Las industrias de mayor crecimiento (y declive) en la próxima década

Ahora en día hay un creciente temor de que la inteligencia artificial y elementos de la Industria 4.0, como la robótica, provoquen la pérdida de miles o millones de empleos en algunos mercados específicos y, en otros casos, a nivel mundial. Es altamente probable que así suceda, y muchos de los empleos que implican un trabajo físico o mental repetitivo o mecanizado seguramente irán desapareciendo paulatinamente; sin embargo, en términos netos, se espera que las nuevas tecnologías generen más empleos a nivel mundial. Es por ello que debemos tener presente cuales son los puestos de trabajo que se espera que tengan la mayor demanda en los próximos años.

Hemos visto como después de la pandemia causada por el virus chino SARS-CoV-2, muchos hábitos de las personas aceleraron su transformación, y en ese sentido muchas personas ahora valoran más la salud y el consumo de experiencias, por encima de la compra de bienes materiales. También, hemos visto como ciertos procesos manufactureros se mudan de algunos países y se concentran en otros, con la consecuente desaparición de ciertas actividades económicas en algunas naciones.

En este sentido, en un artículo publicado el jueves 27 de julio en el portal de Zerohedge y titulado “Estas serán las industrias de más rápido crecimiento (y declive) en los EE. UU. durante la próxima década”, se menciona como la fuerza laboral siempre está en movimiento, respondiendo a los cambios tecnológicos y sociales.  Es por esta razón que debemos visualizar cuales son las industrias de más rápido crecimiento, para de esa manera poder desarrollar programas públicos y privados que ayuden a los trabajadores y a las empresas a mantenerse al tanto de las tendencias cruciales que impulsan el empleo.

En un estudio de Pallavi Rao publicado en Visual Capitalist se analizan las proyecciones por parte de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. (BLS, por sus siglas en inglés) sobre las industrias de más rápido crecimiento, así como las que registrarán el mayor declive, por cambio porcentual de empleo entre 2021 y 2031. A continuación, se presentan los hallazgos principales:

Las industrias de más rápido crecimiento por cambio de empleo

Los promotores, agentes y administradores de eventos encabezan la lista de las industrias de más rápido crecimiento esperado, con un impresionante 39% de aumento previsto, para llegar a emplear a más de 180 mil trabajadores para 2031.

Parques de diversiones y salones de juegos le sigue de cerca, con un aumento esperado del 38%, con una creación esperada de 60 mil nuevos empleados, en el mismo período de tiempo. En tercer lugar, la industria de las artes escénicas comenzará la próxima década con una fuerza laboral de alrededor de 100 mil personas, un 35% más que en 2021.

A continuación, se muestra la lista completa de las industrias de más rápido crecimiento proyectadas por BLS, clasificadas por cambio porcentual en el empleo, entre 2021 y 2031.

Industrias de mayor crecimiento esperado (2021 – 2031), por su fuerza laboral

ClasificaciónIndustriaSectorCambioCambio %
(2021-2031)(2021-2031)
1Promotores, agentes y administradores de eventosOcio y hospitalidad50,80039%
2Parques de diversiones y salones de juegosOcio y hospitalidad60,50038%
3Compañías de artes escénicasOcio y hospitalidad28,40035%
4Servicios individuales y familiaresCuidado de la salud850,00031%
5Actividades de apoyo a la mineríaMinería69,70031%
6Deportes con espectadoresOcio y hospitalidad36,50031%
7Otros servicios de informaciónServicios y otros112,90030%
8Otros servicios personalesServicios y otros87,20028%
9Servicios de viaje y reservacionesServicios profesionales y para empresas32,30023%
10Apoyo a las actividades agrícolas y forestalesAgricultura y forestal26,20023%
11Artistas, escritores e interpretesOcio y hospitalidad11,50023%
12AlojamientoOcio y hospitalidad333,70023%
13Servicios de educación privadaServicios y otros169,20022%
14Tránsito y transporte en GobiernoServicios y otros61,20022%
15Servicios de atención médica en el hogarCuidado de la salud330,10022%
16Profesionales de la saludCuidado de la salud205,50020%
17Grabación de películas, videos y audioServicios y otros75,30020%
18Museos y Sitios HistóricosOcio y hospitalidad27,60020%
19Diseño de Sistemas InformáticosServicios profesionales y para empresas455,20020%
20Servicios Profesionales, Científicos y TécnicosServicios profesionales y para empresas144,10018%
Nota: Los servicios y otros sectores incluyen las industrias de información, educación y gobierno estatal y local.

Las tres industrias de mayor crecimiento esperado de empleo pertenecen al sector del ocio y la hospitalidad, que representa a 7 de las 20 industrias de más rápido crecimiento. Es verdad que este desempeño descomunal también es producto de la recuperación, y no sólo es un crecimiento puro, ya que el BLS señala que el sector del ocio y la hospitalidad se vio afectado severamente por la pandemia causada por el virus chino SARS-CoV-2, lo que le dio una línea de base, para la comparación, más baja de lo habitual en 2021.

El cuarto lugar por porcentaje de cambio de empleo están los Servicios para el individuo y la familia, y esta es la actividad que se espera que experimente el mayor crecimiento absoluto en términos de empleo total, agregando 850 mil nuevos trabajadores para fines de la década. Es una de las tres industrias en el sector de Cuidado de la salud y Asistencia Social con un gran crecimiento proyectado, gracias a una mayor necesidad de servicios de atención debido al envejecimiento de la población estadounidense.

No se puede perder de vista a la actividad de diseño de sistemas informáticos, que se prevé que crezca un 20% en el empleo gracias a la creciente demanda de infraestructura y seguridad informáticas. Debido al gran tamaño de la fuerza laboral de esta industria, con 2.3 millones de trabajadores en 2021, su tasa de crecimiento esperado implica cerca de medio millón de trabajadores adicionales durante la próxima década.

Las industrias de más rápido declive por cambio de empleo

La fabricación de tabaco lidera el grupo de industrias que se espera que registren las mayores disminuciones en el empleo para el año 2031, con una caída proyectada del 53% en el empleo, lo que reducirá su ya pequeña fuerza laboral a solo 5 mil empleados para fines de la década. Este marcado descenso no se debe necesariamente a la disminución de los hábitos de fumar, ya que las ventas de cigarrillos en los EE.UU. aumentaron durante la pandemia. En cambio, se debe a una mayor automatización de la industria que puede reemplazar a los empleados de fabricación de tabaco.

Otra industria que enfrenta una situación similar es la fabricación de CDs y casettes/cintas, que se espera que experimente una reducción del 51% en su número de empleados para 2031.

A continuación, se muestra la lista completa de las industrias de mayor declive proyectado por parte del BLS, clasificadas por cambio porcentual en el empleo, entre 2021 y 2031.

Industrias de mayor declive esperado (2021 – 2031), por su fuerza laboral

ClasificaciónIndustriaSectorCambioCambio %
(2021-2031)(2021-2031)
1Manufacturas de tabacoManufacturas-5,700-53%
2Fabricación de CDs y CasetesManufacturas-5,800-51%
3Fabricación de ropa y cueroManufacturas-41,800-36%
4Actividades de impresión e imprentaManufacturas-96,800-26%
5Minería de carbónMinería-9,500-26%
6Publicación de periódicos y casas editorialesServicios y otros-60,000-24%
7Satélites y TelecomunicacionesServicios y otros-19,300-22%
8Programación por cableServicios y otros-9,700-21%
9Fabricación de otros mueblesManufacturas-7,600-20%
10Fabricación de equipos de transmisión de potencia y motoresManufacturas-14,800-17%
11Fabricación de material rodante ferroviarioManufacturas-3,100-16%
12Servicios de rentaServicios y otros-22,200-15%
13Fabricación de maquinaria en generalManufacturas-39,800-15%
14Fundición de chatarra de acero y mineral de hierroManufacturas-10,600-13%
15Fabricación de equipos de iluminaciónManufacturas-5,600-13%
16Fabricación metalúrgicaManufacturas-21,100-13%
17Explotación forestalAgricultura y forestal-6,000-13%
18Fábricas textilesManufacturas-26,100-13%
19Fabricación de Maquinaria para Agricultura, Construcción y MineríaManufacturas-25,500-13%
20Fabricación de muebles de oficinaManufacturas-12,600-13%

La mayoría de las industrias que enfrentan una gran contracción total del empleo pertenecen al sector manufacturero. Los problemas para la fabricación estadounidense no son nuevos, pero la variedad de industrias presentadas sugiere una combinación de factores que causan caídas en todo el sector.

Por un lado, están industrias como la impresión, la programación por cable y los editores de periódicos y libros, que se enfrentan a severos problemas por los cambios en los hábitos de consumo. Mientras tanto, se espera que otros sectores, como la fabricación de textiles, prendas de vestir y muebles, sufran una mayor automatización y el traslado de la producción al extranjero.

Factores que dan forma a las tendencias futuras del empleo en los EE.UU.

Es importante tener en cuenta que estas proyecciones del BLS se publicaron en septiembre de 2022. Eso significa que no reflejan el reciente rápido aumento en el uso de herramientas de la Inteligencia Artificial (IA) generativa como ChatGPT y no consideran cómo han comenzado a afectar la economía.

Un informe reciente de Goldman Sachs, por ejemplo, indicó que la IA podría reemplazar 300 millones de puestos de trabajo, casi el tamaño de la población de los EE. UU., en todo el mundo en los próximos 10 años.

Eso hace que sea una pregunta abierta e importante si la IA o las poderosas tendencias demográficas, como un crecimiento demográfico más lento y una fuerza laboral que envejece, tendrán el mayor impacto en términos de determinar el panorama laboral futuro.

A manera de conclusión, con relación a estos grandes cambios que se esperan en el mercado laboral de EE.UU., me gustaría señalar dos cosas: 1. Debemos estar atentos a las oportunidades comerciales que van a surgir en la medida en que más industrias manufactureras salen de EE.UU. para trasladas sus operaciones en el exterior, en este sentido el nearshoring debe se capitalizado; y 2. Varios de los cambios aquí descritos también afectarán a México y en ese sentido debemos preparar a la fuerza laboral de los empleos que van a desaparecer a que aprenda nuevas habilidades que le permitan emplearse en otra actividad; y 3. Las universidades y escuelas de educación media, deben conocer estos cambios para que ajusten su oferta educativa a lo que el mercado está demandando. Les aseguro que vienen nuevas y grandes oportunidades, pero sólo los que estén preparados las podrán capitalizar.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Las guerras de divisas y el colapso del sistema monetario internacional

México pasó de tener un tipo de cambio promedio de 20.549 pesos por dólar en julio de 2022 a uno de 16.942 pesos por dólar en lo que va de julio de 2023, lo que implica una depreciación relativa del dólar de 17.6%. En otras palabras, sin tomar en cuenta la inflación en cada uno de los países desde donde importamos mercancías, implica que lo que compramos (en dólares) del extranjero se hizo más barato en ese porcentaje en el último año.

Es una forma de decir que estamos en posición de extraer “riqueza” del resto del mundo a nuestro favor, pero a costa de nuestro crecimiento económico. Ahora sería el momento de comprar la maquinaria que necesitamos y que sólo se produce en el extranjero, es el tiempo para abastecerse de insumos no perecederos que tampoco se encuentran localmente, y así con muchas cosas más. Sin embargo, el efecto perverso es que ahora muchos productos son más baratos comprados en el extranjero comparado con producirlos en México.

Y así como las mercancías extranjeras se han vuelto más baratas en dólares, en el último año lo producido en México se ha vuelto 21.3% más caros en dólares para nuestros socios comerciales. Esto obliga a algunos fabricantes nacionales exportadores a sacrificar utilidades para no trasladar todo el ajuste del tipo de cambio a un alza de precios en dólares para nuestros clientes y así no perderlos. Sin embargo, cuando los márgenes de ganancia son bajos, se dan casos en los que las empresas mexicanas están dejando de atender los pedidos del extranjero cuando los clientes no autorizan ajustes de precios.

La fortaleza del peso explica parte de la desaceleración de nuestras exportaciones totales.   Mientras que entre 2021 y 2022 nuestras ventas al exterior crecieron 16.7%, en el acumulado de los primeros cinco meses de 2023 aumentaron apenas 4.6% anual. ¿Por qué no han caído más las exportaciones? Pues porque también hay muchas transacciones entre empresas del mismo grupo empresarial que tienen operaciones en México y Estados Unidos; es decir, como pertenecen al mismo grupo, pueden absorber las pérdidas de la filial mexicana con la ganancia de la casa matriz en Estados Unidos.

La debilidad del dólar frente al peso mexicano no es única. Ahora estamos viendo una debilidad casi generalizada del dólar respecto a cómo estaba hace un año, lo que implica que los productos de Estados Unidos se han vuelto más baratos en muchos mercados, no sólo en el mexicano. De las 10 monedas más importantes a nivel mundial, en el comparativo de julio de 2022 al mismo mes de 2023, el dólar estadounidense se ha depreciado frente a siete de ellas: euro, libra esterlina, franco suizo, dólar de Hong Kong, dólar neozelandés, won coreano y peso mexicano.

Esto desde luego que ayudará a Estados Unidos a que mantenga su dinamismo económico a costa de los demás países, y si bien estos ajustes en el tipo de cambio no son parte de una política deliberada de debilitamiento del dólar, si pueden encajar en la definición de “guerra de divisas”, en las que los países ganan o pierden competitividad en función de los movimientos en los tipos de cambio.

Con relación a esto, en un artículo del analista James Rickards, titulado “¡Estamos en Guerra!” y publicado en DailyReckoning.com el pasado 20 de julio, se presenta una advertencia clara de que en este periodo de la historia nos tocará presenciar el colapso del sistema monetario internacional y el autor nos explica cómo tras 50 años de estudiar la economía, es que llegó a dicha conclusión. 

El artículo comienza aclarando que al referirse al colapso del sistema financiero se trata de la pérdida de confianza en el papel moneda en todo el mundo. No es solo la muerte del dólar o la desaparición del euro. Es un colapso de la confianza en todas las monedas de papel.

Durante el siglo pasado, el sistema monetario internacional cambió cada 30 o 40 años en promedio. Antes de 1914, el sistema monetario se basaba en el patrón oro clásico. Y efectivamente, 31 años después del fin del patrón oro clásico, en 1945, surgió un nuevo sistema monetario en la conferencia de Bretton Woods.  Bajo este sistema, había un tipo de cambio fijo a razón de $35 dólares por una onza de oro y los países debían mantener tipos de cambio fijos respecto al dólar. Es así que el billete verde fue designado oficialmente como la principal moneda de reserva del mundo, una posición que sigue ocupando hoy, aunque su hegemonía se ha venido debilitando.

Tras años de desequilibrios externos por parte de Estados Unidos, en 1971 Nixon puso fin a la convertibilidad directa del dólar por oro y por primera vez en la historia, el sistema monetario no tenía respaldo en dicho metal. A partir de ese momento, el sistema se basaría en tipos de cambio flotantes, sin un ancla dorada.

Hoy en día, el sistema monetario existente tiene más de 50 años de antigüedad, por lo que hace mucho que el mundo necesita un nuevo sistema monetario. Por su parte, las sanciones sin precedentes que Estados Unidos y sus aliados impusieron a Rusia, tras su invasión a Ucrania, solo han acelerado el avance hacia un nuevo sistema monetario. Desde este espacio hemos dado cuenta de ello en diversas entregas relacionadas al colapso del dólar estadounidense y el lanzamiento de una nueva moneda por parte de los países BRICS.

Las sanciones impuestas por parte de los Estados Unidos toman muchas formas y afectan muchas áreas diferentes del comercio interno y externo, pero lo que todas tienen en común es el uso del dólar estadounidense como el arma principal. Las naciones de todo el mundo se dan cuenta de que mientras dependan de los dólares como activo de reserva o para comprar productos básicos, estarán bajo el control de quienes controlan los sistemas de pagos en dólares, que son básicamente los EE.UU. con la ayuda de los grandes bancos europeos y japoneses.

Las naciones también saben que, si bien Rusia es el objetivo actual de las sanciones, otros países fácilmente podrían ser los siguientes. Hemos comentado que si China aumenta la presión sobre Taiwán, por ejemplo, pronto también podría estar sujeta a sanciones basadas en el dólar. Es así que la única forma de escapar de las penalizaciones por parte de Occidente es dejando de usar el dólar.

Eso explica en gran medida el desarrollo bastante rápido de la nueva moneda BRICS, que se anunciará el próximo mes. Si las severas sanciones contra Rusia impuestas por los EE.UU. y sus aliados no hubiesen ocurrido, es muy poco probable que este movimiento se estuviera llevando a cabo tan rápido en este momento. Esto no significa que la tendencia anti-dólar sea solo un fenómeno reciente, ya que ha estado en marcha durante años, pero es sólo que las sanciones impuestas a Rusia han acelerado mucho el proceso.

Eso tampoco significa que el dólar perderá su estatus de moneda de reserva de la noche a la mañana. Rickards, menciona que si deseamos tener una idea de cuál será el destino del dólar, debemos ver lo que ha sucedido con la libra esterlina del Reino Unido.

Muchos observadores asumen que la conferencia de Bretton Woods de 1944 fue el momento en que el dólar estadounidense reemplazó a la libra esterlina como principal moneda de reserva del mundo. Pero ese reemplazo de la libra esterlina por el dólar como principal moneda de reserva del mundo fue un proceso que tomó 30 años, desde 1914 hasta 1944. La conferencia de Bretton Woods de 1944 fue simplemente el reconocimiento de un proceso de dominio de las reservas en dólares que tomó décadas en desarrollo. Al igual que con la libra esterlina, el declive del papel del dólar como principal moneda de reserva mundial no es necesariamente algo que sucederá tan rápido como muchos creen.

Guerras de divisas

Las guerras de divisas son una de las dinámicas más importantes en el sistema financiero mundial actual y tienen gran impacto en la competitividad de la economía real de cada país.

¿Qué es una guerra de divisas? En pocas palabras, por lo general suceden cuando un país no tiene suficiente crecimiento económico y necesita expandir su producción a través de mayores exportaciones al mercado internacional. De igual manera, un país puede emprender una guerra de divisas depreciando su moneda cuando su tasa de crecimiento no le permite cubrir todas sus obligaciones de deuda.

Cuando hay suficiente crecimiento para todos a nivel mundial, a Estados Unidos realmente no le importa si algún país deprecia un poco su moneda para alentar la inversión extranjera e impulsar sus exportaciones. Pero cuando no hay suficiente crecimiento a nivel global para todos y los países recurren a múltiples devaluaciones competitivas, pues la situación se convierte en algo similar a un grupo de personas hambrientas peleando por migajas.

Nadie gana y todos pierden. Las guerras de divisas no generan crecimiento; simplemente el país con la moneda débil roba crecimiento temporalmente de los socios comerciales con la moneda fuerte, hasta que eventualmente los socios comerciales lo recuperan con sus propias devaluaciones.

En el mejor de los casos, las guerras de divisas ofrecen el lamentable espectáculo de países que roban el crecimiento de sus socios comerciales. En el peor de los casos, caen en círculos viciosos de devaluación-inflación-devaluación, recesión, represalias comerciales, empobrecimiento de la población y violencia real.

De acuerdo con Rickards, la guerra mundial de divisas actual, comenzó en 2010. En su libro Currency Wars, menciona que el mundo no siempre está en una guerra de divisas activa. Las guerras de divisas no implican luchas continuas todo el tiempo. En ciertos momentos, hay batallas intensas, que luego son seguidas de pausas, seguidas de batallas más intensas. Pero cuando están en vigor, estas guerras pueden durar mucho tiempo; 5, 10, 15, incluso 20 años. Eso significa que la guerra actual podría durar varios años más.

Las guerras de divisas en la historia

Ha habido tres importantes guerras de divisas en los últimos cien años. La Guerra de divisas I cubrió el período de 1921 a 1936. Realmente comenzó con la hiperinflación de la Alemania de Weimar y fue un período de sucesivas devaluaciones de las monedas europeas.

Como es bien sabido, tras las sanciones impuestas en el Tratado de Versalles, en 1921 Alemania destruyó su moneda; pero en 1925, Francia, Bélgica y otros hicieron lo mismo. ¿Cómo funcionaba el sistema monetario internacional antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914? Durante mucho tiempo antes de eso, el mundo funcionaba con el patrón oro clásico. Esto es, si tenías un déficit en la balanza de pagos, lo pagabas en oro; si tenías un superávit en la balanza de pagos, adquirías oro.

El oro era el regulador de la expansión o contracción de las economías individuales. Tenías que ser productivo, perseguir tu ventaja comparativa y tener un buen ambiente de negocios para obtener algo de oro en el sistema, o al menos evitar perder el oro que tenías. Era un sistema muy estable que promovía un enorme crecimiento y baja inflación.

Ese sistema se rompió en 1914 porque los países necesitaban imprimir dinero para luchar en la Primera Guerra Mundial. Cuando terminó la guerra, y el mundo entró a principios de la década de 1920, los países querían volver al patrón oro, pero no sabían muy bien cómo hacerlo. Hubo una conferencia en Génova, Italia, en 1922 donde se discutió el problema.

Cada país entró a la Primera Guerra Mundial con un cierto nivel de paridad especto al oro. Había una cierta cantidad de oro y una cierta cantidad de papel moneda respaldada por oro en cada nación. Pero al término de la guerra, la oferta de papel moneda de cada nación se había duplicado. Eso dejaba solo dos opciones si los países querían volver al patrón oro:

Podrían haber duplicado el precio del oro, básicamente reducir el valor de su moneda a la mitad, o podrían haber reducido la oferta monetaria a la mitad. Podían hacer cualquiera de las dos opciones, pero tenían que llegar a la paridad en un nuevo nivel o regresar al antiguo nivel. Los franceses dijeron: “Esto es fácil. Vamos a reducir el valor de la moneda a la mitad”. Hicieron eso y acertaron.

Por su parte, el Reino Unido tuvo que tomar la misma decisión, pero lo hizo de manera diferente. Allí, en lugar de duplicar el precio del oro, redujeron a la mitad su oferta monetaria. Es decir, regresaron a la paridad anterior a la Primera Guerra Mundial.

Esa fue una decisión tomada por Winston Churchill, quien era el Ministro de Hacienda en ese momento. Fue una medida extremadamente deflacionaria. El punto es que cuando has duplicado la oferta monetaria, puede que no te guste, pero lo hiciste y tienes que reconocerlo y admitir que tiraste a la basura tu moneda.

Churchill se sintió obligado a cumplir con el antiguo valor y redujo la oferta monetaria a la mitad y eso lanzó al Reino Unido a una depresión económica tres años antes que el resto del mundo. Mientras que el resto del mundo se topó con la depresión en 1929, en el Reino Unido comenzó desde 1926.

Menciono esa historia porque volver al patrón oro con un precio mucho más alto para éste, medido en libras esterlinas, habría sido la forma correcta de hacerlo (como lo hicieron los franceses). Pero el haber elegido el precio equivocado del oro contribuyó a la Gran Depresión.

Los economistas de hoy dicen: “Nunca podríamos tener de nuevo un patrón oro. ¿No sabes que el patrón oro causó la Gran Depresión? Lo sabemos: contribuyó a que ocurriera la Gran Depresión, pero no fue por el oro, sino por el precio. Churchill eligió el precio equivocado y eso fue deflacionario. La lección de la década de 1920 no es que se pueda tener un patrón oro, sino que un país necesita fijar el precio correcto. Los británicos continuaron por ese camino hasta que, finalmente, se hizo insoportable para el Reino Unido y devaluaron su moneda frente al oro en 1931.

Poco después, EE.UU. devaluó en 1933. Luego, Francia y el Reino Unido volvieron a devaluar en 1936. Vivieron su período de sucesivas devaluaciones monetarias y las llamadas políticas de “empobrecimiento del vecino”.

El resultado fue, por supuesto, una de las peores depresiones de la historia mundial. Hubo un desempleo vertiginoso y una producción industrial estancada que creó un largo período de crecimiento entre muy débil y negativo.

La Primera Guerra de Divisas no se resolvió hasta la Segunda Guerra Mundial y luego, finalmente, en la conferencia de Bretton Woods.

Fue entonces cuando el mundo se puso de acuerdo en un nuevo estándar monetario. La Segunda Guerra de Divisas se desató entre 1967 y 1987. El evento fundamental en medio de esta guerra fue que Nixon sacó a los EE.UU. del sistema del patrón oro el 15 de agosto de 1971, y con ello, en última instancia, al mundo entero.

Hizo esto con la intención de crear empleos y promover las exportaciones para ayudar a la economía estadounidense. Pero esto realmente no ocurrió. ¿Qué fue lo que pasó? EE.UU. sufrió tres recesiones consecutivas: en 1974, 1979 y 1980. El mercado de valores colapsó en 1974. El desempleo se disparó, la inflación se salió de control entre 1977 y 1981 (la inflación estadounidense en ese período de cinco años fue del 50%) y el valor del dólar se redujo a la mitad.

Una vez más, la lección de las guerras de divisas es que no producen los resultados esperados de mayores exportaciones, empleos y crecimiento. Lo que producen son problemas económicos. Esto nos lleva a la Guerra de divisas III, que comenzó en 2010.

Rickards se salta todo el período de 1985 a 2010, un período de 25 años. ¿Qué estaba pasando entonces? Esa fue la era de lo que llamamos “King Dollar” o la política del “dólar fuerte”. Fue un período de muy buen crecimiento y estabilidad de precios en casi todo el mundo. No era un sistema estándar de oro ni estaba basado en reglas.

Funcionaba porque la Fed veía el precio del oro como un termómetro para ver cómo les estaba yendo. Básicamente, lo que Estados Unidos le dijo al mundo es: “No estamos en un patrón oro, estamos en un patrón dólar. “Nosotros, los Estados Unidos, acordamos mantener el poder adquisitivo del dólar y ustedes, nuestros socios comerciales, pueden vincularse al dólar o planificar sus economías en torno a alguna paridad con el dólar. Eso nos dará un sistema estable”. Eso realmente funcionó hasta 2010 cuando EE.UU. rompió el trato y básicamente declaró la Guerra de Divisas III con su expansión  monetaria después de la crisis financiera de 2008-2009.

Tras la crisis financiera de 2008 comenzó el periodo de tasas de interés ultrabajas y con ello el dólar estadounidense de depreció frente a la mayoría de activos, o puesto de otra forma, comenzamos a ver un periodo de gran expansión monetaria que se tradujo en una creciente inflación de precios de prácticamente toda clase de activos.

Con la pandemia causada por el virus chino, Covid-19, el problema de inflación de activos y pérdida de valor del dólar estadounidense se acrecentó porque el ritmo de expansión monetaria se aceleró. El rompimiento de las cadenas globales de valor, la invasión de Rusia a Ucrania, las excesivas ayudas gubernamentales que recibieron los estadounidenses durante la pandemia, entre otros, provocó que la inflación de precios de los activos se trasladara a inflación de precios de bienes al consumidor. La reacción del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos, con los incrementos en su tasa de interés de fondos federales hasta el nivel actual de 5.25% provocó que estallara la “burbuja del todo”.

Naciones como México, con tasas de interés del 11.25%, se han beneficiado de la coyuntura en el sentido de que han recibido más dólares de los que salen, por lo que el tipo de cambio se ha fortalecido hasta los 16.75 pesos por dólar, pero en detrimento de la planta productiva nacional, como mencioné en los primeros párrafos de esta entrega.

Con este amplio relato, debería quedar claro que los precedentes históricos son suficientemente aleccionadores, pero los peligros actuales son aún mayores, aumentados exponencialmente por la escala y la complejidad de los vínculos financieros en todo el mundo. Como lo he señalado en otras entregas, no debemos dejar de ver lo que sucede con la nueva moneda BRICS, respaldada en oro que se avecina, por lo que las cosas podrían calentarse. Finalmente, no creo que “la suerte” del peso mexicano vaya a dura mucho más de unos nueve meses más. El ambiente político en México y en Estados Unidos se van a deteriorar en perjuicio de nuestro país, y eso afectará la confianza y eventualmente el tipo de cambio.

Alejandro Gómez Tamez

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

La muerte causada por la utopía comunista

En este convulsionado momento de la historia, en el que existe el riesgo permanente de que la China comunista invada a Taiwán a un costo incalculable para el mundo, en el que Rusia invadió Ucrania por las locuras de su presidente que sueña con regresar a los años de gloria de la Unión Soviética, en el que Corea del Norte sigue haciendo pruebas con misiles que pueden llevar ojivas nucleares fácilmente a Japón y posiblemente hasta Alaska, en el que China pretende construir una base de espionaje civil y militar en Cuba, en el que el narco gobierno de Nicolas Maduro sigue afianzado en Venezuela, en el que el pueblo cubano sigue en la miseria y en opresión, creo que es pertinente recordar de qué se trata la basura comunista y toda la muerte que genera. En México sigue habiendo gente que cree en la utopía comunista y que quiere que ese sistema de odio se enraíce en nuestro país. Me imagino que muchos de ellos son personas que quieren destruir las libertades para implementar un sistema que a ellos en lo individual les garantice la riqueza a costa de empobrecer a todos los demás. Es por ello que se dice que el peor error de un comunista es estar fuera del gobierno.

El 22 de diciembre de 2019 publiqué en mi blog de economex.blog un artículo editorial titulado En contra de quienes quieren la basura Marxista en México”, y en él hago una relatoría de los enormes costos sociales y económicos que el comunismo ha causado en todas aquellas naciones en las que se ha pretendido implementar. Menciono sus incongruencias, la falta de incentivos económicos, y cómo sus líderes políticos se convierten en tiranos que abusan del pueblo que los llevó al poder, entre otras tantas características nefastas de dicho sistema económico.  

El profesor de la Universidad George Mason, Bryan Caplan en su artículo sobre el comunismo para la Concise Encyclopedia of Economics, señala que “comunismo” y “socialismo” eran básicamente sinónimos hasta la revolución bolchevique en Rusia. Después de eso, el “comunismo” se asoció más estrechamente con la filosofía revolucionaria de Vladimir Lenin. Los dos términos se pueden usar indistintamente y básicamente significan “una economía centralmente planificada en la que el gobierno controla los medios de producción”. En el Manifiesto Comunista, Karl Marx y Friedrich Engels escriben que “la teoría de los comunistas se puede resumir en una sola oración: abolición de la propiedad privada”.  

Partiendo de lo anterior y como ya lo señalé, en esta entrega quiero profundizar la crítica al comunismo, pero ahora abordando con mayor detalle los enormes costos humanos impuestos a través de los genocidios comunistas que se dieron a lo largo del Siglo XX y que le quitaron la vida a más de 100 millones de personas.

En el libro “Genocide: A world history” de Norman M. Naimark, en el capítulo dedicado a los “Genocidios comunistas” se menciona que la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Genocidio de 1948, el documento legal fundacional que define el genocidio, limitó las categorías de sus víctimas a grupos nacionales, étnicos, religiosos o raciales. Los intentos de incluir grupos sociales y políticos en la convención fracasaron en gran parte debido a la oposición de la delegación Soviética ante las Naciones Unidas, que temía que su represión de grupos sociales y políticos en el país pudiera considerarse genocida. Desde entonces, ha sido difícil pensar en el genocidio como un crimen contra un grupo social o político o, en su caso, de otros grupos identificables de connacionales como, por ejemplo, homosexuales o discapacitados en el caso de los nazis.

Sólo un ignorante retrograda puede negar que el comunismo, el marxismo-leninismo y sus variantes, significa en la práctica terrorismo sangriento, purgas mortales, gulags letales y trabajos forzados, deportaciones fatales, hambrunas provocadas por el hombre, ejecuciones extrajudiciales y juicios espectáculo, y genocidio. También es ampliamente conocido que, como resultado, millones de personas inocentes han sido asesinadas a sangre fría con el pretexto de esta ideología.

Es una cuestión de suma importancia a la luz del angustioso hábito de nuestra especie de matarse unos a otros. Las muertes generadas es uno de los puntos en los que el fracaso del comunismo es  más visible. Diversos libros dan cuenta de que los experimentos con el comunismo tienen una preocupante tendencia a convertirse en asesinatos en masa. Como explica Kristian Niemietz en su excelente libro “Socialismo: la idea fallida que nunca muere”, los intelectuales tienen una relación de tres etapas con el socialismo. Surge un régimen socialista y tal vez tenga algunos éxitos. Durante esta fase de luna de miel, los defensores del socialismo señalan que los detractores están equivocados y que esta vez es diferente. La luna de miel pasa a ser un período de “excusas y cosas por el estilo” en el que los defensores del régimen intentan explicar los crecientes problemas en el paraíso de los trabajadores. Durante esta fase, podríamos aprender que las causas del fracaso económico son el mal clima o algo así como el sabotaje deliberado de la CIA, y no las torpezas de la planificación central.  Finalmente, una vez que las fallas del experimento se vuelven demasiado obvias para ignorarlas o explicarlas, ingresamos a la tercera etapa, la etapa del “socialismo no real”. ¿La Unión Soviética? No es socialismo real. ¿China bajo Mao? No es socialismo real. ¿Venezuela? No es socialismo real. Etcétera. Y es por ello que al paso del tiempo llega un nuevo líder en alguna otra para del mundo diciendo que ahora si funcionará porque ahora si lo van a implementar bien.

Entre las teorías de porque los regímenes comunistas se mueven tan rápidamente hacia la opresión y el asesinato en masa, Bryan Caplan nos dice que el comunismo “nació en la maldad” en el sentido de que “los primeros socialistas eran de hecho ‘idealistas'” pero “su ideal era el totalitarismo”. En un nivel fundamental, las revoluciones comunistas no se han tratado simplemente de producir cosas de manera más eficiente o de garantizar que la producción se comparta equitativamente. Los experimentos comunistas han sido esfuerzos para rediseñar fundamentalmente a la humanidad. Han sido proyectos de transformación social, y su brutalidad a veces ha sido excusada como una desafortunada necesidad histórica. El historiador Eric Hobsbawm, por ejemplo, estuvo de acuerdo, sin dudarlo, en que millones de muertos serían un precio aceptable a pagar por una sociedad comunista. Después de todo, Lenin dijo célebremente “no se puede hacer un omelette sin romper los huevos”.

Comunismo: la principal causa ideológica de muerte en el siglo XX

En un artículo del autor taiwanés, Jim Liao, se menciona que de todas las plagas que han asolado a la humanidad, desde la Peste Negra hasta el cáncer, una de las más mortíferas ha sido una idea virulenta que se ha cobrado millones de almas. Y como no va a ser así si el comunismo niega la existencia de un alma, y sus adherentes normalmente castigan a aquellos que digan lo contrario. La creación brutal de Karl Marx, el Manifiesto Comunista, prometía una utopía en la Tierra. Todo lo que había que hacer era derrocar a la sociedad y deshacerse de la clase dominante mediante una revolución violenta. El camino al paraíso era rojo, construido sobre un nuevo orden social construido mediante la destrucción de creencias tradicionales, estructuras sociales, propiedad y gobierno.

El terrible Holocausto de Adolf Hitler es un horror más conocido para la mayoría, pero los sombríos recuentos de muertes causadas por las revoluciones comunistas en Rusia y China superan con creces sus esfuerzos genocidas. Mientras Hitler apuntaba principalmente en contra del pueblo judío, los comunistas apuntaban a todas las religiones y clases enteras de la sociedad.

Algunos marxistas laicos han descrito como aberraciones a las oleadas de asesinatos que siguieron a las revoluciones comunistas. De hecho, estas muertes son resultados sistemáticos de las revoluciones comunistas, son soluciones prescritas a las desigualdades del capitalismo y creencias y prácticas arraigadas. Por esta razón, las revoluciones comunistas han sido acompañadas por matanzas sin precedentes.

Según El libro Negro del Comunismo de Stéphane Courtois, el comunismo es responsable de 100 millones de muertes, un número total que supera con creces al nazismo, que dejó 16.3 millones de asesinados, y eclipsa las cifras de muertes por cáncer de pulmón, diabetes y homicidios del siglo XX. Al llevar a cabo la implementación de esta ideología, los regímenes políticos del siglo XX encabezados por dictadores como Mao Zedong, Joseph Stalin y Pol Pot, entre otros, fueron responsables de una rápida destrucción de vidas humanas como nunca se había visto en la historia.

Según la mayoría de las estimaciones, el más asesino de varios dictadores del siglo XX fue Mao Zedong de China. El número estimado de muertos de Mao oscila entre 60 y 80 millones, lo que supera las vidas cobradas por la Primera Guerra Mundial (37 millones) y posiblemente la Segunda Guerra Mundial (66 millones). La composición de estos más de 60 millones de muertes en China incluye, pero no se limita a: guerras civiles, terratenientes que fueron asesinados bajo la política de reforma agraria comunista y guardias rojos durante la Revolución Cultural que torturaron y mataron a supuestos “enemigos de clase”.

Courtois ubica el número total de muertes del dictador ruso Joseph Stalin en 20 millones, aunque este número fluctúa de 10 a 60 millones dependiendo de la fuente. Stalin, el infame autor de la cita “la muerte de una persona es una tragedia, un millón de muertes es una estadística”, arrojó a los campos de concentración y persiguió a millones de ciudadanos “desleales”. También ejecutó a intelectuales y figuras políticas consideradas como amenaza a su poder para establecerse como la única autoridad de Rusia. Incluso pudo hacer “desaparecer” a estas personas eliminando sus fotos y registros de la historia. Con 20 millones, el total de muertes de Stalin supera los recuentos de todas las muertes causadas por cáncer de páncreas (17 millones), VIH/SIDA (12.5 millones) y epilepsia (10 millones) del siglo XX.

Una de las formas más comunes en que los comunistas matan y quebrantan para siempre la voluntad de los ciudadanos en sus “repúblicas populares” ha sido el hambre.

“El Gran Salto Adelante” de Mao se presentó como una forma de modernizar la economía de China. Sacó comunidades de trabajadores de las granjas y los obligó a fundir metales como el hierro y el acero en hornos de traspatio. Esta eliminación de la mano de obra dedicada a la producción de alimentos finalmente resultó en la gran hambruna de China, que según los expertos se cobró entre 30 y 40 millones de vidas.

En Ucrania, la colectivización y la industrialización soviética provocaron el Holomodor, una hambruna que causó entre 2.5 y 7.5 millones de muertos.

Aquellos que han escapado de Corea del Norte a menudo les dicen a los gobiernos que envíen ayuda alimentaria allí y que si realmente quieren ayudar a aliviar la hambruna perpetua allí, sería mejor enviar alimento para animales, ya que es más probable que llegue a quienes realmente lo necesitan.

Si bien Rusia y China encabezan el recuento de muertes, las cifras en otros países comunistas son igualmente trágicas.

En Camboya, Pol Pot, quien anteriormente fue miembro del Partido Comunista Francés, intentó crear su versión de una sociedad comunista utópica al llevar a millones de personas de las ciudades a las áreas rurales para realizar trabajos manuales. Esta fue una práctica común después de las revoluciones comunistas también en otros países, al igual que su asesinato de miembros educados de la sociedad, como abogados, médicos y filósofos, a quienes llamó “la raíz de todo el mal capitalista”.

Durante su reinado de 1975 a 1979, murieron entre 1.5 y 2 millones de una población total de 7 millones de camboyanos, ya sea por matanza directa o por hambruna debido a la intensa mano de obra y la escasez de alimentos en los campos.

Otros dos millones fueron asesinados por comunistas en Corea del Norte y Etiopía.

¿Cómo podemos entender todos estos asesinatos por parte de los comunistas? De acuerdo con R.J. Rummel, es el matrimonio de una ideología absolutista con el poder absoluto. Los comunistas creían que sabían la verdad, absolutamente. Creían que sabían a través del marxismo lo que traería el mayor bienestar y felicidad humana. Y creían que el poder, la dictadura del proletariado, debe usarse para derribar el viejo orden feudal o capitalista y reconstruir la sociedad y la cultura para realizar esta utopía. Nada debe interponerse en el camino de su logro. El gobierno, el Partido Comunista, estaba por lo tanto por encima de cualquier ley. Todas las instituciones, normas culturales, tradiciones y sentimientos eran prescindibles. Y la gente era como madera y ladrillos, para ser usados en la construcción del nuevo mundo.

Para los comunistas, la construcción de esta utopía es vista como una guerra contra la pobreza, la explotación, el imperialismo y la desigualdad. Y por el bien mayor, como en una guerra real, se mata gente. Y así esta guerra por la utopía comunista tuvo sus necesarias bajas enemigas: el clero, burguesía, capitalistas, saboteadores, contrarrevolucionarios, derechistas, tiranos, ricos, terratenientes y no combatientes que lamentablemente quedaron atrapados en la batalla.

Para concluir solo hay que recordar que mientras gobernaban bajo el pretexto de la libertad y la prosperidad para todos, los regímenes comunistas, han causado miseria y destrucción en todas las naciones en las que han reinado. A través de regímenes en Europa, Asia y África, el comunismo se ha cobrado un total de 100 millones de vidas en 100 años, lo que lo convierte en un asesino ideológico sin precedentes. El comunismo ha sido el mayor experimento de ingeniería social que jamás hayamos visto. Fracasó por completo con un enorme costo en vidas para millones de hombres, mujeres y niños. Sin embargo, hay una lección más grande que aprender de este horrendo sacrificio a una ideología, y esa es que a NADIE se le puede confiar todo el poder. Cuanto más poder tiene el tirano o dictador para imponer las creencias de una élite ideológica o religiosa o imponer sus caprichos, más probable es que se sacrifiquen vidas humanas. Esta es solo una razón, pero quizás la más importante, para fomentar la democracia liberal.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

El tipo de cambio y los problemas para la industria nacional

México atraviesa un momento complicado por la fortaleza del peso frente al dólar. Son varios los sectores productivos y componentes de la demanda agregada que comienzan a resentir los costos de un dólar barato. Históricamente la evolución del tipo de cambio era uno de los indicadores del éxito o fracaso económico de una administración federal y el éxito de un presidente se media en términos de unas cuantas variables, entre ellas el qué tanto se había depreciado el peso durante un sexenio. Es por ello que ahora los simpatizantes de López Obrador presumen el tener un dólar en niveles cercanos a los 17 pesos y lo atribuyen al “buen” trabajo del Gobierno de México; pero no quieren darse cuenta de los problemas que se están ocasionando.

Son muchos los factores que provocan que el tipo de cambio se encuentre coyunturalmente en nivel de 17.14 pesos por dólar, y la mayoría no tienen que ver con lo que hace el gobierno federal. No los abordaré en esta entrega, ya que han sido ampliamente explicados por parte de otros analistas, pero ante todo lo que se comenta respecto al tipo de cambio, en esta entrega si quiero analizar otros puntos relacionados con el tema cambiario y vamos a comenzar con la cuestión de la inflación:

El pasado 7 de julio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en junio la inflación general de precios al consumidor disminuyó a 5.06%, el nivel más bajo desde marzo de 2021. Esta es una buena noticia porque implica que la inflación en México ya sólo está 1.06 puntos porcentuales arriba del límite máximo de la meta inflacionaria del Banco de México de una inflación de 3% con un margen de variabilidad de más/menos 1 punto porcentual.

Es verdad que la cifra de inflación de junio debe tomarse con cautela ya que el número agregado esconde varios detalles. Por un lado, vemos que el componente de inflación subyacente sigue muy alto y fue de 6.89%, lo que es producto de una inflación anual de 8.26% en las mercancías y de 5.25% en los servicios. Dentro de las mercancías, destaca que el alza de precios en alimentos, bebidas y tabaco fue de 10.49%, es decir, todavía aumenta a tasa de doble dígito. Por otra parte, el componente de inflación no subyacente registró una deflación de -0.36%, lo que es producto de alza anual de precios de 2.89% en los productos agropecuarios, una caída en los precios de energéticos de -6.95% y un alza en las tarifas autorizadas por el gobierno de 6.26%.

Los datos muestran que buena parte del freno inflacionario se debe a que a nivel mundial han bajado las presiones en los precios de los productos agropecuarios y porque el gobierno federal ha hecho una labor para contener los precios de los energéticos. Subsiste un problema inflacionario con las mercancías y en especial con los alimentos procesados.

Lo que sucede con la inflación es muy importante porque más allá de incidir directamente en el poder adquisitivo real de las personas, determinará el rumbo de la política monetaria en México, lo que a su vez incide directamente en el tipo de cambio. En la medida en que la inflación es menor, aumenta la flexibilidad que puede asumir el banco central para comenzar con el ciclo de disminuciones en su tasa de interés objetivo.  Pero con la inflación subyacente todavía tan elevada, es prácticamente imposible que el Banco de México considere que su lucha contra la inflación ha concluido con éxito.

¿Qué tan probable es que la inflación general de precios al consumidor siga disminuyendo? De acuerdo con los analistas que participaron en la Encuesta Citibanamex de Expectativas más reciente, esperan que la inflación anual este año sea de 4.91%, cifra por debajo del 4.79% esperado hace dos semanas. El rango de pronósticos para la inflación en 2023 va desde un 4.20% hasta el 5.65%. Sin embargo, bajo el escenario base vemos que la expectativa es que la inflación general seguirá disminuyendo en los siguientes seis meses, aunque no se alcanzará todavía la meta del banco central.

¿Hay riesgos de que se complique la lucha contra la inflación? Desde luego que los hay. De hecho los analistas de Moody’s Local han advertido que la economía mexicana está creciendo por encima de su potencial, con un exceso de demanda interna impulsada por las transferencias gubernamentales (ayudas sociales) y las remesas, lo cual podría obstaculizar el que la inflación se reduzca al objetivo de 3 por ciento a finales del 2024.

En este sentido, podemos mencionar que Moody´s tiene razón (parcialmente) ya que, de acuerdo con cifras de INEGI, el Indicador de Consumo Privado en el Mercado Interior creció un sólido 6.5% en términos reales en 2022 y en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2023 presenta un incremento real anual de 4.2%.

Sin embargo, como puede verse en la tabla, el gran problema de este consumo es que favorece más a las importaciones que a los productos hechos en México. El consumo nacional creció 5.6% en 2022, mientras que el de bienes importados subió 13.5%. En el acumulado de los primeros cuatro meses de 2022, vemos que el consumo nacional creció 3.1% real, mientras que el de bienes importados aumentó 12.0%.  Esto implica que el fuerte consumo en México efectivamente puede ser una fuente de presión inflacionaria, pero no lo es tanto cuando nos damos cuenta de que se privilegian los bienes importados.

Y ahora, volviendo al tema del tipo de cambio, pues es obvio que con un dólar tan barato la situación de crecimiento de importaciones empeorará y veremos como de consumo de bienes importados consolida mayores tasas de crecimiento, mientras que el consumo de bienes y servicios nacionales se deteriora en perjuicio de la producción empleo nacionales.

En este sentido, reitero que a pesar de que la inflación subyacente sigue elevada, ya somos varios los que hemos externado que la fortaleza del peso mexicano frente al dólar comienza a causar diversos daños a la economía real del país, y que dado lo anterior, el Banco de México debería analizar la posibilidad de recortar marginalmente su tasa de interés objetivo desde el nivel actual de 11.25% a 11.00%. No creo que por un cuarto de punto porcentual se eche a perder el esfuerzo por controlar la inflación, pero creo que si sería un factor que le restaría fortaleza al peso en favor de la planta productiva nacional.

Se ha comentado sobradamente que un peso tan fuerte, en niveles cercanos a 17 pesos por dólar, genera los siguientes problemas:

1. Encarecimiento del precio de nuestras exportaciones en dólares, lo que las vuelve menos competitivas, desacelera su crecimiento y genera menores ganancias a empresas exportadoras.

2. Abaratamiento de las importaciones, lo que desplaza a productores nacionales. Aunque cabe señalar que esto no necesariamente se traduce en precios más bajos para los consumidores finales. Es práctica común que con un dólar barato los importadores simplemente compran el producto extranjero a menor precio en pesos, pero lo siguen vendiendo al mismo precio final en el mercado nacional, con lo que aumentan su margen de utilidad. Otra práctica común es que la empresa que tiene proveeduría nacional y extranjera, simplemente utiliza el argumento de un tipo de cambio más bajo para hacer que sus proveedores nacionales le bajen los precios con la amenaza de que les dejará de comprar. Pero esto tampoco se traduce en precios más bajos para los consumidores.

3. Un aumento en el costo de vacacionar en México para los turistas extranjeros, lo que se traduce en un menor crecimiento del turismo internacional, o de plano una caída en el número de visitantes.  Un dólar barato también provoca que cierto turismo nacional decida mejor vacacionar en el extranjero.

4. Las familias que reciben remesas reciben menos pesos por los dólares que les mandan del extranjero. Esto sin duda incide negativamente en la capacidad de consumo de varias familias, muchas de ellas de bajos ingresos.

5. La inversión extranjera directa que llega a México se hace más cara para el inversionista internacional.  Imagine que construir una planta industrial cuesta 1,000 millones de pesos, pues al tipo de cambio de 20 pesos por dólar, pues es una planta de 50 millones de dólares, pero al tipo de cambio de 17 pesos por dólar, ya se hizo una planta de casi 59 millones de dólares.

El argumento que el Banco de México ha dado desde que tenemos el régimen de tipo de cambio de “libre flotación” es que ellos no intervienen en la paridad y que la que vemos es la que se determina libremente por las fuerzas de la oferta y la demanda. Esto no es más que un intento de engaño, ya que sabemos bien que no existe tal cosa como “libre flotación” y que en el mejor de los casos deberíamos llamarla “flotación sucia” ya que el nivel de tipo de cambio depende de manera importante del diferencial de tasas de interés con respecto a Estados Unidos.

Al escribir estas líneas un Cete a 28 días paga una tasa anual de 11.30%, mientras que un bono del Tesoro de Estados Unidos paga 5.32%. Es evidente que un diferencial de prácticamente 6 puntos porcentuales en la tasa de interés entre ambas naciones genera un gran incentivo para que sigan llegando más dólares a nuestro país.

En ese sentido y dado el enorme diferencial de tasas de interés, insisto en que el Banco de México debería analizar la conveniencia de reducir marginalmente su tasa de interés objetivo, aunque sé que eso no sucederá por dos razones principales:

1. El tipo de cambio barato, si bien no baja los precios en muchas industrias, si disminuye las presiones para que los precios sigan aumentando, y por eso la inflación ya está en 5.06%.

2.  A diferencia de otros bancos centrales que tienen un doble o triple mandato, en el caso de México su mandato se basa únicamente en preservar el poder adquisitivo de la moneda. Es decir, en México el banco central no está obligado a impulsar el crecimiento económico y del empleo, por lo que todos los impactos negativos en la planta productiva los tienen sin cuidado.

A manera de conclusión podemos decir que la planta productiva nacional seguirá enfrentando los problemas causados por un dólar tan barato, pero la buena noticia es que dólar no se mantendrá en el nivel actual para siempre. La expectativa es que el dólar comenzará a subir de precio conforme avanza el año por dos factores principales: a. Las campañas presidenciales en México y Estados Unidos meterán ruido en la relación y podemos esperar que los candidatos estadounidenses dirán cosas malas con relación a nuestro país (como sucedió con Donald Trump hace ocho años) y b. Eventualmente el Banco de México comenzará con el ciclo de disminución de tasas de interés. Dado lo anterior, las empresas deben ajustarse y encontrar maneras para compensar sus pérdidas cambiarias, no será sencillo, pero no es probable que en el corto plazo regresemos a un dólar de 19 pesos, pero para el mediano y largo plazos, sin duda.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt