El impacto del inminente incremento al salario mínimo

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En México hay una gran discusión respecto al monto del salario mínimo que debe estar vigente a partir del 1 de enero de 2019

El salario mínimo en México es actualmente de 88.36 pesos diarios, lo que equivale a 2,686 pesos al mes. No es necesario decir que es una cantidad de dinero con la cual es imposible comprar los elementos básicos indispensables para llevar una vida digna. Prácticamente cualquier empresario formal con quien dialogas reconoce que el salario mínimo es muy bajo y que por esa razón las percepciones efectivamente pagadas están por encima del salario mínimo.

De acuerdo a análisis elaborados por GAEAP, utilizando datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, el salario promedio diario en México es de 190.92 pesos, lo que equivale a 2.16 salarios mínimos. Al tipo de cambio vigente al momento de escribir estas líneas, esto implica que la persona ocupada promedio en México gana apenas 9.83 dólares al día.

El tema de los ingresos de la población ocupada en México fue un asunto controversial en el proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual será transformado en T-MEC una vez que éste sea ratificado por los cuerpos legislativos de los tres países que lo conforman. Es un tema por el cual diversos políticos y analistas estadounidenses nos critican ya que consideran que es nuestra única fuente de competitividad y que en los bajos salarios sentamos toda nuestra estrategia de atracción de inversiones y para robarles sus empleos manufactureros. Es un asunto que además ha preocupado al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y a su equipo de transición, por lo que en diversas ocasiones han manifestado que una vez que lleguen al poder harán los ajustes correspondientes para mejorar los niveles de ingreso de la población ocupada.

En este sentido, la próxima Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, declaró recientemente para la agencia de noticias Reuters, que planean aumentar el salario mínimo, a partir del 1 de enero de 2019, de los actuales 2,686 pesos al mes a 3,120 pesos al mes, lo que representa un incremento de 16.15%, o bien pasar de 88.36 a 102.63 pesos diarios. Esta propuesta parece razonable y en principio no ocasionaría grandes problemas para la mayoría de las empresas formales, ya que como se ha dicho, la mayoría paga sueldos por encima de los dos salarios mínimos. Sin embargo, también sabemos que hay empresas como restaurantes, bares, estaciones de servicio de gasolina, entre otros, en donde los patrones pagan el salario mínimo dado que los empleados obtienen la mayor parte de sus ingresos por propinas. A este tipo de empresas que son formales y pagan el salario mínimo, si les podría generar una afectación.

Por ejemplo, un restaurante que tenga 20 meseros a los que les paga el salario mínimo, pues la propuesta de Luisa María Alcalde le ocasionaría un aumento mensual en su nómina de 8,680 pesos más los correspondientes incrementos en carga social por cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Lo podríamos redondear en un incremento de unos 11,500 pesos al mes o unos 138 mil pesos al año. No se aprecia un impacto muy fuerte, pero habría que ver caso por caso. En este sentido, sería conveniente que las empresas comiencen a hacer ejercicios de simulación para ver cómo les podría afectar este posible aumento de 16.15% al salario mínimo.

En este contexto de querer mejorar los salarios mínimos, hemos escuchado otras propuestas de incrementos mucho más radicales, como la que se acaba de aprobar en el Senado de la República. Sucede que hace unos días, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) propuso al pleno de dicho cuerpo legislativo un exhorto dirigido a la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasemi) para que fije el salario mínimo 2019 en 176.72 pesos, que es una cantidad 100% superior al salario mínimo diario vigente actualmente.

Esta propuesta parece más un exhorto demagogo y sin duda está sustentada en ideas y conceptos equivocados, los cuales abordaré brevemente a continuación:

En primer lugar, el establecer un salario mínimo del doble del actual es algo que afectará únicamente a las empresas formales y que tienen a sus trabajadores registrados en el IMSS. Es decir, para las personas que trabajan en la economía informal, ya sea en actividades de autoempleo o para un patrón informal (aproximadamente el 60% del total nacional), el subir el salario mínimo de ley al doble les será irrelevante. Esto se debe a que aunque suba el salario mínimo al doble, pues un bolero en la calle no necesariamente aumentará sus percepciones, mientras que para los que trabajan para un patrón informal, pues no es que vayan a ir a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) a denunciar a su patrón porque no les paga lo estipulado en la ley. Hay que insistir en el hecho de que en México el 60% de la población ocupada labora en la informalidad.

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En México el 60% de la población trabaja en la economía informal, para ellos el alza al salario mínimo resulta casi irrelevante

Segundo, el hecho de que el ingreso promedio de la población ocupada es actualmente de 2.16 salarios mínimos, no significa que oficializar el salario mínimo al doble del actual, no vaya tener repercusiones en las finanzas y los costos de muchas empresas. Hay que tomar en cuenta que el incremento del salario mínimo se aplica al salario base, y no a la percepción total. Es decir, puede haber personas que son encuestadas por el INEGI y dicen que ganan 190 pesos diarios, pero de ese total no todo es salario, ya que en ese concepto hay bonos, premios, estímulos, entre otros, que hacen que el ingreso sea de 190 pesos, pero no necesariamente es salario. Entonces en esta situación hipotética el salario tal vez es de 150 pesos y los otros 40 que recibe son los demás conceptos. Pues a esta empresa si le afectaría el aumento del salario mínimo al doble.

Para muchos, este tipo de exhortos y pronunciamientos como los del PRD y que aprobó el pleno del Senado, no son algo de lo que debamos preocuparnos ya que consideran que es poco probable que se materialicen. Y pues sí, es poco probable que en 2019 el salario mínimo para todo el territorio nacional sea del doble de lo que es ahora. Sin embargo, hay una región del país donde si va a aumentar al doble, y poco se ha estudiado el impacto que esto tendrá para la región y para la economía nacional en su conjunto.

Sucede que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, desde que estaba en campaña prometió a los habitantes de la franja fronteriza norte del país (de la frontera hasta 30 km dentro del territorio nacional) que a partir del 1 de enero de 2019, aumentará al doble el salario mínimo. Como ya se dijo, esto implica que si actualmente el salario mínimo del país es de 88.36 pesos por día, pues para el 2019 será de 176.72 pesos, aunque no se ha especificado si se piensa que aumente al doble respecto al actual o si será el doble respecto al vigente en el resto del territorio nacional a partir del 1 de enero, que en el caso de lo dicho por Luisa María Alcalde, implica que el salario mínimo en la frontera norte podría ser de hasta 205.26 pesos a día.

Diversos analistas y miembros del equipo de transición de López Obrador han dicho que este incremento del salario mínimo no tendrá mayores repercusiones negativas para las empresas de la franja fronteriza por dos razones: 1. La mayor parte de la población ocupada en dicha zona gana más de dos salarios mínimos actuales por día, y 2. El mayor costo para las empresas será compensado por la disminución de la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) al 20%.

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La empresa I-Xport ha estimado que el aumentar el salario mínimo al doble en la franja fronteriza norte del país, le ocasionará a las empresas maquiladoras costos adicionales por $1 millón de dólares al año por cada mil trabajadores. 

Lo de que no habrá afectación es parcialmente cierto, ya que efectivamente las empresas que generan utilidades podrán compensar los mayores costos de mano de obra con una menor tasa de ISR, pero de igual manera, se tiene que analizar caso por caso para conocer la afectación potencial. Sin embargo, de acuerdo con análisis que me compartieron los directivos de las empresas I-Xport y SmartDatum, así como de la asociación INCOMEX, de la ciudad de Tijuana, BC, si habrá una afectación fuerte para las empresas maquiladoras, las cuales no son sujetas de ese menor ISR de 20%.

Los análisis que me compartieron indican que la afectación para las empresas maquiladoras será de aproximadamente un millón de dólares por cada 1,000 empleados al año. Estos mayores costos surgen por lo que señalaba líneas arriba en el sentido de que se debe distinguir el salario base de lo que son los ingresos del trabajador, y el impacto que el aumento tendrá en los costos una mayor carga social.

Aquí lo importante es analizar cómo es que este aumento del salario mínimo al doble, en la frontera norte, afectará las decisiones de las plantas maquiladoras. ¿Se mudarán a parques industriales que estén más allá de los 30 kilómetros estipulados en la franja fronteriza? ¿Se regresarán a su país de origen?  ¿Se mudarán a otros estados del país? Este es un tema por demás relevante, pero creo que se ha estudiado muy poco y en este sentido, los análisis hechos por las empresas arriba mencionadas deben difundirse antes de que se le ocasione un daño a dicha región del país. Otro aspecto a tomar en cuenta es que lo que suceda con la economía de la franja norte probablemente dará la pauta para que eventualmente se establezca un salario mínimo mucho más alto para el resto del país. Habrá que estar atentos.

Obviamente este tema da para escribir mucho más y lo aquí plasmado es sólo un bosquejo de asuntos que debemos atender. Sin embargo, quisiera concluir diciendo que la teoría económica y la historia nos muestran que los países exitosos tienen incrementos de sus salarios aparejados a los aumentos de la productividad de la mano de obra. Cualquier aumento al salario por decreto será inflacionario si  no se acompaña con trabajadores más productivos, lo cual no es sólo un tema de actitud de las personas, sino que se requiere mayor inversión en maquinaria y equipo, así como mejores esquemas de capacitación para el trabajo.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

Lo que el T-MEC significa para China

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El 30 de noviembre se firmará el T-MEC

Después de 13 meses de negociaciones, México, Estados Unidos y Canadá finalmente llegaron a un nuevo acuerdo comercial trilateral. Lo lograron antes de la fecha límite autoimpuesta por la administración del presidente Donald Trump del 30 de septiembre.

El nuevo acuerdo, que actualiza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue denominado en español como T-MEC (Tratado México, Estados Unidos, Canadá) o bien USMCA por sus siglas en inglés (United States-México-Canadá Agreement). Llama la atención que el nuevo tratado no contiene las palabras “libre comercio”, y se debe destacar que incorpora concesiones clave hacía el proteccionismo estadounidense, fortalece la posición de nuestro vecino del norte en su guerra comercial con China, y que en general, no promueve más el libre comercio en comparación con el TLCAN.

Los detalles del tratado han sido acordados por los negociadores y los legisladores de cada país aún deben aprobar el acuerdo, algo que se espera ocurra hasta el año 2019. Cabe señalar que aunque el T-MEC sea aprobado por los legislativos de cada uno de los tres países, la mayoría de las provisiones del nuevo acuerdo no entrarán en vigor sino hasta el 2020.

¿En qué difiere el T-MEC respecto al TLCAN?

La respuesta corta es que no en mucho. La renegociación del TLCAN fue una promesa de campaña clave del presidente Donald Trump, y el nuevo acuerdo es en su mayoría una mezcla del viejo TLCAN y el fallido Tratado Transpacífico (TPP), del cual Trump se retiró en enero de 2017, tras asumir la presidencia de su país.

Sin embargo, algunos pocos cambios introducidos en el T-MEC tienen grandes implicaciones para el sector automotriz, además de disposiciones que afectan el mercado agrícola, la regulación ambiental, la propiedad intelectual (IP), y el comercio digital. Importante también es la manera en la que el T-MEC apoya los intereses comerciales y económicos estadounidenses, como veremos en esta entrega.

A continuación expondré algunas de las nuevas disposiciones del T-MEC que podrían afectar a otras naciones, en especial a China.

El poder de veto de Estados Unidos tiene a China como objetivo

Muchos observadores han destacado la inclusión del Artículo 32.10 en el T-MEC, el cual establece las consecuencias de negociar un tratado de libre comercio con una “economía que nos sea de mercado”, concepto que para muchos se refiere a China.

Lo que el texto del artículo señala es que si México o Canadá quieren negociar un tratado de libre comercio con China, éstos deben informar a los Estados Unidos con tres meses de anticipación antes de iniciar la negociación. En caso de que se firme un tratado de libre comercio bilateral con China, cualquiera de los tres países que conforman el T-MEC podría retirarse del tratado sólo avisando con seis meses de anticipación.

Para muchos, lo que significa la cláusula “somos nosotros o son ellos” es más simbólica que sustantiva, ya que el Artículo 2205 del anterior TLCAN ya permitía que cualquiera de sus miembros se retirara del acuerdo avisando a las otras partes con seis meses de anticipación; y de manera similar, el T-MEC en su Artículo 34.6 también permite que cualquiera de los países miembros se retiren del tratado avisando con seis meses de anticipación y sin tener que dar ninguna justificación.

Más aun, ni México ni Canadá están siquiera cerca de firmar un tratado de libre comercio con China.  Canadá ha llegado a explorar la posibilidad de firmar un TLC con China, pero la realidad es que ambos países comparten muchas de las lamentaciones que tiene Estados Unidos sobre su relación con China. Por su parte, México busca fortalecer su posición de potencia manufacturera y hace lo posible para ser considerada una alternativa respecto a China, no tendría sentido un TLC México-China.

El T-MEC endurece las reglas de origen e introduce una nueva regla de salario mínimo

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El T-MEC endurece reglas de origen para el sector automotriz. Se piensa que éstas disminuirán la competitividad del sector en la región.

El T-MEC tiene importantes cambios en el sector automotriz. Bajo el nuevo acuerdo, los carros y las camionetas deben tener el 75% de su valor de contenido regional de México, Estados Unidos y/o Canadá para obtener la preferencia de cero arancel. Con el TLCAN dicho porcentaje era del 62.5%.

Esto implica que los fabricantes automotrices que venden a los consumidores de Norteamérica que dejen de abastecerse de algunas partes e insumos de algunos mercados más baratos de Asia, incluidas China, Vietnam y la India. Esto para muchos es un contrasentido porque entonces en aras de aprovechar los beneficios arancelarios, se tendrá una proveeduría más cara y se elevarán los costos finales de mercado.

Más aún, se ha establecido una regla de salario mínimo para el sector automotriz por primera vez. El T-MEC exige que entre el 40 y el 45% de las manufacturas del auto sean producidas por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora para el año 2023. Y de manera similar a lo que indicaba el TPP, el T-MEC permitirá a cada país sancionar a los demás por violaciones laborales que impacten el comercio, aunque el proceso es bastante complejo.

No obstante el optimismo de muchos por esta nueva regla, para algunos más realistas, las reglas de origen y de salario desincentivarán la inversión y la producción en México (o China y Vietnam), donde los sueldos más bajos y la manufactura barata han, ante los ojos de Donald Trump, resultado en pérdida de empleos estadounidenses y cierre de plantas. Esto es algo que Trump espera terminar con el nuevo tratado.

Al mismo tiempo, tales estándares salariales más altos y limitantes al abastecimiento de proveeduría, harán que los carros de Norteamérica sean menos competitivos en los mercados internacionales. Una producción más costosa resultará en precios más altos para los carros y los camiones. Esto podría reducir sus exportaciones al resto del mundo en la medida en que los fabricantes de automóviles en Asia y Europa no están sujetos a las reglas de origen del T-MEC.

Si tal escenario se materializara, para los fabricantes de automóviles extranjeros no sería difícil diversificar sus inversiones en mercados fuera de Norteamérica. Por ejemplo, China es todavía el mercado automotriz más grande del mundo, a pesar de una reciente desaceleración en las ventas. De hecho los analistas de mercado destacan a China por sus mayores estándares de consumo, un mayor interés por la adquisición de autos eléctricos, y gusto por las marcas japonesas y las alemanas de lujo.

Protección a la propiedad intelectual y comercio digital

El T-MEC extiende el término de la protección a la propiedad intelectual de 50 años después de la vida del autor a 70 años después de la vida del autor.

En el sector farmacéutico, el nuevo tratado aumenta la protección para los medicamentos biológicos de 8 a 10 años, lo que protegerá a las nuevas medicinas de la competencia de los fabricantes de genéricos más baratos.

Finalmente, el T-MEC incorpora nuevas disposiciones en materia de economía digital, lo que representa un avance considerable respecto al viejo TLCAN. Se establece que no se podrán cobrar aranceles a los productos comprados electrónicamente, tales como descargas de música o libros electrónicos, y protege a las compañías de internet de manera de que no serán responsables por el contenido producido por usuarios en sus plataformas.

Protección para el gobierno de las demandas de inversionistas

El Capítulo 11 del TLCAN permite a los inversionistas demandar a los gobiernos por los cambios en las políticas que pudieran afectar negativamente sus ganancias futuras. Esto ha sido eliminado para los Estados Unidos y Canadá; en México quedo restringido a unos cuantos sectores, tales como el energético, algo que se percibe como un blindaje para que el próximo gobierno federal no vaya a dar marcha atrás a la reforma energética.

Los aranceles al acero y al aluminio continuarán

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A pesar del acuerdo en el T-MEC, Estados Unidos conserva aranceles al acero y aluminio de México y Canadá

La Sección 232 de los Estados Unidos es una laguna legal que la administración Trump ha utilizado para la imposición de aranceles a la importación de acero y aluminio, incluido para sus socios y aliados:  México, Canadá, la Unión Europea, entre otros. Esta laguna legal continuará en el T-MEC.

La Sección 232 básicamente permite que los Estados Unidos bloqueen la importación de insumos o materiales que sean críticos para la seguridad nacional para asegurarse que el país tenga sus propias fuentes de abastecimiento seguras para el caso de una guerra. Dada esa lógica, la imposición de aranceles no tiene sentido ya que los Estados Unidos obtiene mucho de su acero de sus aliados.

Lo que hace la cláusula es darle peso legal a la habilidad de la administración Trump de imponer tales aranceles proteccionistas a sus industrias nacionales.

Introducción de cláusula de extinción (sunset)

El T-MEC contiene una “cláusula de extinción” en la que se señala que los términos del tratado expiran de manera automática a los 16 años a menos de que sea explícitamente extendido por los tres países miembros. Los Estados Unidos inicialmente querían que la extinción ocurriera a los cinco años.

Adicionalmente, el acuerdo será revisado cada seis años, momento en el que México, Estados Unidos y Canadá pueden decidir extender el T-MEC.

El T-MEC aún debe ser aprobado

El T-MEC debe ser primero firmado, lo cual ocurrirá el 30 de noviembre, para posteriormente ser ratificado por los legislativos de los tres países. Si alguno de los legislativos de los países quiere que se le hagan modificaciones al texto negociado como condición para aprobarlo (por ejemplo en materia laboral o ambiental), esto alargaría la entrada en vigor del nuevo tratado y podría provocar una nueva ronda de amenazas de Donald Trump respecto a abandonar el TLCAN, que al día de hoy sigue estando vigente. Este noviembre hay elecciones en los Estados Unidos y si el partido Republicano pierde el control de la Cámara de Representantes, las cosas se podrían complicar bastante para la aprobación del T-MEC en dicha nación, los Demócratas no querrán darle una victoria fácil a quien ven como el rival a vencer en el año 2020.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

¿Cómo no dormirse y fomentar la innovación en la empresa?

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La primera cámara digital, inventada en 1975 por el empleado de Kodak, Steven Sasson

En 1975, un joven ingeniero de Kodak llamado Steven Sasson les mostró a sus jefes un aparato que él había ensamblado utilizando una grabadora digital de casetes, una cámara de video Super-8, 16 baterías de nickel-cadmio y otros tantos componentes. Este aparato podía capturar y mostrar una pequeña imagen en blanco y negro en una pantalla de televisión. Sus jefes no se impresionaron, pero le permitieron seguir trabajando en el proyecto, y en 1989 les presentó una cámara digital SLR que se veía y funcionaba casi como las que hoy están a la venta. Kodak, temiendo que fuera a canibalizar sus ventas de rollos fotográficos, rápidamente enterró el proyecto.

Obviamente esto probó ser un gran error. El negocio de venta de rollos fotográficos despareció por el cambio de los consumidores hacía lo digital. El eventual cambio de Kodak hacía lo que el mercado quería llegó demasiado tarde y no logró evitar caer en bancarrota en el año 2012.

La falta de visión de Kodak es el clásico ejemplo de libro de texto de lo que le puede pasar a las empresas que ignoran la innovación. Y en un mundo en el que empresas como Uber, Airbnb y Amazon pueden ser disruptivos en un tiempo record con los modelos de negocios establecidos, queda claro que nunca había habido tanta necesidad por parte de las empresas de desarrollar nuevos productos y servicios. Pero el gran dilema es saber cómo puede una gran empresa grande, que emplea a miles de personas, igualar la agilidad y emprendedurismo de una empresa startup ubicada en la meca de la innovación: Sillicon Valley.

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Tendayi Viki

, coautor del libro “La startup corporativa: cómo las empresas establecidas pueden desarrollar ecosistemas de innovación exitosos”, dice en su obra que hay varios retos que resultan obvios. Aunque la mayoría de las grandes empresas comenzaron siendo pobres startups, conforme fueron siendo exitosas se movieron hacía proteger su negocio principal (core business) y se alejaron del estado mental que fomenta e incentiva la innovación.

La burocracia y las prácticas administrativas tradicionales tienden a desmotivar a las personas para que piensen “fuera de la caja” y se va perdiendo la habilidad de la empresa para identificar nuevas tendencias y cambios sociales, haciendo que se vuelvan más lentas para responder a los modelos de negocio disruptivos. Pero al mismo, simplemente no pueden verse a si mismas como startups, debido a que las startups no tienen un negocio central exitoso que atender.

El miedo respecto a no alcanzar sus pronósticos de ventas de nuevos productos y servicios y los impactos que esto pueda tener en los accionistas, así como la falta de una metodología para medir el éxito de los equipos de innovación, pueden también frenar a las empresas para que no innoven exitosamente.

Viki señala que para vencer estos problemas, necesitan pensar en sí mismas más como un portafolio de productos y servicios, “y lo que quieres, como en todas las formas de inversión, es un portafolio balanceado”.

En este caso, “balanceado” es en referencia a los horizontes de tiempo de los diferentes proyectos, productos y servicios de tu empresa. “Tienes tu producto principal, que representa el mayor pedazo de tu portafolio. Y tienes innovaciones adyacentes que te ayudan a mejorar tus productos actuales o entrar en nuevos mercados. Y finalmente tienes el tipo de innovaciones transformacionales que son de más largo plazo, proyectos que te dan una hoja de ruta para los próximos cinco o 10 años. Si ciertas cosas se vuelven exitosas, puedes poco a poco introducirlas en tu negocio principal…por lo que acabas teniendo un ecosistema vivo que está constantemente evolucionando”, dice Viki.

Pensamiento unido

En un artículo publicado el pasado 2 de octubre en el sitio de internet de The Guardian, y titulado “¿Pueden las corporaciones aprender a innovar como las startups?” se menciona que los programas de aceleración, los laboratorios de innovación y los hackatones ya son parte del grupo de herramientas de algunas empresas, pero el “enfoque de unidad” es el que puede verdaderamente cambiar la cultura interna, y éste es menos común. Henkel, la empresa de productos químicos y para consumidores, detrás de marcas como Schwarzkopf y Pritt, está enfrentando este reto a través de su plataforma Henkelx, la cual está diseñada para unir la actividad empresarial dentro y fuera de la organización y acelerar la estrategia de transformación de la empresa.

El Club de Mentores de Henkelx conjunta a los empresarios líderes, capital de riesgo y expertos de la industria, todos dispuestos a compartir su conocimiento con los equipos de Henkel. Participan en paneles de discusión, proveen puntos de vista externos respecto a la industria y actúan como una caja de resonancia para las ideas.

“Mi objetivo era encontrar gente que tiene experiencia, que han sido exitosos, que han fracasado, y que pueden compartir sus consejos”, dice el Dr. Rahmyn Kress, director digital de Henkel. “No son consultores. Son gente a la que puedes llamar y decirles: quiero hacer a, b y c, y te dirán que ya lo han hecho antes, ya lo intenté, así no funcionará. Si confías en ellos lo suficiente, te puedes ahorrar un duro viaje y mucho dinero”.

Henkelx también realiza eventos en vivo en los que invitados externos y empleados discuten tendencias, retos y desarrollos relacionados con la tecnología, y establecen nuevas asociaciones. En sus eventos de Mostrar y Contar (Show & Tell), invitan a startups para que presenten tecnologías innovadoras que podrían apoyar en los objetivos de crecimiento digital de Henkel. Henkel puede entonces ofrecerles ayuda para que desarrollen su idea al proveerles con acceso a sus equipos de investigación y desarrollo, canales de distribución, capacidades de compras y asociaciones industriales.

La innovación como servicio

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Jovoto, la plataforma abierta para la innovación

El artículo de The Guardian agrega que durante los últimos cuatro años, Henkel ha estado colaborando con Jovoto, una plataforma para la innovación abierta, donde los creativos de 153 países pueden colaborar para transformar los productos, negocios y formas de pensar de las marcas globales. Jovoto lo llama “innovación como servicio”, y cree que tiene el potencial para transformar la manera en que las organizaciones enfrentan el reto de la innovación. El alcance de las tareas que ha abordado con Henkel va desde la mercadotecnia, productos, empaque, servicio de innovación y recursos humanos. Con este último equipo, Jovoto trabaja actualmente en un proyecto de liderazgo cultural. Otro ejemplo implicó el rediseño del empaque para la lavavajillas de Somat para resaltar sus mejoradas credenciales ambientales.

“Jovoto nos ayuda a aprovechar su multitud creativa para inspirar en nosotros los productos futuros y diseños conceptuales –de manera muy pragmática, rápida, además de que garantizan que se mantendrá el proceso privado y confidencial. Este enfoque de co-creación es un trampolín fantástico para un mayor desarrollo de ideas y conceptos”, dice Jens Bode, administradora de previsiones internacionales e innovación de Henkel.

Sólo le tarda a Henkel unos cuantos días para revisar si un determinado proyecto es adecuado y si las personas correctas están en su plataforma (la cual actualmente incluye a casi 100,000 creativos). Los proyectos inician pronto después de que se completa una corta valoración técnica, con los resultados más rápidos en tan solo una semana.

A manera de conclusión, solo quisiera agregar que es fundamental para cualquier empresa el generar un ecosistema que permita la innovación y transformación de la empresa en base a lo que desean sus clientes. El que se mueve más rápido, pero con rumbo, será el que tenga más probabilidades de avanzar. En esta entrega se presentan un par de ideas, las de pensamiento unido y la innovación como servicio. Espero que sean de utilidad en las empresas donde ustedes laboran.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt

El Banxico hizo lo correcto en favor de la economía nacional

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Alejandro Díaz de León, Gobernador del Banco de México

El pasado 4 de octubre, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener su tasa de interés objetivo en un nivel de 7.75%, no obstante que unos días antes, el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos (la FED) había decidido aumentar su tasa de interés de fondos federales en un cuarto de punto porcentual a un rango de 2.00 a 2.25%. La decisión de la mayoría de los miembros de la Junta del Banxico fue la más atinada y a continuación explico las razones:

La inflación general en México anualizada durante la primera quincena de septiembre de 2018 fue de 4.88%, cifra por encima de la meta del Banxico de una inflación de 3.0% con un margen de variación de +/- 1 punto porcentual. El dato de inflación general es resultado de una inflación subyacente de 3.56% y una inflación no subyacente de 8.90%. Cabe señalar que la inflación subyacente es la que mide el alza en los precios de las mercancías y los servicios en general, los cuales muestran una inflación anualizada de 3.91% y 3.20% respectivamente. Por su parte, la inflación no subyacente es aquella que mide el incremento en los productos agropecuarios, así como de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, los cuales aumentaron 1.22% y 14.01% en términos anualizados durante la primera quincena de septiembre.

Como lo hemos señalado anteriormente, queda claro que el componente de inflación que se sale de los parámetros aceptables para el Banco de México es el de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno, y desde este espacio hemos señalado que ese componente de la inflación es insensible a las decisiones de política monetaria. Es decir, no importa si el Banxico sube o baja su tasa de interés objetivo, eso no hará que bajen los precios de las gasolinas, diésel y casetas de peaje de las carreteras.

Dado lo anterior, es que fue una decisión acertada el que el Banxico no haya aumentado nuevamente su tasa de interés objetivo, no obstante que la FED si la aumentó. En este sentido, también hay que entender el contexto de lo que sucede en la economía de México y en la de nuestro vecino del norte. Y es que mientras que en Estados Unidos el PIB creció 4.2% anualizado en el segundo trimestre de este año, en México dicho indicador creció 2.6% anualizado, por lo que resulta evidente que la economía estadounidense muestra una fortaleza mucho mayor a la nuestra y eso permite dar esos apretones monetarios.

Otro aspecto que resulta importante a considerar es que en Estados Unidos, la tasa de fondos federales subió de 0.12% el 2 de noviembre de 2015 al objetivo actual de 2.0 a 2.25%, mientras que en México la tasa de interés objetivo del Banxico subió en el mismo periodo de 3.0% a 7.75%. Queda claro que en nuestro vecino del norte el aumento ha sido de menos de 2 puntos porcentuales, mientras que en México el ajuste monetario ha sido de 4.75 puntos porcentuales, lo que equivale a más del doble.

Desde luego que los incrementos en la tasa de interés objetivo han causado mella en las finanzas del gobierno federal, de las empresas y de las familias. En cuanto al gobierno federal, tenemos que de acuerdo a las estadísticas oportunas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en los primeros ocho meses de 2018 el costo financiero de la deuda del sector público sumó 388.996 miles de millones de pesos, lo que representa 12.4% más de lo erogado en el mismo periodo del año pasado. Sin embargo, se debe tener en mente que los pagos de intereses por la deuda se concentran hacía finales de año, por lo que la estimación es de que al cierre de 2018 el costo financiero de la deuda pública será de casi 800 mil millones de pesos, una cantidad sin precedentes. Cifra que además representa más doble de la inversión física directa realizada por el sector público federal.

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El alza en las tasas de interés ha dañado las finanzas de gobiernos, empresas y familias.

Otro perjuicio que ha traído el alza en las tasas de interés es que ha provocado que diversos sectores de la economía se hayan “enfriado”, tales como la venta de automóviles, la cual depende fuertemente de las condiciones crediticias. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, AC, en los primeros nueve meses de 2016 se vendieron en México 1.119 millones de vehículos ligeros, en el mismo periodo de 2017 dicha cifra cayó a 1.106 millones y en los mismos meses de 2018 bajó hasta 1.028 millones. Esto es en buena medida resultado de un incremento de casi 5 puntos porcentuales en el costo del dinero en nuestro país, sin que haya una actividad económica lo suficientemente fuerte como para que compense el efecto negativo del alza en la tasa de interés.

Y pues desde luego que el alza en las tasas de interés también ha afectado a las familias con créditos con tasa de interés variable. Desde este espacio hemos dado cuenta de cómo diversas tarjetas de crédito bancarias han aumentado la tasa de interés que cobran a sus clientes en rangos superiores a los 20 puntos porcentuales, pasando de 24% a 42%, varias de ellas. Desde luego que hay tasas que han subido menos, y otras que han aumentado más, pero al final de cuentas lo que importa es que para aquellos tarjetahabientes que no son totaleros, el gasto en intereses les ha aumentado de manera importante, lo que dificulta que se puedan comprar otros bienes y servicios.

Desde luego que los grandes ganadores de las alzas que se dieron en las tasas de interés, pues son los bancos comerciales, los cuales llevan generando utilidades record cada año, y muestra de ello es que en los primeros siete meses de 2018 éstas alcanzaron 89.133 miles de millones de pesos, cifra 14.72% más alta a la observada en el mismo periodo de 2017.  Este nivel de utilidades de los bancos, a costa de gobiernos, empresas y familias, hace que nuestro país sea un verdadero “paraíso” para los bancos extranjeros. Hay que recordar que de los siete bancos más grandes de México, 6 son extranjeros. Entonces estos bancos obtienen aquí las utilidades que ni en sus casas matriz, ni siquiera en continentes enteros, obtienen. De acuerdo a cifras oficiales, aquí operan con márgenes de intermediación financiera que promedia 8.0%, cuando en Chile y en España lo hacen con apenas el 1.6 por ciento. Este tema sin duda es una asignatura pendiente para el Banco de México.

Es por todo lo anterior que es una excelente noticia que la Junta de Gobierno del Banco de México haya hecho lo correcto y no aumentó su tasa de interés objetivo en su pasada reunión, aunque no fue una decisión unánime de sus miembros. Claro que después del anuncio de la decisión no faltaron los “talibanes” de la ortodoxia monetaria que salieron a criticar al Banco de México y casi casi dijeron que esa decisión le iba a costar caro al peso mexicano. ¿Pero qué fue lo que sucedió con el peso? Pues realmente nada, más allá de que el dólar subió durante unas horas a niveles de 19 pesos, para después retroceder a los niveles de entre 18.80 y 18.90.

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Para que en México comiencen a darse disminuciones en la tasa de interés, es necesario que la FED mantenga sus tasas sin cambio durante algún tiempo 

Desde luego que la buena noticia de la conclusión en la renegociación del Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (AMEC o USMCA por sus siglas en inglés) le ayudó al Banco de México a tomar la valiente decisión, lo que demuestra que si de lo que se trata es de controlar la inflación en base a un dólar más barato, pues resulta más efectivo el generar buenas noticias que el subir la tasa de interés hasta que la economía no pueda más.

Esperemos que la FED deje su tasa de interés de fondos federales en el actual nivel, de manera que esto reste presión al Banco de México para sus reuniones que le quedan antes de terminar el año. Si llegamos al 31 de diciembre de 2018 con una tasa de interés objetivo de 7.75% y una inflación en torno a 4.5% podremos decir que no nos fue tan mal. Sin embargo, este escenario se ve complicado porque no se ve cuando el precio de los combustibles dejará de aumentar, además de que se han acumulado fuertes presiones inflacionarias en el sector manufacturero derivadas de los incrementos en las tarifas eléctricas, tema del cual escribiré en mi siguiente entrega.

Alejandro Gómez Tamez*

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt