El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto reducir el Impuesto sobre la Renta (ISR) y compensar la pérdida de ingresos fiscales mediante la aplicación de aranceles a productos importados. La medida tiene como objetivo fortalecer la industria nacional y reducir los déficits comerciales. No obstante, expertos advierten que los aranceles suelen encarecer los bienes para los consumidores, además de generar posibles tensiones geopolíticas y afectar las relaciones comerciales del país.
¿Es realista esta propuesta cuyos esbozos de implementación han causado toda clase de preocupaciones a nivel mundial? Hace muchos años, los aranceles eran una fuente muy importante de ingresos para los gobiernos nacionales. En Estados Unidos, antes de la instauración del ISR en 1913, el gobierno federal se financiaba casi en su totalidad a través de aranceles y gravámenes especiales. Sin embargo, para que sea viable que Estados Unidos regrese a un sistema basado exclusivamente en aranceles, el tamaño de su gobierno debería reducirse drásticamente, al menos en un 80% o 90%, alcanzando niveles similares a los previos a la Primera Guerra Mundial.
En términos teóricos, reemplazar el ISR con aranceles podría ser un cambio positivo, ya que estos no requieren una supervisión intrusiva en la vida de los ciudadanos, como la hacen las dependencias gubernamentales recaudadoras, como el Internal Revenue Service (IRS) de Estados Unidos o el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de México. Sin embargo, la realidad es que los gobiernos rara vez están dispuestos a ceder poder. Lo más probable es que el aumento de aranceles que plantea Donald Trump simplemente acabará añadiendo una nueva capa de impuestos sin eliminar otras existentes, lo que resultaría en una carga fiscal acumulativa para consumidores y empresas.
Con esta nueva administración Trump, el regreso a una política arancelaria agresiva ha sido presentado a los estadounidenses como una estrategia para fortalecer la economía nacional, promover la autosuficiencia y reducir el déficit comercial. Les han dicho que esta visión busca incentivar la producción interna, especialmente en sectores estratégicos como la energía y la manufactura, aunque las posibilidades de lograrlo y sus implicaciones son motivo de amplio debate económico y político.
Al día de hoy no ha entrado en vigor ningún cambio arancelario y todo ha sido amenazas y retórica, no se sabe que tan lejos llegará Trump en este intento de cambiar el marco fiscal y sus relaciones comerciales con el resto del mundo, pero dada la gravedad de lo que puede suceder, me parece pertinente hacer un recuento de los cuatro actos que hemos presenciado en las últimas semanas, respecto a este importante asunto que podría destruir 80 años de globalización.

Acto 1: Amenaza de Aranceles Generalizados
En una decisión que no debería sorprender a nadie, dado que fue un tema recurrente en su campaña presidencial, Donald Trump anunció el sábado 1 de febrero la imposición de aranceles adicionales: un 10 % a los bienes provenientes de China y un 25 % a los productos de Canadá y México, medida que entraría en vigor el 5 de febrero. Sin embargo, el 4 de febrero por la mañana, en una conversación con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, Trump acordó pausar por un mes los aranceles del 25%. A cambio, México desplegaría 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte para contener el tráfico de fentanilo y la migración irregular.
De esta manera, el problema fue pospuesto para el 5 de marzo. Al ver el comportamiento del tipo de cambio, que se hay mantenido en torno a los 20.50 pesos por dólar, es evidente que se anticipa que México y Canadá lograrán dar muestras de que se están atendiendo los problemas de migración y tráfico de drogas, y que seguramente se llegará a acuerdos satisfactorios con Estados Unidos que eviten la imposición de estos aranceles generales del 25%.
Hasta donde se sabe, las negociaciones formales aún no han comenzado, pero se anticipa que por parte de EE.UU. estarán encabezadas por:
- Marco Rubio, Secretario de Estado.
- Scott Bessent, Secretario del Tesoro.
- Howard Lutnick, Secretario de Comercio.
A diferencia de lo que han mencionado diversos analistas, la pausa de un mes en la aplicación de los aranceles no debe ser tomada como un cheque en blanco, ya que el propio Donald Trump, reiteró el domingo 9 de febrero que las acciones de México y Canadá para frenar la imposición de aranceles no son suficientes y que espera mayores compromisos en materia de seguridad fronteriza. En una entrevista con Fox News, cuando se le preguntó si estos esfuerzos eran suficientes, Trump fue tajante:
🗣️ «No, no es suficiente.»
El mandatario insistió en que el problema es insostenible y que está decidido a cambiar la situación:
🗣️ «Algo tiene que suceder. Es insostenible, y lo voy a cambiar.»
Esta postura refuerza la presión de Trump sobre sus socios comerciales, dejando abierta la posibilidad de que, si no hay avances concretos en los próximos 20 días, los aranceles entrarán en vigor, lo que podría afectar significativamente las relaciones económicas de la región.
Acto 2: Aranceles al Acero y Aluminio del 25%
A pesar de haber afirmado una semana antes que pausaría la entrada en vigor de aranceles a México y Canadá por un mes, el 11 de febrero Trump anunció que a partir del 12 de marzo aplicará aranceles del 25% al acero y aluminio provenientes de cualquier parte del mundo, sin excepciones.
En México, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO) emitió un comunicado en el que menciona los impactos que esta medida tendría en la industria en caso de materializarse:
- Golpe a la competitividad regional: La siderurgia y la cadena metalmecánica de América del Norte se verán afectadas, debilitando su integración productiva y comercial.
- Desbalance comercial: EE.UU. mantiene un superávit de 2.3 millones de toneladas en el comercio de acero con México, lo que hace que la medida sea injustificada.
- Integración regional en riesgo: La decisión ignora la alta colaboración productiva en la región y no considera la amenaza real que representa el exceso de capacidad en China y el sudeste asiático.
- Posibles represalias: CANACERO ha solicitado al gobierno mexicano la aplicación de aranceles recíprocos sobre productos siderúrgicos provenientes de EE.UU.
- Amenaza para el empleo y la inversión: Estos aranceles impactarán el 75% de las exportaciones de acero mexicano (valuadas en $2,100 millones de dólares), poniendo en riesgo miles de empleos.
No obstante lo anterior, un análisis de BBVA estima que de materializarse, el impacto macroeconómico de estos aranceles en México será limitado, ya que las exportaciones de acero y aluminio representan apenas el 1% del total de exportaciones y el 0.26% del PIB. Desde nuestra óptica, no se debe subestimar el impacto de estos posibles aranceles en algunas empresas que exportan productos hechos con acero y aluminio. Sin embargo, el hecho de que se contemple que estas medias entren en vigor el próximo 12 de marzo, deja abierta la posibilidad de una negociación y que, por tanto, los aranceles no procedan, puedan ser de menor magnitud o que no apliquen a todos los países.
Acto 3: Aranceles Recíprocos y Consideración del IVA Europeo como Barrera Comercial
El jueves 13 de febrero, Donald Trump anunció aranceles recíprocos contra países que imponen impuestos a las importaciones estadounidenses más altos de lo que ellos cobran, aunque esta medida entraría en vigor en abril.
Esto significa que Estados Unidos analizará país por país y producto por producto el arancel que cobran vs el que pagan y elevará sus aranceles para que se emparejen. Por ejemplo, La Unión Europea cobra 5% de arancel a los autos importados de Estados Unidos, mientras que Estados Unidos cobra 2.5% de arancel a los autos de Europa. Se espera entonces que Estados Unidos suba su arancel cobrado a la Unión Europea al 5%.
En el caso de México, este punto no debería ser motivo de preocupación, ya que los aranceles en ambos sentidos son del 0 %. No obstante, es muy importante estar atentos a otro anuncio realizado ese mismo día: el señalar que el Value Added Tax (IVA) que cobran algunas naciones, como las de la Unión Europea, India, Argentina, Arabia Saudita, entre otras, es una forma de barrera no arancelaria en contra de las importaciones de Estados Unidos.

Trump ve al IVA como un problema porque es un impuesto al consumo que se aplica en la mayoría de los países, pero EE.UU. no lo tiene. En su lugar, en Estados Unidos se cobra un impuesto sobre ventas que aplica cada estado. El IVA afecta a EE.UU. porque los países que lo cobran exentan sus exportaciones del impuesto, pero si se lo cobran a productos importados, lo que da como resultado que los productos extranjeros lleguen a EE.UU. sin ese impuesto, mientras que los de EE.UU. llegan a los otros países más caros.

Es por ello que Trump lo llama un «arancel disfrazado» y su lógica es que si un país cobra un IVA del 18% en productos importados, entonces EE.UU. debería aplicar un arancel equivalente a sus exportaciones. Lo que busca es que Estados Unidos aplique aranceles adicionales para igualar la balanza y de pasada castigar a la Unión Europea y otras naciones, que dependen mucho de sus exportaciones.
En el caso de México, también cobra IVA (16%), lo que podría hacer que EE.UU. lo vea bajo el mismo criterio que a la Unión Europea. ¿Trump aplicará estos «aranceles» a México? En teoría, los productos mexicanos están exentos de aranceles bajo el T-MEC, pero si Trump considera el IVA como una barrera comercial disfrazada, podría presionar para renegociar el tratado o imponer aranceles especiales.
Acto 4: Aranceles a la Industria Automotriz a partir del 2 de abril
Un día después de firmar el memorando de los aranceles recíprocos y el IVA, el viernes 14 de febrero Donald Trump anunció que a partir del 2 de abril podría imponer nuevos aranceles a la importación de automóviles, afectando la industria automotriz mexicana de las siguientes maneras:
- Aumento en costos de producción: Empresas como GM, Ford, Nissan, Stellantis, Honda y Toyota enfrentarán costos más altos debido a estos aranceles. Sin embargo, estas automotrices ya comenzaron a analizar medidas como la diversificación de proveedores, el ajuste de precios y la optimización de costos operativos.
- Desaceleración de exportaciones: México es un proveedor clave de SUVs y camionetas para EE.UU., por lo que estos impuestos podrían reducir la competitividad del sector.
- Dependencia de EE.UU.: Actualmente, EE.UU. es el mayor comprador de vehículos ensamblados en México. Debido a la alta demanda y la limitada capacidad productiva estadounidense, las importaciones de autos hechos en México son esenciales para abastecer el mercado estadounidense.
De este modo, la imposición de aranceles a la industria automotriz podría traer consigo varias consecuencias muy graves. En primer lugar, algunas empresas podrían optar por reubicar sus plantas de producción en Estados Unidos para evitar el impacto de estos aranceles. Además, México podría responder mediante negociaciones diplomáticas en busca de exenciones o incluso tomar represalias comerciales en otros sectores. Por último, estas medidas podrían generar tensiones en el marco de la próxima revisión del T-MEC, afectando gravemente la relación comercial entre México y Estados Unidos.
En el sector automotriz, la propuesta ha sido recibida con opiniones divididas: mientras Ford ha respaldado la revisión de las importaciones, su CEO ha señalado que los aranceles han generado «mucho costo y caos». En este contexto, el T-MEC, que establece reglas de origen para evitar los aranceles en vehículos con al menos un 75% de contenido de Norteamérica, podría verse afectado. Con su revisión programada para 2026, algunos analistas consideran que Trump busca utilizar estas amenazas como una estrategia de negociación para modificar el acuerdo que en su primer mandato calificó como el «mejor tratado comercial de la historia».

Conclusión
El plan arancelario de Donald Trump representa una estrategia que va más allá de una simple medida comercial; busca transformar el esquema de financiamiento del gobierno estadounidense y reforzar la industria nacional. Sin embargo, su implementación podría generar una carga fiscal acumulativa para consumidores y empresas, ya que, en la práctica, los aranceles rara vez sustituyen otros impuestos, sino que se suman a ellos. Además, este enfoque ha generado preocupaciones por sus efectos inflacionarios y el impacto en las relaciones comerciales globales.
En el caso de México, la imposición de aranceles amenaza con afectar sectores estratégicos como la industria automotriz y siderúrgica, que dependen en gran medida del acceso preferencial al mercado estadounidense. Aunque la reciente pausa en la aplicación de los aranceles generales brinda una oportunidad para negociaciones, la presión de Trump sobre sus socios comerciales es evidente. De no lograrse acuerdos satisfactorios en temas como migración y control de tráfico de drogas, la reactivación de estos aranceles podría generar tensiones en el marco del T-MEC y arrojar a México a una prolongada recesión económica.
A nivel global, la estrategia de aranceles recíprocos y la posible consideración del IVA como una barrera comercial podrían provocar una escalada de represalias entre EE.UU. y otras economías, particularmente la Unión Europea, China e India. La incertidumbre sobre la política comercial de Trump genera importantes riesgos para el comercio internacional y podría acabar con el proceso de globalización de las últimas ocho décadas. En este contexto, la comunidad empresarial y los gobiernos deben prepararse para un escenario de negociaciones complejas, donde la diplomacia jugará un papel fundamental para evitar una guerra comercial que afecte el crecimiento económico global.
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Alejandro Gómez Tamez*
Director General GAEAP*
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Hola, lo que está haciendo EU con su política de aranceles, creo, que por el lado de querer que EU vuelva a producir en su territorio los bienes que necesitan, hay factores como el costo de mano de obra y en si la mano de obra que no pueden producir todo lo que necesitan, por lo que pienso que no va por ahí, quieren presionar para obtener mejores precios y contener el tráfico de dogra, de personas y tratar de acabar con los carteles de la droga, saludos amigo y gracias por mantenernos informados, salu
¡Hola estimado Sixto! Muy buen punto. Es cierto que el objetivo de los aranceles no es solo regresar la producción a EE.UU., porque hay limitaciones estructurales como la mano de obra y los costos. Pero sí buscan presionar estratégicamente a sus socios comerciales, tanto en términos económicos como geopolíticos. En el caso de México, además del tema comercial, es evidente que lo usan como una herramienta de negociación en seguridad y migración.
El problema es que estas medidas pueden terminar afectando más a los consumidores y empresas estadounidenses que a los países a los que van dirigidas. Como siempre, hay que seguir de cerca cómo evoluciona la situación.