruido nuclear por parte de Moscú se intensificará en 2023. Las amenazas de Putin se harán más explícitas; es probable que mueva las armas nucleares tácticas más cerca de Ucrania, y lo haga público. Podríamos ver un aumento en el estado de alerta del arsenal nuclear de Rusia. Por su parte, los hackers y piratas informáticos afiliados al Kremlin intensificarán los ataques cibernéticos contra las empresas y los gobiernos occidentales. Los oleoductos, así como las terminales de GNL, serán objetivos atractivos para el sabotaje ruso.

2. Maximum Xi

Xi Jinping salió del 20º Congreso del Partido de China en octubre de 2022 con un control y poder sin igual desde Mao Zedong.

Después de haber llenado el Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista con sus aliados más cercanos, Xi prácticamente no tiene restricciones en su capacidad para seguir su agenda política estatista y nacionalista. Pero con pocos controles y contrapesos que lo limiten y sin voces disidentes que desafíen sus puntos de vista, la capacidad de Xi para cometer grandes errores tampoco tiene rival. Las decisiones arbitrarias, la volatilidad de las políticas y la elevada incertidumbre serán endémicas en la China de Xi. Ese es un desafío global masivo y subestimado, dada la realidad sin precedentes de una dictadura capitalista de estado que tiene un papel tan grande en la economía global.

3. Armas de disrupción masiva

Cuando cayó el Muro de Berlín, Estados Unidos era el principal exportador mundial de democracia. No siempre de manera consistente y no siempre con resultados positivos, pero ningún otro país se le acercaba en términos de la influencia que ejercía en el resto del mundo. Desde entonces, la mayor parte del tiempo, la innovación tecnológica (mucha de la cual tuvo lugar en Estados Unidos) ha sido una fuerza liberalizadora. Pero hoy, EE.UU. se ha convertido en el principal exportador de herramientas que socavan la democracia, no intencionalmente, sino como consecuencia directa de los modelos comerciales que impulsan el crecimiento. Los avances tecnológicos resultantes en inteligencia artificial (IA) erosionarán la confianza social, empoderarán a los demagogos y autoritarios y perturbarán los negocios y los mercados.

Este año será un punto de inflexión para el papel de la tecnología disruptiva en la sociedad. Una nueva forma de Inteligencia Artificial (IA), conocida como IA generativa, permitirá a los usuarios crear imágenes, videos y texto realistas con solo unas pocas oraciones de orientación. Los modelos de lenguaje grande como GPT-3 y el GPT-4 que se lanzará próximamente podrán pasar de manera confiable la prueba de Turing, un Rubicon para la capacidad de las máquinas para imitar la inteligencia humana.

Los demagogos y los populistas utilizarán la IA como arma para obtener ganancias políticas a expensas de la democracia y la sociedad civil. Ya hemos visto a personas como Trump, el brasileño Jair Bolsonaro y el húngaro Viktor Orbán aprovechar el poder de las redes sociales y la desinformación para manipular a los electores y ganar elecciones, pero los avances tecnológicos crearán ventajas estructurales para que cada líder político implemente estas herramientas, no importa dónde estén ubicados en el espectro político.

4. Ondas de choque de la inflación

El shock de inflación global que comenzó en los Estados Unidos en 2021, y se consolidó en todo el mundo en 2022, tendrá un poderoso efecto dominó económico y político en 2023. Será el principal impulsor de la recesión global, se sumará a la tensión financiera y avivará el descontento social y político por todas partes.

Con el endurecimiento de las condiciones crediticias y financieras en un momento de inflación aún alta, los hogares y las empresas sentirán los efectos. Temerosos de echar combustible al fuego inflacionario y enfrentar el aumento de los costos por mayores tasas de interés, los encargados de formular políticas públicas en las economías avanzadas solventes intentarán absorber los mayores costos para los hogares y aliviar las presiones de costos para las empresas a través de intervenciones en el mercado energético y subsidios financiados con más deuda pública.

5. Irán en una esquina

Más de tres meses después de que una joven llamada Mahsa Amini fuera asesinada por la llamada Policía de la Moralidad de Irán, continúan las protestas antigubernamentales en todo el país. Al mismo tiempo, Teherán ha intensificado su programa nuclear de manera dramática, casi acabando con cualquier posibilidad de revivir el acuerdo nuclear. Y ahora Irán se ha casado con las ambiciones imperiales de Putin en Ucrania. Enfrentando convulsiones en casa mientras arremeten en el extranjero, este año contará con nuevos enfrentamientos entre la República Islámica y Occidente.

6. Crunch energético

Los consumidores de energía respiran aliviados ahora que el shock del suministro de petróleo, esperado después de la invasión rusa de Ucrania, no se materializó y los precios del gas, especialmente en Europa, han retrocedido desde sus máximos de 2022. Pero a pesar de las previsiones en su mayoría optimistas para este año, una combinación de geopolítica, economía y factores de producción creará condiciones de mercado mucho más estrictas, especialmente en la segunda mitad de 2023. Eso aumentará los costos para los hogares y las empresas, aumentará la carga fiscal en las economías de consumo, ampliará la brecha entre la OPEP+ y las principales naciones consumidoras, y creará otra fuente de mayores tensiones entre Occidente y el mundo en desarrollo.

7. Desarrollo global arrestado

Las últimas dos generaciones de la humanidad han experimentado un período sin precedentes de rápida expansión y prosperidad generalizada. La economía mundial se triplicó en tamaño, casi todos los países se enriquecieron significativamente y más de mil millones de personas escaparon de la pobreza extrema para unirse a las filas de la primera clase media mundial de la historia, reduciendo la brecha de oportunidades entre las naciones en desarrollo y las industrializadas avanzadas. Los indicadores de desarrollo humano, que van desde la mortalidad infantil y la esperanza de vida hasta la educación y los derechos de la mujer, cuentan una historia de mejora casi ininterrumpida de los niveles y la calidad de vida en todo el mundo.

Ese progreso se ha visto revertido por tres años de choques que se refuerzan mutuamente, incluida la pandemia de Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y el aumento de la inflación mundial. Las Naciones Unidas estiman que se han perdido cinco años de progreso en el desarrollo humano desde que golpeó el Covid-19, y el impacto ha sido global: más del 90% de los países experimentaron una disminución en el desarrollo humano en 2020 o 2021. En 2023, miles de millones de personas se volverán más vulnerables a medida que se sigan perdiendo más ganancias económicas, políticas y de seguridad.

8. Estados Desunidos de América

Primero, las buenas noticias. Las elecciones de mitad de período de 2022 detuvieron el deslizamiento hacia una crisis constitucional en las próximas elecciones presidenciales de EE.UU. No porque los republicanos ganaran el control de la Cámara de Representantes, ni porque los demócratas dominaran el Senado. Lo que es más importante, los votantes de los Estados Unidos rechazaron prácticamente a todos los candidatos a gobernador o secretario de estado que negaron la legitimidad de la victoria de Biden sobre Trump en la votación de 2020. Y son los gobernadores y secretarios de estado quienes administrarán las futuras elecciones a nivel estatal. Es por eso que la política estadounidense no aparece más arriba en la lista de los principales riesgos de este año.

Estados Unidos sigue siendo una de las democracias industriales avanzadas más políticamente polarizadas y disfuncionales del mundo. La creciente polarización partidista del electorado estadounidense continúa erosionando la legitimidad de las instituciones federales centrales: las tres ramas del gobierno y la transferencia pacífica del poder a través de elecciones libres y justas. En consecuencia, el poder político se está devolviendo a los estados, cada vez más liderado por partidarios que ocupan el vacío dejado por Washington para perseguir agendas que no pueden ser implementadas por un gobierno federal díscolo y esclerótico.

Este entorno se volverá cada vez más desafiante para las empresas acostumbradas a pensar en los Estados Unidos como un mercado coherente con un régimen regulatorio predecible. Los estados tradicionalmente han competido por la inversión corporativa a través de paquetes de incentivos. Pero ahora, los políticos conservadores se están diferenciando al pelear con los principales empleadores sobre temas como las regulaciones ambientales, sociales y de gobierno (ESG), mientras que los políticos de izquierda están buscando políticas ambientales, más favorables para los trabajadores y consumidores que aumentan el costo de hacer negocios en sus estados.

9. Boom de Tik Tok

Nacida entre mediados de la década de 1990 y principios de la de 2010, la Generación Z es la primera sin experiencia de vida sin Internet. Los dispositivos digitales y las redes sociales han conectado a sus miembros a través de las fronteras para crear la primera generación verdaderamente global. Y eso los convierte en una nueva fuerza política y geopolítica, especialmente en Estados Unidos y Europa. La Generación Z tiene tanto la capacidad como la motivación para organizarse en línea para remodelar las políticas corporativas y públicas, dificultando la vida de las multinacionales en todas partes e interrumpiendo la política con solo hacer clic en un botón.

La Generación Z creció a medida que se desvanecía el dominio de Estados Unidos después de la Guerra Fría, revelando las fallas de liderazgo en el país y en el extranjero a través de una serie de eventos históricos formativos: la crisis financiera de 2008, la Primavera Árabe y la guerra civil de Siria, Brexit, la elección de Trump, El movimiento Black Lives Matter, el ajuste de cuentas #MeToo, los tiroteos masivos en escuelas en los EE.UU., la pandemia de Covid-19 y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania.

El resultado es una generación radicalizada por la naturaleza turbulenta de su época y la falta de respuesta de los líderes y las instituciones existentes. La Gen Z tiene expectativas, demandas e impulsos políticos más amplios que sus predecesores, incluida una marcada desconfianza en las instituciones y los canales tradicionales de cambio político y logros económicos.

Gen Z está redefiniendo el lugar de trabajo al presionar a las empresas para que incorporen cambios fundamentales en la forma en que reclutan, organizan, retienen y desarrollan el talento; adoptar nuevos caminos y oportunidades profesionales; fomentar la diversidad y la inclusión genuinas; y reevaluar su impacto social, político y ambiental. Como resultado, las corporaciones sentirán una presión sin precedentes para tomar partido en los debates políticos y geopolíticos, les guste o no.

10. Estrés hídrico

Este año, el estrés hídrico se convertirá en un desafío global y sistémico… mientras que los gobiernos aún lo tratarán como una crisis temporal.

En 2022, la disminución de los niveles de agua exacerbó la crisis alimentaria en África, detuvo el transporte marítimo y la producción nuclear en Europa y provocó el cierre de fábricas en China. La escasez de agua también obligó a Estados Unidos a limitar las descargas de agua en los estados del oeste y provocó disturbios sociales en América Latina, aumentando las tensiones entre las empresas y las comunidades. Las previsiones para 2023 son peores. El estrés hídrico se convertirá en la nueva normalidad: los niveles de los ríos caerán a nuevos mínimos y dos tercios de las empresas a nivel mundial enfrentarán riesgos de agua sustanciales para sus operaciones o cadenas de suministro.

Si bien las consecuencias del estrés hídrico empeorarán, la capacidad de los gobiernos para manejarlas no mejorará. Habiendo fallado en prepararse adecuadamente para una disminución permanente en la disponibilidad de agua, los formuladores de políticas confiarán en medidas de emergencia a corto plazo que restringen y redistribuyen abruptamente los recursos.

Y ahora algunas líneas rojas…

Grietas en apoyo a Ucrania

Estados Unidos y Europa permanecerán alineados en su firme apoyo a Ucrania a pesar del creciente escepticismo sobre la participación de Estados Unidos y el desacuerdo interno en la UE sobre si presionar a Ucrania para que negocie.

Disfunción política en la Unión Europea

A medida que gran parte de la UE entra en recesión este trimestre, el bloque comienza a sentir una gran tensión por la guerra de Ucrania. La recesión económica y la crisis energética de este año (consulte los riesgos n.º 4 y n.º 6) se sumarán a esta presión, lo que exacerbará las perspectivas de la UE en un momento en que se enfrenta a desafíos de liderazgo. Con un nuevo gobierno en Berlín luchando en casa y en el extranjero, el presidente francés Emmanuel Macron cojeando por su falta de mayoría parlamentaria y la salida de Mario Draghi como primer ministro de Italia, no hay nadie capaz de liderar el bloque a través de las tribulaciones de este año.

La crisis de Taiwán

Existe una creciente preocupación en Washington de que Estados Unidos y China se dirijan a una confrontación por Taiwán… y que sea cada vez más probable que China cambie proactivamente el statu quo, posiblemente incluso conduciendo a un conflicto militar directo en el corto plazo. El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha afirmado que Xi de China está “decidido a buscar la reunificación en un plazo mucho más rápido” de lo que se pensaba anteriormente. Altos funcionarios de defensa han sugerido que el uso de la fuerza por parte de China para retomar Taiwán podría ocurrir en 2027, y posiblemente tan pronto como este año.

Respecto a este punto, y dejando atrás la lista de riesgos elaborada por Eurasia Group, quiero hacer mención a lo mencionado en un artículo de MN Gordon, publicado en el portal EconomicPrism.com el pasado 30 de diciembre, en el cual se pinta un panorama sombrío para este año en lo que respecta a la geopolítica. Gordon menciona que, a modo de divulgación completa, su conjetura principal para este año no es única ni desconocida. De hecho, muchos pueden sentir lo que viene. Pero al igual que cuando se enfrentan a la presencia de un veterano de guerra al que le faltan extremidades, casi todos miran hacia otro lado. Los horrores son demasiado graves para contemplarlos.

Para entender esta predicción, primero algo de contexto:

¿Quién lo hizo?

Para ser completamente franco, si aún no ha llegado a esta conclusión por su cuenta, la Tercera Guerra Mundial comenzó el 24 de febrero de 2022, cuando Rusia invadió Ucrania. Muchas personas siguen siendo incapaces de comprender esto.

Bien o mal, durante 20 años la OTAN provocó a Rusia a través de una expansión progresiva hacia el este acercándose a la frontera de Rusia. Una reacción agresiva estaba destinada a suceder tarde o temprano.

Si recuerdan, los EE.UU. y sus aliados de la OTAN respondieron rápidamente con una “guerra de sanciones” contra Rusia y una guerra de disparos real utilizando a los ucranianos como representantes. Las piezas centrales iniciales de las sanciones masivas incluían cortar el acceso a SWIFT a las instituciones financieras rusas y evitar que el Banco de Rusia utilizara sus reservas de moneda extranjera. Pronto siguieron las órdenes de “congelar y confiscar” los bienes de los oligarcas rusos.

Pero Putin tenía preparadas sus propias contramedidas. Para estabilizar el rublo, el Banco de Rusia ofreció comprar oro de los bancos rusos a un precio fijo de 5 mil rublos por gramo, vinculando así el rublo al oro. Esto limitó rápidamente la devaluación del rublo en términos de dólares estadounidenses porque el oro se negocia en dólares.

Luego, en represalia por las sanciones, Putin exigió a los compradores extranjeros de gas natural ruso que pagaran sus importaciones con rublos. Al vincular el rublo al oro y el precio del gas natural a los rublos, Putin, en efecto, vinculó el precio del gas natural al precio del oro.

Al vincular el rublo al oro y luego vincular los pagos de energía al rublo, el Banco de Rusia y Putin alteraron fundamentalmente todo el libro de reglas del sistema de comercio mundial. También aceleraron el cambio en el sistema monetario mundial.

Desde 1971, el estatus de divisa de reserva mundial del dólar estadounidense se ha visto respaldado por el petróleo. La era del petrodólar se ha mantenido debido al uso continuo de dólares estadounidenses en el mundo para comercializar petróleo y la capacidad del gobierno de los EE.UU. y su ejército para evitar cualquier competidor del dólar.

El 26 de septiembre de 2022, una serie de bombardeos secretos interrumpió el flujo de gas a través de los oleoductos Nord Stream entre Rusia y Alemania a través del Mar Báltico. ¿Quién lo hizo? Puede que nunca lo sepamos.

En este punto, las sanciones económicas han sido mucho menos efectivas para disuadir a Putin que las armas denominadas Jabalinas y Aguijones. Aún así, ¿entiendes la sabiduría de enviar $45 mil millones de dólares adicionales a Ucrania este año junto con los sistemas de defensa antimisiles Patriot (sarcasmo)?

Por desgracia, si debe hacer la pregunta, la delgada línea ya se ha cruzado.

Habiendo repasado este contexto, pasemos al 2023. ¿Cuál es el gran evento, aunque pasado por alto, sucederá en 2023?

Una gran predicción desagradable para 2023

Como ya se mencionó, en octubre, el presidente chino, Xi Jinping, terminó con éxito su informe para el 20º Congreso Nacional del Partido Comunista Chino. Salió del congreso del partido con un histórico tercer mandato de cinco años como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) y presidente de la Comisión Militar Central.

Este resultado elevó a Xi a un nivel de extremo poder y ser comparado con Mao Zedong. Él es el “emperador de por vida”. El evento también subrayó la posición del PCCh de que la unificación de Taiwán es “un requisito natural para lograr el rejuvenecimiento de la nación china”. Xi y el PCCh ven a Taiwán como un asunto que Mao dejó pendiente.

El día de Navidad de 2022, poco después de que Santa Claus atravesara el mundo, China envió 71 aviones de combate y siete barcos cerca de Taiwán. Muchos de estos aviones de combate cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán. El ejército taiwanés contó 47 aviones que violaron la línea fronteriza de facto.

El casus belli, en este caso, fue que el presidente Biden firmó la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2023, que incluye $10 mil millones en asistencia militar a Taiwán. Una reacción similar se desencadenó durante el verano tras una visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Casi al mismo tiempo que la visita de Pelosi, se llevaron a cabo juegos de guerra simulados de una invasión china de Taiwán en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Los resultados fueron sombríos tanto para China como para Estados Unidos.

Ciertamente, una invasión de Taiwán a través del Estrecho de Taiwán por parte del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China parece improbable. Pero también lo hicieron los tanques rusos que cruzaron la frontera hacia Ucrania, hasta momentos antes de que sucediera.

Según JPMorgan, “mientras que el mundo tiene escasez de productos básicos, China ha comenzado a almacenar productos básicos desde 2019 y actualmente posee el 80% de los inventarios mundiales de cobre, el 70% del maíz, el 51% del trigo, el 46% de la soja, el 70% del petróleo crudo y más del 20% de los inventarios mundiales de aluminio.

¿Por qué China está acumulando cantidades tan masivas de productos básicos?

Hay que recordar que las sanciones de Estados Unidos a Rusia tuvieron la consecuencia no deseada de obligar a China y Rusia a cooperar estratégicamente. Todo el 2022 Rusia estuvo vendiendo petróleo a China a cambio de yuanes.

Además, Xi se reunió recientemente en Arabia Saudita con el príncipe heredero Mohammed bin Salman y otros líderes árabes del Golfo. En un desafío directo al petrodólar, Xi comentó que China trabajaría para comprar petróleo y gas de las naciones árabes en yuanes.

¿Qué hacer con todo esto?

Se está librando una guerra económica. El escenario geopolítico se está preparando para la próxima etapa de la Tercera Guerra Mundial en el Teatro del Pacífico.

Con toda modestia y pleno reconocimiento de las limitaciones del pensamiento abstracto del autor, esa es su gran y desagradable predicción para el Año 2023: Esperar lo inesperado. China invadirá Taiwán.

Esto pondrá una antorcha a todas las demás predicciones para 2023.

Conclusiones

Por parte de Eurasia Group, mencionan  que tratan de no pensar demasiado en escribir un informe respecto hacia dónde se dirige el mundo; pero no se trata de predicción. Comienzas con dónde está el mundo, dónde realmente está en la actualidad, y en la medida en que obtienes esa valoración de manera correcta, se restringen más resultados que cualquier bola de cristal. En muchos sentidos, cada edición de Top Risks se trata del arte de encontrar lo que no es posible.

Aprendemos tanto sobre nosotros mismos como sobre el mundo en el proceso. ¿A qué sesgos nos aferramos que necesitan ser desafiados? ¿Cuáles son las cosas que creemos que sabemos que en realidad no lo son? ¿Y qué nos haría mal? Esas son las preguntas que se responden al encontrar los riesgos de este año.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Lecciones de la guerra de 2034

El mundo está enfrentando riesgos gigantescos y pocos parecen darse cuenta o preocuparse. Dada la fallida estrategia de Rusia en su invasión a Ucrania y la ilegal anexión de cuatro territorios ucranianos, Vladimir Putin amenaza con una guerra nuclear; China tiene los ojos puestos en Taiwán y mantiene un tono agresivo con los Estados Unidos; Irán realiza ejercicios militares de forma regular con China y Rusia; y Corea del Norte acaba de lanzar un misil sobre Japón.  Si eso no suena lo suficientemente catastrófico, el congresista estadounidense, Mike Gallagher tiene peores noticias: EE.UU. es cada vez más vulnerable a perder una guerra, “ya ​​sea por no participar en el conflicto o por la posibilidad de efectivamente ser derrotado en combate”.

En este complicado contexto internacional, el jueves 6 de octubre, el presidente estadounidense, Joe Biden, advirtió que el riesgo de un “armagedón” nuclear ahora está en su nivel más alto desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962, ya que los funcionarios rusos discuten la posibilidad de utilizar armas nucleares tácticas después de los importantes reveses sufridos en Ucrania.

Después de estas declaraciones ultraalarmistas de un “armagedón” nuclear, naturalmente la primera pregunta que surgió fue si su evaluación se basa en alguna evidencia clara o si observó alguna postura nuclear intensificada que se avecine fuera de Rusia. El viernes 7, CNN citó a varios funcionarios de inteligencia estadounidenses no identificados para decir: “Estados Unidos todavía no ha visto evidencia de que Putin esté avanzando hacia el uso de la capacidad nuclear de Rusia, ni hay ninguna inteligencia que demuestre que ha decidido hacerlo”.

Con esto en mente, y derivado del persistente conflicto entre Estados Unidos y China, por temas como Taiwán, el robo de propiedad intelectual tecnológica y la andanada del PCCh contra intereses privados en general, es que en esta ocasión quiero escribir sobre el libro “2034: Una novela sobre la siguiente guerra mundial” de Elliot Ackerman y James Stavridis, mismo que fue publicado en 2021 (obvio, antes de la invasión de Rusia a Ucrania). Esta novela especula sobre cómo sería una guerra nuclear entre las dos principales potencias económicas del planeta: China y Estados Unidos, con la participación activa de Irán y Rusia como aliados de China, e India como el mediador y eventual potencia económica que queda de pie tras la catástrofe relatada. Si bien, es una novela, nos da un deprimente panorama del resultado de una conflagración nuclear a gran escala y advierte sobre algunas supuestas vulnerabilidades de la economía más grande del mundo. El mensaje principal de este libro es que la guerra debe ser evitada a todo costo.

Los autores del libro son expertos en el tema. Elliot Ackerman es un autor estadounidense y exlíder del equipo de operaciones especiales del Cuerpo de Marines. James George Stavridis es un almirante retirado de la Armada de los Estados Unidos. Desempeñó los cargos de comandante supremo aliado en Europa de la OTAN y de comandante del Mando Europeo de los Estados Unidos en el período de la intervención militar en Libia de 2011 y de las operaciones secretas de Estados Unidos en Siria. En 2034: una novela de la próxima guerra mundial, ambos autores nos ofrecen su punto de vista, a través de una obra de ficción predictiva, uniéndose a las filas de escritores-practicantes que han utilizado el mercado de la ficción para advertir a EE.UU. de las implicaciones de una guerra contra China

El libro comienza narrando cómo el 12 de marzo de 2034, la comodora de la Marina de los EE.UU., Sarah Hunt está en el puente de su buque insignia, el destructor de misiles guiados USS John Paul Jones, realizando un patrullaje rutinario en el Mar de China Meridional cuando su barco detecta un barco pesquero sin bandera que está en situación de peligro, con humo saliendo del mismo. Ese mismo día, el aviador mayor de la Marina de los EE. UU. Chris “Wedge” Mitchell está volando un F35E Lightning sobre el Estrecho de Ormuz, probando una nueva tecnología furtiva mientras se encuentra cerca de espacio aéreo iraní. Pierde control de su avión en lo que aparenta ser una falla en su computadora de vuelo, cosa que no es. Al final de ese día, Wedge será un prisionero iraní y el destructor de Sarah Hunt yacerá en el fondo del mar, hundido por la Armada china. Lo que parecería dos eventos no relacionados, en realidad si lo están. Irán y China han coordinado claramente sus movimientos, que implican el uso de nuevas y poderosas formas de armamento cibernético que dejan indefensos a los barcos y aviones estadounidenses. En un solo día, la fe de Estados Unidos en el poderío estratégico de sus militares queda hecha trizas y comienza el conflicto militar con China, mismo que escala a una guerra mundial que a su vez conduce a una guerra nuclear entre ambas potencias globales. Reitero, es un libro de ficción, pero dadas las credenciales de los autores, debe ser tomada como una seria advertencia.

El propio Elliot Ackerman menciona que en los Estados Unidos, la historia que tantas veces se ha repetido sobre su dominación mundial, su falta de sensibilidad a cualquier amenaza y creencia de que no hay ninguna nación en el mundo que pueda competir con ellos militarmente o económicamente, así como el sentirse que seguirán siendo la mayor y única potencia mundial, es probablemente la historia que los meterá en muchos problemas.

El mensaje que deja 2034 es que Estados Unidos perderá el rumbo en un mundo cambiante si sus líderes no actúan con visión para evitar el desastre y mantener la relevancia global. Hay muchas alusiones a los Estados Unidos como un imperio en declive, con personajes que señalan paralelismos entre éste y un Imperio Británico sobreextendido a mediados del siglo XX. Ackerman y Stavridis enfatizan la amenaza que representa la guerra cibernética china y la necesidad de liderazgo para prepararse para un posible ataque coordinado entre varias naciones. Los autores yuxtaponen las acciones frías y calculadoras de China contra la ineptitud de un Estados Unidos en declive.

En una reseña de este libro, por parte de John A. Nagl, publicada en el sitio del National Defense University Press, coincide en que si bien el libro es una novela, mucho de lo que menciona  eventualmente podría suceder. Cabe señalar que el Dr. John A. Nagl, es un teniente coronel retirado de la armada de EE.UU. y es profesor visitante de estudios de seguridad nacional en la Escuela Superior de Guerra del Ejército de dicho país.

Nagl señala que después de 20 años de guerras largas y agotadoras en Irak y Afganistán, el Pentágono ahora se esfuerza por alejarse de temas de contrainsurgencia en Medio Oriente, para concentrarse en disuadir conflictos convencionales con Rusia y China. En este contexto es que Elliot Ackerman y James Stavridis, lanzaron, en un momento impecable, una novela que imagina qué podría salir mal si Estados Unidos no logra disuadir a sus adversarios históricos.

Decir que 2034 salió de los titulares de los diarios de hoy en día, no le hace justicia. El libro proyecta un Estados Unidos incapaz de recuperarse de sus divisiones políticas actuales, dejando a la nación vulnerable a la inquebrantable voluntad de sus adversarios autoritarios. En el libro no se nombra al presidente estadounidense, aunque nos enteramos de que el presidente es una mujer además que no pertenece a ninguno de los dos principales partidos políticos, ya que ninguno de éstos pudo unir lo suficiente al país detrás de su candidato para ganar en la elección de 2032. También sabemos que ella llegó a la Oficina Oval después del presidente Michael Pence, quien solo duró un periodo presidencial. También nos enteramos de que Vladimir Putin todavía está a cargo de una Rusia ampliada, como lo era en la década de los  ochenta.

Nada de lo planteado en la novela parece del todo inverosímil, a la luz del ciberataque/hackeo del oleoducto Colonial sucedido en mayo de 2021. Tampoco es increíble el argumento principal de la trama en el sentido de que las fuerzas armadas estadounidenses son vulnerables a ataques a través de las capacidades cibernéticas ampliadas de sus adversarios.

Nagl menciona que esta es una historia trepidante que todos los oficiales del ejército de los EE.UU. deberían leer. Es una historia clásica de arrogancia, confianza excesiva en la tecnología, incapacidad para comprender al adversario y de pensar estratégicamente, así como del daño que esos errores pueden causar en un frágil sistema internacional. Es lamentablemente plausible y, por lo tanto, es una advertencia importante para quienes tienen a su cargo responsabilidades de seguridad nacional.

Nagl agrega que 2034 es un libro que se lleva bien con “Unrestricted Warfare”, escrito por los coroneles del Ejército Popular de Liberación de China, Qiao Liang y Wang Xiangsui, en 1999. Este libro argumenta que Estados Unidos sigue siendo vulnerable a un enfoque indirecto, incluidos los ataques cibernéticos y de red. M. Taylor Fravel del MIT, cuyo libro reciente Active Defense: China’s Military Strategy Since 1949 (Princeton University Press, 2019) agregaría profundidad adicional a la discusión del escenario de 2034.

Los escenarios para la guerra y el arte operacional en una era de globalización son exactamente los temas que deben ser discutidos en el Pentágono y en las instituciones de educación militar profesional. La belleza de 2034 es que plantea cuestiones de tal importancia de una manera compulsivamente legible que es un libro excelente para una sesión de desarrollo profesional de oficiales militares.

En otra reseña del libro, ahora por parte de Kathryn Urban y publicada en diciembre de 2021, se pregunta ¿Cómo sería un choque de superpotencias entre Estados Unidos y China? ¿Cómo podrían las tecnologías militares innovadoras y el error de cálculo estratégico escalar un conflicto focalizado en una guerra mundial? ¿Qué líneas rojas dibujaría cada gran potencia y cómo respondería si se cruzaran esas líneas?

Urban menciona que en una entrevista sobre el libro, Stavridis explicó su intención de “hacer sonar una campana de advertencia sobre el surgimiento de China y la propensión en la historia humana” de las potencias emergentes y las potencias establecidas a ir a la guerra. Pero es pertinente la pregunta respecto de la validez de este género literario como herramienta valiosa para los políticos o si es simplemente un libro más con una trama convincente.

Si usted, estimado lector piensa comprar el libro 2034 y no quiere que le echen a perder la trama, NO lea los siguientes dos párrafos:

La crisis de 2034 descansa en la forma como Beijing coloca una “trampa de dedos china” que atraiga intencionalmente a los EE.UU. a una confrontación por el control del Mar de China Meridional. Un grupo de portaaviones de la Marina de los EE.UU., en una patrulla de libertad de navegación captura el Wen Rui, un barco chino que transporta tecnologías de telecomunicaciones avanzadas. Simultáneamente, un piloto de un moderno F-35 que volaba cerca del espacio aéreo iraní sufre el secuestro de su avión a través de una intrusión cibernética y él termina siendo prisionero. China se acerca a EE.UU. con la oferta de un intercambio: devolver el Wen Rui a cambio de que Irán libere al piloto estadounidense en nombre de su aliado chino. Cuando las negociaciones se rompen, ambos estados escalan hacia la guerra.

Mientras las fuerzas de EE.UU. se concentran en China, Rusia sabotea los cables subterráneos de Internet como una demostración de fuerza, eliminando la conectividad de Internet de EE.UU. y desencadenando el intercambio de armas nucleares tácticas que destruyen Zhanjiang, Galveston y San Diego. China no había anticipado una escalada nuclear, pero se ve forzada a atacar en represalia para disuadir a Estados Unidos de acercarse a Taiwán. Con las tensiones de las superpotencias avanzando hacia la destrucción mutua, India interviene como árbitro externo en un intento por restaurar la paz, por la fuerza, si es necesario. Pero sus esfuerzos llegan demasiado tarde para evitar que EE.UU. lance una bomba nuclear en Shanghái, matando a decenas de millones, provocando una caída libre del mercado global y dejando a India como la única potencia viable del mundo.

Otro tema abordado en 2034 es la sobreextensión de la proyección del poder estadounidense y una confianza desmesurada en los principios de la gran estrategia del siglo XX. Un mediador indio advierte que “la arrogancia de Estados Unidos finalmente ha superado su grandeza. ¿Has derrochado tu sangre y tu tesoro con qué fin?… ¿Por la libertad de navegación en el Mar de China Meridional? ¿Por la soberanía de Taiwán? ¿No es el mundo lo suficientemente grande para su gobierno y el de Beijing?”

2034 demuestra que EE.UU. ya no puede tratar a China como una potencia intermedia. La vívida caracterización de las patrullas estadounidenses en el Mar de China ilustra cuán provocativamente Beijing ve tales actividades. Sentimientos similares surgieron durante los primeros intentos de negociación cuando un agregado de defensa chino dice: “Durante décadas, su armada ha navegado a través de nuestras aguas territoriales, ha volado a través del espacio aéreo de nuestros aliados y hoy se ha apoderado de uno de nuestros barcos; pero usted sostiene que usted es la parte agraviada, y nosotros somos los que debemos apaciguarlo?” Al invocar el lenguaje de la territorialidad sacrosanta y los compromisos de defensa mutua con los aliados, Ackerman y Stavridis invitan a los lectores a cambiar el guion  del conflicto geopolítico, contemplando cómo reaccionaría una audiencia estadounidense ante incursiones similares de una potencia extranjera.

Entre los elementos más interesantes de la trama de 2034 está el papel de la tecnología en la demarcación del poder ascendente de China y el declive de Estados Unidos. Beijing se presenta como una potencia cibernética sin rival: Justo cuando las negociaciones se rompen, China cierra todos los sistemas de la Casa Blanca, acumulando un ataque cibernético devastador sobre uno cinético devastador. Beijing también piratea las redes del grupo de portaaviones de EE.UU. en el Mar de China Meridional, cortando las comunicaciones externas y dejando a los comandantes dependiendo de la navegación manual y el despliegue de armas. Detrás de todos estos puntos de la trama está la suposición de que EE.UU. es incapaz de defenderse de las incursiones cibernéticas o responder del mismo modo: “Si los estadounidenses realmente hubieran querido amenazar a los chinos, habrían lanzado un ciberataque masivo. El único problema era que no podían”, se menciona en el libro.

Kathryn Urban se pregunta ¿Qué tan realista es esta imagen de una brecha de capacidad cibernética insuperable entre los EE.UU. y China? Si bien las operaciones cibernéticas de Beijing son una de las principales preocupaciones de los funcionarios estadounidenses, la ventaja comparativa de China parece estar en sus operaciones de influencia que manipulan la opinión pública y el robo cibernético de propiedad intelectual. La idea de que los guerreros cibernéticos chinos puedan penetrar sin problemas en las redes militares de los EE.UU. parece descabellada, al igual que la idea de la lentitud de respuesta estadounidense frente a los ataques cibernéticos concertados. Sin embargo, por exagerado que pueda ser este escenario, Ackerman y Stavridis resaltan los riesgos de la complacencia estadounidense en la disuasión y defensa cibernéticas, por lo que 2034 sirve como una advertencia sobre los peligros de una gran escalada de poder.

Pero la pregunta sigue en pie: ¿es útil la novela como herramienta de política exterior? 2034 tiene una narrativa apasionante y una introducción convincente a los riesgos de la competencia entre grandes potencias y una historia de advertencia occidental que confía demasiado en la posición estadounidense frente a China. Pero para que una obra de ficción tenga un impacto duradero en las creencias políticas, debe hacer sonar la alarma sobre las amenazas emergentes a través de conjeturas plausibles y bien enfocadas. La ruptura de las relaciones entre Estados Unidos y China en la novela de Ackerman y Stravidis se basa en suposiciones poco probables y el desastre impulsado por la tecnología, narrada en el libro, aunque interesante, amplía los límites de la credulidad.

Pero a pesar de las posibles deficiencias en el alcance y la construcción del mundo, 2034 ofrece un sólido drama de personajes que se asoma al futuro justo en el horizonte e imagina cómo sería un temido choque de las grandes potencias globales y es más que claro que LA GUERRA NUCLEAR DEBE SER EVITADA A CUALQUIER COSTO. Las implicaciones para los Estados Unidos son aleccionadoras ya que dicho país necesita volver a encontrar su camino, tomar las amenazas en serio y tal vez invertir más en la Armada si no quiere convertirse en otra hegemonía global caída, o peor aún, en un páramo nuclear.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

La desglobalización y los bancos centrales

En los últimos meses, el gobierno federal había venido destacando que México estaba en una mejor situación inflacionaria comparado con Estados Unidos. Pues sucede que ya no es el caso, dado que al mes de julio la inflación anual en el vecino del norte fue de 8.5% (con una inflación mensual de 0%), mientras que en México en la primera quincena de agosto la inflación siguió aumentando y ya superó dicho porcentaje.

Pero lo más preocupante no es eso, sino que la creencia de que a nivel mundial pronto regresaremos a una vida con bajas tasas de inflación, como las que existían antes de la pandemia del covid-19, no se van a cumplir. Debemos prepararnos para una nueva realidad con varios años de una elevada inflación.  Probablemente no serán alzas de precios como las actuales por encima del 8% anual, pero tampoco regresarán a los niveles previos como los de 2% en Estados Unidos o de un 4% en el caso de México.

En esta entrega analizaremos primero el más reciente dato inflacionario de México y posteriormente veremos las causas del nuevo escenario inflacionario mundial.  

El deterioro de la inflación en México

Una enorme cantidad de analistas se sorprendieron el pasado miércoles 24 de agosto, cuando el INEGI informó que en la primera quincena de agosto de este año, la inflación anual en México alcanzó un nivel de 8.62%, la tasa de inflación más alta desde la segunda quincena del año 2000. El dato del crecimiento en el porcentaje de inflación en los primeros 15 días de agosto fue 0.48 puntos porcentuales superior al observado en la segunda quincena de julio, cuando ascendió a 8.14%.

Los factores que provocaron que la inflación se disparara fueron los siguientes aumentos de precios (en paréntesis se indica el aumento en puntos porcentuales de la inflación entre la segunda quincena de julio y la primera quincena de agosto): Energéticos (3.91); Alimentos, bebidas y tabaco (0.50) y Educación/Colegiaturas (0.48).

Lo más preocupante del dato inflacionario de la primera quincena de agosto es lo que está sucediendo con la inflación subyacente, lo que muchos llaman el corazón de la inflación. El alza de precios anual de los alimentos, bebidas y tabaco fue de 12.73%, mientras que el incremento de las mercancías no alimenticias es de 7.88%, lo que nos da una tasa de inflación de mercancías de 10.43%. En contraste, el dato de inflación de Estados Unidos en el rubro de “Todos los bienes excepto energéticos y alimentos” fue de 5.90% anual en julio. Queda claro que el panorama inflacionario de México es mucho más gris y que las expectativas inflacionarias aquí están más arraigadas. 

Desde este espacio, al igual que diversos analistas, comentamos que parte del problema inflacionario era por un componente de inflación importada. Desde mi punto de vista esto sigue siendo parcialmente cierto para el caso de algunos insumos para la producción, así como para los precios de alimentos (procesados y no procesados). Pero el dato de inflación  de mercancías y la contaminación de precios de algunos servicios como las colegiaturas, dejan en claro que la inflación ya se volvió a arraigar en el país y que será muy difícil abatirla.  En otras palabras, ya no se le puede echar la culpa de la inflación sólo al entorno económico adverso internacional, dado que también hay factores estructurales y de políticas públicas en México que le echan gasolina a un problema inflacionario global.

El Banco de México no la tiene fácil, tiene que luchar contra un monstruo inflacionario de dos cabezas: la interna con un arraigamiento de altas expectativas inflacionarias, y la externa, que se explica más adelante. El propio banco central mexicano reconoce, en la minuta de su más reciente decisión de política monetaria que la inflación en México alcanzará su nivel máximo en el tercer trimestre de este año y llegará a la meta de 3% durante los tres primeros meses de 2024; sin embargo, el organismo también anticipa que ese último plazo se podría alargar si hay mayores presiones externas derivadas de la pandemia, si continúan aumentando los precios de agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania y si el peso se deprecia.  

Dado este complejo escenario, es que organismos como el Grupo Financiero Citibanamex han vuelto a revisar al alza su expectativa de inflación. Ahora estiman que la inflación subyacente anual será de 7.8% en diciembre (desde un estimado de 7.5%), y una inflación general de 8.2% al cierre de 2022 desde el 7.7% anterior. Sin duda la negociación de incrementos salariales para el año 2023 será muy compleja y eso seguirá contaminando los costos y precios en México, con independencia de lo que suceda en otros países. De igual forma, las tasas de interés se mantendrán elevadas por un buen tiempo.   

La nueva inflación crónica mundial

En un artículo de Michael Lebowitz, publicado el pasado 24 de agosto en RealInvestmentAdvice.com, el autor menciona que básicamente hay dos grandes opiniones respecto de la trayectoria futura de la inflación. Una es la creencia casi generalizada de que la inflación pronto volverá a los niveles previos a la pandemia, a medida que las distorsiones de la oferta y la demanda relacionadas con ésta continúen normalizándose. La otra teoría, con menos seguidores, argumenta que este aumento de la inflación, a diferencia de otros episodios de los últimos 30 años, será crónica.

Respecto a esta segunda teoría, desde luego que la inflación persistente pone nerviosos a los bancos centrales, por lo que debemos prepararnos para elevadas tasas de interés por un mucho mayor tiempo del originalmente previsto (con consecuencias en todo tipo de mercados). Además de que es preocupante que de manera paralela está ocurriendo un cambio de comportamiento que podría generar una espiral de alzas de precios y salarios. Dada la enorme incidencia de la política monetaria (en su lucha contra la inflación) en el crecimiento económico y en los precios de los activos, es pertinente analizar el efecto del proceso de desglobalización en la creación de un fenómeno de inflación persistentemente alta.

En su artículo del 1 de agosto, titulado “Guerra y Tasas de Interés”, el analista y estratega Zoltan Pozsar argumenta sólidamente que las “guerras económicas calientes” (a diferencia de la guerra fría) cambiarán el panorama económico mundial, revirtiendo décadas de beneficios por parte de la globalización económica, dando como resultado una desglobalización y niveles de inflación más altos de lo que estamos acostumbrados. El resultado puede cambiar los objetivos de la política monetaria alejándolos del apoyo a los mercados de activos (como las bolsas de valores) y moviéndolos hacía el fomento del uso de la deuda como herramienta para gestionar el cambio geopolítico y la desglobalización.

Zoltan es el jefe global de estrategia de tasas de interés a corto plazo en Credit Suisse. Sus opiniones son a menudo visiones alternas, pero ya sea que estés de acuerdo con él o no, lo que él dice provoca un alto nivel de análisis.

¿Por qué importa la alta tasa de inflación?

Antes de mencionar los aspectos más importantes del artículo de Zoltan, vale la pena hacer una breve explicación de por qué la trayectoria futura de la inflación es tan crucial para los inversionistas. Estados Unidos y la mayoría de las demás naciones desarrolladas tienen enormes niveles de deuda. En las  gráficas del FMI se muestra que la deuda global como porcentaje del PIB se ha multiplicado por 2.5 en los últimos cincuenta años.

Los niveles de deuda más altos, como porcentaje del PIB, fueron posibles por las tasas de interés continuamente más bajas y emisión de cantidades crecientes de deuda improductiva. En algunos casos, las tasas de interés negativas y la política del alivio monetario o quantitative easing (QE) por parte de los bancos centrales, mantuvieron las economías en funcionamiento y ayudó a que los países no incumplieran con los pagos de sus compromisos de deuda.

Los banqueros centrales se salieron con la suya con políticas monetarias expansivas negligentes porque la inflación no era una preocupación. La globalización del comercio permitió el flujo de bienes baratos entre naciones. En consecuencia, la FED y otros bancos centrales llevaron a cabo políticas monetarias laxas por muchos años con poco temor de avivar la inflación. Este entorno generó a su vez una burbuja de precios de toda clase de activos, o puesto de manera elegante: valoraciones de activos elevadas.

Los niveles más altos de inflación provocan que los bancos centrales suban sus tasas de interés. Las tasas de interés altas elevan la presión fiscal en las economías con niveles de deuda crecientes. Este entorno es desfavorable para las valoraciones altas y el buen comportamiento de los precios de los activos. Por lo tanto, la inflación y las altas tasas de interés son un factor clave que merma la rentabilidad de los activos.

La advertencia de Zoltan

Zoltan escribió su artículo después de visitar recientemente a los clientes europeos de su firma. En general, parece estar en desacuerdo con las expectativas de inflación y de política del banco central de muchos de sus clientes. Esto es:

El camino esperado de las tasas de política occidentales se basa en dos esperanzas: primero, que la inflación está a punto de alcanzar su punto máximo. En segundo lugar, que estamos cerca del pico de las posturas restrictivas de los bancos centrales (hawkishness).

Según su experiencia, muchos inversionistas creen que la inflación está llegando a su punto máximo y que los banqueros centrales darán marcha atrás en su agresiva política monetaria diseñada para combatir la inflación. Zoltan advierte que los inversionistas con tal visión pueden estar mujy equivocados. Como tal, necesitamos considerar algunas preguntas difíciles. Por ejemplo:

  • ¿Qué pasa si la inflación resulta persistente y no retrocede tanto o tan rápido como esperan los inversionistas?
  • ¿Qué pasa si los banqueros centrales no tienen más remedio que seguir administrando la dura medicina monetaria que los mercados están luchando por digerir?

Los tres pilares de la era de baja inflación

Para apreciar la preocupación de Zoltan por un nuevo régimen de inflacionario, vale la pena compartir su opinión sobre lo que fomentó el entorno de baja inflación de los últimos 30 años o más.

Zoltan postula que las bajas tasas de inflación del pasado se basaron en tres pilares.

  • En primer lugar, la mano de obra inmigrante barata mantiene estancados los salarios del sector servicios en EE.UU.
  • En segundo lugar, los productos baratos de China elevan el nivel de vida en medio de salarios estancados
  • En tercer lugar, el gas ruso barato impulsa la industria alemana y la de la Unión Europea (UE) en general.

Los consumidores estadounidenses estaban absorbiendo todas las cosas baratas que el mundo tenía para ofrecer… Todo esto funcionó durante décadas hasta que el nativismo, el proteccionismo y la geopolítica desestabilizaron el mundo de baja inflación.

Los tres pilares se están derrumbando

Los tres pilares descritos anteriormente están ahora convirtiendo las presiones deflacionarias en presiones inflacionarias. Analicemos cómo están cambiando.

  1. Nativismo

Las recientes restricciones a la inmigración en los EE.UU. revirtieron una tendencia de décadas en la que la mano de obra inmigrante barata proporcionaba una amplia oferta de trabajadores. Como resultado del exceso de empleados potenciales, los salarios estaban relativamente estancados para un gran porcentaje de la población activa.

Con los salarios bajo control, las empresas podrían aumentar los márgenes de beneficio, aumentar las ganancias y evitar que los precios de sus productos suban demasiado rápido. En algunas industrias, las empresas podrían bajar los precios y mantener las ganancias gracias a la mano de obra barata.

Con menos inmigración, los trabajadores actuales tienen más poder de negociación. Ahora hay más ofertas de trabajo que en cualquier otro momento en los últimos 20 años. Parte de esto se debe a la pandemia, pero la realidad es que la cantidad de vacantes está muy por encima de los niveles anteriores al covid.

A medida que los empleados se vuelven más difíciles de reemplazar y tienen una mayor demanda por parte de los competidores, buscan salarios más altos. Diversos análisis muestran que las ganancias promedio por hora de los empleados de manufactura en general tenían una tendencia a la baja hasta hace unos cinco años, cuando la inmigración se volvió más restrictiva.

Una de las principales preocupaciones del Banco de la Reserva Federal y las razones de su agresiva política monetaria es la posibilidad de una espiral de precios y salarios. Una espiral de precios y salarios se basa en la capacidad de los trabajadores para exigir aumentos de sueldo para compensar los precios más altos. Este círculo vicioso aumenta las probabilidades de que la alta inflación se vuelva persistente.

  • China

Los productos baratos de China no son tan baratos como solían ser. Además, la escasez relacionada con la pandemia dejó en claro que EE.UU. depende demasiado de países hostiles para obtener bienes esenciales, incluidos algunos productos tecnológicos y farmacéuticos. Según el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR): Se cree que alrededor del 80% de los componentes básicos utilizados en los medicamentos estadounidenses, conocidos como ingredientes farmacéuticos activos (API), provienen de China e India”.

El reciente Proyecto de Ley de Reducción de la Inflación busca traer de vuelta la producción de semiconductores y otros bienes esenciales a los EE.UU. Desde un punto de vista estratégico, la desglobalización puede ser inteligente y necesaria. Sin embargo, la mano de obra más costosa, los impuestos más altos y las regulaciones más estrictas hacen más costoso el regreso de la manufactura a EE.UU.

  • Rusia

Antes de que Rusia invadiera Ucrania, suministraba a Europa aproximadamente el 40% de su gas natural y más del 50% de su carbón. El carbón y el gas natural ayudan a generar alrededor del 30% de la producción de energía de Europa. Europa, y Alemania en particular, han sufrido en su lucha por disminuir su dependencia energética con Rusia, pero no han visto nada respecto a lo que le espera con la reducción del suministro ruso este invierno, sufrirán mayores aumentos de los precios del gas.

Los costos energéticos más elevados no se limitarán a Europa. Todo el mundo los pagará también ya que Alemania probablemente restringirá su producción de la industria química. Esta industria y la farmacéutica de Alemania representan alrededor del 15% de su consumo total de gas. Según la agencia Reuters, la industria química de Alemania ya ha hecho todo lo posible para conservar el uso de gas, dijo el martes la asociación química VCI, que advirtió que los únicos pasos que le quedan a la industria serían reducir o abandonar la producción por completo.

Alemania es el tercer mayor exportador mundial de productos químicos. Si recortan la producción, la inflación de los precios de los productos químicos afectará a todas las naciones. A su vez, los precios de muchos productos que utilizan estos químicos también subirán.

Incluso si Rusia hiciera las paces y se retirará de Ucrania, es probable que Europa busque nuevas dependencias energéticas. Estos vienen a costos más altos. Como tal, los bienes que produce también deben tener precios más altos.

Guerra económica caliente

La guerra es inflacionaria.

Las guerras vienen en muchas formas. Hay guerras calientes, guerras frías y lo que Pippa Malmgren llama guerras calientes en lugares fríos.

Zoltan y Malmgren caracterizan la guerra caliente con Rusia y China que involucra el comercio de bienes y mercancías como ocurriendo en lugares fríos, los “corredores del poder”.

Las guerras calientes o frías y las continuas hostilidades exageran el efecto inflacionario del desmoronamiento de los pilares dos y tres mencionados líneas arriba. Esencialmente, la globalización y la deflación de los últimos treinta años serán revertidas. ¡Bienvenidos a la era de la desglobalización!

La banca central en la era de la desglobalización

La desglobalización es el proceso de disminución de la interdependencia y la integración entre ciertas unidades en todo el mundo, típicamente estados-nación. Es ampliamente utilizado para describir los períodos de la historia cuando el comercio económico y la inversión entre países disminuyen. –Wikipedia

Los bancos centrales han estado diciendo durante más de una década que su objetivo era combatir la deflación inflando los precios de los activos. (Como inversionistas) todo lo que teníamos que hacer era pedir prestado con bajas tasas de interés y comprar activos, independientemente de su calidad.

Ahora nuestros trabajos son cada vez más difíciles.

Más adelante, Zoltan afirma:

Los bancos centrales pasaron de librar la guerra contra los impulsos deflacionarios provenientes de la globalización de los recursos baratos a “limpiar” los impulsos inflacionarios provenientes de una guerra económica compleja.

La desglobalización traerá inflación, al igual que la globalización trajo deflación. Si Zoltan tiene razón, el argumento de que nos dirigimos a un mundo de inflación persistente o crónica es creíble.

En tal entorno, los bancos centrales lucharán contra eventos geopolíticos inflacionarios. Esto implica que estamos saliendo de un mundo en el que los bancos centrales gestionan el lado de la demanda de la economía. Son muy hábiles y tienen las herramientas para controlar la demanda (a través de sus políticas monetarias), pero no tienen las herramientas para gestionar la macroeconomía por el lado de la oferta. De acuerdo con Zopltan, estamos potencialmente en la cúspide de un cambio enorme en la forma de gestionar el alza de precios.

A manera de resumen

Zoltan termina ”Guerra y tasas de interés” con la siguiente cita:

Hoy, es hora de pensar más en el riesgo de que la inflación se mantenga alta por más tiempo debido a la guerra económica, y menos en la inflación impulsada por un desordenado proceso de reapertura y estímulo.

El Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) argumenta que la inflación puede permanecer más alta de lo que nos hemos acostumbrado debido a una espiral de precios y salarios. Zoltan agrega que las guerras económicas calientes con China y Rusia aumentan la probabilidad de una inflación crónicamente más alta.

Los inversionistas se sienten cómodos con una FED que voluntariamente baja las tasas de interés y mantiene una política de alivio monterio (QE), a la primera señal de problemas económicos o de mercado. Eso puede cambiar si la inflación más alta es más persistente. Es posible que la FED tenga que sacrificar la economía y los mercados hasta cierto punto para garantizar una inflación tolerable. El trabajo de los miembros de la FED es aún más crucial considerando las enormes cargas de deuda pública y privada y la adicción creada a las bajas tasas de interés.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Rusia y China anunciarán la “Nueva moneda de reserva global”

Mucho se ha dicho con relación a la pérdida de confianza respecto al dólar estadounidense, por parte de muchos países no alineados a los intereses de Washington. Por una parte, la invasión de Rusia a Ucrania y el posterior congelamiento de las reservas internacionales de Rusia, creó una enorme desconfianza en el sentido de que cuando las naciones actúen en contra de los intereses de Occidente, las naciones de la OTAN pueden simplemente impedirte el acceso a tus reservas. Una segunda fuente de desconfianza hacía el dólar se deriva de la inflación que afecta a Estados Unidos, misma que fue de 9.1% en junio, con una tasa de interés de los bonos del Tesoro a plazo de un mes en apenas 2.15% al momento de escribir estas líneas.

Si, es verdad que no obstante lo anterior, el dólar se ha fortalecido a nivel global y muestra de ello es que un euro cuesta sólo 0.98 dólares. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que hay naciones que quisieran dar por terminado el sistema financiero global basado en el dólar estadounidense y que fue implementado hace más de 75 años en la conferencia de Bretton Woods.

A este respecto, en un artículo del 22 de julio que apareció en el portal de Zerodge, por parte de Quoth the Raven y titulado Es oficial: Rusia y China anuncian “nueva moneda de reserva global”, se menciona China y Rusia están amenazando al dólar estadounidense; pero como sucede a menudo con las noticias importantes en los Estados Unidos y Occidente, pocos parecen darse cuenta o incluso preocuparse.

Desde principios de este año, el autor ha estado escribiendo sobre la posibilidad de que Rusia y China desafíen el estado de moneda de reserva global que tiene el dólar estadounidense; y al parecer ahora ya está sucediendo. Desde hace meses se menciona que Rusia está regresando al patrón oro y China será la siguiente nación en hacer lo propio, lo cual constituye el cambio sísmico más profundo en la base monetaria global en décadas.

El presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladimir Putin

No debería sorprender a quienes prestan atención a estos temas, el que Rusia y China están fortaleciendo sus lazos económicos en medio de las continuas sanciones occidentales contra Rusia como resultado de la guerra de ese país en Ucrania.

Sin embargo, lo que puede sorprender a algunas personas es que Rusia y los países BRICS, incluidos Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, están trabajando oficialmente en su propia “nueva moneda de reserva global”, informó la agencia de noticias RT a fines de junio, pero no muchos se dieron cuenta.

El presidente ruso, Vladimir Putin dijo en el marco del foro empresarial BRICS del mes pasado: “Se está resolviendo el tema de crear una moneda de reserva internacional basada en una canasta de monedas de nuestros países”.  

Y, por supuesto, dado que Rusia ha sido aislada del sistema de pagos SWIFT, también se está asociando con China y las naciones BRIC para desarrollar “mecanismos alternativos confiables para pagos internacionales” con el fin de “reducir la dependencia del sistema financiero occidental”.

Mientras tanto, Rusia también está tomando otras medidas para fortalecer la alianza entre las naciones BRIC, incluido el desvío del comercio a China e India, según CNN:

El presidente Vladimir Putin dijo el miércoles (20) que Rusia está desviando el comercio a “socios internacionales confiables” como Brasil, India, China y Sudáfrica, mientras Occidente intenta romper los lazos económicos.

“Estamos comprometidos activamente en reorientar nuestros flujos comerciales y contactos económicos extranjeros hacia socios internacionales confiables, principalmente los países BRICS”, dijo Putin en su discurso de apertura en video a los participantes de la Cumbre BRICS virtual.

De hecho, “el comercio entre Rusia y los países BRICS aumentó un 38% y alcanzó los 45 mil millones de dólares en los primeros tres meses del año” en este año. Mientras tanto, las ventas de petróleo crudo ruso a China alcanzaron cifras récord durante la primavera de este año, superando a Arabia Saudita como el principal proveedor de petróleo de China.

“Junto con los socios de BRICS, estamos desarrollando mecanismos alternativos confiables para acuerdos internacionales”, dijo Putin.

Importaciones chinas de petróleo ruso

Putin continuó, afirmando en el foro del mes pasado: “Los contactos entre los círculos empresariales rusos y la comunidad empresarial de los países BRICS se han intensificado. Por ejemplo, se están llevando a cabo negociaciones para abrir cadenas de tiendas indias en Rusia [y para] aumentar la participación de automóviles, equipos y productos de hardware chinos en nuestro mercado”.

En junio, Putin también acusó a Occidente de ignorar “los principios básicos de [la] economía de mercado”, como el libre comercio. “(Occidente) socava los intereses comerciales a escala global, afectando negativamente el bienestar de las personas y en efecto, de todos los países”, dijo.

El presidente Xi hizo eco de los sentimientos de Putin, según un artículo de junio de Bloomberg:

“Politizar, instrumentalizar y armar la economía mundial usando una posición dominante en el sistema financiero global para imponer sanciones sin sentido, solo dañaría a los otros, además de dañarse a uno mismo, dejando a la gente en todo el mundo sufriendo. Aquellos que se obsesionan con una posición de fuerza, expanden su alianza militar y buscan su propia seguridad a expensas de los demás, solo caerán en un enigma de seguridad”.

Para el autor, todos estos hechos refuerzan la creencia basada en acumulación de muchos datos e información, de que una moneda de reserva global respaldada por oro está en camino, algo sobre lo que ha estado escribiendo durante meses. Y es sorprendente que a nadie parezca importarle que posiblemente se esté produciendo el mayor cambio en el campo de juego macroeconómico mundial en el último medio siglo.

Claro, en el contexto del conflicto en Ucrania, estas noticias pueden parecer “normales”, lo que puede resultar en que los medios y el mundo financiero le resten importancia. Pero se se expusiera esta información por sí sola, sin contexto, que se está produciendo un desafío global coordinado en contra del dólar estadounidense, sería la noticia más importante en décadas. Imagínese si China y Rusia anunciaran esto de la nada. Ahora, recuerde que ambos países han estado trabajando y preparándose para esta situación durante años.

Esto resulta evidente al observar como las tenencias rusas de bonos del Tesoro de Estados Unidos se desplomaron desde el segundo trimestre de 2018 y siguieron una tendencia descendente desde entonces hasta ser prácticamente nulas. Esto mientras sus reservas internacionales crecieron de manera casi ininterrumpida hasta alcanzar casi 500 mil millones de dólares a finales de 2021.

Tenencias rusas de bonos del Tesoro estadounidense y sus reservas internacionales

Y aunado a lo anterior, en el mismo periodo Rusia también estuvo aumentando sus tenencias de oro, más que cuadruplicándolas de 2008 a 2022.

Tenencias de oro por parte de Rusia

Y titulares de la prensa, señalando que China y Rusia abandonan el dólar en un intento de crear una “alianza financiera”, se publicaron a principios de 2020, solo unos meses antes de la invasión rusa de Ucrania.

¿Alguien piensa que es una coincidencia?

El diario Nikkei escribió en ese momento:

La desdolarización ha sido una prioridad para Rusia y China desde 2014, cuando comenzaron a expandir la cooperación económica tras el alejamiento de Moscú de Occidente por la anexión de Crimea. Reemplazar el dólar en los acuerdos comerciales se convirtió en una necesidad para eludir las sanciones de Estados Unidos contra Rusia.

Los datos muestran que el porcentaje de transacciones entre China y Rusia liquidadas en dólares pasó de cerca del 90% en 2015 a cerca de un 45% en 2020. Desconozco el porcentaje actual, pero debe ser muy bajo.

Por lo tanto, para el autor es evidente que las naciones que conforman el grupo de los BRIC entienden exactamente cuán precaria es la situación financiera de EE.UU. y del dólar. No obstante el reciente fortalecimiento del dólar frente a la mayoría de divisas, estas naciones han estado trabajando en un plan de varias décadas para desdolarizarse. Incluso antes de que comenzara el conflicto de Ucrania, tanto China como Rusia estaban acumulando oro y trabajando en la denominación de transacciones fuera del dólar estadounidense. Este era  otro “secreto” que estaba a la vista.

Todavía hace unos meses era considerado una locura considerar que había llegado la “hora cero” al dinero fiat estadounidense, dado que Rusia y China podían desafiar colectivamente el estatus del dólar de moneda global de reserva. 

Muchos pensaban que era imposible. Hoy en día, ya no es tanto.

Mientras tanto, desde la conferencia BRIC de junio, los lazos entre Rusia y China continúan estrechándose, y Japón incluso advirtió esta semana sobre el “fortalecimiento de los lazos militares” de la pareja; al mismo tiempo de que China ha estado muy atenta a un viaje planeado para el mes que entra por parte de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán.

Japón dijo la semana pasada:

“Como resultado de la agresión actual (a Ucrania), es posible que el poder nacional de Rusia disminuya a mediano y largo plazo, y que el equilibrio militar dentro de la región y la cooperación militar con China cambien…En las cercanías de Japón, Rusia ha tomado medidas para fortalecer la cooperación con China, como vuelos conjuntos de bombarderos y navegación conjunta de buques de guerra que involucran a los ejércitos ruso y chino, así como medidas para representar dicha cooperación militar como coordinación estratégica”.

Japón dijo que esta alineación entre los dos países “debe continuar siendo observada de cerca en el futuro”.

Mientras los engranajes económicos giran tras bastidores, China también se está volviendo cada vez más cautelosa con respecto a Taiwán. El país “ha enviado aviones de combate muchas veces en los últimos meses a  la zona identificada como zona de defensa aérea autodeclarada de Taiwán”, según CNN, y recientemente aludió a la idea de una zona de exclusión aérea sobre Taiwán antes de la visita planificada de Nancy Pelosi.

El presidente Biden comentó sobre los planes de viaje de Pelosi esta semana y afirmó: “El ejército cree que no es una buena idea en este momento. Pero no sé cuál es el estado de eso”. En este sentido, el Washington Post publicó unan nota el sábado 23 de julio señalando que la administración Biden teme que un viaje de Pelosi a Taiwán pueda desencadenar una crisis a través del estrecho. Según los informes, el viaje de la presidenta del Congreso, una crítica de Beijing desde hace mucho tiempo, puede provocar a China en un momento muy delicado.

A manera de conclusión podemos señalar que por primera vez en más de 75 años el dólar estadounidense enfrenta una verdadera amenaza para comenzar a ser desplazado como moneda hegemónica global. No creo que el dólar sea desplazado en países como México, ya que el 62% de nuestro comercio internacional es con Estados Unidos. Sin embargo, las naciones que comercian menos con la principal economía del mundo podrán optar por tener un menor porcentaje de sus reservas internacionales en dólares.

Sin duda este es un tema que debe preocuparle a Estados Unidos, ya que si los países comienzan a rechazar el dólar como moneda de reserva, el dólar podría sufrir la peor devaluación de su historia, lo que ocasionaría una crisis financiera mundial de proporciones jamás vistas. Veremos como se va desarrollando la situación.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

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En Twitter: @alejandrogomezt

Cómo se perdió Occidente con un dólar inestable

Durante muchos años, prácticamente desde que en 1971 Richard Nixon acabó con el sistema financiero mundial creado en Bretton Woods en 1944, el cual  establecía las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo, se han escrito innumerables artículos y ensayos respecto de la debacle del dólar estadounidense como moneda de reserva. Dichos escritos se volvieron más frecuentes a raíz del enorme crecimiento de la oferta monetaria en Estados Unidos (usted recordará el quantitative easing ó QE) tras la crisis hipotecaria del 2008 y ahora con la crisis generada por el virus chino del Covid-19 (con una descomunal monetización de la deuda pública).

El Presidente estadounidense, Richard Nixon

Y es que los gobiernos de todo el mundo implementaron enormes programas de estímulo para combatir el daño económico causado por el Covid-19. Estos programas asignaron miles de millones de dólares en pagos directos, exenciones de impuestos, subsidios comerciales y otros alivios. El tamaño y la escala de estos programas provocaron que muchos gobiernos tengan déficits presupuestarios mucho más altos de lo normal. Pero, ¿cómo financiaron estos déficits? Una forma, que algunos consideraron  anatema para el mandato de estabilidad de precios de un banco central, volvió a ser el centro de atención a medida que avanzaba la crisis: la monetización de la deuda soberana.

En este sentido, recién leí un artículo de Matthew Piepenburg, publicado el 31 de marzo en GoldSwitzerland.com y titulado “Cómo se perdió Occidente: una moneda de reserva mundial vacilante”, y en él se detalla cómo es que el sistema financiero occidental y el dólar estadounidense, la moneda de reserva mundial, ahora están en un franco declive.

Matthew Piepenburg

El autor comienza señalando que hace apenas dos años, él escribió un libro advirtiendo que los mercados occidentales en general, y los mercados estadounidenses en particular, estaban en la ruta para comenzar a fallar. Y pues de hecho, ahora, en tiempo real, vemos que ya están fallando. Esta dura realidad no tiene tanto que ver con el virus chino del Covid-19 o la guerra en Ucrania, sino más bien con una fuerza simple, que los mercados eufóricos y los gobernantes/políticos negligentes han estado ignorando durante décadas, a saber: la deuda.

En un esquema en el que Estados Unidos crea dinero de la nada, solamente intercambiando bonos del Tesoro por efectivo, en el que las deudas gubernamentales se monetizan. Es que tantas veces se ha repetido que la deuda destruye naciones, sistemas financieros, mercados y monedas. Siempre y cada vez esto ha sucedido.

Como vemos en esta entrega, el sistema financiero inflacionario ahora está fallando (y que mejor muestra de sus fallas al ver las tasas de inflación de precios al consumidor más altas en 40 años y una descomunal e imparable inflación de activos desde 2008) porque sus niveles de deuda lo han vuelto incapaz de generar crecimiento económico, reaccionar con sensatez o sostener sus adicciones crónicas a la deuda de forma natural. Es una realidad, sin aumentar su deuda Estados Unidos no podría crecer, lo cual derrumbaría a la economía mundial.

La evidencia de esto está literalmente en todas partes, desde la Reserva Federal, hasta el Petrodólar y el mercado de bonos, hasta el precio del oro. A continuación se analiza el tema

La Reserva Federal: No quedan mejores escenarios

El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) se ha puesto a si misma, y ​​por lo tanto a los mercados financieros y a la economía de EE.UU., en un rincón demasiado predecible y en una encrucijada históricamente peligrosa. Si gira hacia la izquierda (es decir, más impresión de dinero/liquidez) para proteger la enorme burbuja de toda clase de activos, se enfrentará a un mayor problema inflacionario; y si gira a la derecha (y sube las tasas de interés o comienza a reducir su hoja de balance), desatará el infierno en los mercados.

¿Cómo es que se llegó a esta encrucijada? Fácil: Décadas de tasas de interés excesivamente bajas artificialmente, crédito barato y una deuda soberana que alcanzó los 30,000,000,000,000 (30 billones de dólares) de proporciones sin precedentes (e insostenibles).

La deuda pública de EE.UU. como porcentaje de su PIB

El moribundo mercado alcista de bonos

Con gran parte de esta deuda indeseable sobre su espalda nacional, nadie más que la Reserva Federal comprará los bonos emitidos por el Tío Sam. Como resultado, los bonos del Tesoro a largo plazo están cayendo en precio y aumentando en rendimiento, a medida que Bloomberg nos recuerda que estamos en la peor caída de precios de los bonos globales en 20 años.

En resumen, el mercado alcista de bonos, creado por el banco central durante las últimas cuatro décadas y fracción, ahora está cayendo sobre sus rodillas. Irónicamente, el único camino hacia una mayor demanda de bonos es si el mercado de valores se derrumba por completo y los inversores bursátiles huyen ciegamente hacia los bonos, como pasajeros que buscan botes salvavidas en el Titanic.

Pero los bonos y las acciones pueden caer juntos, a menos de que sean salvados por la impresión de más dólares devaluados por la inflación más alta de los últimos 40 años.

Pero como nos lo recordó dolorosamente el “crash” del Covid de marzo de 2020, en un mundo de burbujas inflacionarias de todo tipo de activos, impulsadas por los bancos centrales, las acciones y los bonos históricamente sobrevaluados pueden y caerán juntos a menos que la Reserva Federal cree otro bote salvavidas con una emisión multimillonaria de dinero, que acaba con la fuerza inherente de los dólares en su posesión.

Por lo tanto, una y otra vez: no quedan buenas opciones, y la FED debe elegir entre inflación o una implosión del mercado.

El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED)

Fantasía y deshonestidad – La nueva política

Pero esto nunca ha impedido que la FED finja lo contrario o trate de confundir para cubrir sus pecados monetarios. A pesar de casi un año de mentir deliberadamente respecto a que la inflación sería “transitoria”, la FED se tragó el poco orgullo que le quedaba y admitió que hay un problema inflacionario real en los Estados Unidos.

La Reserva Federal, junto con los políticos económicamente ignorantes, esencialmente han regresado a los EE.UU., que alguna vez fue un gran país desarrollado, a uno con una conducción monetaria que se asemeja a la de un país en desarrollo. En otras palabras, el “sueño americano”, así como el excepcionalismo estadounidense, están siendo degradados a una especie de tragicomedia en tiempo real.

Sin embargo, el siempre doble discurso del presidente de la FED, Jerome Powell, se está duplicando en más fantasías (mentiras) sobre el aumento de la participación laboral y el crecimiento del PIB, como las medidas que ayudarán a “sacar” a los EE.UU. del agujero de la deuda y la inflación que la pala de Alan Greenspan abrió hace muchos años, durante los tiempos “exuberantes”. Pero Powell está equivocado.

El Presidente de la FED, Jerome Powell

Participación laboral – La más reciente fantasía

Basado en datos demográficos simples, la falta de interés por los bonos de EE.UU., los crecientes déficits comerciales (junto con el aumento del gasto deficitario) y un dólar estadounidense sobrevaluado, la participación de la fuerza laboral de EE.UU. no aumentará lo suficiente para que la tierra de la moneda de reserva mundial pueda escapar por si misma del peso de una deuda pública que representa el 122% de su PIB en el que la Fed la ha metido (después de décadas de tasas de interés ultra bajas).

Sin una mayor participación de la fuerza laboral, la única opción que le queda a Washington para luchar contra la inflación es: 1) aumentar las tasas de interés para inducir una recesión mortal (y la implosión del mercado), o bien 2) recortar los déficits gubernamentales en al menos un 10%.

Desafortunadamente, reducir los déficits en un 10% también acabará con el PIB en al menos una cantidad equivalente, lo que debilita los ingresos fiscales y, por lo tanto, hace que sea casi imposible que el Tío Sam pague incluso los intereses de deuda interna.

Los adictos son creaturas predecibles

Entonces, ¿qué hará la Reserva Federal arrinconada y borracha de deudas? Bueno, pues lo que hacen todos los adictos, seguir bebiendo, es decir, imprimir más y más dólares cada vez más devaluados, lo que solo creará más vientos de cola en favor de metales como el oro. (Pero también en favor del encarecimiento de materias primas en general, acciones industriales y bienes raíces).

Mientras tanto, la Reserva Federal, el gobierno de EE.UU. y sus brazos de propaganda de propiedad corporativa en los medios de EE.UU., culparán a Vladimir Putin de la inflación, de toda esta nueva impresión de dinero y el continuo gasto deficitario, en lugar de reconocer que se debe a décadas de mala gestión monetaria. Pero esto no es ninguna sorpresa.

Pero Putin, incluso si lo odias, ve cosas que los titulares omiten. La desdolarización y los rumores de los petrodólares: ¿eh, oh? Cada vez hay más signos que hacen dudar de la solvencia de largo plazo del alguna vez poderoso Petrodólar.

¿Se acerca el fin del petrodólar?

De gatillo fácil a dispararse en el píe

Las sanciones financieras occidentales en respuesta a la guerra en Ucrania tienen una forma de causar tanto daño al que jala el gatillo como al objetivo previsto. En términos más simples, congelar las reservas de divisas de un país y las transacciones SWIFT tienen una forma de asustar a otras contrapartes, y no solo a los objetivos previstos.

Imagínese, por ejemplo, si sus cuentas bancarias fueran congeladas por cualquier motivo. ¿Entonces confiaría en el banco que congeló sus cuentas en el futuro una vez que se resolvió el problema? ¿Recomendaría ese banco a otras personas?

Bueno, el mundo ha estado observando cómo las potencias occidentales congelan efectivamente los activos de Putin, e independientemente de si está de acuerdo o no con tales medidas, otros países (no todos los cuales son “malos actores”) están pensando en cambiar de banco, o al menos de dólares a otra divisa…

Si es así, Estados Unidos acaba de dispararse en el pie mientras apuntaba a Putin.

Como se ha advertido anteriormente, las sanciones occidentales simplemente están alejando a Rusia y China más y más lejos de los dólares estadounidenses y los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Tales cambios tienen efectos dominó masivos que el equipo financiero del presidente Joe Biden parece haber ignorado.

Y como todos, desde el multimillonario Jamie Dimon, hasta Barack Obama, han advertido anteriormente, eso no es algo bueno y está causando que el mundo en general reconsidere el liderazgo financiero de EE.UU. y la hegemonía del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial.

El congelamiento de las reservas internacionales de Rusia, tras la invasión a Ucrania, ha provocado que naciones e individuos se lo piensen dos veces si desean tener sus reservas/ahorros en dólares o euros.

Arabia Saudita: ¿Repensando el petrodólar?

Tome ese “aliado” no tan democrático de los EE.UU., Arabia Saudita, a quien Biden había llamado “Estado paria” en 2020…

A partir de marzo, las noticias de Arabia Saudita insinúan que considerarían comprar petróleo en yuanes chinos (CNY) en lugar de dólares estadounidenses (USD), lo que señalaría el lento final del petrodólar y solo agregaría más vientos de cola inflacionarios para los estadounidenses que sufren en casa. Si los extranjeros no están dispuestos a tomar los dólares, ¿a dónde irán estos a parar? Pues a su país de origen de emisión.

Uno simplemente no puede subestimar (ni exagerar lo suficiente) el profundo significado de un mundo en el que el petrodólar se debilita.

¿Qué pueden hacer los saudíes con dinero chino?

Algunos argumentan que los sauditas no pueden comprar mucho con yuanes y que después de todo, el dólar estadounidense tiene más atractivo, ¿verdad? Mmm.

Tomando en cuenta el hecho de que los bonos del Tesoro de EE.UU. pagan rendimientos reales de cero a negativos, tal vez “todas las cosas estadounidenses” simplemente no son lo que solían ser…

Con la invasión de Rusia a Ucrania, los saudíes ahora han visto que EE.UU. está dispuesto a apoderarse de sus bonos del Tesoro como una forma de guerra financiera. Los saudíes (como muchas otras naciones, como India y China) ciertamente se preguntan si EE.UU. podría realizar un movimiento similar contra ellos en el futuro.

Por lo tanto, no es una coincidencia que ellos también estén mirando hacia el Este en lugar del Oeste para futuros acuerdos, y Rusia podría usar sus nuevas monedas chinas para comprar de todo, desde plantas nucleares hasta lingotes de oro en Shanghái.

FILE PHOTO © Getty Images / Lintao Zhang

El petróleo importa

Mientras tanto, y a pesar del intento de los medios de pintar a Putin como Hitler 2.0, el líder ruso sabe algo que los titulares noticiosos ignoran: el mundo necesita su petróleo.Sin el petróleo ruso, el sistema energético y económico global implosiona, porque el sistema tiene demasiada deuda como para de repente poder ir solo y/o contraatacar.

¿Ve cómo los elevados niveles de deuda soberana eliminan opciones y cambian el escenario global?

Mientras tanto, Rusia, que no tiene las mismas cadenas de deuda a PIB alrededor de su tobillo que la Unión Europea (UE) y EE.UU., puede comenzar a exigir el pago de su petróleo en rublos en lugar de dólares estadounidenses.

Al momento de escribir este artículo, los estados árabes están en conversaciones privadas con China, Rusia y Francia para dejar de vender petróleo en dólares. Tales movimientos debilitarían la demanda y la fortaleza del dólar, agregando más combustible inflacionario a un fuego inflacionario creciente en toda la Union Americana.

Me pregunto si Biden, la vicepresidenta Harris o alguien en su círculo de “expertos” pensó en esa parte. Dada su fortaleza en óptica frente a su debilidad en matemáticas, geografía e historia, está bastante claro que no lo hicieron ni pudieron…

¿No es para preocuparse?

Mientras tanto, por supuesto, el Wall Street Journal y otras organizaciones de noticias políticas occidentales le aseguran al mundo que no se preocupe, ya que los volúmenes de negociación de divisas en dólares eclipsan a los de China (Rusia) y otras monedas.

OK, de acuerdo, ¿Pero por cuánto tiempo?

Una vez más, lo que muchos políticos y la mayoría de los periodistas no entienden (además de las matemáticas básicas) es la historia básica. Sus políticas miopes y pronósticos hechos a la ligera se basan en la noción de que si no llueve hoy, no puede llover mañana. Pero ya está lloviendo sobre los EE.UU., así como lo hace sobre el liderazgo financiero mundial de los EE.UU.

Mientras tanto, el banco central de Rusia ahora está en movimiento para aumentar las compras de oro con todos los nuevos rublos (no USD) que recibirá por sus ventas de petróleo. Los inversores deben realizar un seguimiento muy cuidadoso de estos eventos macro en las próximas semanas y meses.

Un nuevo mundo multidivisa

La conclusión, sin embargo, es que el mundo se está alejando lentamente de la era de una moneda de reserva mundial a un sistema cada vez más multidivisa.

Una vez que el genio de las sanciones y la guerra financiera está fuera de la botella, es difícil volver a colocarlo. La confianza en Occidente y su sistema monetario liderado por el dólar está cambiando. Al tomar la emocionante decisión de congelar las reservas de divisas rusas, sancionar los DEG del FMI ruso y eliminar su acceso a los sistemas de pago SWIFT, EE.UU. obtuvo titulares a corto plazo para parecer “duros”, pero marcó el comienzo de un camino con consecuencias a más largo plazo que lo debilitarán (y a su dólar).

A medida que el petróleo multidivisa se convierte en el nuevo escenario, los ganadores inflacionarios serán, nuevamente, las materias primas, los productos industriales y ciertas jugadas inmobiliarias.

El oro importa

En cuanto al oro, sigue siendo el único activo de reserva verdaderamente neutral de los balances de los bancos centrales mundiales y tiene altas probabilidades de aumentar de precio al paso del tiempo a medida que emerge lentamente un mercado de energía que no esté denominado en dólares.

Además, Rusia está permitiendo pagos en oro por su gas natural.

Y para aquellos (es decir, Wall Street) que todavía argumentan que el oro es una “roca mascota” y una “reliquia bárbara” del pasado, puede ser hora de repensar.

Después de todo, ¿por qué el Departamento del Tesoro ha incluido una sección completa sobre el oro en su manual de sanciones para Rusia? La respuesta es tan obvia como ignorada.

Los bancos chinos (con líneas de intercambio de divisas rusas) pueden actuar como intermediarios para ayudar a Rusia a utilizar el mercado del oro para “blanquear” su dinero sancionado. Es decir, Rusia puede y seguirá comerciando a nivel mundial (Eurasia, Brasil, India, China…) en lo que se reduce a un mercado verdaderamente libre de “oro por productos básicos” que ni siquiera los ladrones de COMEX pueden fijar artificialmente. Algo no visto en décadas.

El Congreso de EE.UU. quiere impedir que Rusia pueda seguir liquidando sus reservas de oro

Desglobalización

En pocas palabras: el poderoso dólar y los sueños de “globalización” de Occidente están presenciando lentamente una era emergente de desglobalización inflacionaria a medida que cada país ahora hace lo que se requiere y lo mejor para sí mismo, en lugar de las fantasías megalómanas del fundador del  Foro Económico Mundial, Klaus Schwab.

Los EE.UU., acorralados, por supuesto, probablemente intentarán sancionar las transacciones de oro con Rusia, pero esto requeriría ahogar por completo las ventas de energía de Rusia a la UE, algo que la economía de la UE (y los ciudadanos) simplemente no pueden permitirse.

Mientras tanto, un presidente francés desesperado está considerando cheques de estímulo para gasolina y alimentos. Eso, por cierto, también es inflacionario…

La historia se repite

Una vez más, Occidente, saturado de deudas y dependiente de la energía rusa, no es tan fuerte como los titulares quieren hacer creer, lo que significa que el oro, como lo ha hecho durante miles de años, se elevará, mientras que los líderes fallidos, naciones endeudadas y las monedas de reserva mundial caen.

La historia, por desgracia, es tan importante como las matemáticas, el descubrimiento de precios y la oferta y la demanda. Lamentablemente, la gran mayoría de los líderes modernos no saben casi nada de estas fuerzas o temas.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Daños colaterales de la guerra en Ucrania y los problemas de China

Hace unas semanas la perspectiva de crecimiento global para el 2022 era de una tasa de 4.5% de acuerdo con la Organización  para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); sin embargo, después de la invasión de Rusia a Ucrania, los riesgos inherentes al conflicto y las nuevas disrupciones en la economía global, las perspectivas económicas mundiales se deterioran con cada día que pasa y ahora se estima que el costo de esta guerra será del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) del planeta.

En el caso de México el banco de inversión Goldman Sachs recién ajustó su pronóstico de crecimiento económico del PIB de México para este año a solamente 1.4%, desde un 1.7% estimado previamente. La justificación del ajuste es por la debilidad económica mostrada en la región, sumada a mayores precios en combustibles, la persistente interrupción de las cadenas de suministro y un debilitamiento de la confianza empresarial y del consumidor. De igual manera, en la más reciente encuesta Citibanamex de expectativas, se ajustó a la baja la expectativa de crecimiento del PIB a 2.0%   Las expectativas de crecimiento del PIB para 2022 disminuyeron a 2.0% desde el 2.1% reportado en la encuesta anterior; mientras que para el 2023 se espera una tasa de crecimiento de 2.1%.

Desde luego que la situación en México podría ser más llevadera en materia económica si el gobierno federal hiciera algo para atender tres grandes problemas: 1. Crear clima propicio para la inversión / incentivos fiscales /certidumbre legal; 2. Se fomentará más la integración económica en el T-MEC desplazando a China en el mercado mexicano y de Estados Unidos; y 3. Se redirigiera el gasto público a gasto de inversión y no tirarlo a la basura con dádivas. Pero difícilmente un gobierno que no ha hecho mucho por apoyar la economía los últimos 40 meses, comenzará a hacer algo ahora.

En cuanto a Estados Unidos, también hay ajustes a la baja, ya que la elevada inflación y las perturbaciones económicas causadas por la guerra en Ucrania están oscureciendo las perspectivas de recuperación. Es importante mencionar que el 16 de marzo, el Banco de la Reserva Federal (FED), elevó las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual y recortó su estimación del PIB para 2022. Ahora prevé que la economía se expanda un 2.8 % este año, por debajo del 4 % que había pronosticado en diciembre 2021, cuando los salarios aún eran bajos y la variante omicron del covid-19 aún no había alcanzado su pico de contagios.

EE.UU. enfrenta toda clase de complicaciones en el ámbito nacional e internacional, con su tasa de inflación de 7.9% anual en febrero, pues no resulta sorpresa que la semana que recién concluye se haya informado que Arabia Saudita está en conversaciones activas con Beijing para fijar el precio de algunas de sus ventas de petróleo a China en yuanes. Esta medida afectará el dominio del dólar estadounidense en el mercado mundial del petróleo y marcaría otro cambio en el crudo más importante del mundo exportado hacia Asia.

Ahora bien, lo anteriormente comentado es por demás relevante, pero en esta entrega quiero céntrame en explicar lo que está sucediendo con la economía china, en donde las cosas no están saliendo nada bien para su presidente Xi Jinping.  Pero antes, quiero hacer mención de la llamada del viernes 18 de marzo, que sostuvieron el presidente estadounidense, Joe Biden, y el presidente chino, Xi Jinping, respecto de la invasión rusa a Ucrania.  De acuerdo con el comunicado de prensa emitido por la Casa Blanca, el presidente Biden detalló sus esfuerzos para prevenir y luego responder a la invasión, imponiendo elevados costos a Rusia. Describió las implicaciones y consecuencias si China brinda apoyo material a Rusia mientras realiza ataques brutales contra ciudades y civiles ucranianos. El Presidente subrayó su apoyo a una solución diplomática a la crisis. Los dos mandatarios también coincidieron en la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación, para gestionar la competencia entre los dos países. El presidente reiteró que la política de Estados Unidos sobre Taiwán no ha cambiado y enfatizó que Estados Unidos continúa oponiéndose a cualquier cambio unilateral en el statu quo. Los dos líderes encargaron a sus equipos que hicieran un seguimiento de la conversación de hoy en el período crítico que se avecina.

A la fecha, Beijing no ha condenado la guerra de Rusia en Ucrania y se ha abstenido de usar el término “invasión”.

Habiendo mencionado lo anterior y volviendo al tema económico de China, quiero comenzar mencionando que ésta registró un crecimiento anual real del PIB del 8.1% en 2021, una de las tasas más altas del mundo. Para la mayoría de los países esto sería un logro envidiable. Sin embargo, para China, este regreso a un alto crecimiento se debió a que en 2020 su PIB creció “apenas” 2.2% (en ese año el PIB de México cayó -8.0% y el de Estados Unidos retrocedió -3.5%).  De esta manera, la tasa de crecimiento anualizada para el período de dos años 2020-21 fue solo del 5.1%, inferior al 6.0% registrado en 2019. En ese momento, para China esa fue la tasa más baja registrada en casi dos décadas.

Además, en comparación con los mismos períodos de 2020, China registró tasas de crecimiento anualizadas de 18.3% y 7.9% en los dos primeros trimestres de 2021, respectivamente, pero solo 4.9% en el tercero y 4.0% en el cuarto. La causa de este patrón de crecimiento de “comienzo fuerte, final débil” no fue solo el efecto rebote, sino también las decisiones de política fiscal y económica realizadas por el gobierno chino. Para el 2022 China, la segunda economía más grande del mundo, espera una tasa de crecimiento de su PIB se tan sólo 5.5% y en esta entrega analizamos que esta pasando en dicha nación en materia económica.

En un artículo editorial de Lingling Wei, publicado el 16 de marzo en el  Wall Street Journal y titulado “El retroceso de la campaña económica de Xi Jinping expone grietas en su poder”, se explica muy bien la serie de decisiones desafortunadas que ha tomado la cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) en el último año y medio, así como la forma en que están dando marcha atrás a muchas decisiones equivocadas.

Wei comienza recordando cómo todavía el año pasado, el presidente Xi Jinping parecía casi invencible, pero ahora sus esfuerzos para alejar a China del capitalismo y de Occidente han sumido a la economía china en la incertidumbre y expuesto algunas grietas en su control del poder. Los legisladores chinos se alarmaron a fines de 2021 por la fuerte desaceleración del crecimiento chino después de que Xi endureciera los controles sobre las empresas privadas, desde los gigantes tecnológicos hasta los desarrolladores inmobiliarios. Esto, sumado a política de Xi de cero tolerancia a los casos de Covid y los estrictos bloqueos resultantes (mismos que se ha intensificado nuevamente a medida que aumentan los casos), afecta el gasto de los consumidores y la producción de las fábricas. A lo anterior hay que agregar el pacto con Rusia de principios de febrero de este año, solo unas semanas antes de su invasión de Ucrania, lo que ha ampliado las diferencias entre China y Occidente y ha dejado de manifiesto los altos costos para China por implementar la agenda de Xi en lo interno y en el plano internacional.

Respecto al Covid-19, hay evidencia circunstancial de que éste se originó por una fuga de un laboratorio en Wuhan, China, y la semana que recién concluye se destacan nuevos contagios de ese país. Las políticas de cero covid de Beijing, una vez elogiadas en algunos sectores de Occidente, se están convirtiendo en un peligro para las economías china y mundial a medida que regresa el virus. No hay duda de que un fuerte brote de Covid está en marcha en China. El recuento oficial de casos, de unos 5,000 por día hace ocho días, se encuentra en niveles no vistos desde el comienzo de la pandemia. Esto parece ser impulsado por la variante Omicron, que ya transitó por la mayoría de los países occidentales hace semanas. En China, los brotes se concentran en el noreste de la provincia de Jilin y cerca de Hong Kong en el sur, pero están surgiendo casos en todo el país.

Las vacunas occidentales, como las producidas por Pfizer y Moderna, demostraron tener un éxito razonable en proteger a quienes contrajeron Omicron de síntomas graves, pero las vacunas fabricadas en China son menos efectivas. Gracias a dos años de políticas draconianas de cero covid, una proporción más pequeña de la población china tiene inmunidad contra una infección previa.

El resultado son nuevos cierres de actividad y una nueva preocupación para una economía global que había comenzado a enderezarse después de dos años de interrupciones por la pandemia. Un gran grupo de exportadores han cerrado las operaciones de sus fábricas, incluidos Foxconn (proveedor de Apple) y Toyota. Se están desarrollando nuevas saturaciones en los puertos chinos, lo que tendrá nuevos efectos colaterales para el transporte marítimo mundial.

Aunado a esta delicada situación, en estos días Beijing trabaja para gestionar su entente con el presidente ruso Vladimir Putin y al mismo tiempo evitar el colapso de su relación con Occidente, pero la mayor inquietud surge por la caída del crecimiento económico al 4% en el cuarto trimestre desde el 18.3% a principios de 2021. En este contexto, algunos funcionarios ahora hablan de la necesidad de una “corrección de rumbo” para mitigar algunos de los efectos nocivos de las políticas del Sr. Xi.

Algunos altos funcionarios han indicado que están preocupados por los costos para China de la alineación con Rusia. Los fabricantes chinos ahora están evaluando los riesgos de convertirse en “daños colaterales” de las sanciones occidentales contra Moscú. El aumento vertiginoso de los precios de las materias primas, también está afectando a las empresas chinas que ya se enfrentan al debilitamiento de la demanda mundial.

Tanto el pacto con Rusia como la desaceleración económica en el país, surgieron por las intenciones de Xi de hacer frente a los EE.UU. y marcar cierta distancia con la política de Deng Xiaoping de abrir China al mundo occidental. Junto con una postura cada vez más dura hacia China por parte de  Washington, las relaciones con Estados Unidos y sus aliados, se han hundido a su nivel más bajo en décadas.

Cada vez que Xi ha tenido la oportunidad de desafiar el orden mundial liderado por EE.UU., lo ha aprovechado, priorizando los objetivos políticos sobre los económicos. Como ejemplo tenemos que el año pasado se dio una prohibición a la importación de carbón australiano, después de que Canberra enfureciera a Xi al acercarse a Estados Unidos, lo que empeoró la escasez de energía en China y obligó a los fabricantes a cerrar temporalmente algunas fábricas.

Poco antes de que Rusia invadiera Ucrania, Pekín acordó comprar petróleo y gas a Rusia por un valor estimado de 117.5 miles de millones de dólares. Es posible que China pueda renegociar los términos u obtener descuentos a medida que a Rusia le resulte más difícil vender su gas y petróleo, pero algunos funcionarios chinos han cuestionado si tiene sentido honrar tales contratos cuando los precios de la energía son altos.

Incluso antes de la crisis de Ucrania, China ya estaba recurriendo a reservas estratégicas para combatir la inflación provocada por el aumento de los precios de los energéticos y de las materias primas.

A principios de marzo, Hu Wei, asesor sénior del Consejo de Estado, suscitó un debate en línea con un artículo sobre la política prorrusa del Sr. Xi. “China no puede estar atada a Putin y los lazos deben cortarse lo antes posible”, escribió Hu en el artículo, que fue eliminado por los censores de Beijing. “Separarse de Putin…ayudará a construir la imagen internacional de China y facilitará sus relaciones con Estados Unidos y Occidente”, mencionó.

Repaso económico

El año pasado, Xi reunió a todo el gobierno detrás de su campaña para tomar medidas drásticas contra las fuerzas capitalistas, desde reforzar el control de Beijing sobre los datos obtenidos por el sector privado, hasta restringir las cotizaciones de acciones en el extranjero y cerrarle la llave de los préstamos a empresas inmobiliarias, en un realineamiento con los principios socialistas.

A finales de 2021, las ventas de los desarrolladores inmobiliarios se desplomaron más que durante la crisis financiera mundial de 2008-2009. Las grandes firmas de tecnología, que durante mucho tiempo atrajeron a los jóvenes brillantes a China, emulando a Silicon Valley, estaban despidiendo a una gran cantidad de personal.

El principal organismo gubernamental de China, el Consejo de Estado, se sorprendió por el resultado de la evaluación económica de las principales ciudades. El liderazgo había anticipado golpes en ciertos sectores, pero “la velocidad de la desaceleración fue una sorpresa”. Una reunión política de alto nivel de fin de año estuvo a punto de reconocer que la campaña económica de Xi había ido demasiado lejos.

En los últimos meses, China se ha esforzado por revertir algunos de los males hechos el año pasado. Ahora, los reguladores financieros están suavizando las restricciones para los bancos de prestar a los desarrolladores y compradores de viviendas y varias agencias gubernamentales están nuevamente apoyando a las empresas de tecnología. Los funcionarios locales están desviando la atención de la redistribución de la riqueza a cómo apuntalar las empresas.

La corrección de rumbo, como algunos funcionarios describen el reciente cambio de política, ha creado oportunidades para que otras figuras del partido desempeñen un papel más visible en lo que durante mucho tiempo ha sido un acto en solitario por parte del presidente Xi.  También algunos líderes retirados del PCCh,  que aún tienen voz en el discurso político, se han pronunciado recientemente en privado en contra de la política centrada en el Estado de Xi, han comentado diversas fuentes.

Apoyo para las compañías

Desde principios de año, varios niveles de gobierno se han alejado de la represión casi generalizada en contra las empresas privadas de 2021. La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, la principal agencia de planificación económica de China, encabezó un grupo de agencias gubernamentales para reafirmar el apoyo a las empresas que forman la llamada economía de plataformas, como Alibaba Group Holding Ltd., el gigante del comercio electrónico cofundado por el multimillonario Jack Ma; el conglomerado Tencent Holdings Ltd.; y la empresa de motores de búsqueda Baidu Inc., que recibieron severos castigos regulatorios el año pasado por lo que las autoridades llamaron comportamiento anticompetitivo.

El esfuerzo refleja una admisión tácita entre los líderes de que se necesitan controles más flexibles para permitir que estas empresas continúen operando, especialmente en áreas de innovación digital, mientras que al mismo tiempo continúan limitando la incursión de los gigantes tecnológicos en áreas financieras, como los préstamos.

Una palabra de moda que Xi introdujo el año pasado, “prosperidad común”, un objetivo para distribuir la riqueza de manera más equitativa que había hecho que los dueños de negocios se preocuparan por verse obligados a entregar sus fortunas, ya casi no se menciona.

A puerta cerrada en una conferencia de diciembre para establecer la agenda económica de 2022, Xi incluso pareció reconocer que la redistribución de la riqueza es difícil de hacer cuando el crecimiento se está desacelerando. La prosperidad común, dijo a los funcionarios, se trata de “hacer el pastel más grande primero” y luego dividirlo de manera más equitativa.

No obstante lo anterior, Xi no ha terminado de luchar por su renovación económica y la presión sobre los empresarios no ha desaparecido por completo. Siguen vigentes los requisitos estrictos sobre los datos y las inversiones del sector tecnológico. Para cumplir con esas reglas, Tencent se ha estado deshaciendo de su amplia cartera, incluso vendiendo acciones en una empresa de Internet de Singapur y en un operador de comercio electrónico chino.

Por ahora, el partido insta a la precaución con cualquier política nueva y potencialmente disruptiva. Poco después de la reunión de diciembre, Han Wenxiu, asesor principal de Xi, resumió la agenda económica de Beijing para este año en un artículo en un diario del partido: “Todas las partes deben introducir activamente políticas que conduzcan a la estabilidad económica”. Dijo que las políticas que conducirían a la contracción económica deberían introducirse “prudentemente”.

Corolario

No cabe duda que varios miembros de la cúpula del PCCh están preocupados por las consecuencias económicas para su país por la ambigüedad en su relación con Rusia y por la necesidad de revertir los errores de una política pública que buscaba debilitar al sector privado y terminó mermando sus posibilidades de crecimiento.

Respecto a Rusia, no es sorpresa que el pasado 15 de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores de China le haya dicho a su homólogo español que su país no quiere verse afectado por las sanciones económicas occidentales impuestas a Rusia tras su invasión de Ucrania el mes pasado. Dijo que “China no es parte de la crisis, y mucho menos quiere verse afectada por las sanciones”. En cuanto a los ajustes en la política económica, pues al menos se han dado cuenta de que golpear al sector privado por los caprichos del presidente fue un gran error, y han comenzado a enderezar las cosas, aunque la desconfianza empresarial interna y externa, durará varios años.

En los próximos días o semanas veremos cómo se van alineando las cosas y si Estados Unidos aprovecha esta coyuntura para debilitar más a China con sanciones, justificada o injustificadamente. Esto sin duda agravaría el proceso inflacionario mundial, pero al parecer en Estados Unidos la mayoría de la opinión pública ha manifestado que está dispuesta a pagar precios más altos por los combustibles y alimentos si la causa es salvar a Ucrania.

Finalmente, los nuevos brotes de Covid-19 en China, algo que se sabía que iba a ocurrir porque su política de cero tolerancia sólo postergó lo inevitable, son el otro tema que preocupa. Los científicos han señalado que existe la posibilidad de que desde China surja una nueva mutación más peligrosa y cause más sufrimiento a la humanidad. Pero de momento, las disrupciones en las cadenas globales de manufactura se van a exacerbar por la guerra en Ucrania y por los nuevos cierres de actividad en algunas ciudades de China, por lo que el 2022 será un año muy complejo una vez más.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP¨*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Impacto económico de la invasión rusa a Ucrania

Ahora en día una pregunta frecuente tiene que ver con las repercusiones económicas para el mundo que tendrá la invasión de Rusia a Ucrania. Cada día que pasa el costo para los países involucrados, Europa y el mundo, va en aumento. Otra pregunta común es sobre los factores que darán forma a la manera cómo este conflicto podría terminar. En lo personal, no soy experto en el tema, pero he recopilado opiniones e información de diversas fuentes, misma que presento en esta entrega.

En un artículo editorial de Charles Riley, titulado ¿Cómo la invasión de Rusia a Ucrania cambió la economía mundial en una semana?, y publicado el jueves 3 de marzo en el portal de noticas de CNN.com, se nos da una muy buena explicación de las principales sanciones que Occidente ha puesto en contra de Rusia con el fin de disuadirla de continuar con la destrucción de su vecino, así como del impacto que hasta ahora éstas han tenido.

Tras una semana y media de guerra en Ucrania, la economía mundial se ha estremecido por las severas sanciones occidentales que han aislado a Rusia, colapsaron su moneda y sus activos financieros, además de que han disparado al alza los precios de la energía y los alimentos.

La economía rusa es de 1.5 billones de dólares es la undécima más grande del mundo, según datos del Banco Mundial (como referencia la de México es de 1.25 billones de dólares). Todavía hasta finales de febrero de este año, le iba muy bien con un gran comercio de energía, exportando millones de barriles de crudo por día con la ayuda de las principales compañías petroleras globales. Las grande empresas y marcas occidentales estaban haciendo buenos negocios en Rusia y los fondos globales de inversión le prestaban a las empresas rusas.

Ahora, un aluvión de sanciones ha vuelto radiactivos a los bancos más grandes de Rusia, los comerciantes evitan comprar los barriles de petróleo crudo de los Urales y las empresas occidentales están huyendo del país o cerrando sus tiendas. Las acciones de empresas rusas han sido expulsadas de los índices globales y el comercio bursátil de algunas empresas rusas se ha detenido en Nueva York y Londres.

Las sanciones tienen un gran impacto

La invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin ha recibido una respuesta sin precedentes de los Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea, Canadá, Japón, Australia y otros países. Incluso Suiza, famosa por su neutralidad y secreto bancario, se ha comprometido a imponer sanciones a Rusia. Al día de hoy México no ha impuesto ninguna sanción unilateral en contra de Rusia.

Las sanciones que hasta ahora se han anunciado han impedido que los dos bancos más grandes de Rusia, Sberbank y VTB, negocien en dólares estadounidenses. Occidente también eliminó a siete bancos rusos, incluido VTB, del sistema SWIFT, un servicio de mensajería global que conecta a las instituciones financieras y facilita pagos rápidos y seguros.

La coalición está tratando de evitar que el banco central de Rusia venda dólares y otras monedas extranjeras para defender el rublo y su economía. El tipo de cambio pasó de 83.30 rublos por dólar el 27 de febrero a 122.48 rublos por billete verde el 4 de marzo, lo que implica una depreciación de la moneda rusa de 32%. Esto a pesar de que la tasa de interés objetivo del banco central ruso se elevó de 9.5% a 20.0% de un día para otro el pasado 28 de febrero.

En total, casi $1 billón en activos rusos ahora han sido congelados por sanciones, según el ministro de finanzas francés, Bruno Le Maire. Este hecho ha provocado la reflexión, sobre todo de países como China, de lo que constituyen las reservas soberanas internacionales, ya que se da demostrado que Estados Unidos y la Unión Europea, puede negar el acceso a ellas, pero este será el tema de otra entrega.

“Las democracias occidentales han sorprendido a muchos al seguir una estrategia de ejercer una intensa presión económica sobre Rusia aislándola efectivamente de los mercados financieros globales”, dijo Oliver Allen, economista de mercados de Capital Economics, en una nota de investigación. Agregó que “Si Rusia continúa por el mismo camino, es bastante fácil prever que las  sanciones más recientes podrían ser solo los primeros pasos para una ruptura severa y duradera de los lazos financieros y económicos de Rusia con el resto del mundo”.

El petróleo ha subido 20%

La economía de Rusia es importante para el resto del mundo debido a sus vastos recursos energéticos.

Hasta ahora las exportaciones de petróleo y gas del país no han sido objeto directo de los gobiernos occidentales, pero eso no ha impedido que los precios se disparen en los últimos días. Mientras que el petróleo ruso cotiza con su mayor descuento en más de 30 años.

Esto es porque a Moscú le resulta más difícil vender su petróleo a compradores extranjeros preocupados por posteriormente sufrir las consecuencias de las sanciones financieras. Los operadores de petroleros desconfían del riesgo para los barcos en el Mar Negro, y las principales compañías petroleras mundiales están abandonando las operaciones en el país.

Los futuros del crudo Brent, el punto de referencia mundial, han aumentado aproximadamente un 20% desde el comienzo de la invasión para negociarse cerca de $115 por barril. Los futuros del petróleo de EE.UU. han subido al nivel más alto desde 2008. En Europa, el precio del gas natural al por mayor se disparó a un máximo histórico.

Los enormes aumentos de precios harán que las gasolinas y diesel sean más caros en todo el mundo, elevando el costo de los viajes y los desplazamientos. Esto se sumará a las presiones inflacionarias actuales y podría actuar como un lastre para el crecimiento económico, reavivando los temores de estanflación y complicando las decisiones de los bancos centrales mundiales en su intento de contrarrestar el aumento de los precios. En este sentido, la probabilidad de un aumento de medio punto porcentual en la próxima reunión del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos ha disminuido y ahora se ve más probable un alza de 0.25 puntos en su tasa de interés de fondos federales.

Otros commodities también están aumentando

La crisis también está agregando presión a las cadenas globales de suministro, mismas que ya estaban bastante estresadas, antes de la invasión. Juntos, Ucrania y Rusia, son responsables de alrededor del 14% de la producción mundial de trigo y suministran el 29 % de todas las exportaciones de este grano. Los futuros del trigo se han disparado, lo que hace que el producto sea más caro para los fabricantes de alimentos, quienes probablemente pasarán esos costos a los consumidores.

Los precios del aceite de palma también se han disparado a medida que los mercados luchan por encontrar alternativas a los envíos de aceite de girasol atascados en los puertos del Mar Negro.

De acuerdo a una nota de Bloomberg, del 3 de marzo, el trigo se disparó al nivel más alto desde 2008 por los crecientes temores de una escasez mundial. La molienda de trigo en París alcanzó un precio sin precedentes de 400 euros ($438) por tonelada. Los metales básicos también subieron aún más después de que el índice de metales LMEX, que abarca seis metales importantes, alcanzó un récord.  El aumento de los precios de la energía se ha sumado a la inercia de aumento de costos. El aluminio, uno de los metales que más requieren energía, subió hasta un 4% a 3,867 dólares la tonelada en la Bolsa de Metales de Londres, un nuevo récord, mientras que el níquel, otro metal clave para las baterías, saltó con fuerza en Londres para negociarse brevemente por encima de los 30,000 dólares la tonelada. por primera vez desde 2008. El cobre también se acerca a su máximo histórico. Las existencias en almacenes rastreadas por la LME cayeron al nivel más bajo desde 2005.

Y podría empeorar. En un escenario en el que los combates en Ucrania se prolonguen hasta bien entrado 2023 y Rusia corte el suministro de gas natural a Europa durante seis meses como represalia por las sanciones adicionales que le han impuesto, la inflación de la eurozona superará el 7% en el tercer trimestre de este año, según Oxford Economics. La inflación del Reino Unido superaría el 10%.

Rusia soportaría la mayor parte del dolor económico. En el escenario esbozado por Oxford Economics, la producción económica de Rusia en 2023 estaría un 7% por debajo de los niveles que habría alcanzado sin una invasión. El crecimiento global ese año se reduciría en 1.1 puntos porcentuales, según la firma de investigación.

Aunado a lo anterior, en una nota del Wall Street Journal, publicada el 3 de marzo y firmada por William Boston, se menciona que después de una pandemia y una crisis mundial de chips, la guerra de Rusia en Ucrania ha desatado la tercera crisis de la cadena de suministro de los fabricantes de automóviles en muchos años. Los combates en Ucrania han cerrado las plantas de proveedores industriales pequeños pero importantes, inclusive cerrando fábricas lejos de la zona de conflicto, mientras que las sanciones y las rutas comerciales que han sido cortadas, están obstaculizando los envíos de automóviles y refacciones hacia y desde Rusia, que alguna vez se consideró un mercado en crecimiento.

Cabe señalar que Ucrania es uno de los productores más importantes a nivel mundial de neón (70%), criptón (40%) y xenón (30%), que son insumos relevantes para la fabricación de semiconductores. Por su parte, Rusia es el principal y el segundo proveedor mundial de paladio y rodio, respectivamente, metales utilizados por los fabricantes de automóviles para frenar las emisiones contaminantes.

El Wall Street Journal, menciona que después de dejar inactivas dos fábricas en el este de Alemania, Volkswagen ha dicho que la producción pronto se verá afectada en su planta insignia en el oeste de Alemania debido a la falta de piezas de Ucrania. Y los fabricantes que operan plantas en Rusia dicen que el estrés en las cadenas de suministro ha empeorado por la exclusión de Rusia del sistema de pagos interbancarios internacionales SWIFT. El bloqueo del espacio aéreo ruso y las interrupciones en las rutas de navegación han reducido el movimiento de mercancías a un nivel mínimo.

Las empresas globales luchan por adaptarse

Hasta el momento de escribir estas líneas, las riquezas energéticas de Rusia no han sido el objetivo directo de las sanciones occidentales, pero muchas de las compañías petroleras más grandes del mundo están abandonando el país o deteniendo nuevas inversiones en proyectos para explorar y desarrollar campos.

ExxonMobil dijo el martes 1 de marzo que estaba abandonando su más reciente proyecto en el país, Sakhalin-1, que fue catalogado como “una de las inversiones directas internacionales más grandes en Rusia”. Una subsidiaria de Exxon era el operador del proyecto, y la decisión de la empresa de retirarse pondrá fin a su presencia de más de 25 años en Rusia.

BP, Shell y la noruega Equinor han dicho que tienen la intención de abandonar sus negocios rusos no obstante que resentirán un probable impacto de miles de millones de dólares en sus balances. Por su parte, TotalEnergies de Francia ha detenido nuevas inversiones.

El éxodo empresarial se ha acelerado en los últimos días y ha llegado a casi todos los sectores de la economía. Los gigantes tecnológicos, fabricantes de automóviles, minoristas y aerolíneas han suspendido sus operaciones en Rusia. Las líneas de transporte de contenedores han reducido drásticamente sus servicios. Los bancos occidentales están tratando de averiguar qué tan expuestos están al tambaleante sistema financiero de Rusia. Visa y Mastercard ya no funcionan en Rusia. Boeing y Airbus no darán servicio a la flota rusa.

De acuerdo con el Boston Globe, al 3 de marzo, estás son las principales empresas que han roto los lazos comerciales con Rusia:

Energía

  • BP anunció planes para salir de su participación del 20 por ciento en Rosneft, el gigante petrolero ruso.
  • Shell saldrá de su empresa conjunta con Gazprom de Rusia y finalizará la financiación del gasoducto Nord Stream 2.
  • ExxonMobil abandonará las operaciones de petróleo y gas en Rusia, valoradas en aproximadamente 4,000 millones de dólares.

Fabricantes de automóviles

  • El fabricante de automóviles sueco Volvo Cars suspendió los envíos de automóviles a Rusia “hasta nuevo aviso”.
  • General Motors suspenderá la exportación de vehículos a Rusia, aunque solo vende unos 3,000 coches al año en el país.
  • Ford ha suspendido sus operaciones en Rusia.
  • BMW detendrá las exportaciones de vehículos a Rusia y dejará de ensamblar vehículos con un socio en Kaliningrado.

Tecnología

  • Dell ha suspendido las ventas de productos.
  • Apple detuvo las ventas de productos y limitó Apple Pay Russia, deshabilitó Apple Maps en Ucrania y eliminó los medios de comunicación estatales rusos de su App Store.
  • DirecTV eliminará el canal respaldado por el Kremlin, RT, de sus paquetes de televisión de paga. El distribuidor de transmisión Roku también eliminó RT de su tienda de canales.
  • La empresa de software informático de Boston, PTC, ha interrumpido sus operaciones en Rusia.

Venta minorista

  • El propietario de Zara, Inditex, dijo que cerrará temporalmente sus más de 500 tiendas en Rusia, así como sus operaciones en línea allí.
  • El gigante minorista de Framingham TJX Cos. venderá su participación en Familia, la cadena de más de 400 tiendas de ropa y moda para el hogar en Rusia.
  • Harley-Davidson ha suspendido los envíos a Rusia.
  • Adidas suspendió su asociación con la Federación Rusa de Fútbol.
  • Nike dejó de aceptar pedidos en línea en su sitio web ruso porque no puede garantizar la entrega.
  • H&M pausará temporalmente todas las ventas en Rusia.
  • Canada Goose suspendió todas las ventas mayoristas y de comercio electrónico a Rusia.

Viaje

  • Boeing suspendió operaciones importantes en Moscú y cerró temporalmente su oficina en Kiev.
  • General Electric ha detenido temporalmente el apoyo a las aerolíneas en Rusia para cumplir con las sanciones.
  • La empresa de reservas de viajes en línea Expedia cesó la venta de viajes hacia y desde Rusia.
  • Oversees Adventure Travel ha detenido todos los viajes a Rusia y Ucrania.

Otros

  • Las compañías de mensajería como UPS, FedEx y Maersk ya no prestan servicios en Rusia. (Maersk dijo que continuará enviando “alimentos, suministros médicos y humanitarios”).
  • Walt Disney, Warner Bros., Sony, Paramount y Universal están pausando los estrenos cinematográficos en Rusia.

Cinco factores que determinarán el resultado de este conflicto

Cómo lo comenté en la introducción de esta entrega, ahora en día una de las mayores preguntas es cómo es que pudiera terminar esta guerra. Respecto a ese asunto, el pasado 2 de marzo, Stephen Fidler escribió un editorial en el Wall Street Journal titulado “¿Cómo podría terminar la guerra en Ucrania? Cinco factores darán forma al resultado”. A continuación se presentan los puntos más relevantes.

Las cosas parecen indicar que la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin no va según lo planeado hasta ahora, según los estrategas militares, y Rusia enfrenta una resistencia armada más dura de lo esperado, además de las duras sanciones económicas arriba mencionadas. Esto abre la pregunta respecto a lo que sigue. Y aunque es casi imposible predecir lo que sucederá, los estrategas militares se están enfocando en varios factores para brindar pistas, incluido el desempeño de los ejércitos en el terreno y el impacto de las sanciones.

Una cosa que queda clara es que el desempeño de las fuerzas armadas de Rusia, hasta el momento, le ha mostrado a Putin que su ejercito no es lo que él creía, por lo que se altera la gama de resultados posibles. “Todos los días los ucranianos no pierden, ganan políticamente”, dijo Michael Clarke, exdirector del Royal United Services Institute, un grupo de expertos de Londres. “Y el costo político para Putin aumenta a diario”.

Lawrence Freedman, profesor emérito de estudios de guerra en el King’s College de Londres, no cree que los rusos logren instalar un gobierno títere en Ucrania. “No pueden ocupar todo el país”, dijo. “Un gobierno títere en Kiev que no esté respaldado por armas rusas no tendría ninguna legitimidad y no sobreviviría”.

Aquí hay cinco variables que, según los analistas militares, podrían determinar el curso de la guerra:

  1. Fuerzas invasoras

Los analistas militares occidentales han expresado su sorpresa por el mal desempeño de las fuerzas rusas durante los primeros días de la invasión. Esperaban que un ejército que se había modernizado durante más de una década sofocaría la primera fase de la resistencia ucraniana con bastante facilidad. Pero Rusia no ha emprendido ninguna operación militar que combine diferentes ramas del ejército desde que los soviéticos invadieron Afganistán en 1979, y eso no fue tan complejo.

“Todos nos hemos quedado asombrados de que este nuevo ejército ruso se parezca al antiguo Ejército Rojo, no muy bien entrenado, no muy bien comandado, con una logística bastante pobre, lo que implica una gran falla de planificación o… una gran subestimación del enemigo”, dijo Clarke, ex director del Royal United Services Institute. La fuerza aérea, la armada y la fuerza nuclear de Rusia se han modernizado parcial o completamente, dijo, pero parece que el ejército no ha superado las debilidades del pasado.

Es posible que Moscú restringiera deliberadamente su campaña al principio de la guerra, esperando una resistencia significativamente menor de la que encontraron. Podría continuar con esas tácticas, esperando eventualmente agotar a la oposición. El escenario más probable, según algunos analistas militares, es que los rusos vayan utilizando una potencia de fuego significativamente mayor para adentrarse más en Ucrania, asediando ciudades o usando armamento pesado contra ellas. Esto hará que Putin arremeta y se vuelva realmente cruel, use fuego indiscriminado y artillería masiva en áreas urbanas y arrase ciudades ucranianas. La consecuencia será un costo terrible en bajas humanas.

  • Fuerzas defensoras

Hasta ahora, las fuerzas ucranianas han aprovechado al máximo sus activos militares frente a un adversario más grande y más avanzado. El lento progreso de Rusia es “ante todo un testimonio del coraje y la tenacidad del ejército ucraniano y los voluntarios que están luchando increíblemente bien y de manera impresionante”, dijo el general Richard Shirreff, ex comandante militar adjunto británico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. La moral es un factor muy importante en la guerra, dijo, y los ucranianos creen que tienen la fuerza moral.

La determinación declarada del presidente Volodymyr Zelensky de permanecer en el cargo ha ayudado a sostener la campaña de Ucrania. Sus apariciones en las redes sociales, junto con imágenes de video de la resistencia de los ucranianos comunes, han ayudado a Kiev a ganarse la simpatía en casa y en Occidente. Rusia, sin embargo, ya ha comenzado a atacar antenas de telefonía móvil y torres de televisión para detener la difusión de dicha información.

Cuanto más tiempo pueda resistir el ejército formal de Ucrania, más aumentan los problemas de Putin, dijeron analistas militares. La mayoría de los analistas piensan que el ejército ucraniano tarde o temprano se derrumbará. Está luchando con todo lo que tiene todo el tiempo, sin tregua. Rusia puede seguir reforzando sus líneas de frente con tropas frescas.

La pregunta es: ¿Entonces qué? La suposición común es que Moscú buscará instalar un gobierno títere en Kiev, dejándolo en manos del oeste del país, mientras se anexiona una gran parte del país al este del río Dnipro, que es el que divide la capital Kiev.

Una posibilidad es que el ejército formal de Ucrania desaparezca y comience una insurrección. Los analistas dijeron que esperaban que las naciones occidentales apoyaran tal insurgencia, como Estados Unidos apoyó la resistencia a la ocupación soviética de Afganistán en la década de 1980. Si se materializa una fuerte insurgencia, Rusia podría necesitar dedicar muchas más tropas para combatirla. Las estimaciones de expertos sobre cuántas tropas se necesitarían para controlar y ocupar una Ucrania rebelde ascienden a más de 500 mil. “Putin no tiene eso, y se quedará sin gente, y se convertirá en una redux entre la Unión Soviética y Afganistán”, dijo el general Shirreff.

  • Respuesta de Occidente

Los gobiernos occidentales han descartado una participación militar directa en Ucrania, incluida la posibilidad de una zona de exclusión aérea que los llevaría a un conflicto directo con la fuerza aérea rusa. En cambio, han optado por envíos de armas para ayudar a los ucranianos a defenderse y han reforzado el número de tropas en los países más orientales de la OTAN.

Existe la posibilidad, dijeron los analistas, de que Rusia intente cerrar la frontera entre Ucrania y Polonia para detener el flujo de armas occidentales, un paso que aumentaría el riesgo de que el conflicto se intensifique para involucrar a los países de la OTAN, de los cuales Polonia es uno.

El arma más grande desplegada por las naciones occidentales ha sido la serie de sanciones económicas dirigidas a la economía de Rusia y a sus líderes. Los rusos han esperado en largas filas frente a los bancos para retirar dinero y es probable que la inflación se dispare. Muchos rusos están sintiendo dificultades económicas.

Esas sanciones pueden aumentar o disminuir dependiendo de lo que haga Rusia, pero tampoco estarán libre de costo para Occidente. Es probable que intensifiquen un problema de inflación existente y, si Rusia toma represalias cortando el suministro de energía, podría conducir al racionamiento de electricidad en Europa.

Sherr, del Instituto de Política Exterior de Estonia, no espera que las medidas económicas de Occidente hagan cambiar de opinión a Putin. “Putin y las personas que lo rodean, al menos las personas políticas y de seguridad que lo rodean, nunca se han doblegado a la lógica de las sanciones”, dijo.

Por el momento, parece haber un amplio apoyo popular en Occidente para Ucrania, cuyo pueblo es visto como víctima de una guerra injustificada y no provocada. Eso podría fortalecer a los gobiernos para mantener las sanciones. Con el tiempo, sin embargo, esa unidad podría erosionarse ante las dificultades económicas que Occidente también enfrentará.

Cualquier paz ambigua impuesta a Ucrania por Moscú podría dejar a Occidente debatiendo cómo calibrar cualquier levantamiento de sanciones. Algunas podrían levantarse rápidamente, pero otras, como los que se impusieron contra los líderes rusos, podrían ser más complicadas en caso de posibles juicios por crímenes de guerra.

Los analistas dijeron que un país que podría tener más influencia en Rusia es China, cuyos líderes probablemente estén preocupados por la perspectiva de una escalada militar.

  • Reacción rusa

Esta es una gran incógnita. No solo es difícil para los occidentales leer la opinión rusa, sino que es difícil saber qué efecto tiene en la toma de decisiones en Moscú, particularmente en un presidente que se considera cada vez más aislado y fuera de contacto.

La mayoría de los rusos obtienen su información de transmisiones de televisión censuradas, por lo que muchos creerán que las dificultades económicas que están sufriendo no son culpa de su gobierno sino de Occidente.

Las autoridades rusas han reprimido las manifestaciones contra la guerra. Ya hay algunos signos de inquietud entre las élites rusas cuyo lujoso estilo de vida que han disfrutado en Occidente ahora está amenazado. Si a Putin le importa es otra cuestión.

Las dificultades económicas que ya han surgido socavan un pilar de la presidencia de Putin: que trajo estabilidad a un país que era caótico en la década de 1990 bajo su predecesor Boris Yeltsin.

Sumado a eso, cualquier campaña prolongada contra la insurgencia en Ucrania costaría la vida de muchos soldados rusos, un factor que en el pasado ha agitado incluso a elementos conservadores de la población que normalmente apoyarían a Putin. “Putin no tiene tiempo indefinido para resolver esto”, dice el Sr. Freedman del King’s College. “Las dificultades económicas recién ahora comienzan a sentirse. No puede dejar que esto se alargue durante semanas y meses, que es el tiempo que pueden durar los asedios, y mucho menos las insurgencias. Así que el tiempo es un verdadero problema para él”.

  • Conversaciones de paz

Rusia y Ucrania han mantenido conversaciones de paz. Muchos estrategas se sienten pesimistas respecto a que puedan conducir a una resolución rápida. Cualquier acuerdo de paz con Zelensky podría implicar una pérdida de prestigio para Putin porque ha calificado a la administración ucraniana, falsamente, como un grupo de neonazis. Pero un acuerdo con cualquier gobierno que instalen los rusos no tendría legitimidad dentro o fuera de Ucrania.

Las variables en las conversaciones giran en torno a dos objetivos rusos: la neutralidad ucraniana y el territorio ucraniano.

Rusia anexó Crimea en 2014 y probablemente buscaría la aceptación de Ucrania. También podría tratar de absorber más territorio al este del río Dnipro.

Es posible que Rusia intente “dividir Ucrania en partes y dejar en paz a Ucrania occidental”, dijo Angela Stent, especialista en asuntos de Rusia en la Universidad de Georgetown. Pero debido a que eso dejaría un gobierno de tendencia occidental en Kiev que Putin ha descrito anteriormente como ilegítimo, dijo: “Me resulta difícil imaginar eso”.

Lo más probable, dijeron los analistas, es que Rusia, como mínimo, busque una constitución de Ucrania que otorgue una independencia significativa al este del país y un veto efectivo sobre la acción del gobierno ucraniano.

Clarke dijo que un modelo de neutralidad ucraniana que podría atraer a Rusia es el de Austria en 1955. Los soviéticos se retiraron de Austria a cambio de una garantía constitucional de neutralidad que existe hoy. En lugar de persuadir a los ucranianos de que la neutralidad es una opción atractiva, es probable que la invasión endurezca la opinión en la dirección opuesta.

Conclusiones

Quien no esté preocupado por la invasión de Rusia a Ucrania, debería estarlo. No es porque podamos hacer algo al respecto, pero me parece que es un asunto delicado que no podemos pretender que no existe. Y es que aunque el conflicto se mantenga limitado hacía dentro de las fronteras ucranianas, el impacto económico para el resto del mundo ya es un hecho. Mayor inflación general, y en específico en alimentos y energéticos, es algo que estaremos atestiguando. Una mayor inflación puede provocar que se endurezcan aún más las políticas monetarias restrictivas, con alzas en tasas de interés más grandes y por un periodo de tiempo más largo. En el caso de México, calculando la tasa de interés implícita de los Cetes a 28 días, el mercado está descontando que en un año la tasa de estos instrumentos será de 7.75%.

Desde luego que hay un riesgo permanente de que el conflicto escale a otras naciones europeas, como Polonia, con algún ataque deliberado por parte de Rusia. Putin busca lograr su objetivo de destruir a Ucrania lo más rápido posible, al costo más bajo para él, por lo que la crueldad por parte del ejército ruso irá en aumento. Como se menciona en esta entrega, es altamente probable que Ucrania acabe partida en dos, una parte occidental y una oriental. Ya se cerraron los corredores humanitarios que apenas se habían abierto, ya que no se respetaron los acuerdos; hay más de 1.5 millones de ucranianos que han escapado y dejado todos sus bienes atrás. La situación es verdaderamente preocupante desde el punto de vista humanitario, político y económico.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt