El regreso del super peso

Al momento de escribir estas líneas, el tipo de cambio se encuentra en un nivel de 17.97 pesos por dólar, su nivel más bajo desde el 26 de septiembre de 2017. En el comparativo del último año, no cabe duda de que el peso mexicano es una de las monedas más fuertes frente al dólar estadounidense, dentro del grupo de las diez monedas globales más intercambiadas. En el comparativo del promedio de los días que llevamos de marzo de 2023 respecto de marzo de 2022, tenemos que el dólar estadounidense está 1.83% más caro frente al dólar canadiense, está 6.33% más caro frente al euro, 22.62% más elevado frente al yen japonés, 9.83% más alto frente a la libra esterlina, 6.07% más barato respecto del franco suizo, 4.99% más caro frente al dólar australiano, 9.74% más caro respecto del dólar neozelandés, 15.29% más caro frente al won coreano y 5.90% más bajo respecto del peso mexicano. Queda claro pues, que en el último año, sólo el franco suizo y el peso mexicano se han apreciado frente al dólar estadounidense.

Si analizamos un periodo de tiempo más amplio, como del promedio de marzo de 2019 al promedio de marzo de 2023, vemos que sólo el peso mexicano se ha apreciado frente al dólar estadounidense, mismo que lo hizo en un 11.89%, tal y como se muestra en la siguiente tabla:

En teoría, el hecho de tener un super peso en este momento es una buena noticia para los consumidores mexicanos, quienes ahora podrán comprar productos importados más baratos. Claro, siempre y cuando los importadores trasladen un tipo de cambio más bajo a los precios de venta para el consumidor final, lo cual está supeditado a que haya la suficiente competencia en el mercado y consumidores informados, de lo contrario, la baja en el tipo de cambio que no se traduzca en disminución  de precios de productos importados, sólo servirá para ampliar los márgenes de utilidad de los importadores y comercializadores.

Donde si hay un impacto negativo innegable por tener un dólar por debajo de los 18 pesos, es en el sector exportador y en algunas ramas de la planta productiva nacional. Para los exportadores, sus precios de venta en dólares se han elevado, lo que merma su competitividad. Para ilustrar esto, pongamos un ejemplo sencillo. Si un par de zapatos costaba producirlos 400 pesos hace un año, eso significa que con un tipo de cambio de 20.545 pesos por dólar, su costo en dólares era de 19.47 dólares por par. Ahora, dada la inflación que hemos sufrido, el costo de producción en pesos es de 440 pesos por par, y a un tipo de cambio de 18.10 pesos por dólar, entonces el costo en dólares se ha elevado a 24.31 dólares por par. Es decir, por el efecto de la inflación interna y un menor tipo de cambio, el costo en dólares subió 24.84% en el último año, lo que sin duda es un duro golpe a la competitividad exportadora.

Es verdad que la baja del tipo de cambio puede ayudar a algunos fabricantes con la importación de ciertos insumos o bienes intermedios más baratos , aunque volvemos a lo mismo, es posible que los fabricantes de insumos nacionales se vean desplazados por fabricantes extranjeros.

Para el que fabrica bienes finales puede haber una afectación importante en la medida en que las grandes cadenas comerciales utilizan esta baja como argumento para exigirle a los fabricantes nacionales que bajen sus precios o serán reemplazados por proveedores extranjeros. Un producto que en marzo de 2022 costaba 20 dólares, tenía un costo en pesos de 410.90 pesos, si asumimos una inflación del 8%, ese producto ahora cuesta 21.60 dólares, pero al tipo de cambio actual son solo 391.00 pesos, por lo que el producto importado se volvió 4.84% más barato en el último año, a pesar de la inflación  internacional. De esta manera, un comercializador que vende productos importados y hechos en México, podría decirle a su proveedor nacional, que pese a la inflación del año pasado en México, necesita que le baje el precio 5% o de lo contrario le dejará de comprar.

Desde luego que también hay una afectación  para el turismo internacional, ya que con un dólar barato o un peso caro, para el turista nacional que puede, se vuelve más atractivo viajar al exterior, mientras que para el turista extranjero, México se ha vuelto caro por lo que tal vez será mejor ir a Europa, donde su moneda se ha debilitado frente al dólar, como vimos al principio de esta entrega.

Entonces queda claro que un dólar barato no es una buena noticia en todos los sentidos como nos lo quieren hacer creer.

Ahora, la pregunta más importante que muchos se hacen es ¿por qué se ha dado el fortalecimiento del peso estos últimos meses? ¿Hubo algún cambio en los fundamentales de la economía mexicana que justifique tal apreciación? La respuesta es no. Lo que explica buena parte de la fortaleza del peso mexicano es la importante alza en las tasas de interés y un cambio en la percepción de riesgo hacía nuestro país que ha provocado que los capitales golondrinos y especulativos hayan decidido regresar a México.

Las cifras oficiales dan cuenta de que no se debe a que nuestra economía esté en una posición de gran solidez de crecimiento económico, ya que en el cuarto trimestre de 2022 apenas recuperamos el nivel de PIB prepandemia, y pues tampoco se debe a que tengamos un superávit de cuenta corriente en la balanza de pagos.

Como ya lo mencioné, el peso ha estado fuerte básicamente por lo elevadas que están las tasas de interés en nuestro país. Y es que de las economías más importantes del mundo, la de México es la que paga las mayores tasas de interés, siendo la tasa objetivo del Banco de México de 11.00%. En la actualidad la tasa de interés de la zona euro es de 2.5%, en Malasia de 2.75%, en Suecia de 3.00%, en Australia de 3.35%, en Corea del Sur de 3.5%, en China de 3.65%, en Reino Unido de 4.00%, en Canadá de 4.5%, en Estados Unidos de 4.63%, en Arabia Saudita de 5.25%, en Indonesia de 5.75%, en Filipinas de 6.00%. en India de 6.5%, en Polonia de 6.75%, en Rusia de 7.5%, en Perú de 7.75% y en Turquía de 8.5%.

Queda claro que México es una buena alternativa para invertir, en bonos gubernamentales de corto plazo, un Cete a 28 días paga más del doble de lo que paga un bono del Tesoro de Estados Unidos a plazo de un mes (11.05% vs 4.75%). ¿Cómo no van a fluir los capitales hacía México con estos super rendimientos que estamos pagando, cuando la inflación en México es de 7.8% y en Estados Unidos de 6.5%?  Y más aún suma a la fortaleza del peso la expectativa de que las tasas de interés se mantendrán elevadas por mucho más tiempo.

En este contexto, la tasa de interés implícita anualizada que calculamos en GAEAP para los Cetes a 28 días está en un nivel de 11.67% para dentro de 91 días, de 12.10% para dentro de 175 días y de 11.39% para dentro de 693 días.  Esto implica que el mercado anticipa que el rendimiento de los Cetes a plazo de 28 días estará 1.05 puntos porcentuales más alto dentro de 6 meses y disminuirá paulatinamente sólo 0.70 puntos porcentuales hasta llegar a 11.39% en febrero de 2025.   

Si usted fuera un inversionista internacional y dados estos valores de tasa de interés ¿a usted en qué país le gustaría invertir? Desde luego que México es una alternativa atractiva, ya que aún conserva su calificación de deuda soberana en la categoría de “grado de inversión”. En una entrega anterior había explicado que aunque usted tuviera temor a un evento catastrófico en México, cualquier riesgo de la inversión por motivo de la depreciación del peso se puede cubrir comprando coberturas cambiarias, por lo que nuestro país sigue representando una magnifica alternativa para los inversionistas internacionales (claro a costa de los bolsillos de los mexicanos como veremos a continuación).

Estas elevadas tasas de interés, si bien ayudan a que baje el tipo de cambio porque son el imán que atrae capitales golondrinos, son también en parte causa de la perspectiva de desaceleración económica del país ya que afectan la inversión productiva. La contracción del sector construcción, la caída en la venta de automóviles y la disminución en la adquisición de maquinaria y equipo por parte de empresas, en buena medida es ocasionada por las fuertes alzas en la tasa de interés por parte del Banco de México, organismo que llevó su tasa de interés objetivo de 4.0% en la pandemia hasta el actual 11.00%. Y de igual manera, el hecho de que ahora familias, empresas y gobiernos en México paguen mucho más por sus créditos, es producto de la lucha contra la inflación.

Aunado a lo anteriormente mencionado, también se deben mencionar como factores que suman a la fortaleza del peso, el record histórico de recepción de remesas, mismas que sumaron 58.497 miles de millones de dólares en 2022. Y también ayuda mucho el que se haya concretado la atracción de la inversión de la planta automotriz de Tesla, ya que se genera una percepción más clara de que el gobierno federal es amigable con la inversión extranjera y que es capaz de asumir compromisos con este tipo de empresas. Con la decisión anunciada por Elon Musk, es verdad que muchas empresas van a voltear hacia México y con ello se pueden capitalizar más inversiones en este momento de nearshoring.

Un último punto para destacar es el relacionado a cuál debería ser el nivel de tipo de cambio idóneo o que tanto más podría baja el dólar. En este sentido, en GAEAP hicimos un sencillo ejercicio para calcular el tipo de cambio teórico de acuerdo a los diferenciales de inflación acumulados entre México y Estados Unidos de 1997 a la fecha. El tipo de cambio teórico en enero de 2023 resultó ser de 17.0391 pesos por dólar.

Fuente: Elaborado por GAEAP con datos de Pacific Exchange Rate Service, INEGI y Department of Labour Economics

Considero que las probabilidades de que veamos un dólar en ese precio son muy bajas, pero bueno, de alguna forma nos ilustra para saber que ese es el valor que “debería” tener un dólar.

A manera de conclusión podemos mencionar que un dólar tan barato seguro causará problemas para la industria nacional al dificultar las exportaciones y generar mayores importaciones, aunque habría que analizar caso por caso ya que no se descarta que haya industrias que podrían salir ganando de esta situación. Donde se ven las ganancias más claras es en el mercado de bienes de consumo que si podrían registrar una baja de precio siempre y cuando existan condiciones de competencia.

Sin embargo, debemos tener en claro que el regreso del super peso se debe principalmente a lo elevadas que están las tasa de interés en México, por lo que esta baja del tipo de cambio pudiera ser un episodio temporal en lo que se regulariza la política monetaria de la mayoría de países y regresamos a niveles de tasas más bajos. Finalmente, en los próximos meses en México estaremos adentrándonos más en temas políticos, veremos cual será el impacto que eso tiene en el tipo de cambio.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaedap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Costos de la guerra contra la inflación

A un costo muy elevado, pero aparentemente las cosas van mejorando en materia de la lucha contra la inflación de precios al consumidor, al menos en lo que respecta a Norteamérica. Entre septiembre y octubre, la tasa de inflación interanual bajó de 7.0% a 6.9% en el caso de Canadá, disminuyó de  8.2% a 7.7% en Estados Unidos, mientras que en México retrocedió de 8.7% a 8.4%. Siguen siendo niveles inaceptables de inflación, pero parece ser que en los tres países ya se alcanzó el pico inflacionario.

En el caso de Estados Unidos, es muy positivo para todo el mundo, que se registraron menores alzas interanuales en todos los componentes del índice de precios al consumidor. Su inflación de alimentos bajó a 10.9% (11.2% septiembre), la de energéticos fue de 17.6% (19.8% septiembre), mientras que la subyacente disminuyó a 6.3% (6.6% septiembre).

Esta mejora en la inflación se debe a que el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha realizado agresivas alzas en su tasa de interés de fondos federales hasta llevarla a un rango de 3.75% a 4.00%. Además de que los precios del petróleo se han estabilizado en torno a los 80-90 dólares por barril. Y lo más importante, ayuda el que los precios mundiales de los alimentos siguen bajando. Entre septiembre y octubre, nuevamente disminuyó el Índice de precios de los alimentos de la FAO (-0.1%), con lo que liga su séptima caída mensual. De esta manera, el valor del índice en octubre de 2022 se encuentra sólo 2.0% arriba del nivel de octubre de 2021. No sé cuándo veremos esto reflejado en nuestra cartera, pero de acuerdo con la FAO, la buena noticia es que los precios de los alimentos ya son prácticamente iguales a los de hace un año.

Como ya lo mencioné, en el caso de México la inflación general interanual de precios al consumidor disminuyó de 8.70% en septiembre a 8.41% en octubre; pero el problema es que esto se dio gracias a que la inflación no subyacente (la de bienes agropecuarios y energéticos) bajó a 8.36%, mientras que la inflación subyacente (la de mercancías y servicios) aumentó a 8.42%, su nivel más alto desde agosto de 2000.  

La inflación subyacente es muy importante debido a que es un indicador de la tendencia o inercia en el crecimiento de los precios de los bienes y servicios que consumimos. Por lo tanto, su distinción técnica respecto a la medida de la inflación general radica en que deja fuera del cálculo a las variaciones de los precios de ciertos bienes y servicios, que pueden resultar más volátiles debido, por ejemplo, a perturbaciones extremas y ajenas a la demanda interna.

Así, al analizar a detalle la inflación subyacente de 8.42% en octubre, tenemos que esta se divide en dos rubros: la de Mercancías (que registró 11.15%) y la de Servicios (que fue de 5.3%). La inflación de Mercancías a su vez tiene dos componentes: Alimentos, bebidas y tabaco (13.95%) y Mercancías no alimenticias (8.03%). Por su parte, la inflación de Servicios tiene tres componentes: Vivienda (3.14%), Educación / colegiaturas (4.49%) y Otros servicios (7.33%).

Si ahora analizamos a detalle la inflación no subyacente, la cual fue de 8.36%, vemos que tiene dos componentes: Agropecuarios (que registró un alza de 14.25%) y Energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno (que fue de apenas 3.77%). Ahora, la inflación de productos agropecuarios tiene dos componentes: Frutas y verduras (12.63%) y Pecuarios (15.61%). Por su parte, la inflación de Energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, también tiene dos componentes: Energéticos (3.1%) y Tarifas autorizadas por el gobierno (5.42%).

Se debe destacar que con el dato de inflación  de precios de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno de apenas 3.77%, queda claro que el que está haciendo el mayor esfuerzo para contener el alza general de precios es el gobierno. Esto lo vemos principalmente en la forma de una menor recaudación del IEPS a las gasolinas y diésel y lo constatamos con el dato de que la recaudación de este impuesto, el cual pasó de 185.4 miles de millones de pesos (mmdp) en los primeros 9 meses de 2021 a ser de -85.7 mmdp en los mismos meses de 2022. En otras palabras, el no cobro de IEPS a gasolina y diésel y el subsidio gubernamental que se ha dado a estos combustibles ha evitado que la inflación sea de doble dígito y un mayor problema.   

En función de lo anterior, diversos analistas volvieron a ajustar sus pronósticos de inflación para el cierre de año, como es el caso del Grupo Financiero Citibanamex, quienes publicaron que esperan que la inflación subyacente anual alcance su pico de 8.6% en noviembre, y cierre el año en 8.3%. Para la inflación general, esperan que los efectos de base de comparación provoquen que ésta se presione ligeramente al alza en diciembre y la ubican en 8.6%.

Entonces, derivado de que las expectativas inflacionarias siguen deterioradas y la inflación subyacente sigue subiendo, es que el 10 de noviembre, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió, en votación dividida de 4 a 1, volver a aumentar su tasa de interés objetivo en 0.75 puntos porcentuales a un nivel de 10.00%, el nivel más alto desde que se creo el mecanismo de objetivo de tasa de interés. El aumento de 75 puntos base ya era ampliamente esperado por el mercado, no fue sorpresa para nadie. La pregunta que muchos se hacen es si este fue el final del ciclo alcista de tasas de interés, en virtud de que la inflación empieza a disminuir. La respuesta es un rotundo NO. Si bien se espera que hacía el futuro las alzas de tasas sean más moderadas, diversos analistas, entre ellos nosotros en GAEAP, esperamos que la tasa objetivo concluya el año en 10.50% y vendrán más alzas en 2023.

La expectativa del mercado se puede constatar calculando la tasa de interés implícita de los Cetes a 28 días, tomando los datos del resultado de la subasta del martes 8 de noviembre. En GAEAP estimamos que el mercado espera que los Cetes a 28 días paguen 10.57% dentro de 3 meses, tengan un rendimiento de 10.96% dentro de 6 meses y de 10.67% dentro de dos años. En términos simples, lo que esto nos dice es que la tasa objetivo del Banxico podría aumentar hasta 11.00% a mediados del 2023 y se quedará en un nivel elevado durante un buen tiempo (dos años), disminuyendo muy gradualmente. 

Claro que la evolución de las tasas de interés esta ligado a lo que suceda con la inflación. En este sentido, en el comunicado emitido por el Banxico con motivo de su decisión de política monetaria, se menciona que se anticipa que la inflación converja a la meta de 3% hasta el  tercer trimestre de 2024. Sin embargo, estas previsiones están sujetas a riesgos.

Los riesgos de que la inflación sea más alta de lo que se anticipa son: i) persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; ii) presiones inflacionarias externas derivadas de la pandemia; iii) mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico; iv) depreciación cambiaria; y v) presiones de costos. Ahora, los eventos que podrían hacer que la inflación disminuya más rápidamente son: i) una desaceleración de la economía global mayor a la anticipada; ii) una disminución en la intensidad del conflicto geopolítico; iii) un mejor funcionamiento de las cadenas de suministro; iv) un menor traspaso de algunas presiones de costos; y v) un efecto mayor al previsto de las medidas del Gobierno Federal ante la carestía.  Para el Banxico es mayor la probabilidad de que materialicen los riesgos que podrían hacer que la inflación sea más alta.

Así pues, podemos concluir que si hay avances en la lucha contra la inflación, pero hay un grave problema con su componente subyacente y eso hará que vivamos un periodo largo de elevadas tasas de inflación en México. Es importante destacar que los severos ajustes en la tasa de interés en México explican buena parte de la fortaleza del peso mexicano, el cual llegó a estar en niveles de 19.32 unidades por dólar la semana que recién concluye. Este puede ser considerado como otro costo asociado a la lucha contra la inflación, ya que este super peso perjudicará a las exportaciones y provocará mayores importaciones, lo que dañará a la planta manufacturera nacional.

Es obvio también que el mantener tasas de interés de referencia tan elevadas durante mucho tiempo (arriba del 10% los próximos dos años) tendrá un impacto negativo para todos los que tenemos deudas (personas, empresas y gobiernos), quienes tendremos que pagar más intereses. Además de que el encarecimiento del crédito provocará menos consumo privado e inversión productiva. Es por ello que la enorme mayoría de analistas estima que el año entrante el PIB de México no crecerá más allá de un 1.0%, lo que provocará menor creación de empleos. Podemos anticipar que la escasez de mano de obra que vemos en muchos sectores productivos terminará el año que viene y que desafortunadamente nuevamente veremos un crecimiento del empleo en la economía informal. Todos estos son los costos de esta guerra contra la inflación.  

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt   

Inflación, tasas de interés y presiones en el tipo de cambio

Durante la semana que recién concluyó vimos como el tipo de cambio fue presionado al alza, de manera que éste llegó el viernes 18 de junio a niveles cercanos a los 20.70 pesos por dólar, desde los 19.87 pesos observados en el arranque de la semana. Esta evolución resultó sorpresiva para muchos, sobre todo si se toma en consideración que estábamos en un periodo de “estabilidad” cambiaria y que inclusive en la Encuesta Citibanamex de Expectativas del 7 de junio, el consenso manifestó que espera que el tipo de cambio se ubique en 20.50 unidades por dólar al cierre del año.  En esta entrega abordamos las razones de tal ajuste, y de los episodios de volatilidad que estaremos observando en el marcado cambiario, las cuales son principalmente de naturaleza externa, concretamente por lo que está sucediendo con el crecimiento económico de Estados Unidos y las presiones inflacionarias que está generando.

Desde hace varias semanas, no hay día en que los analistas de medios como el Wall Street Journal o de CNN, no mencionen que el fuerte crecimiento de la economía estadounidense está provocando un incremento en su tasa de inflación, misma que fue del 5.0% anual en mayo. Hay todo un debate respecto de si dicho aumento de los precios es un fenómeno temporal o será un fenómeno permanente, por lo que se especula respecto del impacto que esta inflación tendrá en el nivel de tasas de interés en los Estados Unidos y en el resto del mundo.  El impacto de los precios en el nivel de tasas de interés, así como la expectativa del nivel de éstas en el mediano plazo, es preocupante en un contexto en el que la mayoría de países aún se encuentra en un proceso de recuperación económica, cómo es el caso de México. Un movimiento global hacia tasas de interés más altas, con el Banco de la Reserva Federal (FED) encabezando dicho ajuste, genera el riesgo de sofocar los esfuerzos de recuperación económica en algunos lugares, especialmente en un momento en que la deuda de los mercados emergentes ha aumentado.

Los bancos centrales del mundo están atentos a la manera cómo irá respondiendo la FED al aumento de la inflación en EE.UU. En este sentido, los principales mercados bursátiles a nivel mundial cayeron el jueves 17 después de que los funcionarios del banco central estadounidense, tras su reunión de política monetaria, indicaron que esperan comenzar a subir las tasas de interés hacía finales de 2023. Esto es antes de lo que se había anticipado, tras su pasada reunión de marzo de este año, y es una respuesta clara a un posible sobrecalentamiento de la economía estadounidense.

El tamaño de la economía de EE.UU., que representa casi una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, y la importancia de sus mercados financieros, han ejercido durante mucho tiempo una gran influencia en la formulación de la política monetaria a nivel global. Esto significa que, por lo general cuando la FED sube sus tasas de interés, los demás bancos centrales (en especial los de países en desarrollo) hacen lo propio. Inclusive, en ocasiones sólo basta con que la FED indique la intencionalidad de subir sus tasas de interés, para que en otros países se realicen ajustes al alza anticipadamente. Pero el crecimiento inusualmente fuerte de nuestro vecino del norte durante este año es fundamental para que la economía mundial se recuperé tras la crisis del 2020. De hecho, las expectativas de que el PIB de México pueda crecer arriba del 5% este año descansan en el supuesto de que la economía estadounidense nos jalará a través del sector exportador. Los funcionarios de la FED esperan que la economía estadounidense crezca un 7% este año, según las proyecciones publicadas el miércoles 16, lo que significa que EE.UU. por si sola generaría 1.75 puntos porcentuales del PIB mundial.

Entonces, anticipándose al apretón monetario que vendrá, los capitales salen de los mercados emergentes y por eso el tipo de cambio en México subió el 17 y 18 de junio. Para proteger sus tipos de cambio, ante la incertidumbre por la inflación y posibles movimientos en tasas de interés en Estados Unidos, es que los bancos centrales de Rusia, Brasil y Turquía subieron sus tasas de interés en las últimas semanas, además de que esta medida también obedece a los esfuerzos para reducir la inflación derivada del aumento de los precios de las materias primas este año. A medida que las fábricas de todo el mundo se esfuerzan por satisfacer la demanda estadounidense, los precios de las materias primas, desde el estaño hasta el cobre, se han disparado en todo el mundo.

El banco central de Brasil recientemente anunció su tercer aumento consecutivo en la tasa de interés de 0.75 puntos porcentuales a 4.25% y anticipó posibles aumentos adicionales en el futuro, mientras lucha contra una inflación del 8.1%. Por su parte, el Banco de Rusia ha elevado su tasa de referencia tres veces este año al 5.5%, luego de que la inflación se acelerara a más del 6% este mes, su nivel más alto en casi cinco años. El martes, la gobernadora Elvira Nabiullina dijo que Rusia continuará aumentando las tasas de interés y no espera que esto obstaculice el crecimiento económico.

El banco central de Turquía aumentó bruscamente su tasa de interés principal al 19% en marzo para contrarrestar la inflación de dos dígitos y la depreciación de la lira. Pero la lira turca ha vuelto a estar bajo presión en las últimas semanas dado que los inversionistas intentan evaluar si el banco central atenderá las demandas del presidente Recep Tayyip Erdogan de recortar las tasas.

Queda claro entonces, con base en lo anterior, que el crecimiento económico de Estados Unidos le esta haciendo bien al mundo porque apoya a las economías nacionales al impulsar las importaciones y las remesas desde Estados Unidos. Pero también la inflación que ocasiona y su impacto en las tasas de interés, aumentará los costos de endeudamiento. El ajuste se da en dos vías: por un lado un dólar más fuerte le ocasiona mayores costos a los países que han contratado deuda en dólares, pero por otra parte, le da más competitividad a los exportadores al abaratar sus productos en términos de dólares.

En el caso de México, la tasa de interés objetivo del Banco de México es del 4.0% y ya casi nadie piensa que ésta pudiera bajar más en lo que resta del año; por el contrario, la expectativa es que pudiera comenzar un ciclo alcista hacía finales de este año o principios del que sigue, en caso de que la inflación se mantenga en los niveles anualizados actuales (4.67% en marzo, 6.08% en abril y 5.89% en mayo). De hecho, considero que una de las principales razones por la que no hemos visto todavía un incremento en la tasa de interés objetivo por parte del Banxico es por la inclusión de Gerardo Esquivel Hernández, Jonathan Heath y Galia Borja Gómez, como miembros de la Junta de Gobierno del banco central. Ellos tres han entrado durante la actual administración federal, y le han dado al Banxico una posición mucho más “paloma” en el sentido de privilegiar el crecimiento y creación de empleos. Esto no obstante que el mandato constitucional del banco central mexicano es preservar el poder adquisitivo de la moneda.

La gran pregunta que queda tiene que ver con lo que sucederá con la tasa de inflación en los Estados Unidos y lo que eventualmente ocurrirá con las tasas de interés por parte de la FED. La incertidumbre respecto de estos posibles movimientos mantendrá al tipo de cambio con alta volatilidad. Esperemos que aquí en México los proveedores de la industria no tomen el tipo de cambio en niveles de 20.70 como pretexto para seguir incrementando los costos de los insumos y materias primas. Eso generaría una espiral inflacionaria y presionaría al Banxico para subir las tasas de interés antes de lo anticipado.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

¿La fortaleza del peso o la debilidad del dólar?

En las últimas semanas diversos empresarios me han consultado respecto de las expectativas del tipo de cambio para el 2021. Mi respuesta siempre va acompañada con la advertencia de que nadie puede saber a ciencia cierta cuánto costará un dólar a finales del año que viene y quien lo asegure está mintiendo, y si te dan un pronóstico y acaba sucediendo, pues es producto de la suerte (le atinaron). Con  tantas variables en juego, es imposible poder predecir el tipo de cambio dentro de un año, pero eso no impide que se pueda formular algún escenario. En ese sentido, vemos que en la Encuesta de Expectativas Económicas del Banxico los analistas prevén que al cierre de diciembre de 2021 un dólar costará 21.20 pesos; por su parte, en la más reciente Encuesta de Expectativas del Grupo Financiero Citibanamex se menciona que estará en 21.51 pesos.

En esta entrega básicamente hacemos dos cosas: primero analizamos la evolución de un grupo de 16 divisas frente al dólar estadounidense durante dos periodos distintos, y segundo, analizamos porque el dólar ha bajado de precio en los últimos meses después de haber alcanzado una cotización máxima en 25.3482 pesos el 23 de marzo de 2020. Cabe señalar que para los análisis de la evolución de las diversas divisas, utilicé la base de datos del Pacific Exchange Rate Service de la Universidad de British Columbia en Canadá.

Comparativo diciembre 2019 a diciembre de 2020

En el comparativo del promedio de diciembre de 2019 a diciembre de 2020, vemos la siguiente evolución (en paréntesis de indica el porcentaje en que ha aumentado o disminuido el precio del dólar estadounidense frente a cada divisa): franco suizo (-8.9%), euro (-8.2%), dólar australiano (-7.0%), won surcoreano (-6.7%), yuan chino (-6.6%), dólar neozelandés (-6.6%), yen japonés (-4.4%), libra esterlina (-2.3%), dólar canadiense (-2.1%), peso chileno (-1.8%), dólar de Hong Kong (-0.7%), peso colombiano (+3.9%), peso mexicano (+4.3%), rublo ruso (+19.0%), real brasileño (+26.5%) y peso argentino (+36.3%). Vemos que para este periodo de tiempo, de las 16 monedas analizadas, 11 vieron al dólar estadounidense bajar de precio, mientras que las otras 5 vieron al dólar estadounidense subir, y México forma parte de ese grupo de 5 monedas. De hecho, la moneda de nuestro país ocupa la posición 13 en cuanto a desempeño frente al dólar.

Comparativo marzo a diciembre de 2020

Ahora, si analizamos la evolución de esas mismas 16 monedas frente al dólar estadounidense, pero ahora para el periodo del promedio de  marzo a diciembre de 2020, tenemos lo siguiente evolución (en paréntesis de indica el porcentaje en que ha aumentado o disminuido el precio del dólar estadounidense frente a cada divisa):  dólar australiano (-16.2%), dólar neozelandés (-14.3%), peso mexicano (-10.9%), peso colombiano (-10.5%), won surcoreano (-10.0%), euro (-8.7%), libra esterlina (-8.0%), dólar canadiense (-7.6%), yuan chino (-6.7%), franco suizo (-6.6%), yen japonés (-3.2%), dólar de Hong Kong (-0.2%), rublo ruso (+0.4%), real brasileño (+6.4%) y peso argentino (+29.0%).  Vemos que para este periodo de tiempo, de las 16 divisas analizadas, 13 vieron al dólar estadounidense bajar de precio y sólo 3 vieron que subió. De hecho, también vemos que el peso mexicano ocupa el tercer lugar en cuanto a desempeño frente al dólar.

Es así que el peso mexicano registra una importante recuperación frente al dólar estadounidense en los últimos meses, sin embargo deben quedar en claro dos cosas: Primero, que el peso mexicano no es la única moneda que se ha fortalecido frente al dólar; y segundo, que con respecto a diciembre de 2019 aún estamos con un tipo de cambio más débil (el tipo de cambio promedio de diciembre de 2019 fue de 19.118 pesos por dólar, mientras que en diciembre de 2020 es de 19.947 pesos por dólar).

Habiendo precisado lo anterior, pasamos a analizar las causas que explican porque el dólar estadounidense ha bajado 10.9% frente al peso mexicano, en el comparativo del promedio de marzo a diciembre de este año:

Causas de la caída del dólar

Hay diversas causas que explican lo que está sucediendo con el dólar. A continuación menciono seis  de éstas:

1. Aumento del balance de la Fed

El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) es el banco central de Estados Unidos. En aras de dar liquidez a su sistema financiero en esta crisis económica causada por el Covid-19, desde junio de este año la Fed ha estado comprando un promedio de 120 mil millones de dólares al mes en bonos del Tesoro e hipotecas respaldadas por activos.

De esta manera, su hoja de balance se ubica en 7.2 billones de dólares (trillions en inglés), cifra superior a la observada a principios de año en 3 billones de dólares, lo que representa un incremento de más de 40%. Este súper aumento en la cantidad de dólares en circulación (aunque sólo existen en las computadoras) es una de las causas por las cuales el dólar se ha debilitado frente a la mayoría de las principales divisas del mundo y explica buena parte de los incrementos en los mercados bursátiles estadounidenses. ¿Hay alguna otra razón que explique porque Tesla vale más de 520 mil millones de dólares, cifra superior al valor combinado de Toyota (TM), Volkswagen (VLKAF), GM (GM), Ford (F), Fiat Chrysler (FCAU) y su socio PSA Group (PUGOY)? Hay demasiada liquidez de dólares en el mundo.

Esta borrachera de dólares no va a terminar pronto. El pasado miércoles 2 de diciembre, el jefe de la Fed, Jerome Powell, señaló que la Reserva Federal no está contemplando retirar su programa de compra de bonos a pesar de que existe un optimismo generalizado sobre las perspectivas económicas a mediano plazo dadas las prometedoras noticias sobre las vacunas COVID-19.

2. Altas tasas de interés

Si bien el Banco de México inició su ciclo de disminuciones de su tasa de interés objetivo en agosto de 2019, y llevó dicha tasa de un nivel de 8.25% hasta 4.25% en septiembre de este año, la realidad es que México es de los países importantes que tiene las más elevadas tasas de interés.

Al momento de escribir estas líneas la tasa de interés de los Cetes a 28 días es de 4.35%, mientras que la tasa de un Bono del Tesoro de Estados Unidos con plazo de un mes es de apenas 0.07%. Esta diferencia en la que la tasa libre de riesgo en México es 61 veces más alta que la de Estados Unidos, es lo que provoca que fluyan capitales a nuestro país que buscan los mayores rendimientos a nivel global.

Cabe señalar que la tasa de interés en México se mantiene elevada derivado de que subsisten importantes presiones inflacionarias, por lo que en su última reunión de Junta de Gobierno, el Banxico hizo una pausa en esta fase expansiva en su política monetaria.

3. Se mantiene la calificación de la deuda soberana

Relacionado con el punto anterior esta el tema de que a pesar de todos nuestros problemas y el desastre en materia económica en el que estamos metidos, en las últimas semanas, dos de las tres principales agencias calificadoras ratificaron las calificaciones crediticias de nuestra deuda soberana.

El pasado jueves 3 de diciembre, Standard & Poor’s confirmó la nota crediticia de México en ‘BBB’, pero mantuvo su perspectiva en negativa, lo que significa que es posible ver un recorte de la calificación en los próximos 12 a 18 meses. Por otra parte, tenemos que el pasado 11 de noviembre, la agencia Fitch Ratings ratificó la calificación del país en ‘BBB-‘ con perspectiva estable argumentando un marco de política macroeconómica consistente, finanzas externas relativamente robustas y un nivel de deuda pública estable.

Esto significa que para ambos casos la calificación de la deuda soberana de México se mantiene en la categoría de grado de inversión, lo que nos hace sujetos de continuar recibiendo flujos de inversión de cartera en base a nuestras altas tasas de interés.

4. Manejo de las finanzas públicas

Podemos mencionar otras razones por las cuales la cotización del dólar ha bajado frente al peso mexicano, entre las que destacan que a diferencia de otros países el gobierno federal mexicano prácticamente no se ha endeudado para hacer frente a la crisis económica ocasionada por las limitaciones causadas por el Covid-19. Si, la deuda del sector público ha aumentado en función del déficit fiscal autorizado por el Congreso, pero la mayor parte del incremento se debe a que los pasivos en dólares cotizados en pesos se han movido a la par que el dólar.

5. Superávit en la cuenta corriente

Derivado de la crisis económica que ha frenado muchas de las importaciones de mercancías al país, es que la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos de México registró un superávit de 17.498 miles de millones de dólares en el tercer trimestre del año. Se trata del mayor saldo superavitario desde que se tiene registro, resaltó el Banco de México y supera al histórico que se alcanzó en el segundo trimestre del  2019 de 4.400 miles de millones de dólares.

Cabe señalar que dicho superávit representó 6.9% del PIB, una cifra que contrasta con el déficit de 0.1% del PIB registrado en el mismo periodo del año pasado.

Esto significa que con independencia de la entrada de divisas al país por inversiones de cartera o inversiones fijas, México tuvo en el tercer trimestre de 2020 una entrada neta de divisas principalmente por el saldo de la balanza comercial y las remesas que entran al país,  

6. Optimismo mundial

Otro aspecto que ayuda a la recuperación del peso mexicano es el reciente optimismo mundial por el desarrollo y autorización de las vacunas contra el Covid-19. Este optimismo hace que los inversionistas aumenten su apetito por activos considerados más riesgosos que los Bonos del Tesoro de Estados Unidos (tales como los Cetes mexicanos).

Conclusiones

Hemos visto que gran parte de la disminución en el precio del dólar frente al peso mexicano se debe a cuestiones que nada tienen que ver con las acciones del gobierno federal, tales como el aumento en el balance de la Fed, las altas tasas de interés que ofrecen los instrumentos de inversión en México o el sentimiento de menos pesimismo que hay a nivel mundial. El mérito para el gobierno federal ha sido mantener cierta estabilidad en las finanzas públicas, lo cual es valorado por las agencias calificadoras de riesgo. La principal conclusión es que a pesar del desastre económico que ha causado el gobierno federal en el país con su “política económica de incertidumbre”, el peso mexicano se ha beneficiado de un contexto global favorable. ¿Cuánto durará esta nueva etapa de un dólar barato? Es difícil decirlo, pero pareciera que a menos de que el gobierno federal mexicano cometa otro severo error de política, durará al menos todo el 2021 en tanto la Fed no le cierre la llave a la creación de dólares.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*      

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

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¿Qué esperar para la economía mexicana en lo que resta del 2020?

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Al día de hoy, a nivel mundial ya hay más de 318 mil casos de COVID-19, en México apenas 251.

Las últimas dos semanas, desde el sábado 7 de marzo cuando Arabia Saudita anunció que inundaría el mercado mundial con petróleo, han sido de extrema volatilidad en los mercados financieros mundiales. En el caso de México la hemos resentido de manera importante, por las propias debilidades estructurales de nuestra economía.

Por una parte, hemos comentado el enorme riesgo en el que están nuestras finanzas públicas por la fuerte caída de los precios internacionales del petróleo, incluido el de la mezcla mexicana. De acuerdo con información del Banco de México, el 18 de febrero, el barril estaba en 48.85 dólares y el 20 de marzo cerró en 15.78 dólares, lo que implica que en cosa de un mes, éste se derrumbó 67.7%, con el consecuente golpe para las finanzas públicas. En este sentido, muchos hemos criticado la falta de transparencia de Pemex y el gobierno federal por no dar suficientes detalles respecto de las condiciones de contratación de las coberturas petroleras que se debieron haber adquirido para garantizar un precio mínimo del petróleo. En el caso concreto de Pemex la falta de transparencia es aún mayor.

El desajuste fiscal ocasionado por la caída en el precio del petróleo será exacerbado por el desplome de los ingresos fiscales del gobierno por concepto de Impuesto Sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA). En la semana que concluye, la mayoría de los analistas han ajustado su expectativa de crecimiento económico para México para este año. El Bank of America espera una contracción de -4.5%, Banorte de -3.5%, Citibanamex de -2.6%, JP Morgan de -1.8%, Credit Suisse -4.0%, Scotiabank -5.8% y así puedo mostrarles más ejemplos. Pero lo que es aún peor es la expectativa de caída del PIB para el segundo trimestre de 2020, siendo la expectativa de JP Morgan de -15.5%. Para poner dicha cifra en contexto, tenemos que el Banco de Información Económica (BIE) de INEGI nos presenta la información trimestral de evolución del PIB para el periodo de 1981 a 2019 y para todo ese periodo la caída del PIB más fuerte registrada fue de -9.1% el segundo trimestre de 1995. Esto implica que de materializarse la expectativa de JP Morgan, en el segundo trimestre de 2020 veremos la mayor caída del PIB para un trimestre desde 1932, año en el que el PIB de México cayó -14.83% según Manuel Aguirre Botello.

Para agravar las cosas aún más para México, pues tenemos que en Estados Unidos también se anticipa un escenario casi apocalíptico, que frenará nuestras exportaciones hacía dicha nación. El viernes 20 de marzo, los economistas de Goldman Sachs dijeron que anticipan una caída en el PIB estadounidense de -24.0%, después de una caída de -6.0% en el primer trimestre. Esto después del freno repentino e histórico de la actividad, en aras de frenar la pandemia del Covid-19.  La buena noticia es que los economistas esperan un rebote de 12.0% en el tercer trimestre y uno de 10.0% en el cuarto. De esta manera, la expectativa es que Estados Unidos cierre con una caída anualizada de su PIB en todo 2020 de -3.8%.

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Todo esto hace que se observe un escenario muy complicado para las finanzas públicas de México, por lo que es altamente probable que las agencias calificadoras de deuda como Moody´s, Standard & Poor´s y Fitch nos bajen la calificación de la deuda tanto soberana, como la de Pemex, lo cual amplificaría el problema de depreciación de nuestra moneda que de por si nos ha pegado fuerte. Es verdad que muchos capitales han abandonado el país anticipándose a la degradación de la calificación de nuestra deuda, pero muchos más pueden salir una vez que se materialice el escenario en el que perdamos el “grado de inversión”.  Sucede que muchos de los capitales que se mueven por el mundo, son controlados por algoritmos computacionales, de manera que una baja en la calificación de la deuda mexicana y de Pemex ocasionaría mayores salidas de capitales sin intervención humana. De esta manera, si las autoridades federales continúan sin explicar cómo van a abordar el problema fiscal que se nos avecina, no se descarta ver al tipo de cambio en niveles de hasta 28 pesos por dólar o más, al menos en el corto plazo.

Referente al tipo de cambio, varias personas me han preguntado cómo se ha comportado nuestra moneda frente al dólar y cómo se compara esto con el desempeño de otras monedas. Entonces decidimos hacer un pequeño análisis en GAEAP, con datos del Pacific Exchange Rate Service, el cual presentamos a continuación:

Encontramos que en el comparativo de la primera semana completa del año (del 6 al 10 de enero) y la semana más reciente (del 16 al 20 de marzo) el dólar estadounidense pasó de un promedio de 18.83 a 23.586 pesos mexicanos, lo que implica un encarecimiento de 25.3%. Al comparar esto con las monedas más importantes a nivel mundial y de Latinoamérica, vemos que el dólar se apreció 26.1% respecto al peso colombiano y 24.3% frente al real brasileño. Siendo entonces estos dos países y México los que mayor depreciación de su moneda han registrado en lo que va de 2020.

Por su parte, el dólar estadounidense se ha apreciado 16.3% respecto del dólar australiano, 13.3% frente al dólar de Nueva Zelanda, 11.8% frente al peso chileno, 10.3% frente a la libra esterlina, 9.7% frente al dólar canadiense, 7.2% frente al won de Corea del Sur, 6.0% frente al peso argentino, 2.3% frente al euro y 1.5% frente al yuan chino. Por su parte, el dólar estadounidense ha perdido el 0.1% de su valor frente al dólar de Hong Kong, se ha depreciado -0.3% frente al franco suizo y se ha depreciado -0.4% respecto del yen japonés.

Queda claro pues que de este grupo de 15 monedas, en lo que va de 2020, el peso mexicano es la de segundo peor desempeño, debilidad que se explica por los factores antes mencionados, y que desde luego se puede agravar.

En este sentido, una buena noticia es que el Banco de México adelantó su decisión de política monetaria una semana, y que el viernes 20 de marzo anunció que disminuyó su tasa de interés objetivo a un día a un nivel de 6.50%. Esta decisión en principio no tuvo un impacto en el tipo de cambio, el cual se encuentra al momento de escribir estas líneas en 24.4368 pesos por dólar en su cotización interbancaria. Es un nivel de tipo de cambio muy alto, que ya se había observado desde el jueves 19, por lo que no se puede decir que la baja en la tasa de interés haya tenido un impacto negativo en la moneda.

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Los más pobres son los más vulnerables al Covid-19, en todos los sentidos.

Cabe destacar que en el comunicado de prensa que el Banxico emitió para dar a conocer su decisión, hace una reflexión de que la baja en la tasa de interés se dio porque se espera que la demanda interna caiga tanto que habrá menores presiones en los precios, pero al mismo tiempo hace mención de que el aumento en el tipo de cambio podría presionar la inflación hacía arriba. Cabe recordar que la inflación anualizada de febrero de 2020 fue de 3.7%, por lo que cualquier contaminación de los precios por el alza en el tipo de cambio, pondría un freno a mayores bajas en la tasa de interés. Sin embargo, la baja temporal en los precios de las gasolinas ayuda de manera importante a restar presiones inflacionarias.

A manera de conclusión, podemos señalar que estamos viviendo la peor crisis económica en al menos 90 años si se analiza desde la óptica del freno que veremos en el segundo trimestre de 2020, y será la peor crisis desde 1995 si se analiza en términos del balance esperado para todo el año. Muchas empresas ya están sufriendo los estragos de clientes que les han cancelado pedidos e inclusive a muchos los han dejado con el producto terminado y no se los van a recibir. Muchos compradores han anunciado que no realizarán pagos y varios de los compradores internacionales han solicitado al menos un mes más de plazo para poder pagar.

En México no ha habido ningún anuncio de apoyos por parte de la Secretaría de Economía, y tampoco ninguna consideración por parte de las autoridades fiscales del país como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. La sociedad y los empresarios hemos sido dejados a nuestra suerte. Otro aspecto a considerar es el fuerte problema que se le puede ocasionar a los bancos por quienes de plano les dejarán de pagar sus créditos, por lo que se espera que ellos anuncien alguna medida de apoyo en los próximos días. Es así que el escenario económico se complica día con día a pasos agigantados, y lo peor está aún por llegar.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

*Te invito a que te suscribas al Servicio de Información Económica de GAEAP*

¿Cómo impactará el COVID-19 a la economía de México?

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Escenas de desolación en varias ciudades del mundo.

Los días recientes han estado saturados de información respecto a la propagación del COVID-19 y las acciones de los gobiernos para tratar mitigar el avance de la enfermedad. La cancelación de diversas actividades económicas en diversos países aunado a las medidas de contención que se implementarán en los próximos días, hacen prever que la tasa de crecimiento económico a nivel mundial será la más baja desde 2009, año en que ésta registró una caída de -1.679%

De acuerdo con Kozul-Wright, Director de la División sobre Globalización y Estrategias de Desarrollo en la UNCTAD, la desaceleración de la economía global a una tasa por debajo del 2% para este año, tendrá un costo de 1 billón de dólares (cifra equivalente al 80% del PIB de México). Sin embargo, en un “escenario del día del juicio final” en el que la economía mundial crece a una tasa de apenas 0.5%,  implicaría un golpe al PIB de la economía mundial de 2 billones de dólares.

Estas perspectivas, de la mano del colapso de los precios del petróleo y la interrupción de las cadenas de suministro de China y Europa, ha sido un factor que contribuye a una creciente sensación de inquietud y pánico en materia económica. De esta manera, atravesamos por el peor de los escenarios, ya que ahora hay un grado enorme de ansiedad que va mucho más allá de los problemas de salud, los cuales de por sí son muy graves y preocupantes. Todo esto ha impactado muy negativamente en el ánimo de inversionistas en las diferentes bolsas de valores a nivel mundial, de manera que éstas han tenido los peores días desde el crack bursátil de 1987.

De acuerdo con el sitio de internet mx.investing.com, en el último mes el Dow Jones de Nueva York muestra una caída de -21.13%, mientras que el índice Nasdaq presenta una disminución de -19.08%, el Euro Stoxx 50 una caída de -32.67%,  el índice DAX de Alemania una contracción de -32.83%, el FTSE MIB de Italia una caída de -35.86%, y el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores una disminución de -15.37%. Curiosamente las bolsas de valores de China presentan caídas mucho más moderadas. En lo que va del año el SZSE Component muestra un incremento de 13.41%, mientras que la bolsa de Shanghai presenta una caída de -5.33%.

Hong-Kong
La industria del turismo tendrá pérdidas gigantescas este año por el Covid-19

A nivel mundial hay una creciente preocupación de que en la medida en que el COVID-19 se propaga, provocando el colapso de los precios del petróleo y en la industria del turismo, así como cierre de fábricas en Italia, Francia, España y China, pues aumenta el riesgo de que las compañías en los sectores de energía, turismo, automóviles, entre otros, no podrán hacer frente a sus obligaciones de deuda. Esto podría desencadenar una serie de incumplimientos y rebajas en las calificaciones, lo que desestabilizaría aún más los mercados financieros y agravarían el shock económico al hacerlo mucho más duradero.

En este contexto, la economía mexicana ha recibido duros golpes en los últimos días. La amenaza de Arabia Saudita de inundar el mercado con petróleo tras un desacuerdo con Rusia desató el apocalipsis. Para México el escenario de mayor preocupación comenzó el domingo 8 de marzo, cuando los mercados de petróleo en Asia abrieron y en menos de 30 minutos se registró una caída de más de un 30% en el precio del barril de petróleo. La preocupación de lo que esta caída representa para Pemex y las finanzas del sector público federal, con una posible degradación en la calificación crediticia, fue lo que de inmediato llevó al tipo de cambio a niveles por encima de los 21.50 pesos por dólar.

Al igual que para la mayoría de países, el escenario para México (por lo que está sucediendo en materia de salud y con la economía), es por demás complejo. En aras de explicar cómo se interrelacionan las diferentes variables económicas, a continuación presento algunos escenarios respecto de lo que podría suceder en México en los próximos seis meses:

Finanzas públicas

Debemos comenzar diciendo que Pemex ha sido muy poco transparente y por lo tanto es difícil evaluar el impacto de la baja en el precio del petróleo en sus finanzas y las finanzas de la administración pública federal. Cabe recordar que hace apenas unos días se nos informó que dicha empresa registró pérdidas por 346.135 miles de millones de pesos (mmdp) durante 2019, cifra 92% superior respecto a las pérdidas de un año antes.

De acuerdo con un análisis de Citibanamex, la situación del sector público en 2020 dependerá de: 1. El grado en el que las coberturas petroleras actuales cubran el faltante de ingresos, y 2. El impacto que tendrá el menor precio del petróleo respecto del precio local de la gasolina, dado que la diferencia es el IEPS, actualmente en 4.95 pesos por litro (para la gasolina de bajo octanaje) y que representa 297.5 mmdp de los ingresos públicos (aproximadamente el 9.3% de los ingresos tributarios).

Suponiendo un precio para la Mezcla Mexicana de Exportación de 35dpb (vs. 50 dpb estimado en el presupuesto 2020), se estima que habrá un faltante de ingresos para el Sector Público de 188.2 mmdd, de los cuales aproximadamente 40% serían compensados por las coberturas petroleras del Gobierno Federal. El faltante de ingresos adicional sería parcialmente compensado con la cobertura de Pemex (sobre la cual no tenemos detalles específicos). Esto aún dejaría un faltante de ingresos, el cual se podría compensar con ingresos adicionales de aproximadamente 105 mmdp si, por ejemplo, el IEPS aumentara a partir del mes de abril a 6.4 pesos por litro. Esto implica que la caída de los precios internacionales de la gasolina no se traduzca en precios más bajos de las gasolinas, sino que efectivamente se utilice para fortalecer las finanzas públicas.

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En México han comenzado las compras de pánico

Otro tema de preocupación en materia de finanzas públicas es cómo afectará a la recaudación de ISR e IVA el continuar con una economía en recesión. Hay que recordar que los Criterios Generales de Política Económica 2020 estiman una tasa de crecimiento del PIB de entre 1.5% y 2.5%, algo que definitivamente no sucederá.  En este sentido el gobierno federal debe encontrar fuentes alternas de recaudación y una gran oportunidad subsiste estableciendo un combate frontal en contra del contrabando y subvaluación de mercancías en las aduanas del país. Este tema ya lo he abordado en pasadas entregas.

Tipo de cambio

El 19 de febrero de este año un dólar costaba 18.588 pesos y al momento de escribir estas líneas la paridad es de 21.9169 pesos por dólar, lo que implica que en tres semanas el dólar se encareció 17.9%. Esto es el resultado del nerviosismo por parte de inversionistas que prefieren llevar su dinero a lugares más seguros. Como ya se explicó, la caída de los precios del petróleo y la desaceleración  económica global, pondrán una mayor presión en las finanzas públicas y las de Pemex, lo que hace muy probable que las calificadoras de riesgo degraden la nota mexicana y pongan a la de Pemex en calidad de inversión especulativa. De suceder esto, las medidas como las que ha tomado el Banco de México, de aumentar las subastas de coberturas cambiarias, tendrán un impacto positivo limitado.

Por otra parte, la posibilidad de que los Estados Unidos impongan medidas más severas de control de restricción de viajes desde otros países, entre ellos México si la epidemia se nos sale de control, deja abierta la puerta para que el tipo de cambio siga aumentando (la noche del 11 de marzo se acercó bastante a los 23 pesos por dólar durante unos momentos). El Banco Base ha señalado que existen las condiciones para que el dólar aumente hasta los 25 pesos, lo cual desde luego que puede ocurrir. Sin embargo, es de esperarse que una vez que regrese la calma a los mercados, el dólar pudiera regresarse a niveles de 20 pesos por dólar. Para que esto suceda, dependerá mucho el resultado de las elecciones en los Estados Unidos, siendo el triunfo de Joe Biden lo que más le conviene a México.

Inflación

La inflación anualizada en México se ubicó en 3.70% en febrero de este año, muy cerca del rango máximo objetivo por el Banco de México de 3% más un punto porcentual. Si a esta situación le agregamos la posible presión que un tipo de cambio más alto ejercerá en los precios nacionales, es posible que la inflación continúe con su tendencia alcista, al menos en el corto plazo.

De acuerdo con Citibanamex, las estimaciones actuales de traspaso de alza en el tipo de cambio en la inflación en México son de alrededor de 3 puntos base por 1% de depreciación. Esto implica que una depreciación del peso de 10% provocaría que la inflación aumentara en 0.3 puntos porcentuales. No obstante lo anterior, se podría considerar que el efecto traspaso del tipo de cambio a la inflación, sería limitado porque la demanda interna sigue débil. ¿Cómo puedes subirle los precios a tus clientes si de por si tus ventas son bajas?

Tasas de interés

La suerte de las tasas de interés dependerá de varios factores. En primer lugar, pues el hecho de que el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) haya bajado sorpresivamente su tasa de interés de fondos federales en 0.5 puntos, le da un enorme margen al Banco de México para hacer lo propio. Sin embargo, el banco central estará muy vigilante de cómo la evolución del tipo de cambio impacta a los precios nacionales. De esta manera, lo que se anticipa es que en la reunión de la Junta de Gobierno del Banxico de marzo se realice un recorte a la tasa de interés objetivo de medio punto porcentual, para darle un respiro a la economía, y que de ahí en adelante las decisiones de política monetaria dependan de la evolución de la inflación.

Crecimiento económico

El pasado 11 de marzo, el Bank of America ajustó de +0.5% a -0.1% su pronóstico del crecimiento de la economía mexicana en 2020, lo que implica un escenario similar de contracción económica que vivió el país en 2019 y significa dos años consecutivos con caídas en el Producto Interno Bruto. Este pronóstico está sustentado en un entorno económico global más débil (pronósticos de crecimiento del PIB de Estados Unidos que inclusive apuntan a una recesión) así como una mayor aversión al riesgo global y precios del petróleo considerablemente más bajos.

A manera de conclusión podemos señalar que no cabe duda que el escenario macroeconómico mundial y para México es muy complicado. Se requiere de todo el talento de los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, para evitar que el país caiga en una crisis económica. Para evitar esto, también es fundamental el apoyo y prudencia de las diferentes fuerzas políticas, así como la del propio presidente López Obrador.

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Alejandro Gómez Tamez*

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Un “súper peso” detenido por alfileres (tasas de interés)

Ha transcurrido un año desde que Andrés Manuel López Obrador ganó la elección por la Presidencia de la República el 1 de julio de 2018. Desde ese día hemos presenciado algunas decisiones gubernamentales que han mermado la confianza empresarial, lo que ha frenado la tasa de crecimiento económico e inclusive ha ocasionado la degradación de la calificación de la deuda soberana de México. De igual manera, vivimos la incertidumbre respecto a la renegociación del TLCAN y posteriormente las complicaciones para la aprobación del T-MEC en el Congreso de los Estados Unidos. También hemos sido agredidos verbalmente con amenazas arancelarias por parte del presidente estadounidense, quien recientemente nos ha convertido en su principal instrumento de control migratorio. Todo esto ha ocasionado episodios temporales de volatilidad en el tipo de cambio. En esta entrega analizamos el comportamiento de la paridad peso-dólar en el último año y explicamos la razón de la “fortaleza” del peso a pesar de las malas noticias y la interminable incertidumbre política y económica en la que vivimos.

Tipo de cambio 3

Con datos del Pacific Exchange Rate Service de la Universidad de British Columbia, vemos que en el último año, una de las monedas que más se apreció frente al dólar estadounidense fue precisamente el peso mexicano, al haber pasado de un promedio de 20.392 pesos por dólar en junio de 2018 a uno de 19.034 pesos por dólar en junio de 2019, lo que implica una disminución del precio del dólar de -5.1% y ubica al peso mexicano como la divisa de mejor desempeño del grupo de las 10 más importantes a nivel global.

Tipo de cambio 2

A la par de ese buen desempeño frente al dólar estadounidense, durante ese mismo periodo, el peso mexicano también se fortaleció frente a las principales monedas del mundo, como se muestra a continuación (en paréntesis se indica el porcentaje de apreciación del peso frente a cada divisa): dólar australiano (13.60%), won de Corea del Sur (12.77%), yuan chino (12.31%), dólar de Nueva Zelanda (10.71%), libra esterlina (10.38%), euro (8.86%), dong de Vietnam (7.67%), rublo ruso (7.46%), dólar canadiense (6.58%), franco suizo (5.11%), dólar de Hong Kong (5.04%) y yen japonés (3.40%). Queda claro pues que en el balance posterior a un año el peso tiene ahora una posición que previo a las elecciones presidenciales.

De igual manera, haciendo el análisis con datos mensuales vemos que en el periodo de enero de 2018 a lo que llevamos de julio de 2019, el peso mexicano exhibe una volatilidad media en comparación con otras monedas en su cotización frente al dólar estadounidense. En GAEAP calculamos la desviación estándar de cada moneda y la dividimos entre su cotización promedio del periodo y obtuvimos los siguientes valores (en paréntesis se indica el cociente obtenido): dólar de Hong Kong (0.2%), dong de Vietnam (1.1%), yen japonés (1.8%), franco suizo (2.1%), dólar canadiense (2.2%) peso mexicano (2.7%), won coreano (3.1%), euro (3.3%), libra esterlina (3.4%), yuan chino (3.5%), dólar neozelandes (3.6%), dólar australiano (4.1%) y real brasileño (6.9%).

Tipo de cambio

Lo anterior significa que si bien en México hemos vivido episodios de volatilidad en momentos de mayor incertidumbre económica y política, esta volatilidad es menor a la que han registrado otras divisas como el euro o el real.

¿A qué se debe la “fortaleza” del peso y su buen desempeño? Las cifras oficiales dan cuenta de que no se debe a que nuestra economía esté en una posición de solidez por su crecimiento económico o por tener un superávit en su cuenta corriente de la balanza de pagos. El peso ha estado fuerte básicamente por lo elevadas que están las tasas de interés en nuestro país. Y es que de las economías más importantes del mundo, la de México es la que paga las mayores tasas de interés, siendo la tasa objetivo del Banco de México de 8.25% en la actualidad. Claro, hay casos como el de Turquía, que paga actualmente un interés del 24.0%; pero de ahí en más tenemos lo siguiente (en paréntesis se indica la tasa de interés actual fijada por el banco central): Rusia (7.5%), Sudáfrica (6.75%), Brasil (6.5%), Indonesia (6.5%), India (5.75%), China (4.35%), Arabia Saudita (3.0%), Estados Unidos (2.5%), Chile (2.5%), República Checa (2.0%), Corea del Sur (1.75%), Canadá (1.75%), Nueva Zelanda (1.5%), Polonia (1.5%), Noruega (1.25%), Australia (1.0%). Hungría (0.9%), Gran Bretaña (0.75%), Israel (0.25%), Dinamarca (0.05%), Europa (0.0%), Japón (-0.1%), Suecia (-0.25%) y Suiza (-0.75%).

Tasas de interés

Si usted fuera un inversionista internacional y dados estos valores de tasa de interés ¿a usted en qué país le gustaría invertir? Desde luego que México es una alternativa atractiva, ya que aún conserva su calificación de deuda soberana en la categoría de “grado de inversión”. Mientras que en los Estados Unidos un bono a un mes paga actualmente una tasa anualizada de 2.26%, los Cetes a 28 días en México pagan 8.10%, por lo que queda claro que el diferencial de tasas es muy elevado. En una entrega anterior había explicado que cualquier riesgo de la inversión por motivo de la depreciación del peso se puede cubrir comprando coberturas cambiarias, por lo que nuestro país sigue representando una magnifica alternativa para los inversionistas internacionales (claro a costa de los bolsillos de los mexicanos como veremos a continuación).

Estas elevadas tasas de interés, si bien ayudan a mantener el tipo de cambio estable porque son el imán que atrae capitales golondrinos, son también en parte causa de la desaceleración económica del país ya que han afectado la inversión productiva. La contracción del sector construcción, la caída en la venta de automóviles y la disminución en la adquisición de maquinaria y equipo por parte de empresas, en buena medida fue ocasionada por las fuertes alzas en la tasa de interés por parte del Banco de México, organismo que llevó su tasa de interés objetivo de 3.0% en diciembre de 2015 hasta el actual 8.25%. Y de igual manera, el hecho de que ahora familias, empresas y gobiernos en México paguen mucho más por sus créditos, es producto de las decisiones del banco central mexicano en su lucha contra la inflación. En este sentido cabe recordar que gran parte de la inflación que el Banxico ha combatido fue causada por el propio gobierno federal en la administración anterior con los interminables gasolinazos.

Mucho se ha especulado respecto a cuándo llegará el momento en el que el Banxico comenzará a bajar su tasa de interés objetivo. Los analistas del grupo financiero Citibanamex especulan que esto comenzará en septiembre de este año, pero aunque eso suceda, se prevé que las bajas serán muy lentas de manera que tal vez en diciembre de 2020 dicha tasa se ubique en 7.50%. Claro que este escenario está sujeto a que la inflación se mantenga dentro del rango tolerable para el banco central que es de 3.0% +/- un punto porcentual (la inflación anualizada a la primera quincena de junio fue de 4.0%). Si la inflación cierra este año en torno a 3.85%, entonces habrá espacio para estas pequeñas bajas marginales en la tasa de interés en México.

Debemos señalar que la lentitud en la regularización de la política monetaria en México (llevar la tasa de interés a un nivel “neutro”) se debe a que el Banco de México tiene pánico de que una baja inoportuna en su tasa de interés objetivo se traduzca en movimientos desordenados del tipo de cambio.

Es bien sabido que México depende de la entrada de inversión extranjera de cartera para mantener su equilibrio externo, por lo que una baja en la tasa de interés que ocasione una caída en la entrada de divisas al país, hará que la demanda de dólares en México sea mayor que la oferta y con ello el dólar podría subir de manera considerable y con ello volveríamos a sufrir problemas inflacionarios.

mexico-china_69_cuadradaDado lo anterior, y para evitar ser tan dependientes de la entrada de inversión extranjera de cartera, es importante que se trabaje en otros flancos como lo es la lucha contra el contrabando y la subvaluación de mercancías en las aduanas del país, así como buscar equilibrar nuestro desequilibrio comercial con los países asiáticos. El tema del déficit comercial con las naciones asiáticas lo he abordado en anteriores entregas, pero hay que recordar que en el año 2018 dicho déficit fue de -135.803 miles de millones de dólares.

Para lograr lo anterior, es fundamental dos cosas: primero, se debe modificar la Ley Aduanera para que se le den más facultades a las autoridades para desechar el valor de las mercancías a ser importadas cuando éstas estén claramente subvaluadas; y segundo, se debe hacer una exhausta revisión de la política arancelaria de México con el fin de obtener concesiones de países asiáticos. Y pues cosas como los compromisos unilaterales de México de bajar aranceles a cambio de nada (como lo es el caso de los sectores textil, vestido y calzado), deberían posponerse de manera indefinida.

México necesita ser menos dependiente de las entradas de capitales internacionales. El costo de la entrada de dichas divisas ha sido muy elevado para todos, pero seguiremos siendo dependientes en la medida en que no implementemos medidas para tener cuentas externas más sólidas, y eso no lo lograremos mientras sigamos siendo inundados de productos asiáticos subvaluados que perjudican la planta productiva nacional y mientras mantengamos ese fuerte desequilibrio comercial con los países asiáticos.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaedap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Las razones de la “fortaleza” del peso mexicano

world-economy-gdpMuchos reportes sobre la situación económica mundial hacen énfasis en que ésta se ha venido desacelerando desde finales de 2018, derivado de un menor dinamismo en la mayoría de las principales economías avanzadas, así como en varias economías emergentes. Este menor crecimiento se debe, en buena medida, a la mayor incertidumbre por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y por las condiciones monetarias más restrictivas a nivel global. Este deterioro se ha traducido en menores expectativas de crecimiento para 2019 y 2020. Concretamente, hasta ahora en los Estados Unidos la actividad económica continúa mostrando un crecimiento saludable y el mercado laboral ha seguido fortaleciéndose, aunque algunos indicadores sugieren cierta moderación. Esto es por demás relevante para el desempeño de la economía mexicana, ya que en el 2018 fue el destino del 79.5% de todas nuestras exportaciones, las cuales sumaron 450.572 miles de millones de dólares en dicho año.

En este contexto, mucho se ha especulado con respecto a la evolución esperada de las tasas de interés en nuestro vecino del norte, donde la tasa de fondos federales del Banco de la Reserva Federal (FED) se encuentra desde principios de año en un rango de entre 2.25% y 2.50%. En este sentido, el pasado miércoles 20 de marzo los miembros de la FED votaron para mantener las tasas en su actual nivel y recomendaron de manera unánime el mantenerse pacientes acordando mantener una pausa indefinida en los cambios a las tasas de interés y de esta manera dejaron entrever que no habrá más aumentos en la tasa de interés en lo que resta de 2019.  Esta decisión está basada en que si bien la economía estadounidense se mantiene fuerte, enfrenta varios riesgos por la desaceleración económica mundial y dentro del mismo Estados Unidos.

En este contexto de incertidumbre económica global, tanto en la parte de la economía real como en los mercados financieros, es que muchas personas se preguntan las razones de la reciente “fortaleza” del peso mexicano frente al dólar estadounidense. Para muchos es increíble que pese al clima de incertidumbre económica que vive México por el cambio de gobierno y la indefinición de varios temas, el dólar estadounidense haya retrocedió hasta los 18.80 pesos por billete verde el pasado 20 de marzo, después de haber estado en un nivel de 19.58 pesos apenas 13 días antes.

Una primera explicación de esta apreciación del peso mexicano tiene que ver con el diferencial de tasas de interés entre los bonos gubernamentales de Estados Unidos y los de México. Mientras que este viernes 22 de marzo un Treasury Bill con plazo de 3 meses pagaba 2.46%, en México el CETE a 91 días quedó en 8.09% en la subasta del martes 19. Este diferencial de 5.63 puntos porcentuales hace una gran diferencia respecto a las decisiones de inversión de los grandes capitales mundiales. Cabe recordar que la calificación de la deuda soberana de México fue puesta con perspectiva negativa, pero al día de hoy sigue conservando una calificación con grado de inversión, por lo que la probabilidad de que el gobierno mexicano honre sus compromisos con los tenedores de bonos es del 100%.

Dado lo anterior, la fortaleza del peso mexicano también puede ser explicada en función de algo que en finanzas internacionales se conoce como “paridad de tasa de interés”. Este principio establece que la diferencia entre el tipo de cambio de hoy (spot) y el tipo de cambio futuro está explicado por el diferencial de tasas de interés entre dos países. De esta manera, con el diferencial de tasas de interés un inversionista ganaría invirtiendo en México  a 90 días siempre y cuando el 25 de junio el dólar spot esté por debajo de 19.47 pesos. Alguien puede pensar que es una apuesta arriesgada, este tipo de inversionistas más aversos  al riesgo podrían comprar una cobertura cambiaria con una fecha igual a la del vencimiento de su inversión y de esa manera garantizarían su rendimiento. Al momento de escribir estas líneas los futuros del peso que cotizan en el Chicago Mercantile Exchange con entrega en junio de 2019 cotizan en 19.33 pesos por dólar, por lo que evidentemente existe la posibilidad de ganar dinero libre de riesgo con el peso mexicano.

Esta es una simple explicación coyuntural de la fortaleza del peso ocasionada por las elevadas tasas de interés por parte del Banco de México, que tiene su tasa de interés objetivo en 8.25%. ¿Pero es el peso mexicano una moneda fuerte desde una perspectiva de largo plazo? Evidentemente no, ya que nuestra moneda ha tenido una tendencia a depreciarse desde la década de los 70s. No es necesario recordar que entre febrero de 1976 y febrero de 2019 el dólar ha subido de precio frente al peso mexicano en 153,422% (no es error, la cifra es ciento cincuenta y tres mil cuatrocientos veintidós por ciento).

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¿El peso mexicano es una moneda fuerte desde una perspectiva de mediano plazo (los últimos dos años)? Esta es una mejor pregunta porque más allá de analizar movimientos de corto plazo, para valorar la fortaleza de una moneda es mejor analizar tendencias de mediano plazo, y en ese sentido vemos que el dólar ha subido de precio respecto al peso mexicano en el último año, pero está prácticamente en el mismo nivel de hace dos años. Esto porque de acuerdo con el Pacific Exchange Rate Service (PERS) de la Universidad de British Columbia un dólar costaba 19.282 pesos en marzo de 2017, posteriormente 18.62 pesos en marzo de 2018 y en lo que va de marzo de 2019 registra un valor de 19.238 pesos.

Para entender mejor lo que le sucede al peso mexicano siempre es bueno ver lo que sucede con las demás monedas del mundo en su cotización frente al dólar estadounidense. Con ese tipo de análisis podemos ver si el peso mexicano está entre las monedas más fuertes o las más débiles. De acuerdo con el PERS, en el comparativo de marzo de 2018 y el mismo mes de 2019, prácticamente todas las divisas del mundo perdieron valor frente al dólar estadounidense. A continuación se presenta una muestra de divisas ordenadas de mayor a menor fortaleza y en paréntesis se indica el porcentaje que ha subido el dólar estadounidense frente a cada moneda: Dólar de Hong Kong (0.1%), Dong de Vietnam (1.7%), Dólar Canadiense (3.3%), Peso Mexicano (3.3%), Yen Japonés (5.0%), Won de Corea del Sur (5.6%), Franco Suizo (5.8%), Libra esterlina de la Gran Bretaña (6.1%), Yuan Chino (6.1%), Dólar de Nueva Zelanda (6.2%), Euro (9.1%), Peso Colombiano (9.6%), Dólar Australiano (9.7%), Peso Chileno (10.2%) y Peso Argentino (101.0%).

Tipos de cambio

Queda claro que de este listado de 15 divisas, entre las que están las 10 más importantes del mundo, el peso mexicano se encuentra en la posición relativa número 4. Esto no significa que el peso se haya fortalecido en el último año, lo que vemos es que en el comparativo de marzo de 2019 respecto al mismo mes de 2018, el dólar estadounidense aumentó 3.3% en términos de pesos. En otras palabras, en el último año el peso mexicano se depreció menos que las monedas de la Unión Europea, Gran Bretaña, Japón, China, Australia, Nueva Zelanda, Colombia, Chile y Argentina.

Con estas cifras queda claro que el dólar es una moneda fuerte, que si bien tiene tropezones coyunturales, su tendencia de mediano plazo es de fortaleza. Hay que recordar que el dólar estadounidense siempre se fortalece en periodos en los que se perciben riesgos económicos, y en este momento hay muchos a nivel global, entre los que destacan el escalamiento de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos; la posibilidad de una salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europea; el posible recrudecimiento de tensiones geopolíticas; una desaceleración de la economía global más rápida a la esperada; condiciones monetarias más astringentes; una disminución del apetito por riesgo global que genere una reversión de los flujos en las economías emergentes (entre ellas México) y un contagio a aquellas economías con fundamentos macroeconómicos débiles.

Ante todo este complejo escenario global, es indispensable que en México se mantenga la estabilidad de las finanzas públicas y una política monetaria congruente con nuestra realidad. De igual manera, el gobierno federal debe trabajar por generar un ambiente de confianza que dé impulso a la inversión privada. Debemos entender que sólo con una economía sólida (en lo fiscal, monetario, y actividad económica) tendremos una moneda verdaderamente fuerte.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

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Deterioro de las expectativas económicas de México para el 2019

33e85-peso-caida-flecha_635-798034Diversos pronósticos respecto a la marcha de la economía mexicana en 2019 continúan ajustándose para mal. Hace apenas unos días el Grupo Financiero Citibanamex dio a conocer los resultados de su encuesta de expectativas económicas correspondiente a febrero de este año, y entre los resultados que arrojó tenemos que la expectativa para el crecimiento económico en 2019 es de apenas 1.7%; mientras que para el 2020, la mediana de los pronósticos de crecimiento del PIB es 1.9%.

De igual manera, los Resultados de la Encuesta de Febrero de 2019 sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, por parte del Banco de México, indican también un deterioro. Esto porque la expectativa de crecimiento del PIB para el 2019 disminuyó de 1.80% (encuesta de enero 2019) a 1.64%, mientras que la de crecimiento económico en 2020 se situó en 1.91%, ligeramente por debajo de la expectativa registrada un mes previo de 1.92%. La misma encuesta de febrero da cuenta de un deterioro en la expectativa de la cotización del tipo de cambio ya que lo ubica en 20.19 pesos por dólar para el cierre de 2019 y en 20.56 pesos por dólar para el cierre de 2020, niveles por encima de los observados en la encuesta del mes inmediato anterior.

En línea con lo anterior, el 27 de febrero, el Banco de México publicó su Informe Trimestral correspondiente al cuarto trimestre de 2018, y en él también se hacen una serie de ajustes a los pronósticos de crecimiento económico, creación de empleos formales e inflación. El Banxico menciona, en cuanto al escenario macroeconómico previsto, lo siguiente:

Crecimiento de la economía nacional: Las perspectivas sobre la actividad económica en México para 2019 se revisaron a la baja de un crecimiento esperado en un rango de 1.7% y 2.7%, a uno de entre 1.1% y 2.1%. Es decir un ajuste a la baja de 0.6 puntos porcentuales, equivalentes a unos 144 mil millones de pesos menos de PIB. Para el año 2020, el intervalo se ajustó de uno de entre 2.0% y 3.0%, a uno de entre 1.7% y 2.7%. Estas previsiones están sujetas a que el gobierno federal preserve un marco macroeconómico sólido y finanzas públicas sostenibles.

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El Banxico ha ajustado a la baja la expectativa de crecimiento económico para México

El Banxico menciona que el ajuste en el crecimiento económico para 2019 se debe a cuestiones externas e internas. En el ámbito externo, se ha observado una pérdida de dinamismo en el comercio mundial y en la actividad económica global más marcada de lo anticipado, lo que se prevé influya sobre la evolución de las exportaciones mexicanas. En el ámbito interno, desde el segundo semestre de 2018 y, en especial en el último trimestre del año que recién concluyó, se observó una desaceleración más pronunciada de la actividad económica. A este respecto, cabe señalar que el INEGI recién dio a conocer que el Producto Interno Bruto creció apenas 2.0% en el 2018 y que la tasa de incremento anualizado de esta variable en el cuarto trimestre fue de 1.7%.

A este panorama de desaceleración al cierre de 2018 y arranque de 2019, se suma la expectativa de que la actividad productiva a principios de año se haya visto afectada por eventos transitorios, tales como el desabasto temporal de combustibles en ciertas regiones del país durante enero, las interrupciones a las vías férreas en Michoacán y los conflictos laborales en Matamoros. Aunado a lo anterior, está la tendencia negativa en la plataforma de producción petrolera y la debilidad de la inversión. Finalmente, está el hecho natural de que al inicio de una nueva administración generalmente se presenta un rezago en la ejecución del gasto público, lo que también puede afectar al crecimiento. Respecto a esto último, tenemos que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) acaba de informar que en el comparativo de enero de 2019 respecto al mismo mes de 2018, el gasto presupuestario registró una disminución real de 1.0%, derivado de la combinación de un aumento de 3.0 por ciento real en el gasto programable y una disminución de 10.1 por ciento real en el no programable.

Empleo: Desde luego que si se revisa a la baja la expectativa de crecimiento económico, lo mismo debe hacerse en cuanto al empleo. Es así que para 2019 se ajustó la expectativa del aumento en el número de puestos de trabajo registrados en el IMSS de un intervalo de entre 670 y 770 mil a uno de entre 620 y 720 mil. Para 2020, el intervalo se ajusta de uno de entre 690 y 790 mil a uno de entre 650 y 750 mil. Cabe señalar que en el 2018 el número de trabajadores registrados en el IMSS aumentó en casi 661 mil personas, por lo que la previsión de Banxico implica que se anticipa que en 2019 aumentará el número de empleos formales en una cifra similar a la observada en el año que recién concluyó.

El Banxico también presenta un listado de los factores de riesgo que persisten y dan lugar a que el balance de riesgos para la actividad económica del país continúe sesgado a la baja. Entre los riesgos a la baja en el horizonte destacan:

i. Que permanezca o se deteriore el actual ambiente de incertidumbre que ha venido afectando a la inversión, y que ello ocasione que diversas empresas pospongan o no lleven a cabo sus planes de inversión o que los consumidores reduzcan su gasto de manera precautoria.

ii. Que el proceso de ratificación e implementación del acuerdo comercial alcanzado con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se retrase y genere mayor incertidumbre, afectando a la inversión.

iii. Que haya un escalamiento de las tensiones comerciales internacionales o de que se adopten mayores medidas proteccionistas a nivel mundial que afecten al crecimiento, la inversión y el comercio a nivel global, así como a los mercados financieros internacionales.

iv. Que se observen episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales derivados, entre otros factores, de mayores tensiones comerciales a nivel global, de aumentos imprevistos en las tasas de interés de los principales bancos centrales, de un menor apetito por riesgo, así como de un posible contagio proveniente de otras economías emergentes o de acontecimientos geopolíticos que pudieran reducir las fuentes de financiamiento.

v. Que se observe una desaceleración de la economía y el comercio globales mayor a la esperada.

vi. Que se observe un deterioro en la calificación crediticia del país o en las empresas productivas del Estado y, en particular, que se observen revisiones generalizadas a la baja por parte de las agencias calificadoras a la calificación de la deuda de Pemex que compliquen la situación financiera de la empresa.

vii. Que el efecto sobre la actividad económica de eventos tales como el desabasto de combustible, los bloqueos a las vías férreas en Michoacán o los conflictos laborales en Tamaulipas sea mayor y más persistente que lo previsto o que se presenten nuevos episodios de esta índole.

No obstante lo anterior, el Banxico también destaca posibles eventos que mejorarían el desempeño económico de México, entre los que se encuentran:

i. Que los anuncios referentes al acuerdo alcanzado con Estados Unidos y Canadá en materia comercial (T-MEC) den lugar a una notoria reactivación de la inversión.

ii. Que un dinamismo de la producción industrial en Estados Unidos mayor al anticipado favorezca el desempeño de las exportaciones manufactureras de México.

iii. Que se observe un dinamismo de la demanda agregada mayor al previsto, derivado de un aumento en el gasto de los consumidores o de que algunos sectores productivos enfrenten mejores condiciones para aumentar sus inversiones.

Inflación: En cuanto a la expectativa de alza de precios, tomando en cuenta la postura de política monetaria restrictiva y el horizonte en el que esta opera, así como la información disponible de los determinantes de la inflación, incluyendo el entorno económico actual y el dinamismo económico, tenemos que los pronósticos para la inflación general anual son de que ésta se ubicará en 3.4% anualizado en el cuarto trimestre de 2019, y que será hasta el tercer trimestre de 2020 cuando ésta se ubique por debajo del 3.0% (en un nivel de 2.8% anualizado).

Inflación

Desde luego que esto es una buena noticia ya que más allá de que se cuidará el poder adquisitivo de los salarios, pudiera implicar que en el ciclo bajista de tasas de interés está cercano. El que comiencen a bajar tasas de interés de los Certificados de la Tesorería (CETES) y de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) es fundamental para reactivar la inversión privada, la venta de viviendas y automóviles.

Cabe señalar que así como con el crecimiento económico, de acuerdo al Banxico, los pronósticos de inflación se encuentran sujetos a los siguientes riesgos: i. Que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos; ii. Que se observen nuevas presiones sobre los precios de los energéticos o de los productos agropecuarios; iii. Que se presente un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global; iv. Que se deterioren las finanzas públicas; v. Considerando la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos, con afectaciones en el empleo formal y en los precios; y vi. La persistencia que ha mostrado la inflación subyacente podría dar lugar a una mayor resistencia de las expectativas de inflación de largo plazo a disminuir.

De igual manera, existen eventos que de ocurrir, mejorarían la trayectoria de la inflación, entre los que destacan: i. Que se presenten menores variaciones en los precios de algunos bienes incluidos en el subíndice no subyacente; y ii. Que las condiciones de holgura se amplíen más de lo previsto.

Es así que tomando en cuenta todo lo anterior, se considera que el balance de riesgos respecto a la trayectoria esperada para la inflación mantiene un sesgo al alza, en un entorno de marcada incertidumbre.

Como puede apreciarse, hay una enorme cantidad de factores que están jugando en contra de la economía nacional; pero lo importante es que se atiendan las que son de índole interna, como el fortalecer el estado de derecho y la confianza empresarial. El gobierno federal, en voz del Ing. Alfonso Romo Garza, Jefe de la Oficina de la Presidencia, recién señaló en una reunión con empresarios guanajuatenses que están conscientes de que para poder repartir la riqueza, primero ésta se debe crear. Dado lo anterior pues, es fundamental dar muestras claras del rumbo económico que queremos tomar. Sin crecimiento económico el gobierno del Presidente López Obrador no podrá cumplir su promesa de un México más incluyente y justo.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

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La renovada fortaleza del peso, ¿durará?

dolar-vs-pesoEn los últimos días hemos visto al peso mexicano fortaleciéndose respecto a prácticamente todas las monedas del mundo. Este viernes 11 de enero vimos que el dólar estadounidense bajó hasta los 19.0599 pesos en su cotización interbancaria, lo que implica el mejor nivel para el peso desde octubre de 2018. Dada esta situación, muchos se preguntan las causas de la apreciación del peso, y ese es el tema que desarrollaré a continuación.

El punto por el cual debemos comenzar es aclarando si la evolución antes mencionada se trata verdaderamente de una apreciación del peso o si más bien estamos presenciando un episodio de debilidad del dólar. Es por ello que analizamos el comportamiento del billete verde y vemos, en el  comparativo de los primeros once días de enero de 2019 respecto a los mismos días de diciembre de 2018, un desempeño mixto de dicha divisa. Con información del Pacific Exchange Rate Service, vemos que respecto a las 10 principales monedas del mundo, el billete verde se fortaleció frente a las siguientes monedas: el dólar canadiense, dólar australiano, dólar de Hong Kong, dólar de Nueva Zelanda y Won de Corea del Sur. Por su parte, el dólar estadounidense se debilitó frente a: el euro, yen japonés, a la libra esterlina, al franco suizo y al peso mexicano. Cabe destacar que de todas estas monedas, la que observó la mayor apreciación frente al dólar estadounidense fue el peso mexicano, ya que el tipo de cambio bajó de 20.3587 pesos por dólar en los primeros once días de diciembre de 2018 a 19.3666 pesos por dólar en los primeros once días de enero de 2019, lo que implica una disminución de 4.87% en el último mes.

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Ahora, en cuanto al desempeño del peso frente a varias de las principales monedas del mundo, vemos que fue muy bueno. En el comparativo de los primeros once días de enero de 2019 respecto a los mismos días de diciembre de 2018, apreciamos el siguiente comportamiento (en paréntesis se menciona el porcentaje de apreciación del peso respecto a cada divisa): dólar estadounidense (5.1%), dólar canadiense (5.4%), euro (4.4%), libra esterlina (4.9%), real brasileño (1.1%), yuan chino (4.5%) y won de Corea del Sur (5.2%).

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¿A qué se debe la reciente fortaleza del peso, sobre todo la observada respecto al dólar estadounidense? Para responder esta pregunta podemos identificar factores externos e internos, los cuales se explican a continuación:

a. Inflación estadounidense. El dólar ha reflejado un debilitamiento debido a la inflación de Estados Unidos que se ubica en tasa interanual de 1.9%, durante el mes de diciembre, reduciéndose respecto a la de noviembre inmediato anterior, la cual fue de 2.2%. Esto es relevante ya que en la medida en que la inflación sea baja en los Estados Unidos, será menor la probabilidad de que en dicho país ocurran mayores incrementos en sus tasas de interés.

b. Cierre del gobierno de Estados Unidos. Otro de los factores por los que el dólar se ha debilitado recientemente es la reciente preocupación por la extensión del cierre parcial de operaciones del gobierno estadunidense. Este cierre se debe a que el presidente Donald Trump demanda 5.7 mil millones de dólares para la construcción del muro en la frontera con México, mientras que los legisladores del Partido Demócrata, que ahora son mayoría en la Cámara de Representantes, consideran que ese es un gasto innecesario. Cabe señalar que el cese de operaciones del gobierno es ya el más extenso en la historia desde 1976, año en que se creó la ley que habilita el cierre de algunas agencias del gobierno si no se logra un acuerdo en materia de financiamiento.

El cierre parcial del gobierno estadounidense significa también que no se emitirán cifras macroeconómicas en dicho país, sino hasta que las cosas se normalicen. También significa que el gobierno sigue perdiendo dinero, y aunque son sólo aproximadamente el 25% de las oficinas gubernamentales las que están cerradas, las pérdidas acumuladas de las últimas tres semanas son de cerca de 3.6 mil millones de dólares, de acuerdo al economista principal de Donald Trump, lo que aumenta las preocupaciones respecto a una desaceleración económica, lo que eventualmente afectará  el desempeño de las compañías y la atractividad de las bolsas de valores de dicho país.

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La FED ha dicho que será más paciente en sus alzas de tasa de interés.

c. Minutas del Banco de la Reserva Federal (FED). Un factor muy importante que ha ayudado a la fortaleza del peso y de otras monedas fue la publicación de las minutas de la última reunión de la FED, así como declaraciones de varios funcionarios, que confirman la intensión por parte del banco central estadounidense de ser más paciente en sus alzas en su tasa de interés de fondos federales.

d. Política monetaria por parte del Banco de México. De la mano del punto anterior, tenemos que en México la tasa de interés objetivo por parte del Banxico se ha aumentado a un nivel de 8.25%. En México la inflación cerró el 2018 en 4.83%, todavía muy por encima de la meta inflacionaria del 3.0% por parte del banco central. Ese hecho alimenta la expectativa de que durante este año la tasa de interés objetivo seguirá aumentando hasta en medio punto porcentual. El diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, y la expectativa de que éste aumente aún más, hace atractiva la entrada de capitales al país, lo que fortalece al peso.

e. Prudencia del Paquete Económico 2019. Si bien tiene algunos detalles que no agradaron al sector empresarial, la realidad es que el Paquete Económico enviado por la Secretaría de Hacienda y aprobado por el Congreso gustó a los inversionistas internacionales, quienes al ver un déficit fiscal moderado y el aseguramiento en el pago de los intereses de la deuda, han ido regresando al país.

En este sentido, durante la semana que recién concluyó, el titular de la Secretaría de Hacienda, Carlos Urzúa, consideró en un mensaje de Twitter que el nivel de tipo de cambio “es indicativo de que el sector financiero internacional acogió con satisfacción el mensaje de estabilidad y prudencia fiscal del Presupuesto Federal de 2019”.  De igual manera, el miércoles 9 de enero, dijo en una entrevista en Nueva York que el peso mexicano podría seguir ganando terreno hasta un nivel de 19 pesos por dólar en el corto plazo, con la posibilidad de ubicarse por debajo de dicho nivel.

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Carlos Urzua informa de los resultados de su gira de trabajo en NY.

f. Carlos Urzua está haciendo su trabajo. Altos funcionarios de Pemex y el Secretario de Hacienda visitaron Wall Street la semana que concluye para presentar los planes de negocios de la paraestatal y la estrategia de combate al mercado negro de combustibles. De acuerdo con un reporte de Barclays publicado en Bloomberg, los resultados no fueron positivos ya que “Los nuevos directivos no convencieron a nadie”.

Ante esta nota, la respuesta fue casi inmediata y en Twitter Carlos Urzúa desmintió la nota de Bloomberg, y dijo lo siguiente: “Regreso de una fructífera gira de trabajo en Nueva York donde me reuní con inversionistas. Les transmití las acciones para impulsar el sector financiero, destacando innovaciones que promueven la inclusión financiera de millones de mexicanos y puedan obtener créditos”.

En un mensaje posterior agregó: “Terminamos exitosamente la negociación de las coberturas petroleras para 2019 y platicamos de cómo el tipo de cambio refleja, además del entorno económico internacional, que el #PaqueteEconómico2019 fue bien recibido por la prudencia de establecer un superávit primario del 1%”. En el tema de las coberturas petroleras, se debe destacar que con ellas se ha garantizado un precio de 55 dólares por barril para la producción nacional de crudo de 2019.

Dado este escenario que explica la fortaleza del peso/debilidad del dólar, ahora la pregunta obligada es ¿Qué factores podrían ocasionar el debilitamiento del peso en los próximos meses? A continuación menciono algunos sucesos que podrían descarrilar la buena marcha del tipo de cambio:

a. Ocurrencias del gobierno o de los legisladores. Así como ya sucedió en el pasado con la presentación de iniciativas de ley que ponen nerviosos a los inversionistas (la de quitarle y hacer uso de las reservas internacionales del Banxico, la de eliminar y disminuir las comisiones bancarias, entre otras), o bien con el anuncio de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), de repetirse estas situaciones se generarán nuevos episodios de volatilidad en el tipo de cambio. En este sentido, un tema al que se le prestará mucha atención en los próximos días es a la presentación de la iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo para cumplir con el anexo laboral del T-MEC.

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La aprobación del T-MEC en el Congreso de Estados Unidos es tal vez el mayor reto que enfrenta el peso mexicano en el corto plazo.

b. Complicaciones en la aprobación del T-MEC. Diversos analistas coincidimos en que de no resolverse la disputa entre los demócratas en el Congreso y el presidente Donald Trump por los recursos para el muro, difícilmente se darán las condiciones para la aprobación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá en el Congreso Estadounidense. Pero el principal problema surge de la posibilidad de que los congresistas demócratas quieran realizarle cambios, sobre todo en les temas laborales, medio ambiente, patentes de medicamentos, entre otros, y que ante dicha posibilidad Donald Trump le notifique a México y a Canadá que se retirará del TLCAN, lo que abriría un espacio de sólo 6 meses para que se dé la aprobación del T-MEC en Estados Unidos. Esos serían meses de una enorme volatilidad en el mercado cambiario.

c. Que la escasez de gasolina se prolongue y tenga un impacto económico en el país. El problema de escasez de gasolina ha golpeado a diversos sectores económicos, como el agropecuario, turístico, comercial y manufacturero de 6 estados del país y la Ciudad de México. De prolongarse el problema y extenderse a más entidades, habría una afectación mayor en la actividad económica, lo que provocaría una menor tasa de crecimiento económico y por lo tanto una menor atracción de inversión extranjera directa y de cartera.

Para concluir, podemos ver entonces que una serie de acontecimientos externos e internos se han conjuntado para que el peso goce de un nivel de fortaleza que hace varios meses no veíamos. Es posible que el dólar baje hasta los 18.50 pesos si el gobierno hace las cosas correctas y manda las señales correctas a los mercados e inversionistas; sin embargo, existen riesgos (como el descrito respecto a la aprobación del T-MEC) que de materializarse podrían llevar el tipo de cambio nuevamente a niveles de 21 pesos por dólar.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

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