Recuperar el mercado interno para crecer

La evolución económica de México durante el segundo semestre de 2022 ha sido mejor de lo que los analistas pronosticaban. El INEGI acaba de informar que en el tercer trimestre de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 4.3% a tasa anual y con cifras originales, lo cual estuvo apoyado en los incrementos de 3.6% en las actividades agropecuarias, 3.5% en las industriales y 4.5% en el comercio y servicios. De esta manera, en el acumulado de los primeros tres trimestres de 2022, el PIB presenta un aumento anual de 2.9%. Es importante destacar que no obstante lo anterior, nuestro PIB todavía se encuentra en un nivel 1.1% por debajo del registrado en los primeros tres trimestres de 2019.

Hasta ahora, gran parte de la recuperación  económica ha estado sustentada en el crecimiento de las exportaciones, mismas que sumaron 430.3 miles de millones de dólares (mmdd) en los primeros nueve meses de 2022, nivel 19.7% por encima del registrado en los primeros nueve meses de 2021. Si tomamos en cuenta que las exportaciones mexicanas sumaron 494.2 mmdd en todo 2021, y de continuar la tendencia de crecimiento observada en 2022, es posible que este año alcancemos casi los 600 mmdd de ventas al extranjero. Esta cifra es enorme y representaría cerca del 42% de nuestro PIB. 

Como ha sido ampliamente comentado, cerca del 80% de nuestras exportaciones tienen como destino los Estados Unidos, por lo que buena parte de nuestra dinámica comercial está ligada al desempeño del vecino del norte. Los analistas encuestados por el Wall Street Journal establecen que la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión el año que viene es del 60%, lo cual nos pone en una posición de vulnerabilidad, derivada de nuestra enorme dependencia en dicho mercado.

Por otra parte, nuestra dinámica económica nacional también es dependiente de la evolución económica de Estados Unidos por las remesas que desde allá se envían a México. Las cifras oficiales indican que en el periodo de enero a septiembre de 2022 se ingresaron casi 43 mil millones de dólares, monto superior a los 37.3 miles de millones de dólares reportado en igual lapso de 2021, lo que significó un aumento anual de 15 por ciento.

Dado todo lo anterior, nuevamente nuestra preocupación debe ser el fortalecimiento del mercado interno, que nos haga menos dependientes de lo que suceda en el resto del mundo, y en especial en nuestro vecino del norte. El objetivo debe ser que México tenga la fortaleza para crecer por sus propios medios. Habiendo dicho lo anterior, para ver el estado en el que se encuentra el mercado interno, en esta entrega analizamos la evolución del mercado laboral, sus niveles de formalidad y de ingresos.

El INEGI publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) correspondiente al tercer trimestre de 2022, y en ella se puede ver cómo la población ocupada ha seguido aumentando, inclusive habiendo rebasado los niveles de ocupación que se tenían antes de la pandemia, aunque desafortunadamente esto se ha dado en condiciones de carestía laboral para la mayoría.

Los datos muestran que la población ocupada total pasó de 55.8 millones de personas en el tercer trimestre de 2021 a 57.4 millones en el mismo trimestre de 2022, lo que implica un aumento de 1.6 millones de personas trabajando en el último año. Si tomamos como referencia la población ocupada del tercer trimestre de 2019, vemos que el incremento en la población ocupada en los últimos tres años es de casi 2.6 millones de personas.

En un mundo ideal, toda esta gente debería incorporarse al mercado laboral y estar dada de alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que implicaría que son empleos formales; sin embargo, la realidad es otra. Ha sido ampliamente comentado, que la economía mexicana tiene problemas estructurales que le impiden crear la cantidad de empleos formales que se requieren cada año. Y esto lo podemos ver con las propias estadísticas de INEGI.

De acuerdo con la ENOEN, en el tercer trimestre de 2021 la Tasa de informalidad laboral 1 (TIL1) fue de 56.3%, de manera que la población ocupada en condiciones de informalidad era de 31.4 millones; para el tercer trimestre de 2022 la TIL1 bajó marginalmente a 55.60%, lo que implica que a nivel nacional había 31.9 millones de personas laborando en la informalidad.  Con esto vemos que aunque la tasa de informalidad bajó marginalmente, el número absoluto de personas en la informalidad creció en 500 mil en el último año.

Esta información es compatible con los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que indican que en septiembre de 2021 había 20.595 millones de trabajadores asegurados y en septiembre de 2022 son 21.409 millones, lo que denota un incremento de 814 mil puestos de trabajo.

En pocas palabras, vemos que en el último año la población ocupada total creció en 1.6 millones. De este total, la población ocupada con seguro social creció en 814 mil, 500 mil personas ingresaron al mercado laboral pero en condiciones de informalidad, mientras que los restantes 290 mil son personas que ingresaron en la formalidad, pero no cuentan con seguro social.  

Ahora, para analizar la población ocupada por nivel de ingresos, de la ENOEN se desprende que entre el tercer trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2022, la población ocupada que gana menos de un salario mínimo (sm) aumentó en 4.501 millones, los que ganan de 1 a 2 sm disminuyeron en 467 mil personas, los que perciben de 2 a 3 sm disminuyeron en 1.346 millones, los que ganan de 3 a 5 sm disminuyeron en 1.291 millones, los que ganan más de 5 sm decrecieron en 500 mil personas, los que no reciben ingresos se mantuvieron prácticamente en el mismo número, mientras que los que no especificaron su nivel de ingresos aumentaron en casi 705 mil personas. Es posible que el aumento de este último dato se deba a la desconfianza e inseguridad que genera el decirle a un desconocido cuánto ganas.

Con los datos anteriores, en GAEAP determinamos que la población ocupada en México pasó de ganar 1.72 sm diarios en el tercer trimestre de 2021 a 1.51 sm al día en el tercer trimestre de 2022. Si tomamos en consideración que el salario mínimo pasó de 141.70 pesos en 2021 a 172.87 peros en 2022, entonces se desprende que el ingreso promedio diario de la población ocupada aumentó de 243.54 pesos en el tercer trimestre de 2021 a 261.62 pesos diarios en el mismo trimestre de 2022, lo que implica un aumento de 7.4% nominal.

Ahora bien, si tomamos en cuenta que la inflación del periodo fue de 8.5%, entonces en términos reales el ingreso promedio diario de la población ocupada en México cayó 1.0% en el último año. Hay que tener claro que este es un promedio, por lo que sin duda hay gente que ahora gana mucho menos en términos reales respecto al año pasado, y de igual forma, hay quienes ganan mucho más.

Para saber lo que está pasando con el mercado interno, es importante calcular la masa salarial en circulación, la cual obtenemos de multiplicar el ingreso nominal de la población ocupada por la población ocupada total. Vemos que en el tercer trimestre de 2021 fue de 13.6 miles de millones de pesos (mmdp) y que en el tercer trimestre de 2022 fue de 15.0 mmdp, lo que implica un crecimiento nominal de 10.5%. Esto es muy importante porque implica que en el tercer trimestre de 2022, la suma de toda la gente que trabaja tiene 10.5% más ingresos que hace un año.

Sin embargo, aquí también debemos tomar en consideración la inflación del periodo, misma que fue de 8.5%. De esta manera, en términos reales, la masa salarial presenta un incremento de 1.8% en términos reales entre el tercer trimestre de 2021 y el mismo trimestre de 2022. Este dato es pues, el crecimiento en términos reales del mercado interno.  Sin duda esto es lo que hace que la economía mexicana mantenga un cierto porcentaje de crecimiento inercial.

La gran pregunta que cabe hacerse es ¿Qué se puede hacer para que aumenten los ingresos de la población ocupada en términos reales y que crezca más rápidamente el monto de la masa salarial?

Un primer aspecto que se debe atender es impulsar el incremento de la productividad de la mano de obra. En la medida en que se pueda aumentar la relación de valor de la producción dividida entre la cantidad de trabajadores, los dueños del capital pueden pagar mayores salarios. Veamos un sencillo ejemplo para ilustrar esto: si un trabajador produce 5 pares de zapatos al día y cada par de zapatos se vende en 500 pesos (precio fábrica) este trabajador genera un ingreso diario a su empresa de 2,500 pesos. Si suponemos que de esos 500 pesos el 80% es costo de producción, entonces la contribución de este trabajador a las utilidades de la empresa es de 500 pesos diarios. Si este trabajador aumenta su producción diaria a 6 pares de zapatos al día, entonces su contribución a las utilidades de la empresa aumentaría a 600 pesos diarios. De esta manera, parte de los 100 adicionales que generó el trabajador podrían traducirse en un mayor salario sin ocasionar un incremento en los costos de producción por unidad.

El reto de aumentar la productividad no es sencillo, ya que implica inversiones en bienes de capital como maquinaria y equipo, lo cual no es barato. Además de que muchas de las empresas no tienen acceso a créditos a tasa de interés accesibles, por lo que les resulta muy complicado poder adquirir la maquinaria con recursos propios, dado que los márgenes de rentabilidad de las empresas se han deteriorado en los últimos años.

Otra forma de aumentar la productividad de las personas es a través de la capacitación. Esto toma más tiempo, pero sin duda es una buena alternativa para los empresarios que no tienen recursos para la compra de maquinaria y equipo. Hay muchas formas de lograr la capacitación y en ocasiones las diferentes cámaras empresariales la ofrecen a precios muy bajos, ya que cuentan con apoyos gubernamentales.

Desde luego que otra forma de incrementar los ingresos de la población ocupada está relacionada con el combate a la ilegalidad o economía informal. Las empresas formales, que tienen a sus trabajadores registrados en el IMSS y pagan correctamente sus impuestos, enfrentan grandes dificultades al competir con las empresas que están en la ilegalidad ya que éstas tienen menores costos de producción. Esto impide que la empresa formal pueda pagarle mejores salarios a sus trabajadores, ya que tiene que competir con precios más bajos por parte de empresas ilegales. De esta manera, la informalidad se esparce como un cáncer en la economía mermando las posibilidades de mejorar los niveles de ingresos de la población ocupada. La autoridad debe asumir un compromiso por llevar a más empresas a la legalidad.  

Finalmente, está el tema de ciertas importaciones que impiden a los fabricantes nacionales mejorar los niveles de ingreso de sus trabajadores. Cuando tienes importaciones de productos que fueron fabricados en otros países en condiciones laborales muy malas y pagando sueldos de miseria, estás importando pobreza. ¿Cómo puede una empresa que produce ropa mejorar los sueldos de sus trabajadores cuando los grandes compradores nacionales tienen la posibilidad de comprar productos hechos en Bangladesh a un precio 50% más bajo? Y claro, tomando en consideración que las condiciones laborales de dicho país son sustancialmente más bajas que las de México. Nuestro país debe repensar su política comercial y buscar negociar acuerdos comerciales en los que tengamos posibilidades de exportar más, no simplemente comprar productos baratos que compiten con nuestras fábricas imposibilitando la mejora salarial.

A manera de conclusión podemos señalar que el aumento al salario mínimo si ayuda a aquellas personas que están en la formalidad y perciben precisamente un ingreso equivalente a un salario mínimo. Sin embargo, para la mayoría de la población ocupada, el aumentar el salario mínimo no se ha traducido en una mejoría de los niveles de ingreso promedio. La alternativa es el incremento de la productividad, el combate a la ilegalidad e informalidad, así como revisar la política comercial de nuestro país. Las políticas públicas deben ir encaminadas a tener un mercado interno fuerte porque la gente gana más, no simplemente porque hay más gente trabajando.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Dos problemas: Elevado consumo de importaciones y caída de ingresos

En la entrega editorial de hace dos semanas informamos que el INEGI había dado a conocer que en el segundo trimestre de 2021 el PIB total en términos reales (ajustado por inflación) creció a una tasa impresionante de 19.56%, pero que de cualquier manera, el PIB de dicho trimestre se encuentra en un nivel 2.82% por debajo del que tenía en el segundo trimestre de 2019. Con esto en mente, se debe destacar que en el marco de su Informe de Actividades del segundo trimestre de 2021, el Banco de México revisó al alza su estimación de crecimiento de la economía nacional a 6.2% (desde el 6.0% que había considerado a principios de año). De materializarse este pronóstico, entonces sería en el primer trimestre de 2022 cuando se recuperen los niveles de PIB que se tenían previos a la pandemia.

Estas sin duda son buenas noticias porque son datos que muestran que si las cosas salen como las prevé el Banxico, estamos próximos a recuperar los niveles de actividad productiva que se tenían en 2019 para la totalidad de la economía. Es importante precisar que es recuperación de la totalidad de la economía y no se puede dejar de lado que no obstante lo anterior, hay diversos sectores económicos siguen muy golpeados operando hasta 20% por debajo de su nivel de 2019.

Un aspecto que no se puede pasar de lado es que no obstante esta recuperación del PIB total, sigue habiendo variables que preocupan mucho en su desempeño como es el caso del consumo privado, mismo que ha tenido una muy lenta recuperación y por lo tanto refleja el deterioro en el nivel económico tangible de la población al tener ahora menor consumo de bienes y servicios. En esta entrega analizamos la situación en el consumo privado en el primer semestre de 2021 respecto de cómo estábamos antes de la crisis económica de 2020, y cómo la evolución del nivel de consumo va estrechamente relacionado con lo que ha sucedido con los ingresos promedio de la población ocupada.

Consumo privado

El INEGI publicó las cifras del Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) al mes de junio de 2021 y vemos que después de tres meses consecutivos de crecimiento, este indicador total sufrió un descalabro y disminuyó -0.8% mensual durante junio, con cifras desestacionalizadas. Derivado de lo anterior es que al cierre del primer semestre de 2021 el IMCPMI total se ha recuperado apenas 7.88% con respecto al primer semestre de 2020. Este aumento semestral es producto de un incremento de sólo 5.81% en el consumo de bienes y servicios nacionales y de un preocupante aumento de 27.69% en el consumo de bienes importados. De esta manera, el nivel del IMCPMI total observado en el primer semestre de 2021 es 4.61% más bajo que el que se tenía en el primer semestre de 2019, mientras que para el consumo de bienes y servicios nacionales es 5.95% inferior, pero en el caso del consumo de bienes importados su nivel del primer semestre de 2021 es 7.46% más alto que el que se tenía en el primer semestre de 2019. Queda claro pues que la recuperación del consumo ha favorecido más a los bienes importados que a los nacionales.

Ahora, analizando lo que ha pasado con el consumo de bienes y servicios nacionales, como ya se señaló, tenemos que entre el primer semestre de 2020 y el mismo semestre de 2021, éste reporta un aumento de 5.81%. Esto es producto de que el consumo de bienes creció 9.77%, mientras que el consumo de servicios sólo ha aumentado 2.00%. De esta manera, el consumo de bienes nacionales está todavía 1.02% por debajo del nivel del primer semestre de 2019; mientras que el consumo de servicios se encuentra muy rezagado en un nivel 10.54% por debajo del observado en el 2019.

Viendo a detalle lo que ha pasado con el consumo de bienes nacionales, tenemos que el crecimiento  de 9.77% comentado líneas arriba es producto de que el consumo de bienes duraderos subió 24.48%, el de bienes semiduraderos creció 38.69% y el de bienes no duraderos aumentó 4.64%. De esta manera, en el comparativo del primer semestre de 2019 al mismo semestre de 2021, el consumo de bienes duraderos presenta un aumento de apenas 0.67%, el consumo de bienes semiduraderos está 14.27% más bajo, mientras que el consumo de bienes no duraderos está apenas 1.36% por arriba. Cabe señalar que la debilidad en la recuperación del consumo de bienes semiduraderos explica la muy lenta evolución de las ventas de productos como ropa y calzado.

Como lo señalé líneas arriba, es preocupante como la recuperación de la economía y el consumo nacional ha servido más para beneficiar las importaciones que el consumo de productos hechos en México.  La espectacular tasa de incremento del consumo de bienes importados de 27.69% entre el primer semestre de 2020 y el mismo semestre de 2021, es producto de que el consumo de bienes duraderos importados creció 44.92%, el consumo de bienes semiduraderos importados subió 15.60%, mientras que el consumo de bienes importados no duraderos aumentó 22.25%. De esta manera, al comparar los niveles de consumo de bienes importados en el primer semestre de 2019 con el nivel observado en el primer semestre de 2021, vemos que el de la totalidad de los bienes está 7.46% arriba, producto de que el consumo de bienes importados de consumo duraderos está 2.75% arriba, el de bienes importados semiduraderos está 2.75% abajo, mientras que el de consumo de bienes importados no duraderos se encuentra 17.06% arriba.

¿A qué se debe que la recuperación del consumo haya ayudado más a los bienes importados que a los nacionales? Puede deberse a muchas cuestiones como lo son los precios de importación. Sabemos que en varias naciones como China, muchos productos no pudieron ser comercializados al caer la demanda de muchos de ellos en naciones como Estados Unidos en el 2020. A lo largo de este año, estos productos podrían ser enviados a mercados emergentes como México con precios que  no cubren ni los costos de producción. De esta manera, aunque los costos logísticos a nivel mundial se hayan disparado multiplicándose por 6, cuando los productos tienen precios de dumping, es negocio para los importadores. Esto con independencia de que es bien conocido que en México continúa la importación en masa de productos con precios subvaluados, con lo que los importadores defraudan al fisco federal y perjudican a la planta productiva nacional. Sea como sea, es una pena que gran parte de la recuperación de la economía nacional sea para ayudar a las empresas chinas a vender  más.  

Ingresos promedio de la población ocupada

Ahora, con independencia de que la reactivación del consumo total ha beneficiado más a los productos importados que a los nacionales, vale la pena preguntarse cuáles son las razones del deterioro del consumo en nuestro país.  Evidentemente se debe a la pérdida en términos reales de poder adquisitivo de la población ocupada.

De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, la cantidad de personas ocupadas en México pasó de 54.936 millones de personas en el segundo trimestre de 019 a 55.242 millones de personas en el segundo trimestre de 2021, lo que implica un aumento de apenas 306 mil personas más en el mercado laboral en dos años. Es verdad que en dicho periodo el salario mínimo aumentó 38.0% nominal al pasar de 102.68 pesos diarios a 141.70 pesos al día, por lo que se registraron importantes ajustes en la distribución de la población ocupada por nivel de ingreso.

En el periodo antes mencionado la población ocupada que non recibe ingresos disminuyó en 183 mil personas, la población que gana hasta un salario mínimo (sm) creció en 3.336 millones, la que percibe de 1 a 2 sm subió en 2.014 millones, los que ganan de 2 a 3 sm disminuyeron en 2.639 millones, los que ganan de 3 a 5 sm disminuyeron en 963 mil, los que ganan más de 5 sm disminuyeron en 635 mil, mientras que los no especificados bajaron 622 mil personas. Esta información corrobora lo que se ha dicho en el sentido de que no obstante los fuertes incrementos del salario mínimo, los queestán en la economía informal y los que tienen niveles de ingreso superior a dicho salario no vieron sus ingresos aumentar en la misma proporción.  Muestra de ellos es que mientras que en el segundo trimestre de 2019 el 22.8% de la población ocupada ganaba menos de 1 sm, dicho porcentaje fue de 29.2% en el segundo trimestre de 2021; mientras que los que ganan de 3 a 5 salarios mínimos pasaron de representar el 9.3% de la población ocupada en el segundo trimestre de 2019 a ser el 7.1% de ésta en el segundo trimestre de 2021.

Derivado de lo anteriormente comentado, es que la persona ocupada promedio en México pasó de percibir 1.96 salarios mínimos promedio al día en el segundo trimestre de 2019 a ganar 1.48 salarios mínimos al día en promedio. Si tomamos en consideración el salario mínimo nominal y asumimos algunos ajustes en los rangos salariales, en términos monetarios la población ocupada pasó de ganar 201.364 pesos diarios en el segundo trimestre de 2019 a ganar 209.08 pesos diarios, lo que implica un aumento nominal de 3.7%. El problema es que el nivel de precios subió 8.9% entre el segundo trimestre de 2019 y el mismo trimestre de 2021, por lo que el ingreso promedio de la población en términos reales disminuyó -4.8% en el periodo antes mencionado. 

Si consideramos el número de personas ocupada en el segundo trimestre de 2019 y el que había en el segundo trimestre de 2021, es verdad que en términos nominales la masa salarial promedio diaria creció 4.3% nominal en el periodo, pero nuevamente, cuando tomamos en cuenta el nivel de inflación  del periodo, vemos que en realidad el nivel de masa salarial en términos reales disminuyó -4.2% en los últimos dos años. Esta cifra coincide con el de la caída en el nivel de consumo total en México.

Conclusiones

Resulta evidente que ha habido una pérdida de importante de bienestar por parte del promedio de mexicanos derivado de que el nivel de consumo real es ahora más bajo que hace dos años. Es lamentable que la recuperación haya servido más para que crezca el consumo de productos importados por encima de los hechos en México. El consumo de servicios es el rubro que requiere de más apoyo, pero los relacionados al hospedaje, recreativos, servicios de preparación de alimentos y restaurantes, entre otros, difícilmente se podrán recuperar rápidamente si continúa el desorden del gobierno federal en la aplicación de las vacunas contra el Covid-19.

La pérdida del poder adquisitivo de la población ocupada es evidente, con independencia de que haya aumentado el salario mínimo, en la proporción antes descrita. Sólo a través del crecimiento económico y aumento de productividad se recuperarán los niveles de ingreso previos a la pandemia; pero para ello se requiere consumir productos hechos en México. Aunado a lo anterior, la implementación de casos de remedio comercial (anti dumping) son fundamentales para evitar que los países que se quedaron con miles de millones de productos en saldos, vengan a vender aquí esos productos, perjudicando la planta productiva nacional. Finalmente, la gran asignatura pendiente es la lucha contra la ilegalidad y se deben redoblar esfuerzos para evitar que sigan entrando mercancías al país en condiciones de subfacturación, dañando también a la planta productiva y al fisco federal.  

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandroparaleonrogomezt

¿Por qué ha caído el consumo en México?

En el arranque de 2021 el consumo privado en México tuvo un mal desempeño. En el comparativo del primer bimestre de 2021 respecto de los mismos meses de 2020, el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior reportó una caída de -7.55%. Esto sin duda denota una caída en el bienestar general de la población y tiene dos explicaciones: por un lado, hay una disminución importante en el número de personas que conforman la población ocupada, y por otro lado, se ha dado una caída en términos reales en el nivel de ingresos promedio de la población.

En esta entrega abordaremos estos dos fenómenos que explican lo sucedido con el poder adquisitivo y consumo de los mexicanos. Desde luego que lo presentado aquí no tiene el rigor de una investigación científica, pero si busca proporcionar una idea clara de la magnitud del problema en el mercado laboral y en los niveles de ingreso promedio de la población ocupada.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), entre el primer trimestre de 2020 y el mismo trimestre de 2021, la población ocupada total en México disminuyó -4.30%, al haber pasado de 55.352 millones a 52.973 millones de personas. El porcentaje se dice fácil, pero implica que en los primeros tres meses de este año hubo 2.379 millones de personas menos trabajando con respecto a un año antes.

Desde luego que al haber menos gente trabajando, hay menos ingresos para millones de familias, y esto sin duda afecta su capacidad de comprar bienes y servicios. Por otra parte, es verdad que en el último año se dio un aumento importante en el salario mínimo, al haber pasado éste de 123.22 pesos a 141.70 pesos diarios entre 2020 y 2021; sin embargo, ocurrió un cambio significativo en la distribución de la población ocupada por nivel de ingreso. Esto lo explico a continuación.

La ENOEN nos muestra que entre el primer trimestre de 2020 y los primeros tres meses de 2021 la población ocupada que gana menos de un salario mínimo (sm) aumentó 6.99%, al pasar de 12.533 millones a 13.409 millones. Esto ocurrió mientras que todos los demás rangos de ingreso presentaron disminuciones en la población ocupada que se encuentra en ellos.

Tenemos que la cantidad de personas que ganan de 1 hasta 2 sm disminuyeron -3.64%, al pasar de 19.781 millones a 19.062 millones; los que ganan de 2 a 3 sm decrecieron -19.22%, al pasar de 8.613 millones a 6.958 millones de personas; los que ganan de 3 a 5 sm disminuyeron -11.89%, al pasar de 3.715 millones a 3.273 millones de personas; mientras que los que perciben más de 5 sm decrecieron -23.45%, al pasar de 1.534 millones a apenas 1.174 millones de personas. Por su parte, una buena noticia es que aquellos que no reciben ingresos bajaron -4.22%, al pasar de 2.908 millones a 2.785 millones de personas. Finalmente, los que no revelaron cuánto ganan (los no especificados) aumentaron 0.70%, pasando de 6.264 millones a 6.308 millones de personas. Con estos datos, en principio queda claro que hay un empobrecimiento relativo de la población ocupada ya que si excluimos al grupo de “no especificados”, los que ganan menos de un salario mínimo pasaron de representar el 25.5% del total de población ocupada a ser el 28.7% del total.

Ahora, para poder determinar el número de salarios mínimos percibidos en promedio por persona ocupada al día, es necesario realizar algunos supuestos, dado que el INEGI no nos da información en este sentido. Para fines de esta entrega vamos a asumir las siguientes tres cosas:

a. En el primer trimestre de 2020 los que declararon que ganan menos de un sm, percibían 0.7 sm; los que dijeron que ganan de entre 1 y 2 sm perciben 1.4 sm; los que ganan entre 2 y 3 sm perciben 2.4 sm, los que dijeron que ganan de 3 a 5 sm perciben 3.9 sm; los que dijeron ganar más de 5 sm perciben 5.9 sm.

b. La crisis económica ocasionada por el Covid-19 ha mermado los niveles de ingreso de la población ocupada, por lo que las percepciones promedio en cada uno de los rangos se ajustaron a la baja.

c. Conservadoramente, vamos a asumir que en el primer trimestre de 2021, los que declararon que ganan menos de un sm, percibían en promedio 0.6 sm; los que dijeron que ganan de entre 1 y 2 sm perciben 1.25 sm; los que ganan entre 2 y 3 sm perciben 2.3 sm, los que dijeron que ganan de 3 a 5 sm perciben 3.8 sm; los que dijeron ganar más de 5 sm perciben en promedio 5.8 sm.

Si el optimismo plasmado en los supuestos anteriores es verdad, eso implica que en el primer trimestre de 2020 la población ocupada promedio percibía 1.64 sm diarios, mientras que en el primer trimestre de 2021 la percepción económica promedio fue de 1.44 sm. Esto implica una caída de -12.48% en el número de salarios mínimos que en promedio gana la población ocupada. Sin embargo, debemos recordar que en el salario mínimo pasó de 123.22 pesos en los primeros tres meses de 2020 a 141.70 pesos en los mismos meses de 2021, lo que representa un aumento de 15.00%.

Esto significa que el salario nominal promedio diario de la población ocupada habría pasado de 202.53 pesos en el primer trimestre de 2020 a 203.85 pesos en promedio en los mismos meses de 2021. Es decir, habría habido un aumento nominal de los ingresos promedio de 0.65% en el periodo referido. Sin embargo, si tomamos en consideración que la inflación del periodo fue de 3.99%, eso significa que las percepciones promedio en términos reales habrían bajado -3.21% entre el primer trimestre de 2020 y el mismo trimestre de 2021.

Ahora, en cuanto a la evolución de la masa salarial nominal (la percepción promedio diaria multiplicado por el número de días en el trimestre por el número de personas en la población ocupada) pasó de 1.008 billones de pesos en el primer trimestre de 2020 a 971.9 miles de millones de pesos en el primer trimestre de 2021. Esto implica una disminución  de -3.68% en términos nominales.  Obvio, si tomamos en consideración la inflación del periodo, vemos que el valor de la masa salarial se contrajo -7.37% entre el primer trimestre de 2020 y el mismo periodo de 2021. No es coincidencia que esta caída en el nivel de ingresos de la población ocupada sea en una magnitud similar a lo que cayó el consumo privado en el mercado interior en el primer bimestre de 2021, tal y como se indicó en el primer párrafo de esta entrega.

A manera de conclusión quiero señalar que México está en un proceso de recuperación económica, pero los niveles de consumo por habitante que veíamos en 2019 tardarán al menos tres años en recuperarse. En esta entrega vemos que la caída en los niveles de ingreso promedio de la población ocupada cayeron casi marginalmente, pero sin duda hay muchas personas que ahora ganan considerablemente menos que hace un año. Por otra parte, para recuperar los niveles de consumo agregado, será necesario que se recuperen las fuentes de empleo que se han perdido. Esto se ve bastante complicado a la luz de que no hay incentivos fiscales ni apoyos para que las empresas puedan expandir sus operaciones. Estamos atenidos a la recuperación de Estados Unidos para que a través del sector externo se pueda expandir la producción. No hay estrategia y por eso, con todo y que este año la economía crezca un 4 o 5%, el bienestar perdido tardará muchos años en recuperarse.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

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Sigue la crisis del empleo en México

La enfermedad del Covid-19 sigue activa y varios gobiernos locales han entrado en pánico. De hecho el gobierno de Chihuahua ha decretado el regreso al semáforo rojo, mientras que otros amenazan con hacerlo si la pandemia satura sus endebles sistemas de salud. Aunque hasta ahora la medida no implica el cierre de  actividades productivas no esenciales, como ocurrió en abril y mayo de este año, si se eleva la percepción de miedo por lo que se descarrillan los esfuerzos de recuperación económica. Esto ocurre en un contexto nacional en el que la enorme mayoría de las actividades económicas se ha estancado en la recuperación y aún están muy lejos del nivel de actividad que tenían a principios de este año.

De hecho, el INEGI recién publicó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) y éste estima que en agosto la actividad económica nacional cayó -7.9% anualizado, mientras que en septiembre se contrajo -6.9%. De esta manera, reitero mi pronóstico de una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -8.5% en todo 2020.

En este escenario de una muy lenta recuperación económica, es que el INEGI también dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) del mes de septiembre, y en ella se ve claramente que las penurias continúan para millones de mexicanos. En esta entrega presento cómo va evolucionando la situación del empleo en nuestro país, misma que se puede complicar bastante más si en esta temporada de compras en noviembre y diciembre la gente se queda en casa en lugar de salir de compras.

Situación de la fuerza de trabajo

Un primer signo de debilidad en el mercado laboral lo vemos con el tamaño de la Población Económicamente Activa (PEA), misma que sumó 53.8 millones de personas en septiembre de 2020, lo que implica un incremento de apenas 621 mil personas más respecto a agosto pasado. La tasa de participación económica fue de 55.6% de la población en edad para trabajar, 0.5 puntos porcentuales superior a la del mes previo. Como referencia debemos señalar que en septiembre de 2019 la tasa de participación fue de 60.1%, por lo que queda claro que sigue habiendo muchas personas que se retiraron de la fuerza laboral y no han regresado porque tienen miedo de enfermarse o porque de plano saben que no conseguirán un buen trabajo.

En cuanto a la población desocupada, en septiembre de este año ésta representó el 5.1% de la PEA, tasa inferior al 5.4% observado en el pasado mes de julio, pero aun por encima del 3.8% observado en septiembre de 2019. Es así que en términos absolutos, la población desocupada fue de 2.7 millones de personas al mes de septiembre de 2020. Cabe recordar nuevamente que en México la Tasa de Desocupación es más baja que en otros países, no porque aquí tengamos un mercado laboral sólido, sino porque en México no hay seguro de desempleo y la gente no tienen muchos ahorros, además de que hay un problema extendido de economía informal. Es así que una persona que pierde su empleo no se puede dar el lujo de quedarse mucho tiempo desempleado, por lo que si no consigue empleo, pues lo más fácil es salirse a lavar carros o poner un puesto en el tianguis más cercano.

Población ocupada

Durante septiembre de 2020, la población ocupada fue de 51.1 millones, cifra mayor en apenas 670 mil personas comparada con la de agosto del mismo año. Cabe destacar que la población ocupada de hombres fue de 31.5 millones, cifra inferior en -215 mil a la de agosto, mientras que la población ocupada de mujeres fue de 19.6 millones, 885 mil personas más en el mismo periodo.

Cabe destacar que de acuerdo con las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en septiembre de este año había 19.2 millones de trabajadores asegurados, cifra superior a la de agosto en apenas 113 mil personas. Esto es relevante porque vemos que si bien la población ocupada total aumentó en 670 mil personas, de este total sólo 113 mil obtuvieron un empleo formal registrado en el IMSS. También es relevante señalar que el balance de febrero a septiembre de 2020 sigue siendo muy negativo ya que se han perdido 911 mil empleos formales.

Ahora, en cuanto a los ingresos derivados del trabajo, en septiembre de 2020 vemos que el 23.4% de la población ocupada gana menos de un salario mínimo, el 33.7% percibe de 1 a 2 salarios mínimos, el 14.8% gana de 2 a 3 salarios mínimos, el 6.3% gana de 3 a 5 salarios mínimos, mientras que sólo el 2.5% de la gente que trabaja gana más de 5 salarios mínimos al día. Por su parte, el 6.0% no recibe ingresos por su trabajo. El restante 13.3% de la población ocupada no específico su nivel de ingresos. Es así que en comparación con el mes previo, la población ocupada con una percepción de uno a dos salarios mínimos aumentó 1.1 puntos porcentuales; en cambio, la contribución de los ocupados de 2 a 3 salarios mínimos disminuyó -0.5 puntos porcentuales y el de los ocupados que perciben hasta un salario mínimo disminuyó -0.8 puntos porcentuales, en el mismo periodo.

Con estos bajos niveles de ingresos de la población ocupada es muy difícil que se pueda reactivar el mercado interno, y será aún más difícil si los gobiernos de los estados ponen sus respectivos semáforos de salud en rojo.

Población subocupada y en la informalidad

Posiblemente, uno de los aspectos en donde ha habido una mayor afectación por parte de la crisis económica es en el incremento de la subocupación. Esto es, que hay una enorme cantidad de personas que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual les demanda. Los subocupados pasaron de 8.6 millones en agosto a 8.0 millones en septiembre de 2020, por lo que hubo una disminución de -583 mil personas; sin embargo, cabe señalar que en septiembre de este año la tasa de subocupación fue de 15.7%, mientras que en septiembre de 2019 fue de 7.9%. La enorme cantidad de personas en una situación de subocupación es indicativo de que sigue habiendo muchas empresas que no han retomado sus actividades al 100% y laboran únicamente dos o tres días a la semana.

En cuanto a la población ocupada y que está en una situación de informalidad, misma que  comprende a los ocupados que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, como aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo, tenemos que en septiembre de 2020 ésta fue de 28.1 millones, esto es 245 mil personas más que en agosto del mismo año. Cabe señalar que en septiembre de 2019 el número de ocupados en la informalidad fue de 31.3 millones de personas, por lo que queda claro que esta crisis ha afectado a las personas que trabajan tanto en la formalidad, como en la informalidad. La baja tasa de crecimiento del empleo formal nos hace prever que en unos meses el número de personas que trabajan en la informalidad rebasará los 31.3 millones observados en septiembre de 2019.

Conclusiones

Cuando hablamos de una caída del PIB de -8.5% para este 2020 debemos ponerle rostro a la crisis y no hay mejor manera que viendo el impacto de ésta en las condiciones de empleo de la población. Hemos comentado en diversas ocasiones que vamos a tardar hasta el 2024 para recuperar los niveles de producción y consumo que se tenían en 2019, pero si en esta temporada de compras por el Buen Fin en noviembre y la Navidad en diciembre, la gente vive atemorizada por el regreso de los semáforos de salud al color rojo, pues la recuperación será aún más tardada y el sufrimiento y desesperación de las personas que están desempleadas o subempleadas, con un bajo nivel de ingreso, continuará de manera innecesaria.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Sigue el deterioro de la calidad del empleo en México

Una semana más que trascurre y se siguen acumulando indicadores que dan cuenta de lo mal que arrancamos el 2020. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del primer trimestre de 2020. Y si bien, a esa fecha aún no comenzaban los estragos económicos que ha ocasionado el encierro y cese de actividades no esenciales declarado por parte del gobierno federal ante la pandemia del COVID-19, los indicadores oficiales ya daban cuenta de un mayor deterioro en las condiciones laborales de nuestro país en los primeros tres meses del año. A continuación se detallan dichos indicadores.

La ENOE de INEGI reporta que la población ocupada total en México pasó de 54.152 millones en el primer trimestre de 2019 a 55.352 millones de personas en el primer trimestre de 2020, lo que implica un incremento de 1.2 millones de personas o un 2.2% de aumento. En el mismo periodo el número de personas desocupadas aumentó de 1.886 millones en los primeros tres meses de 2019 a 1.976 millones de personas en los mismos meses de 2020, lo que implica que el número de desempleados creció en casi 90 mil personas en el último año, cifra equivalente a un incremento de 4.8%. A pesar del aumento en el número de desocupados, a simple vista, pareciera que el incremento en el tamaño de la población ocupada es indicativo de que México mantiene un buen ritmo de “creación” de puestos de trabajo, pero la realidad es que aunque si se están creando “oportunidades” laborales, la mayoría son de mala calidad, tal y como veremos a continuación.

Subocupación en la población ocupada

Un primer indicio del deterioro en la calidad del trabajo lo tenemos en el aumento de la población ocupada en condiciones de subocupación. Y es que si bien en el último año hay 1.2 millones de personas adicionales “trabajando”, también es cierto que la población subocupada pasó de 3.683 millones de personas en el primer trimestre de 2019 a 4.685 millones en el primer trimestre de 2020, lo que implica que ahora hay poco más de un millón de personas adicionales en un estatus de subocupación. De esta manera, los subocupados pasaron de representar el 6.80% de la población ocupada en el primer trimestre de 2019 a ser el 8.47% en el primer trimestre de 2020.

PO nivel de ingreso I20-2

Incidencia de la economía informal

Un segundo indicio del deterioro de la calidad del empleo lo tenemos por el incremento en el número de personas que trabajan en la economía informal. En el primer trimestre de 2019 la población ocupada en el sector informal fue de 15.039 millones de personas, mientras que en el mismo trimestre de 2020 es de 15.282 millones, lo que implica un incremento de poco más de 243 mil personas.  Se debe precisar que la población ocupada en el sector informal se refiere a aquellas personas que trabajan en unidades económicas no agropecuarias operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad sin que se constituya como empresa. Esto implica que a los 15.282 millones de personas que laboran en la informalidad, hay que sumarle aquellas personas que trabajan para una empresa formal, pero que no están registradas como empleadas por dicha empresa.

Derivado de lo anterior es que la Tasa de Informalidad Laboral 2 representó al 51.96% de la población ocupada en el primer trimestre de 2020. La TIL2 se refiere a la proporción de la población ocupada no agropecuaria que comprende a la suma, sin duplicar, de los ocupados que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, con aquellos otros ocupados no agropecuarios cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo. En este sentido, es ilustrativo ver que en marzo de 2019 había 20.348 millones de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que representaba el 37.6% de la población  ocupada en el primer trimestre de 2019. Para marzo de 2020 el número de trabajadores registrados en el IMSS es de 20.482 millones de personas, cantidad que representa el 37.0% de la población ocupada en el primer trimestre de 2020. Puede verse que la participación de la fuerza de trabajo registrada en el IMSS respecto del total disminuyó en el último año y es de esperarse que dicha participación  continúe cayendo ya que entre abril de 2019 y el mismo mes de 2020 se han perdido casi 421 mil puestos de trabajo formales.

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Nivel de ingresos de la población ocupada

Otra manera de ver el deterioro en la calidad del empleo lo podemos observar al analizar el comportamiento de la población ocupada por nivel de ingreso. Si bien el salario mínimo pasó de $102.68 pesos en el primer trimestre de 2019 a  $123.22 pesos en el mismo trimestre de 2020, se observa un deterioro importante en los ingresos de algunos grupos de población  ocupada.

Es verdad que entre el primer trimestre de 2019 y el mismo trimestre de 2020 la población ocupada que no tiene ingresos pasó de ser 3.123 millones de personas a 2.908 millones, lo que implica una disminución de 215 mil personas, equivalente a una caía de -7.4%. Sin embargo, fuera de esta buena noticia, se observa un importante deterioro ya que en el último año la población ocupada que tiene ingresos inferiores a un salario mínimo al día se incrementó de 10.642 millones a 12.533 millones, lo que implica un aumento de 1.890 millones de personas, equivalente a un 15.1%. Por su parte, en el mismo periodo la población ocupada que gana entre 1 y 2 salarios mínimos al día pasó de 17.141 millones de personas a 19.781 millones, lo que equivale a 2.640 millones de personas, equivalente a un alza de 13.3%. Algo que es muy preocupante es que los que ganan entre 2 y 3 salarios mínimos cayeron de 9.818 millones de personas a 8.613 millones, lo que implica una caída de 1.205 millones de personas, equivalente a una reducción de -14.0%. Es aún más preocupante que el número de personas que ganan entre 3 y 5 salarios mínimos disminuyeron de 4.522 millones a 3.715 millones de personas, lo que representa 807 mil personas menos en estos mayores niveles de ingreso, lo que representa una disminución de -21.7%. Finalmente, los que ganan más de 5 salarios mínimos al día pasaron de ser 1.741 millones de personas en el primer trimestre de 2019 a apenas 1.534 millones de personas en el mismo trimestre de 2020, lo que significa una reducción de casi 207 mil personas, equivalente a -13.5%.

Estas cifras nos indican que en México, apenas el 2.8% de la población ocupada declara ganar más de $1,100  pesos diarios o $33,430 pesos al mes. Mientras que el 63.6% de la población ocupada gana menos de $246 pesos diarios o unos  $7,500 pesos al mes.

PO nivel de ingreso I20

Condiciones críticas de ocupación

En base a los datos antes arriba mencionados es que no debería sorprendernos que la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación  (TCCO) pasó de representar el 18.96% de la población  ocupada en el primer trimestre de 2019 a ser el 22.58% de la población ocupada en el mismo trimestre de 2020. La TCCO se refiere al porcentaje de la población ocupada que se encuentra trabajando menos de 35 horas a la semana por razones de mercado (no encuentran más trabajo aunque lo buscan), más la que trabaja más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y la que labora más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.

Conclusiones

Los indicadores aquí presentados dan cuenta de que el mercado laboral de México continúa absorbiendo a quienes se integran a éste, pero la mayor proporción se incorporan a la economía informal y/o a puestos de trabajo que los mantienen laborando por debajo de las horas que están dispuestos a trabajar. Por el lado de los ingresos, queda claro que no obstante el incremento al salario mínimo, las personas que obtienen los mayores niveles de ingreso son cada vez una menor proporción de la fuerza laboral. Lamentablemente estos indicadores habrán de deteriorarse de manera considerable en el segundo trimestre y en lo que resta del año. Es por ello que se deben tomar medidas urgentes para salvar el empleo y una de ellas es el hacer frente decidido en contra del contrabando y subvaluación de mercancías importadas. En la medida en que se le ponga un freno a la competencia ilegal que representan buena parte de las importaciones, más rápido podremos ver la recuperación de fábricas y el empleo nacionales. En las siguientes entregas hablaremos de otras medidas urgentes, y que no cuestan, que se pueden implementar en beneficio del empleo formal y bien remunerado en México.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

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Disminuye el ingreso promedio de la población ocupada en México

1200px-Unemployment_in_Mexico_2009En fechas recientes se han publicado una serie de indicadores de ocupación y empleo que son muy preocupantes y que dan cuenta de que el estancamiento del Producto Interno Bruto (PIB), observado en el acumulado de los primeros tres trimestres del año, ya ha afectado negativamente al mercado laboral, y que por lo tanto, pronto tendrá un impacto en la escasa fortaleza que le quedaba al mercado interno. A continuación se presenta la información:

De acuerdo con los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, en el periodo del tercer trimestre de 2018 al mismo trimestre de 2019, la población ocupada total a nivel nacional aumentó en 1.173 millones de personas, lo que implica un incremento de 2.1% y ubica a la población ocupada total en México en 55.202 millones de personas. Si consideramos que el número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al cierre de septiembre de 2019 fue de 20.567 millones de personas, entonces tenemos que del total de personas laborando, solamente el 37.25% cuenta con la prestación del IMSS. Pero si tomamos en consideración que poco más de 4 millones de personas son trabajadores registrados en el Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSTE), entonces tenemos que el total de personas ocupadas que gozan de seguridad social en nuestro país es de aproximadamente el 44.5% de la población ocupada. Estos datos preocupan, porque denotan una enorme incidencia de la economía informal, y preocupan aun más, cuando tomamos en consideración que la enorme mayoría de quienes trabajan en México lo hacen con niveles de ingreso muy bajos, como veremos a continuación.

Ingresos 1

De acuerdo con la ENOE, al tercer trimestre de 2019, esta población ocupada en México estaba conformada de la siguiente manera, en función de su nivel de ingresos: había 3.485 millones de personas laborando sin recibir ingresos, 10.948 millones de personas ganando menos de un salario mínimo (s.m.) al día, 17.531 millones que ganan entre 1 y 2 s.m. diarios, 10.038 millones de personas que ganan entre 2 y 3 s.m., apenas 4.629 millones de personas ganando entre 3 y 5 s.m. y sólo 1.810 millones de personas que ganan más de 5 s.m. por día. Cabe señalar que 6.757 millones de personas ocupadas no especificaron su nivel de ingresos en la ENOE.

Si dejamos de lado la población ocupada que no especificó su nivel de ingresos, los anteriores datos implican que en nuestro país el 86.7% de la población ocupada que reportó sus ingresos, percibe menos de tres salarios mínimos al día, equivalentes a 308.04 pesos diarios o 9,364 pesos al mes (unos 482 dólares al tipo de cambio promedio del trimestre, de 19.43 pesos por dólar).

Como hemos señalado en anteriores entregas, la situación económica nacional se ha deteriorado de manera que no obstante que se dio un aumento de 16.2% en el salario mínimo a partir del 1 de enero de 2019, el nivel de ingresos de la población ocupada en México se ha deteriorado este año en términos reales y a continuación analizamos las causas.

Comencemos analizando la evolución de la población ocupada por nivel de ingreso en el periodo del tercer trimestre de 2018 al mismo trimestre de 2019. Vemos que la población ocupada que no recibe ingresos aumentó en 5 mil 607 personas, la que gana menos de 1 s.m. creció en 2.401 millones, los que ganan de 1 a 2 s.m. aumentaron en 2.418 millones, mientras que los que perciben de 2 a 3 s.m. crecieron en 185 mil 722 personas. Lo desafortunado es que en el mismo periodo los que ganan de 3 a 5 s.m. disminuyeron en 2.279 millones de personas y los que perciben más de 5 s.m. bajaron en 594 mil 921 personas. Se podría argumentar que esta evolución se debe a que el salario mínimo aumentó de manera importante, pero a pesar de esto las cifras muestran que la persona ocupada promedio en México gana en el tercer trimestre de 2019 menos que en el mismo trimestre de 2018, una vez que descontamos la inflación.

Sobre la base de la información anterior, podemos estimar que la población ocupada en México ganaba 2.16 s.m. diarios en el tercer trimestre de 2018 y en el tercer trimestre de 2019 el ingreso promedio de la población ocupada es de 1.90 s.m. Al tomar en consideración el salario mínimo nominal, vemos que en el tercer trimestre de 2018 la persona ocupada promedio percibía 190.46 pesos diarios, mientras que en el tercer trimestre de 2019 dicho nivel de ingresos promedio fue de 195.53 pesos al día, lo que implica un aumento nominal de 2.7%. Sin embargo, si tomamos en consideración que la inflación del periodo fue de 3.3%, pues esto implica que el ingreso promedio de la población ocupada cayó -0.6% en el comparativo del tercer trimestre de 2019 respecto de los mismos meses de 2018.

Respecto al ingreso promedio de la población ocupada, un dato sumamente negativo es que si bien el ingreso promedio nominal es de 195.53 pesos, el de los hombres que trabajan es de 211.89, mientras que el de las mujeres fue de 170.35 pesos. Esto indica que en promedio los hombres ganan 24.4% más que las mujeres. ¿Esta es una situación que este en vías de mejorar? La evidencia muestra que no, ya que en el comparativo del tercer trimestre de 2019 respecto de los mismos meses de 2018, el ingreso promedio que perciben los hombres subió 0.2% en términos reales, mientras que el de las mujeres cayó -1.5% en términos reales.

Retomando el tema de los datos agregados, debemos señalar que el hecho de que en el último año haya crecido la población ocupada total en 2.1%, aunado a un incremento nominal de 2.7% en los ingresos promedio de ésta, provocaron que la base salarial nominal se hubiera incrementado en 4.9%; sin embargo, si tomamos en cuenta la inflación del periodo, vemos que el incremento de la base salarial en términos reales es de apenas 1.5%.

Ingresos 2

Como lo hemos señalado en pasadas entregas, este aumento marginal de la masa salarial en términos reales, es lo que genera cierto crecimiento económico inercial, pero cuando vemos que el incremento de la masa salarial se da en un contexto en el que los ingresos promedio de la población ocupada van a la baja, pues queda claro porque los fabricantes no pueden incrementar los precios de sus productos. Simplemente se venden más unidades a una población que en promedio cada vez gana menos. El hecho de que los fabricantes no puedan aumentar precios, en un contexto en el que los costos de producción van al alza, erosionan los márgenes de utilidad de las empresas y se obstaculiza la capacidad de que éstos realicen inversiones productivas. Esta falta de inversión, a su vez provoca que haya un estancamiento de la productividad de la mano de obra, lo que a su vez limita las posibilidades de aumentar los niveles de ingreso de la población ocupada.

Antes de proceder a realizar algunas conclusiones, considero que también es pertinente tomar en cuenta que si bien el ingreso promedio nominal de la población ocupada en México fue de 195.53 pesos al día, a septiembre de 2019, el salario base de cotización de trabajadores asegurados al IMSS alcanzó un monto de 374.50 pesos diarios. Esto es indicativo de que quienes gozan de un empleo formal tienen un nivel de ingresos 91.53% por encima del ingreso promedio de la población ocupada total. Dado lo anterior, debe quedar claro que una de las prioridades del actual gobierno federal debe ser seguir avanzando en la formalización del empleo.

trabajo-informal¿Qué hacer para revertir esta situación? Pues sin duda las políticas públicas deben ir dirigidas a aumentar la productividad de la mano de obra, lo cual requiere forzosamente inversión productiva, en especial por parte del sector privado. Es así que se hace fundamental que el gobierno federal diseñe esquemas fiscales que incentiven la inversión productiva, además de que mejore el clima de confianza empresarial.

Aunado a lo anterior, otro punto que debe ser atendido, por autoridades y empresarios, es el de la formación laboral, la cual le da a los colaboradores de las empresas más herramientas y conocimientos para ser más productivos. En la medida en que una persona sabe hacer más actividades o se profesionaliza en lo que hace, su capacidad de generar ingresos para la organización sube y las remuneraciones que se le pueden pagar también se incrementan sin generar presiones inflacionarias.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

La pobreza salarial de México

ADN-EMPLEOINFORMALEs ampliamente conocido que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México se ha frenado al haber registrado un nulo aumento anualizado en el segundo trimestre de 2019. Hay diversas razones que provocaron esto, entre las que destacan, la caída de la inversión productiva en 3.2% durante los primeros cinco meses de este año; el importante subejercicio del gasto público, en especial en el de inversión física; las exportaciones crecen a una tasa anual de apenas 4.2% en los primeros siete meses de 2019; además de que hay un estancamiento en el nivel de ingresos reales de la población ocupada. En esta entrega analizamos la evolución de esta última variable para comprender como es que uno de los principales motores de crecimiento económico casi se ha apagado, no obstante el considerable aumento del salario mínimo y de la población ocupada.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, en el periodo del segundo trimestre de 2018 al mismo trimestre de 2019, la población ocupada total a nivel nacional aumentó en 1.151 millones de personas, lo que implica un incremento de 2.1%. De esta manera a junio de 2019 había en México una población ocupada total de 54.936 millones de personas, aunque desafortunadamente con un nivel de ingresos promedio muy bajo, ya que cerca del 58% de ésta se encuentra en la economía informal.

Al segundo trimestre de 2019, esta población ocupada en México estaba conformada de la siguiente manera, en función de su nivel de ingresos: había 3.219 millones de personas laborando sin recibir ingresos, 10.891 millones de personas ganando menos de un salario mínimo (s.m.) al día, 17.552 millones que ganan entre 1 y 2 s.m. diarios, 9.919 millones de personas que ganan entre 2 y 3 s.m., apenas 4.437 millones de personas ganando entre 3 y 5 s.m. y sólo 1.831 millones de personas que ganan más de 5 s.m. por día. Cabe señalar que 7.083 millones de personas ocupadas no especificaron su nivel de ingresos en la ENOE.

Ingresos 1

Si dejamos de lado la población ocupada que no especificó su nivel de ingresos, los anteriores datos implican que en nuestro país el 86.9% de la población ocupada tiene ingresos por debajo de los 308.04 pesos diarios o 9,364 pesos al mes (unos 468 dólares al tipo de cambio de 20 pesos por dólar).

Lamentablemente, no obstante el aumento del salario mínimo de 16.2% a partir del 1 de enero de 2019, el nivel de ingresos de la población ocupada en México se ha deteriorado este año en términos reales y a continuación explico las causas.

Comencemos analizando la evolución de la población ocupada por nivel de ingreso en el periodo del segundo trimestre de 2018 al mismo trimestre de 2019. Vemos que la población ocupada que no recibe ingresos disminuyó en apenas 35 mil personas, la que gana menos de 1 s.m. aumentó en 2.186 millones, los que ganan de 1 a 2 s.m. aumentaron en 2.265 millones, mientras que los que perciben de 2 a 3 s.m. crecieron en 180 mil personas. Lo desafortunado es que en el mismo periodo los que ganan de 3 a 5 s.m. disminuyeron en 2.498 millones de personas y los que perciben más de 5 s.m. bajaron en 587 mil personas. Se podría argumentar que esta evolución se debe a que el salario mínimo aumentó de manera importante, pero a pesar de esto las cifras muestran que la persona ocupada promedio en México gana en el segundo trimestre de 2019 menos que en el mismo trimestre de 2018, una vez que descontamos la inflación.

Sobre la base de la información anterior, podemos estimar que la población ocupada en México ganaba 2.16 s.m. diarios en el segundo trimestre de 2018 y en el segundo trimestre de 2019 el ingreso promedio de la población ocupada es de 1.91 s.m. Al tomar en consideración el salario mínimo nominal, vemos que en el segundo trimestre de 2018 la persona ocupada promedio percibía 190.92 pesos diarios, mientras que en el segundo trimestre de 2019 dicho nivel de ingresos promedio fue de 195.97 pesos al día, lo que implica un aumento nominal de 2.6%. Sin embargo, si tomamos en consideración que la inflación del periodo fue de 4.2%, pues esto implica que el ingreso promedio de la población ocupada cayó -1.5% en el último año.

Dados los anteriores datos, ¿cómo es posible que se hable de un mercado interno en crecimiento? Lo que sucede es que si bien la gente gana menos en términos reales, el hecho de que haya más personas trabajando es lo que provoca que crezca la masa salarial, aunque sea marginalmente. De acuerdo a estimaciones de GAEAP, la masa salarial nominal diaria pasó de 10,268.84 millones de pesos en el segundo trimestre de 2018 a 10,765.82 millones de pesos diarios en el segundo trimestre de 2019, lo que implica un aumento nominal de 4.8%. Sin embargo, al tomar en consideración la inflación del periodo, vemos que en el último año la masa salarial aumentó 0.6% en términos reales. Es por esto que decimos que uno de los principales motores de crecimiento económico ya prácticamente se ha apagado.

Ingresos 2

El aumento de la masa salarial diaria en términos reales es la razón del porque se habla de un mercado interno en crecimiento, que es el que genera el crecimiento económico inercial que habíamos venido registrando en torno al 2% anual, pero también es cierto que este aumento del mercado interno no es suficiente para que repunte la venta de ciertos bienes como automóviles, lavadoras, televisiones, entre otros. Es un crecimiento del mercado interno que beneficia principalmente a los productores yb comercializadores de artículos básicos.

Este estancamiento del ingreso promedio de la población ocupada es lo que provoca también que los negocios no puedan aumentar los precios, y que por el contrario, se presione más y más a los fabricantes erosionando márgenes de rentabilidad y capacidad de inversión de las empresas. Esta falta de inversión, a su vez provoca que haya un estancamiento de la productividad de la mano de obra, lo que a su vez limita las posibilidades de aumentar los niveles de ingreso de la población ocupada. Es decir, se genera un círculo vicioso de estancamiento de los ingresos – precios bajos – baja rentabilidad de los negocios – escasa inversión – baja productividad – bajos niveles de ingreso de la población ocupada.

que-es-un-empleo-formal-e-informal-600x345 2¿Qué hacer para revertir esta situación? Pues sin duda la apuesta debe ser por aumentar la productividad de la mano de obra, lo cual requiere forzosamente inversión productiva, en especial por parte del sector privado. Es así que se hace fundamental que el gobierno federal diseñe esquemas fiscales que incentiven la inversión productiva, además de que mejore el clima de confianza empresarial.

Otro aspecto que debe ser abordado decididamente para aumentar la productividad y mejorar las posibilidades de que las empresas puedan pagar mejores salarios, es la lucha contra la ilegalidad desde el gobierno federal, la cual se hace presente en la forma de contrabando y subvaluación de mercancías en las aduanas del país. Las importaciones de mercancías con precios ridículamente bajos, que en muchas ocasiones no cubren ni el costo de las materias primas utilizadas en su fabricación, desplazan la producción nacional y ocasionan que los fabricantes nacionales tengan que vender sus productos con precios que hacen imposible mejorar los niveles salariales de sus trabajadores. El gobierno federal debe tener bien claro que el permitir la entrada de mercancías subvaluadas porque luego estas serán comercializadas a precios bajos para la población de escasos recursos es una falacia, ya que esta importación destruye puestos de trabajo nacionales, por lo que las familias que se pretende “ayudar” haciéndose de la vista gorda por no atacar este problema, eventualmente perderán su fuente de empleo porque esas importaciones desplazan a la producción nacional.

Finalmente, otro aspecto que debe ser abordado, tanto por autoridades como por empresarios, es el de la formación laboral, la cual le da a los colaboradores de las empresas más herramientas y conocimientos para ser más productivos. En la medida en que una persona sabe hacer más actividades o se profesionaliza en lo que hace, su capacidad de generar ingresos para la organización sube y las remuneraciones que se le pueden pagar también se incrementan sin generar presiones inflacionarias.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

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¿Han mejorado los ingresos de la población ocupada en 2019?

7b1aA partir del 1 de enero de 2019 el salario mínimo (S.M.) aumentó de 88.36 a 102.68 pesos diarios. Para el Gobierno Federal, esta medida fue un paso importante para comenzar a recuperar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios en México, fenómeno que se dio de manera importante entre 1976 y 2012. Sin embargo, subsiste le pregunta relevante, en el sentido de si este aumento mejoró el nivel de ingresos de la población ocupada en México. En esta entrega se presenta el análisis correspondiente utilizando información de la recientemente publicada Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI.

Cabe señalar que este análisis no toma en consideración que el salario mínimo en la zona libre de la frontera norte subió a 176.72 pesos. Esto porque no se cuenta con información respecto al tamaño de la población ocupada por niveles de ingreso en dicha zona.

Ingresos de PO

De acuerdo con la ENOE, en el primer trimestre de 2019 había en México una población ocupada de 54.152 millones de personas, de las cuales 3.123 millones no recibe ingresos, 10.642 millones ganan hasta un S.M., 17.141 millones ganan más de 1 y hasta 2 S.M., 9.818 millones ganan más de 2 y hasta 3 S.M., 4.522 millones tienen un ingreso diario de más de 3 y hasta 5 S.M., 1.741 millones perciben más de 5 S.M., mientras que 7.161 millones no indicaron su nivel de ingreso y se les denomina “no especificado”. De entrada estos datos preocupan porque de los encuestados en la ENOE, solamente el 8.4% dice ganar entre 3 y 5 S.M., y apenas el 3.2% de los encuestados dice ganar más de 5 S.M. Si ignoramos a los “no especificados”, dichos porcentajes recalculados quedarían en 9.6% y 3.7% respectivamente, por lo que vemos que en nuestro país solamente el 11.6% de las personas ocupadas gana más de 308.04 pesos al día (9,364 pesos al mes equivalentes a unos 493 dólares). Estos datos también preocupan cuando se toma en consideración que en marzo de 2019 el número de trabajadores  registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue de 20.348 millones, cifra que representa el 39.01% de la población ocupada total.

En cuanto a la evolución del nivel de ingresos en México en el último año, tenemos que al comparar los datos del primer trimestre de 2019 respecto a los del mismo trimestre de 2018, el número de personas ocupadas aumentó en 1.275 millones, lo que representa un incremento de 2.4%. Si tomamos en consideración que entre marzo de 2018 y marzo de 2019 el número de trabajadores registrados en el IMSS aumentó en 562 mil personas, queda claro que un enorme porcentaje de quienes se incorporan al mercado laboral lo hacen a la economía informal.

El aumento de 2.4% en la población ocupada se debió a la combinación de los siguientes cambios (en paréntesis se indica el porcentaje de aumento o disminución de cada grupo): el número de personas ocupadas que no recibe ingresos aumentó en 158 mil (5.1%), el número de personas que ganan hasta un salario mínimo creció en 1.997 millones de personas (18.8%), los que ganan de 1 hasta 2 S.M. aumentaron en 1.887 millones de personas (11.0%), los que ganan de 2 hasta 3 S.M. crecieron en 64 mil personas (0.7%), los que ganan más de 3 y hasta 5 S.M. disminuyeron en 2.184 millones (-48.3%), los que ganan más de 5 S.M. decrecieron en 530 mil (-30.5%), mientras que los que no reportaron un nivel de ingresos (no especificados) disminuyeron en 116 mil personas (-1.6%).

De esta manera, la población ocupada pasó de percibir un ingreso promedio de 2.15 S.M. en el primer trimestre de 2018 a percibir 1.91 S.M. en el mismo trimestre de 2019. Como ya se señaló, el salario mínimo en el país pasó de 88.36 pesos a 102.68 pesos en el periodo antes señalado, lo que representa un aumento nominal del S.M. de 16.2%. De esta manera el salario promedio de la población ocupada pasó de 190.00 pesos en el primer trimestre de 2018 a 196.50 pesos en el mismo trimestre de 2019, lo que representa un aumento de apenas 3.4%. Si tomamos en consideración la inflación del periodo, la cual fue de 4.1%, entonces vemos que en el periodo señalado el ingreso promedio de la población ocupada en México cayó -0.7%. Lo que confirma que el aumentar el salario mínimo por decreto no ocasiona una mejoría del nivel de ingresos promedio de la población ocupada.

Ingresos de PO2

Sin embargo, la buena noticia es que la masa salarial en México continúa creciendo, en términos nominales y reales, dado que cada vez hay más gente trabajando en nuestro país. En términos nominales, la base salarial de México pasó de 10.047 miles de millones de pesos diarios en el primer trimestre de 2018 a 10.640 mmdp diarios en el primer trimestre de 2019, lo que implica un incremento de 5.9%. Sin embargo, al tomar en cuenta la inflación en el periodo, vemos que la masa salarial promedio diaria creció sólo 1.7%. Sin duda esto es lo que hace que la economía mexicana mantenga un cierto porcentaje de crecimiento inercial.

Queda claro entonces que el nivel de ingresos promedio de la población ocupada en México no sólo no ha aumentado en el último año, sino que presenta una ligera disminución. ¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?

manufactura
Para incrementar los ingresos de la población ocupada es fundamental aumentar la productividad de la mano de obra.

Un primer aspecto a atender es impulsar el incremento de la productividad de la mano de obra. En la medida en que se pueda aumentar la relación de valor de la producción dividida entre la cantidad de trabajadores, los dueños del capital pueden pagar mayores salarios. Veamos un sencillo ejemplo para ilustrar esto: si un trabajador produce 5 pares de zapatos al día y cada par de zapatos se vende en 300 pesos (precio fábrica) este trabajador genera un ingreso diario a su empresa de 1,500 pesos. Si suponemos que de esos 300 pesos el 80% es costo de producción, entonces la contribución de este trabajador a las utilidades de la empresa es de 300 pesos diarios. Si este trabajador aumenta su producción diaria a 6 pares de zapatos al día, entonces su contribución a las utilidades de la empresa aumentaría a 360 pesos diarios. De esta manera, parte de los 60 adicionales que generó el trabajador podrían traducirse en un mayor salario sin ocasionar un incremento en los costos de producción por unidad.

El reto de aumentar la productividad no es sencillo, ya que implica inversiones en bienes de capital como maquinaria y equipo, lo cual no es barato. Además de que muchas de las empresas no tienen acceso a créditos a tasa de interés accesibles, por lo que les resulta muy complicado poder adquirir la maquinaria con recursos propios, dado que los márgenes de rentabilidad de las empresas se han deteriorado en los últimos años.

Otra forma de aumentar la productividad de las personas es a través de la capacitación. Esto toma más tiempo, pero sin duda es una buena alternativa para los empresarios que no tienen recursos para la compra de maquinaria y equipo. Hay muchas formas de lograr la capacitación y en ocasiones las diferentes cámaras empresariales la ofrecen a precios muy bajos, ya que cuentan con apoyos gubernamentales.

Desde luego que otra forma de incrementar los ingresos de la población ocupada está relacionada con el combate a la ilegalidad o economía informal. Las empresas formales, que tienen a sus trabajadores registrados en el IMSS y pagan correctamente sus impuestos, enfrentan grandes dificultades al competir con las empresas que están en la ilegalidad ya que éstas tienen menores costos de producción. Esto impide que la empresa formal pueda pagarle mejores salarios a sus trabajadores, ya que tiene que competir con precios más bajos por parte de empresas ilegales. De esta manera, la informalidad se esparce como un cáncer en la economía mermando las posibilidades de mejorar los niveles de ingresos de la población ocupada. La autoridad debe asumir un compromiso por llevar a más empresas a la legalidad.

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Las condiciones laborales de muchos países con los que comerciamos implican que importamos su pobreza.

Finalmente, esta el tema de ciertas importaciones que impiden a los fabricantes nacionales mejorar los niveles de ingreso de sus trabajadores. Cuando tienes importaciones de productos que fueron fabricados en otros países en condiciones laborales muy malas y pagando sueldos de miseria, estás importando pobreza. ¿Cómo puede una empresa que produce ropa mejorar los sueldos de sus trabajadores cuando los grandes compradores nacionales tienen la posibilidad de comprar productos hechos en Bangladesh a un precio 50% más bajo? Y claro, tomando en consideración que las condiciones laborales de dicho país son sustancialmente más bajas que las de México. Nuestro país debe repensar su política comercial y buscar negociar acuerdos comerciales en los que tengamos posibilidades de exportar más, no simplemente comprar productos baratos que compiten con nuestras fábricas imposibilitando la mejora salarial.

A manera de conclusión podemos señalar que el aumento al salario mínimo si ayuda a aquellas personas que están en la formalidad y perciben precisamente un ingreso equivalente a un salario mínimo. Sin embargo, para la mayoría de la población ocupada, el aumentar el salario mínimo no se ha traducido en una mejoría de los niveles de ingreso promedio. La alternativa es el incremento de la productividad, el combate a la ilegalidad e informalidad, así como revisar la política comercial de nuestro país. En este contexto, y en relación al último punto, es claramente un error el bajar aranceles unilateralmente a las importaciones de mercancías intensivas en mano de obra como las de los sectores textil, vestido y calzado. Las políticas públicas deben ir encaminadas a tener un mercado interno fuerte porque la gente gana más, no simplemente porque hay más gente trabajando.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

¿Por qué vendemos más pero sin poder aumentar precios?

La pregunta que aparece en el título de esta entrega semanal es una que me hacen frecuentemente, y es que al parecer, para muchos negocios este ha sido un periodo en el cual las ventas han ido creciendo de manera moderada, pero la rentabilidad de los negocios ha ido hacía abajo producto de que los precios de venta al público no han subido a la par de lo que han aumentado los costos de producción. Hay que tener presente que en la medida que cae la rentabilidad del negocio, las posibilidades de reinvertir, crecer, pagar mejores sueldos, innovar, modernizarte, tecnificarte, etc. se ven severamente afectadas, y es por ello que este tema es muy importante. Buena parte de la razón por la que esto ha sucedido tiene que ver con un mercado laboral precarizado, en el cual hay cada vez más personas con una fuente de ingresos, pero con niveles salariales estancados en términos reales como veremos a continuación.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el periodo del segundo trimestre de 2012 al mismo trimestre de 2018, la población ocupada en México pasó de 49.003 millones a 53.785 millones de personas, lo que representa un aumento de 4.781 millones, equivalentes a un 9.8% adicional. De manera paralela, en el periodo de junio de 2012 al mismo mes de 2018, el número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pasó de 15.806 millones a 19.894 millones de personas, lo que representa un aumento de 4.087 millones, equivalente a 25.9% de aumento. Esta evolución implica que pasamos de tener, en el segundo trimestre de 2012, el 32.25% de la población ocupada registrada en el IMSS, a tener el 36.98% de la población ocupada registrada en el IMSS para junio de 2018.

Trabajadores informales
En México el porcentaje de población ocupada que gana más de 3 salarios mínimos al día disminuyó 17.3% en el actual sexenio

No obstante esta favorable evolución, vemos con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, que el empobrecimiento del empleo en nuestro país continúa manifestándose. En el periodo del segundo trimestre de 2012 al mismo trimestre de 2018 si bien la población ocupada que no recibe ingresos disminuyó en 679 mil personas, lamentablemente las personas que ganan hasta un salario mínimo aumentaron en 1.949 millones y los que ganan más de 1 y hasta 2 salarios mínimos crecieron en 3.811 millones de personas. Esto se dio mientras el número de personas que trabajan y ganan más de 2 y hasta 3 salarios mínimos disminuyó en 1.019 millones, los que ganan más de 3 y hasta 5 salarios mínimos decrecieron en 492 mil, y los que ganan más de 5 salarios mínimos cayeron en 1.464 millones de personas. Estas cifras son impresionantes porque indican que en el periodo de análisis la suma de las personas que ganan menos de 2 salarios mínimo aumentó 31.6%, mientras que la suma de los que ganan más de 3 salarios mínimos disminuyó 17.3%.

Es de esta manera que vemos que en el segundo trimestre de 2012 la población ocupada en México ganaba en promedio 2.45 salarios mínimos al día, lo que multiplicado por un salario mínimo de 60.5 pesos nos arroja un ingreso nominal promedio diario de 148.19 pesos. Para el segundo trimestre de 2018 el ingreso promedio diario de la población ocupada en México fue de 2.16 salarios mínimos al día, lo que multiplicado por un salario mínimo de 88.36 pesos nos arroja un ingreso nominal promedio diario de 190.92 pesos. Es así que en términos nominales el ingreso promedio diario de la población ocupada en México creció 28.8% entre el segundo trimestre de 2012 y el mismo trimestre de 2018. Sin embargo, el hecho de que la inflación en el mismo periodo haya sido de 26.7% hizo que prácticamente la totalidad del aumento nominal del ingreso promedio de la población ocupada se anulara.

De hecho, el incremento del ingreso promedio diario en términos reales (ajustado por inflación) en el periodo del segundo trimestre de 2012 al mismo trimestre de 2018 fue de apenas 1.7%, lo que implica una tasa de crecimiento promedio anual de apenas 0.27%. ¿Entonces ante este raquítico avance en los ingresos reales de la población ocupada en México porque escuchamos tantas veces que uno de los motores de crecimiento económico fue el aumento del mercado interno? Pues simplemente porque hay mucha más gente trabajando, no porque los que trabajan ganen más. De hecho el aumento de la masa salarial (el ingreso promedio de la población ocupada multiplicado por el número de personas trabajando) en términos reales en el periodo antes mencionado es de 11.6%, lo que representa un incremento promedio anual de 1.84%.  Esta es sin duda una tasa que favorece el crecimiento del consumo de manera agregada.

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En México cada vez hay más gente trabajando, pero ganan lo mismo que hace 6 años. 

Este último dato es muy importante para los empresarios ya que explica parte del porque puedes vender más, pero sin poder aumentar los precios de tus productos. Para ejemplificar, la situación antes descrita  explica como un fabricante de zapatos puede pasar en 6 años de producir y vender 4,500 a 5,000 pares semanales, pero también explica porque pasó de venderlos de 479 a 499 pesos (supongamos precio aparador). Y es que insisto, si, hay más gente comprando, pero esas personas no tienen un mayor poder adquisitivo que les permita adquirir bienes de un mayor precio, por lo que muchos fabricantes durante este sexenio han tenido que absorber diversos aumentos en sus costos de producción, sin elevar demasiado sus precios, sacrificando la rentabilidad del negocio.

Desde luego que el anterior ejemplo es una súper simplificación de lo que está sucediendo y cada empresa en las diferentes ramas industriales enfrenta una realidad diferente en cuanto a ventas y posibilidades de aumentar el precio de su producto. Hay quien tendrá un magnífico desempeño en cuanto a ventas y quien no, y desde luego hay quien pudo aumentar los precios de sus bienes en función de haber brincado a un segmento de mercado que demanda un mayor valor agregado. No obstante lo anterior, y en función de lo platicado con varios empresarios, creo que el ejemplo de los zapatos refleja relativamente bien lo que sucede con el mercado interno.

Otro factor que sin duda afecta la situación es lo que sucede con las grandes cadenas comerciales, las cuales acaparan cada vez un mayor porcentaje de los canales de venta de productos en México. Estas grandes cadenas, en aras de brindar los precios más bajos posibles, y dada la creciente competencia que enfrentan por las ventas en línea de gigantes como Amazon, es que no les permiten incrementos de precios a muchos de sus proveedores. Además de los otros problemas que surgen por los descuentos no autorizados, cargos por gastos de publicidad, entre otros, que también presionan la rentabilidad del negocio de los productores. Es así que aunque un fabricante no le venda a estas grandes cadenas, igual se ve afectado negativamente porque estas gigantescas empresas son referentes de mercado para el establecimiento de precios en amplios sectores de la economía.

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Las grandes cadenas comerciales dificultan el alza de precios que permita a los empresarios pagar mejores sueldos a sus empleados.

Otro aspecto que también afecta negativamente las posibilidades de aumentar los precios por parte de los fabricantes es lo extendida que sigue estando la economía informal, y no me refiero a la existencia de puestos ambulantes y tianguis, sino a que muchas grandes empresas, enormes productoras de bienes manufacturados están en la ilegalidad completamente o parcialmente. Muchas empresas en México compran facturas, venden remisionado sin reportar la venta al fisco, tienen a un pequeño porcentaje de sus trabajadores registrados en el IMSS, entre otras tantas prácticas de informalidad. Esto consiste una fuente de competencia ilegal para quien si está en orden y en la formalidad, ya que para el legal los costos de producción son más altos y la rentabilidad más baja. Entonces lo que sucede es que cuando una empresa formal se enfrenta a una serie de competidores ilegales, pues es complicado poder aumentar los precios de los productos porque te sales de mercado. Es así que como no puedes subir los precios, la rentabilidad baja y eventualmente se complica el poder pagarle mejor a los trabajadores, lo que a su vez se traduce en la precarización de los puestos de trabajo, que comentaba al principio de este artículo editorial.

A manera de conclusión podemos señalar que México debe buscar romper el circulo vicioso en el que se encuentra, uno en el que hay muchas empresas pobres producto de la pérdida de rentabilidad del negocio por los crecientes costos de producción y estancamiento de los precios de venta. Esto incide en las posibilidades de mejorar los ingresos de la población ocupada, por lo que se debe atender de manera integral combatiendo la ilegalidad (interna y externa), mejorando las prácticas comerciales de las grandes cadenas comerciales, y trabajando en las otras asignaturas que tenemos pendientes como el aumento de la productividad.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

¿Es el mercado interno verdaderamente fuerte?

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El nivel de ingresos promedio de la población ocupada en México se ha estancado en los últimos cinco años.

La semana que recién concluye el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al tercer trimestre de 2017, y en ella se confirma lo que hemos estado observando a lo largo del sexenio: una importante expansión del empleo, pero de baja calidad, de manera que los ingresos reales de la población ocupada en promedio han estado  estancados.

 

De acuerdo a la ENOE, en el periodo del tercer trimestre de 2012 al mismo trimestre de 2017 la población ocupada (que laboró al menos una hora a la semana) aumentó en 3.163 millones de personas al haber pasado de 49.275 a 52.438 millones de personas, lo que representa un aumento de 6.4% (equivalente al 1.25% promedio anual). Esta cifra se compara favorablemente con la evolución del número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual pasó de 16.033 millones en septiembre de 2012 a 19.428 millones en el mismo mes de 2017, lo que representa  un incremento de 3.395 millones de personas en el lapso de cinco años. Decimos que esta es una cifra favorable porque implica que por primera vez en la historia, el número de trabajadores registrados en el IMSS creció más en términos absolutos que la población ocupada total, de tal manera que pasamos de tener un 32.5% del total de población ocupada con prestación del IMSS a tener el 37.1% del total de la población ocupada con esta prestación.

 

Como se señaló líneas arriba, el problema es que los salarios promedio de la población ocupada se han estancado debido a que los puestos de trabajo de menores remuneraciones han aumentado, mientras que los de mayores ingresos han disminuido. En el comparativo del tercer trimestre de 2012 al mismo trimestre de 2017 vemos que la población ocupada que no recibe ingresos disminuyó en -639 mil personas, los que ganan hasta un salario mínimo aumentaron en 567 mil personas, los que perciben de 1 a 2 salarios mínimos subieron en 2.269 millones de personas, y los que ganan de 2 a 3 salarios mínimos crecieron en 484 mil personas. Por su parte, los que perciben de 3 a 5 salarios mínimos disminuyeron en -721 mil personas y los que ganan más de 5 salarios mínimos decrecieron en -1.172 millones de personas.

Población ocupada

De esta manera,  el salario promedio ponderado de la población  ocupada en México disminuyó de 2.44 salarios mínimos al día en el tercer trimestre de 2012 a 2.25 salarios mínimos al día en el tercer trimestre de 2017. Alguien pudiera argumentar que esto es “normal” dado que el salario mínimo pasó en el periodo de 60.50 a 80.04 pesos por día, de tal manera que el salario promedio diario de la población ocupada en México pasó de 147.77 pesos en el tercer trimestre de 2012 a 180.30 pesos en el mismo trimestre de 2017, lo que representa un aumento nominal de 22.0%.

 

Aquí el problema es que la inflación en el periodo de septiembre de 2012 al mismo mes de 2017 fue de 22.0%, lo que entonces provoca que en términos reales (ajustado por inflación), el salario promedio de la población ocupada en México creció apenas 0.9% en el periodo de los últimos cinco años (equivalente a tan sólo 0.17% promedio anual en el periodo). Queda claro pues que el nivel de ingresos del grueso de la población ocupada en México está estancado.

 

Dados estos datos, ¿Por qué el gobierno nos presume y nos habla tanto de la fortaleza del mercado interno como motor de crecimiento económico? Pues simplemente porque hay más gente trabajando, no porque la gente esté ganando más. La masa salarial en México ha crecido 7.3% en términos reales en el periodo del tercer trimestre de 2012 al mismo trimestre de 2017. Esta tasa equivale a un aumento promedio anual de 1.42%, por lo que queda claro que efectivamente aproximadamente dos terceras partes del mediocre crecimiento económico que hemos tenido este sexenio (2.2% en promedio anual), se debe a “la fortaleza” del mercado interno.

 

Otros indicadores que arroja la ENOE y que dan cuenta de la situación del mercado laboral en México son los relacionados a la población desocupada (entendida como aquella que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta, pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo), la subocupada (referida al porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda) y la ocupada en el sector informal (sector informal, trabajo doméstico remunerado de los hogares, trabajo agropecuario no protegido y trabajadores subordinados que aunque trabajan en unidades económicas formales, lo hacen en modalidades fuera de la seguridad social).

 

En cuanto a la población desocupada, ésta pasó de 2.652 millones de personas en el tercer trimestre de 2012 a 1.931 millones en el mismo trimestre de 2017, lo que representa una disminución de 720 mil personas, equivalente a una caída de -27.2%. De esta manera la tasa de desocupación se ubicó en apenas el 3.3% de la Población Económicamente Activa (PEA), lo que ubica a nuestro país muy cercano al pleno empleo, pero que aunado con los datos antes presentados, denota que el desempleo se encuentra en niveles históricamente bajos, pero esto se debe a la precariedad del empleo.

 

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En México el 26.6% de la población ocupada trabaja en condiciones de informalidad en empresas formales

Dada esta situación, en la que en muchas ciudades muchos sectores económicos enfrentan un serio problema de escasez de mano de obra, se puede presentar un problema ya que los salarios tenderán a aumentar pero sin estar aparejados a los incrementos en la productividad, lo que se traducirá en mayores costos de producción para las empresas que no se vuelvan más productivas. Es por esto que se vuelve muy importante el que los diferentes órdenes de gobierno sepan la razón por la que muchas personas están desocupadas, ya que es posible que muchas de ellas lo que requieran sea capacitación, mejora en el sistema de transporte de su vivienda a donde están las fuentes de trabajo, para las mujeres facilidades para que les cuiden sus hijos en esquemas diferentes a los de las guarderías del IMSS, entre otros.

 

Ahora, en relación a la población subocupada, vemos que ésta pasó de 4.286 millones de personas en el tercer trimestre de 2012 a 3.686 millones en el mismo trimestre de 2017, lo que representa una disminución de -599 mil personas en esta condición, equivalente a una baja de -14.0%. De esta manera, la población subocupada pasó de representar el 8.7% de la población ocupada en el tercer trimestre de 2012 a ser el 7.0% de ésta en el tercer trimestre de 2017.

 

Finalmente, en cuanto a la población ocupada en la informalidad, vemos que ésta pasó de 14.331 millones en el tercer trimestre de 2012 a 13.946 millones en el mismo trimestre de 2017, lo que representa una disminución de -384 mil personas, equivalente a una baja de apenas -2.7%. Es así que los ocupados en la informalidad pasaron de representar el 29.1% de la población ocupada en el tercer trimestre de 2012 a ser el 26.6% de la población ocupada en el mismo trimestre de 2017. En relación a este punto, es muy importante que las autoridades del IMSS y del Servicio de Administración Tributaria (SAT) intensifiquen sus actos de revisión y fiscalización para que todas las personas que trabajan en una empresa legalmente constituida cuenten con las prestaciones de ley. Esto es relevante porque las empresas que sólo tienen en el IMSS a una parte de sus empleados gozan de una ventaja en costo respecto a las que si cumplen con la ley. De esta manera los informales se convierten una especie de cáncer que provoca que los formales dejen de cumplir al 100% para poder ser competitivos.

 

A manera de conclusión podemos señalar que México cuenta con un mercado interno relativamente fuerte por el crecimiento de su fuerza laboral, y no porque la población ocupada en promedio esté ganando más ingresos. La capacitación y el adiestramiento de la población ocupada y la desocupada es fundamental para que los salarios crezcan sin generar presiones inflacionarias y para que los que no tienen empleo cuenten con uno. El combate a la economía informal también debe seguir siendo prioridad, se han logrado avances sustanciales y como evidencia tenemos las estadísticas de trabajadores registrados en el IMSS, pero queda más que claro que aún falta mucho por hacer en este tema.

 

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt